1977/03/29

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | WALDO DE LOS RÍOS, MUERTO DE DOS DISPAROS EN LA CABEZA

Waldo de los Ríos, muerto de dos disparos en la cabeza.
Pedro Montoliu | El País, 1977-03-29

https://elpais.com/diario/1977/03/30/madrid/228572656_850215.html 

Un día después de que el compositor Waldo de los Ríos, 43 años, casado y sin hijos, fuera encontrado muerto con dos disparos en la cabeza en su chalet del parque del Conde de Orgaz, continúan las investigaciones policiales, a pesar de que todos los indicios parecen apuntar hacia un suicidio, provocado por una crisis depresiva que el autor atravesaba durante las últimas semanas. Según se pudo saber en medios policiales, en la misma cama donde apareció muerto había extendidas cuatro fotos de un joven del que se desconoce la identidad.

Sobre las once y media de la noche del lunes, dos amigos del compositor argentino, Eladio Blázquez y Eduardo Lopesino, acudieron al chalet El Olivo, para visitar a Oswaldo Nicolás Ferrando, verdadero nombre del artista. Ante las llamadas, a las que no respondía nadie, los visitantes entraron en la casa que el músico tenía por costumbre dejar abierta. Sobre la cama, boca arriba, vestido de calle, con las gafas puestas y con el lado derecho de la cabeza destrozado, Waldo de los Ríos fue encontrado muerto. Avisada la policía varios funcionarios se dirigieron al chalet situado en una zona residencial. Según manifestarían después tuvieron grandes problemas para entrar, ya que seis perros guardaban la casa. Una vez reducidos, los policías encontraron el cuerpo del compositor, en cuyo lado derecho había una escopeta de caza, de dos cañones y de calibre doce. Fuentes policiales ampliarían posteriormente que el arma apuntaba al lado derecho de la cabeza y que estaba sostenida por la mano del compositor fallecido. «En principio parece un suicidio. De todas formas la investigación no ha concluido todavía.»

La noticia se conoció en los medios periodísticos antes de que el cuerpo de Waldo de los Ríos fuera trasladado a la Ciudad Sanitaria de La Paz, donde ingresó cadáver. Tras hacer un parte médico para el juez de guardia el cuerpo fue trasladado al depósito mortuorio del hospital, sobre la una y cuarto de la madrugada.

Dos horas después su esposa, la actriz Isabel Pisano, recibía la noticia en un programa que estaba grabando para Radiotelevisión Española, en Roma, donde se encuentra desde hace meses. Ayer por la mañana, en el avión de las once llegaba a Madrid y se dirigía al Instituto Anatómico Forense a donde llegaría el cadáver del compositor a las doce y cuarto.

Depresión

Aparte de las investigaciones sobre el posible suicidio, las circunstancias conocidas del músico en las últimas semanas indicaban que tal desenlace por día estar dentro de lo posible. «El señor estaba ayer más deprimido que de costumbre. Había perdido mucho peso, se encontraba enfermo», manifestó a El País su asistenta, única persona que diariamente iba a la casa del compositor ahora muerto. 


Parece confirmarse el suicidio de Waldo de los Ríos.
El País, 1977-03-30

https://elpais.com/diario/1977/03/31/madrid/228659054_850215.html

La muerte del compositor Waldo de los Ríos continúa siendo estudiada por la policía a pesar de que las últimas investigaciones parecen confirmar la hipótesis de que se trató de un suicidio y no de un asesinato como algunos de sus amigos y conocidos pensaron en un primer momento. Tal como informaba El País ayer, sobre la cama del fallecido se encontraron cuatro fotos de un joven posteriormente identificado y de quien, en medios policiales, no quisieron dar los datos personales. A pesar de ello, un redactor pudo saber, en fuentes competentes, que el joven había sido llamado a declarar durante la mañana de ayer y que por sus manifestaciones tomaba más fuerza la idea de un suicidio. También se logró saber que el joven no era homosexual, como se había dicho ante la vida que últimamente llevaba el músico, sino que únicamente le unía al súbdito argentino una gran amistad.

Otro de los puntos sobre los que se apoya la hipótesis de que se quitó la vida fueron sus mismas declaraciones, minutos antes de las once de la noche cuando Waldo de los Ríos llamó a un amigo, con el que había quedado a cenar, para decirle que no le esperara ya que se iba a suicidar.

Autopsia del cuerpo
Durante la mañana de ayer fue practicada la autopsia del cadáver del compositor en el Instituto Anatómico Forense. Aunque se desconocen los resultados parece que el número de disparos que le produjo la muerte fueron dos. Sin embargo, y a pesar de que amigos del fallecido hablaron de cinco disparos, tal afirmación podría haber sido hecha en base al número de impactos encontrados en la pared de su habitación. Técnicos en balística habrían informado que los cartuchos usados, de postas, podrían haber provocado tales impactos al mismo tiempo que le destrozaban el lado derecho de la cabeza. La crispación de la mano habría permitido el disparar un segundo disparo.

1977/03/09

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | EDUARDO BLANCO AMOR: "EL EXILIO ARGENTINO ME HIZO COMO HOMBRE Y COMO ESCRITOR"

Blanco Amor: "El exilio argentino me hizo como hombre y como escritor".
Rosa Maria Pereda | El País, 1977-03-09

https://elpais.com/diario/1977/03/10/cultura/226796401_850215.html 

«Todo emigrante gallego lleva la carga, en hueco, de una orfandad territorial llena de sueños dormidos y despiertos.» Esto dice Eduardo Blanco-Amor en un paréntesis del prólogo con que pone en nuestras manos la edición española de su primera novela, 'La catedral y el niño', que fuera publicada en Buenos Aires, en su largo exilio y emigración argentina. La salida de este libro y las últimas tomas de la película La parranda, basada en su novela y su propio guión, dirigida por Gonzalo Suárez, le han sacado a Blanco-Amor de su retiro gallego, y le han traído al barullo, los amigos y las prisas madrileñas. Y sobre estos otros temas concedió a El País la entrevista que sigue.

Blanco-Amor habla con un lenguaje incontenible, irónico. «Cuento todo lo que he ido callando. Por eso hablo tanto.» Y luego, verás: «Soy un viejo desilusionado, que ni siquiera llegó a obispo. No, cardenal, no, que ésos son como principiantes de la intriga y la púrpura. Obispo hubiera querido ser, rey y papa de la diócesis.» Sólo que Blanco-Amor, que se sepa, nunca intentó ser cura. Lo que hizo fue marchar muy joven a Buenos Aires. «Llegué tres años antes de la vuelta europea y adolescente de Borges, cuando volvió de educarse en los normandos y los clásicos. Tres años antes.» Y trabajar en la punta de la cultura argentina que, en aquellos optimistas años de las vanguardias, era como trabajar en la mismísima cabeza de la cultura mundial. «Yo llevé a la editorial Emece a Borges mismo, que dirigió aquella serie negra que se debió haber llamado ‘El club de los ladrones’, y se llamó ‘El séptimo círculo’, que es, al fin, el del hampa y el crimen. La imaginación de Borges y un problema de registro y patentes. No, a Adolfo Bioy lo trajo Borges. Bioy era muy joven entonces.» «Los argentinos no eran muy buenos con nosotros. La cultura española, los escritores españoles, no éramos muy considerados, creo que se pasaban, yendo juntos, en bloque, tras el descubrimiento de las sucesivas vanguardias. La novela anglosajona, la moda italiana, yo qué sé. Me amargó, por ejemplo, el olvido en que se mantuvo a ese hombre grande que fue Ramón Gómez de la Serna o el silencio en que se recibió su ‘Automoribundia’. Él también veía esta injusticia con amargura. Me lo dijo en una carta.»

Fervor de Buenos Aires
«Y escribí. Artículos sobre todo, porque a mí se me doblaba bien el lenguaje, pero lo sentía más para el ensayo y el artículo que para la novela. Así que escribí ésta que se publica hoy, a los cincuenta años cumplidos. Es raro empezar a novelar tan tarde. En Argentina pasó sin demasiada gloria.» «Ahora la antecede el artículo, el prólogo, porque, tiene ya treinta años, algo más. Y podría parecer o una novela trasnochada, o una ‘recherche du tiemps perdu’, o las dos cosas. Intento dar en el prólogo el ambiente y el tiempo en que está escrita, hasta a niveles estéticos.»

Y más, Eduardo Blanco-Amor ironiza porque el personal, dice, no ha sabido leer esos tiernos niños iniciáticos suyos o esos juegos de carnaval y máscara. «Intentan siempre hacer creer al lector que son autobiográficos. Y no, que en ‘La catedral y el niño’, son tan yo el niño como la catedral o cualquiera de los personajes.» Y me dice: «Tampoco creo en eso del lenguaje literario. Pero tampoco se trata del lenguaje directamente exigible: por ejemplo, esas procacidades y ordinarieces tan... ‘directas’ que se ven por ahí. Yo he tenido que contar escenas terribles, y no he tenido que recurrir a palabras soeces.» Y luego: «Pero no creas: yo, cuando escribo, no pienso en el lector. El lector que se joda. Y tampoco pienso en mí.»

Total, que en Buenos Aires trabaja de editor -director literario- y de escritor y periodista. «Como novelista -dice-, mis factores conscientes son la lectura de Freud entre los años veinte y treinta; una impregnación profunda de Proust, por los mismos años; los narradores ingleses, Henry James principalmente y los americanos, incluyendo la lectura frecuentemente resistida de Faulkner. No te olvides que viví 45 años en la Argentina y que tuve de primer amante un tipo de ‘nourriture céleste’, y después, ‘terrestre’, de las que estuvieron privados los españoles en el que hubiera sido su tiempo exacto. De haberme quedado yo en España y afrontado la novela, me hubiera quedado en un Wenceslao Fernández Flórez, en un Mata o un pastiche de Valle Inclán.»

«El verdadero acontecimiento de mi sino, como hombre y como escritor, fue el haberme formado y casi deformado en Buenos Aires, ciudad que fue creciendo en torno a mí, como mi dermoesqueleto.»

«’La parranda’ -película- responde en realidad al confrontamiento de dos guiones, uno mío y otro del director. Son dos visiones distintas y una tercera realidad, que es la película misma, que es tanto más película cuanto más deja de ser la novela. Con todos estos filtros, la obra se deslocaliza en la misma medida en que se va universalizando. Quizá a los gallegos no les parezca bien, desde el punto de vista de esa cosa equívoca y tremenda que es el localismo, que puede llegar a ser distinto y contrario del galleguismo: esta tendencia a una estilización muy consciente, que no es infidelidad, nos viene a los gallegos muy de lejos.»

«Esta novela la escribí en castellano, y las siguientes. Cuando llegué aquí, hace diez años, noté que era preciso rescatar mi idioma, logrando una integración entre sus dos situaciones límite: el gallego como ‘lengua de necesidad’, popular y cotidiana, y esa otra lengua intelectual, por tanto minoritaria, clasista, que predominó en los creadores literarios, excepto Castelao y la generación novísima, que habían creado una sublimación destinada al disfrute inter pares, o sea de unos escritores por otros. Por eso escribí en gallego y probé la ‘autotraducción’, que deja poco reconocibles los textos, porque busca, además, equivalentes culturales. Creo que ahí está la importancia de mis libros en la narrativa actual gallega.»

La literatura de Blanco-Amor está, pues, llena de gente un poco loca, de palabras -que es lo importante- de niños recurrentes que no son Blanco-Amor o que lo son tanto como cualquiera, y de brujas. Dice sobre las brujas: «Las brujas son para los gallegos una de estas dos cosas: un suministro de materia prima para escritores costumbristas -o sea, malos- o la intuición existencial de que puede haberlas. No como fenómenos objetivos, sino precisamente como partes esenciales del vivir de cada cual.»

«A mí se me han hecho presentes, agresivas o candorosas, a través de sospechas y hechos de mi vida que sin ellas quedarían sin explicación. Y ya se sabe que cuando una cosa no tiene explicación es asunto de brujas.» Y como la política tiene algo de misterio, dice sobre estos momentos de España: «Aparte de todos los análisis y conjeturas que podrían hacerse, yo prefiero confiar en que frente a todos los tejemanejes dialécticos, el intramundo de la brujería será el que tenga la última palabra. Quevedo, mente formalista y castellana, intuyó esta presencia en ‘La hora de todos’. Espero que los españoles, como los delirantes quevedescos, encontraremos en este maremágnum la razón profunda y esperanzada de tantas sinrazones.»

MIKEL/A, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS OCULTAMOS

Mikel/a enseña cacho en la 2ª Gayakanpada de EHGAM, 27-29 agosto 1993, Muxika // Este trabajo, no podría ser de otra manera, está dedicado e...