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2023/02/18

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | LAS PROTESTAN QUE LIBERARON A TRES TRAVESTIS DETENIDAS EN UNA REDADA MASIVA EN BILBAO EN 1978

Stand de EHGAM en un evento de Euskadiko Ezkerra, 'Gay Hotsa', 1979 //

Las protestas que liberaron a tres travestis detenidas en una redada masiva en Bilbao

Andrea Momoitio | Otras miradas, Público, 2023-02-18

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/68886/las-protestas-que-liberaron-a-tres-travestis-detenidas-en-una-redada-masiva-en-bilbao/ 

El 25 de octubre de 1978 era miércoles. Eso podría parecer un detalle insignificante, pero sirve para entender hasta qué punto la calle Cortes era una calle en ebullición. Ahora, de todo aquello, queda algún viejo cartel y, sobre todo, queda la leyenda. En el barrio dicen que aquí había más movimiento que en las mejores zonas de París. A mí, que me perdonen, me parece una exageración. En Bilbao, sí, tenemos esa fama. No creo que Cortes, durante los años setenta, tuviera nada que ver con la capital francesa, pero lo cierto es que aquí también teníamos un Moulin Rouge. Mucho más discreto, me imagino.

Los detalles sobre cómo ha sido hasta ahora una de las calles más famosas de Bilbao están en ‘El barrio de Las Cortes. Una historia de la palanca bilbaína’, de Arturo Izarzelaia y Txema Uriarte. No me voy a detener yo en las luces de neón, en la prostitución, en los cabarés ni en la heroína que arrasó con todo, quiero detenerme en ese 25 de octubre de 1978.

Antes, una curiosidad: ‘El País’ publicaba ese día que la Coordinadora de Mujeres rechazaba la constitución por considerarla "marxista". Al día siguiente, se disculpaban por el error tipográfico. Machista. Consideraban que la Constitución era machista.

Volvamos a Bilbao.

Ese miércoles, ya a la noche, la Policía detuvo en Bilbao a 258 personas. En un comunicado emitido por EHGAM [Euskal Herriko Gay-Les Askapen Mugimendua] y apoyado por prácticamente todos los partidos de izquierdas se asegura que todas las detenidas fueron trasladadas a dependencias policiales. "Después de comprobar una serie de requisitos", 244 fueron puestas en libertad. Las 14 restantes "pasaron a la cárcel de Basauri" a disposición del Juzgado de Peligrosidad Social. En el mismo texto aseguran que tres de ellas serían trasladadas a Huelva y el resto quedaban obligadas a presentarse cada 15 días ante el juez que llevaba el caso. Denunciaban que no tenían "posibilidad alguna de recurso legal". Una nota de la Jefatura Superior de Policía aseguraba que la redada se había producido para "detener el incremento de la delincuencia en los barrios periféricos" que ponía en "peligro la paz social de la villa".

En Huelva, a partir de una orden gubernamental del 1 de junio de 1971, se encontraba el "centro de homosexuales de Huelva para el cumplimiento de medidas de reeducación impuestas a homosexuales peligrosos varones". Según la Junta de Andalucía, "desde finales de los años 60 del siglo XX y hasta 1978, la dictadura convirtió la antigua Prisión Provincial de Huelva en un centro de internamiento de homosexuales". En 2018, colocaron una placa en el edificio en la que puede leerse que el centro penitenciario "fue símbolo de castigo y exclusión social a quienes decidieron ejercer su libertad de ser y amar de forma diferente". En la misma placa se afirma el "compromiso de que ninguna generación tendrá que pasar por nada semejante".

No hay muchos datos que ayuden a identificar quiénes fueron las 258 personas que fueron detenidas aquel día en Bilbao, pero ninguna llegó entonces a conocer el centro de Huelva. EHGAM estaba entonces trabajando activamente por la derogación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación social y lograron evitar aquel traslado. En el número 2, de diciembre de 1978, de ‘Gay Hotsa’, la revista que editaban, cuentan las tres personas que habían quedado presas habían estado ya alguna vez en prisión y que todas eran travestis. No parece probable que fueran travestis las 258 personas que fueron detenidas aquella noche, pero es posible que sí lo fueran muchas de ellas.

EHGAM organizó aquellos días una protesta ante el Palacio de Justicia de Bilbao y una manifestación por el centro de la ciudad. Llegaron al juzgado con un escrito, firmado por diferentes partidos, que entregaron al juez que llevaba el caso a través de un abogado. El juez, al parecer, aseguró que podría evitar el traslado siempre y cuando prometieran no volver a cometer "actos de homosexualidad". Todo estaba previsto para que se los llevasen a Huelva y, según publican en ‘Gay Hotsa’, probablemente debido al ruido mediático que estaban haciendo, la idea era sacarlos de prisión en ambulancia. Entonces, el director de Instituciones Penitenciarias era Carlos García Valdés y le mandaron también a él un telegrama exigiendo que evitara aquellos ingresos en prisión. Juan María Bandrés Molet, diputado de Euskadiko Ezkerra, medió. Por hache o por be fue decretada su puesta en libertad.

En la manifestación que recorrió el centro de Bilbao pudieron leerse críticas a la falta de libertad de expresión, a la cárcel, a las dificultades a las que se enfrentaban las travestis entonces. EHGAM se declaraba en contra de la prostitución ["porque masacra casi toda posibilidad de comunicación y desarrollo de las personas en sus relaciones sexuales"] aunque se mostraban radicalmente en contra de las detenciones y medidas de rehabilitación impuestas a travestis y prostitutas. Un año antes, en noviembre de 1977, EHGAM había participado en las protestas organizadas por las prostitutas de Bilbao tras la muerte de María Isabel Gutierrez Velasco. Más allá del planteamiento ideológico que tuvieran entonces, siempre estuvieron donde tenían que estar.

Aseguraban que al travestirse, "para sentirse seguras dada su identificación como mujeres", no tenían salidas laborales más allá de la prostitución y el espectáculo. Consideraban Bilbao una ciudad "más represiva de lo normal", en la que la única posibilidad real era la prostitución debido a que el espectáculo tenía "una vida lánguida".

Vaya, París, París... no era.

2021/11/19

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | MARÍA BELÉN CORREA: "NOS NEGAMOS A OLVIDAR A NUESTRAS COMPAÑERAS TRAVESTIS ASESINADAS"

Fondo Documental Carla Pericles, Archivo Trans //

“Nos negamos a olvidar a nuestras compañeras travestis asesinadas”

María Belén Correa, fundadora del Archivo de la Memoria Trans | Revista Cítrica, 2021-11-19
https://revistacitrica.com/nos-negamos-a-olvidar-a-nuestras-companeras-travestis-asesinadas-1.html

En el día Internacional de la Memoria Trans, María Belén Correa, fundadora del Archivo de la Memoria Trans, reflexiona sobre las deudas que mantiene el Estado con la población travesti trans y remarca la importancia del pedido de reparación como un llamado a la memoria de las que ya no están y de las que sobrevivieron, pero hoy están al borde de la muerte.

Desde hace seis años cada 20 de noviembre hacemos el acto de las Candelas, para recordar hombres y mujeres trans que fueron asesinadas, desaparecidas o que murieron por falta de asistencia o por desidia.

En el Día Internacional de la de la Memoria Trans cerramos el conteo de cuántas personas trans han muerto en el país, es la visibilización de todo el trabajo del Archivo de la Memoria Trans. Es recordar a cada una de estas personas que han dado la vida por esta lucha en este momento tan simbólico que estamos pidiendo una reparación histórica en una Argentina que tuvo una reparación hetero cis.

Nosotras no tuvimos ni madres, ni abuelas que reclamaran por nosotras y tampoco una descendencia, solamente nos tenemos entre nosotras mismas como hermanas, tías y abuelas trans, pero solo con apodos o nombres porque en aquel tiempo no teníamos ni siquiera la legalidad para poder reclamarnos.

En julio comenzó el banderazo por la memoria trans que salió desde Santa Fe y estuvo recorriendo todo el país con los nombres de nuestres compañeres asesinades, desaparecides o fallecides. Es una acción de alcance nacional que invita a unirnos para recordarles y homenajearles. Escribimos sus nombres en la bandera y con ese gesto simple nos negamos a olvidarles.

Dentro de la bandera, se han escrito alrededor 900 nombres que han recordado las distintas personas. Nosotras teníamos una nube de información con unos 600 nombres y con el recorrido de la bandera se sumaron 300 más que fueron recordados en cada provincia y pueblito por el que pasó la bandera. También hizo que se recordaran otras personas en Capital Federal, porque hubo muchas activistas que estuvieron, pero quedaron en el olvido y venimos a rescatar eso.

Estamos escribiendo con los recuerdos de las compañeras, desde donde se genera la memoria. Hay chicas que murieron en los años 60 y 70, solo tenemos los nombres de las que ellas recuerdan. La mayoría que tenemos anotadas son a partir de los 90 y desde el 2010 empezamos a tener más información de las personas trans fallecidas con fecha, causa, lugar de origen. Este último tiempo con las redes sociales pudimos recolectar mucha más información y así todo nos faltan, como por ejemplo, el caso de un hombre trans del que solo sabemos su nombre, Adrián, pero no sabemos el apellido.

Veo que todavía hay un silencio de los espacios de derechos humanos en el reconocimiento de las personas trans en dictadura. Tenemos que pensar que nuestra fecha de dictadura no es la misma que la del resto de la sociedad. La sociedad tuvo una democracia a partir del 10 de diciembre de 1983, nuestra democracia comenzó en el 2012 con la Ley de Identidad de Género cuando realmente tuvo identidad una lucha tan fuerte dentro de lo que son los derechos humanos. Nadie piensa que hace nueve años que las personas trans vivimos en democracia. Con una democracia tan joven y tan precaria que todavía no respeta la ley, estuvimos seis años para tratar de conseguir un cupo laboral y aún hay partidos políticos que hacen sus campañas en contra de eso.

Si todavía hoy estamos pidiendo por una reparación histórica es porque estamos como en los primeros años de democracia de la sociedad, como en el 85, 86 con el reclamo del Nunca más, nosotras estamos en esa etapa.

Justamente este pedido de reparación es también un llamado a la memoria de las que ya no están y de las que sobrevivieron y que hoy se nos están muriendo. Tenemos que pensar que cuando volvió la democracia, ya no podían secuestrar obreros, estudiantes ni meterse dentro de las casas en plena democracia y lo que empezaron hacer es limpieza social.

La matanza más grande fue en Panamericana y comenzó en el 83, eso está demostrado porque es lo que quedó registrado en los diarios, pero no sé lo que habrá pasado en el resto de la Argentina. Lo que sí sabemos es que todo ese grupo de operaciones se empezó a dedicar a la limpieza social, que después pasó a llamarse Comando de Moralidad, tenía su oficina dentro del Departamento Central de Policía en el segundo piso y se dedicaban a llevarse a personas en situación de calle, trabajadoras sexuales y también a personas trans, porque como tenían que llenar los libros, nosotras éramos la carne para sus ascensos.

Subimos solo cinco años la esperanza de vida de las personas trans desde que empezamos el primer informe que daba 35 años. El año pasado cerramos en 40 y este año creo que estaríamos cerrando en 40 o 41 el promedio de vida de una persona trans en mortalidad que es bajísima, es de la Edad Media y esos números dan porque no se cumple con el artículo 11 de la Ley de género sobre el acceso a la salud.

Todavía el sistema de salud se reúsa a tratar nuestros cuerpos dentro de lo que es la medicina, hoy los programas que hay sobre personas trans hablan de hormonas pero las trans mayores que están enfermas por la silicona que se inyectaron vuelven a quedar fuera de todo. No hay médicos que quiten la silicona y esa también es una de las problemáticas que tienen las mujeres trans mayores de 40 años.

Las niñeces y adolescencias no piensan en ponerse silicona, gracias a las compañeras que hablaron porque nosotras nos encargamos de demonizarlo y decir cuáles eran las consecuencias, volviendo a poner nuestros cuerpos como ejemplo, pero esa situación hace que quedemos dentro del abandono.

2021/10/03

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | SONIA RESCALVO, UN ANTES Y UN DESPUÉS EN LA LUCHA CONTRA LA TRANSFOBIA

El Diario / 'El libro de los travestis', publicado por Lib en 1978 //

Vida y asesinato de Sonia Rescalvo, un antes y un después en la lucha contra la transfobia.

Pau Rodríguez, Oriol Solé Altimira | El Diario, 2021-10-03

https://www.eldiario.es/catalunya/vida-asesinato-sonia-rescalvo-despues-lucha-transfobia_1_8358384.html

Es la madrugada del 6 de octubre de 1991. Dos mujeres transexuales duermen al raso en el parque de la Ciutadella, en Barcelona. Esa misma noche, un grupo de neonazis esparce el odio por el centro de la ciudad. En su cacería, que les conduce hasta ese recinto ajardinado, apalean a esas dos mujeres y luego a un sintecho. Una de las golpeadas, Sonia Rescalvo Zafra, muere de la brutal paliza.

El asesinato de Sonia Rescalvo, del que se cumplen este mes 30 años, supuso un antes y un después para el colectivo trans en España. Está considerado como uno de los primeros crímenes de odio de la historia del país, aunque por entonces no existiese esa figura delictiva. La rabia por su muerte sirvió de catalizador para el movimiento contra la LGTBIfobia y para que la sociedad se diese cuenta de la violencia a la que enfrentaban estas personas.

Pero todavía hoy, tres décadas después del asesinato, se conocen más detalles de su muerte que de su vida. ¿Quién fue Sonia Rescalvo? Según lo publicado hasta ahora, llegó de adolescente a Barcelona procedente de un pueblo de Cuenca y fue durante años bailarina en algunos teatros y cabarets de la Avenida Paralelo. Cuando la mataron tenía supuestamente 45 años y había caído en la indigencia. Por eso dormía en la glorieta del parque, con su compañera Dori.

Pero esta no es por supuesto toda su historia. Hay incluso algunas imprecisiones, comenzando por su edad: Sonia nació de nombre Juan José el 12 de octubre de 1956, según los informes médicos que conserva la abogada de la acusación particular en el juicio, María José Varela. Es decir, que el 6 de octubre de 1991 estaba a punto de cumplir 35 años. Murió mucho más joven de lo que se pensaba hasta ahora.

Sonia: “Muchas personas no me entienden”

Sonia llegó a la capital catalana de muy joven, eso sí, a finales de los 70. Y con suficiente confianza como para conceder durante ese período una entrevista a la revista erótica ‘Lib’. La charla se publicó en 1978 en el libro recopilatorio ‘El libro de los travestis’. Ella debía tener poco más de 20 años. Uno de esos ejemplares lo conserva en su casa Beatriz Espejo, histórica activista y presidenta del extinto Col·lectiu Transexuals de Catalunya, una asociación que se constituyó precisamente a raíz de la muerte de Sonia.

“Encontré el libro en el mercado de Sant Antoni y cuando la vi, me di cuenta de que claramente era ella. Todas [las trans] nos conocíamos en esa época”, recuerda Espejo, que tiene hoy 58 años y reconoce que no había compartido este documento con nadie.

En ese reportaje, ‘Una conversación sin prejuicios con cuatro travestis’ –cuyo texto y fotos están sin firmar–, aparece Sonia junto con otras artistas y cabareteras trans. Una de ellas es una joven Bibiana Fernández, conocida entonces en el mundo del espectáculo como Bibi Andersen. También está Angie von Pritt, artista trans que se dio a conocer por imitar a Bárbara Rey, y otra llamada Desirée. En la imagen principal, Sonia, de la que apenas se tenían fotografías –salvo la que aparece en su memorial en la Ciutadella–, luce una chaqueta blanca y una blusa azul a juego con el collar de perlas.

Frente a dos botellas de cerveza y dos cafés, las cuatro se prestan a charlar abiertamente sobre la transexualidad, a pesar de que por esa época todavía estaba en vigor la Ley de Peligrosidad Social con la que se les reprimía y detenía.

– Yo no me considero travesti, pues durante todo el día soy una mujer.

Así de tajante responde Sonia Rescalvo a la primera pregunta que le formula el entrevistador. Antes que ella, sus compañeras le cortan de la misma forma. Bibiana resulta incluso pedagógica: “La palabra travesti no es la indicada para llamarme a mí. Considero que nosotras estamos dentro de las transexuales, con o sin operación. Con o sin cambio de sexo. Travesti es el señor que se viste de mujer para trabajar pero durante el día lleva una vida normal de hombre. [...] Yo vivo una vida muy de mujer durante las 24 horas del día”.

A lo largo de la charla, Sonia defiende que ser trans no se decide, sino que “está dentro de la persona, es natural”. Y reconoce que se siente “bastante” marginada. “Hay momentos en los que me siento acomplejada. Muchas personas no me entienden”, añade.

En el momento de la entrevista, Sonia tenía como mucho 22 años. Cuando le preguntan cuándo comenzó a “vestirse” y “pintarse” como una mujer, responde que dos años y medio atrás. “Antes no podía, pues vivía con mis padres, y no me lo permitían”, remacha. También explica, sin dar detalles, que convive con una mujer que no es su pareja.

Todas ellas hablan de los problemas legales que sufren, de sus aspiraciones, de las amistades y puñaladas entre bailarinas trans en el mundo de los clubs y las salas eróticas, y esquivan sin demasiado éxito la pregunta sobre si se dedican también a la prostitución. “Me da un poco de vergüenza decirlo, porque eso ya pertenece a la vida privada...”, se excusa Sonia.

Sobre su futuro, esta joven veinteañera aventura: “Yo pienso dos cosas. Una es ahorrar dinero y poner un negocio. Y la otra es conseguir un rico millonario que me retire”. Pero sus deseos nunca se llegaron a cumplir.

Los años en el 'striptease' con Silvia Reyes
Que sus sueños se desvanecieron pronto lo sabe bien Silvia Reyes, conocida artista y ‘striper’ trans durante los años 70 y principios de los 80 en Barcelona. Compartió piso con Sonia Rescalvo durante cinco años. En una charla con elDiario.es, esta mujer completa parte de un puzzle sobre el que nunca le han preguntado demasiado: la vida de la que fue su amiga Sonia.

“Yo no conocí en Barcelona a una transexual que vistiera tan bien como Sonia”, arranca. Silvia le sacaba siete años. A finales de los 70, ambas compartieron una pensión, en la calle Pelai, y los escenarios de varios clubs de ‘striptease’. La Sala Río de la calle Floridablanca, el New York de la calle Escudellers... “Ella no era ni follonera ni se metía en la vida de nadie, como yo. Pero las dos personas de las que se enamoró se comportaron muy mal con ella y se llevaron su dinero”, relata. “Cuando ya estaba arruinada y no tenía nada en el banco, la abandonaron”.

Reyes viajaba a menudo a Suiza y a otros países para actuar y durante un tiempo trató de convencerla para que se fuese con ella. Pero no tuvo éxito. Sonia era muy sensible y entró rápidamente en depresión tras el fracaso de sus relaciones, lo que le empujó al consumo de droga “hasta el fin de sus días”, refiere hoy esta bailarina trans retirada. “Yo le decía que si no tenía dinero que se lo pagaba yo, pero no hubo manera”, remarca.

Durante los años 80, Reyes le perdió la pista. Sonia acabó dedicándose a la prostitución y viviendo en la calle. Hasta la noche del 6 de octubre del 91.

Ese asesinato fue el primero que asumieron los Mossos d’Esquadra, que se estaban desplegando todavía como policía en Catalunya. Al frente de las pesquisas estuvo el hoy comisario Joan Carles Molinero. Pese a que los delitos de odio todavía no estaban tipificados en el Código Penal –el agravante de discriminación no se introduciría hasta 1995–, Molinero recuerda que desde el inicio tuvieron claro que detrás de los ataques había un móvil de discriminación. “La manera tan cruel en que fueron apalizadas las tres víctimas nos mostraba que no era un robo. No tenían apenas pertenencias ni poder adquisitivo y fueron asaltadas por su condición de indigentes y transexuales”. Sonia murió por ser transexual.

El equipo de Molinero pronto enfocó la investigación hacia grupos de extrema derecha relacionados con grupos radicales deportivos. El cerco se fue estrechando hasta que uno de los atacantes, Héctor López Frutos, sin saber que tenía el teléfono de casa de sus padres pinchado, presumió de conocer a los autores del crimen en una conversación. Fue detenido cuatro meses después del asesinato junto a su hermano Isaac. Después los Mossos arrestaron a los otros cuatro atacantes, también amantes de las esvásticas y la violencia: Pere Alsina, David Perlade, Andrés Pascual y Oliver Sánchez.

Los Mossos, sobre los asesinos: “Nunca se retractaron”

De los detenidos, Molinero destaca su actitud “beligerante y prepotente”, incluso con chulería hacia los agentes. “No se retractaron en ningún momento ni mostraron arrepentimiento ni escrúpulo alguno. De hecho uno de ellos dijo que si lo tenía que volver a hacer lo haría”, asevera el comisario. Años más tarde, Oliver Sánchez mantenía la misma actitud en una entrevista desde la prisión con Jesús Quintero. La sentencia les declaró culpables y condenados a entre 9 y 26 años de cárcel.

Treinta años después de esa primera investigación por asesinato que llevaron los Mossos, el comisario Molinero celebra estar “a años luz” de lo que ocurría aquella época. No solo por los avances tecnológicos y por la protección del colectivo LGTBI, sino también por haber enterrado “la impunidad” con la que se movían por las ciudades españoles grupos extremistas como el que asesinó a Sonia. “El caso creó un precedente en el ámbito policial, social y jurídico”, resalta.

Durante el juicio, celebrado en 1993, se personó como acusación el Front d’Alliberament Gai de Catalunya (FAGC) y la Coordinadora Gai-Lesbiana de Catalunya, que lograron el apoyo de entidades vecinales, sindicales y sociales de todo tipo. Desde la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) hasta CCOO y UGT, pasando por el Consejo de la Juventud. También el Ayuntamiento de Barcelona ejerció la acusación popular.

“El asesinato de Sonia es un episodio importantísimo para el movimiento LGTBI”, expresa Eugeni Rodríguez, portavoz entonces y todavía hoy del FAGC. “A raíz de ese caso, Rodríguez recuerda que la entidad abrió su primera oficina contra la discriminación para canalizar denuncias desde el activismo, lo que fue el germen del Observatorio contra la Homofobia, creado en 2008. E incluso de la pionera ley contra la homofobia que aprobó el Parlament de Catalunya en 2014.

Jordi Petit, secretario general de la Coordinadora, explica que ese brutal asesinato también hizo abrir el foco a la comunidad gay. “Estábamos muy preocupados por el VIH y el sida, lógicamente, pero se iban sucediendo agresiones de ‘skins’ que nadie denunciaba, bien porque fuese difícil de reconocer al asaltante o por miedo”, explica. Y recuerda que ya en 1979 asesinaron a un joven trans en Rentería, llamado Francis, sin que trascendiera hasta mucho después.

El Col·lectiu de Transsexuals de Catalunya
Para Beatriz Espejo, mujer transexual que por entonces ejercía la prostitución en Barcelona, la muerte de Sonia fue un despertar. Sintió por primera vez la necesidad de protestar por sus derechos. Ella se enteró del caso en la manifestación del Orgullo de junio de 1992. Por aquel entonces, el colectivo de trabajadoras sexuales trans de la ciudad tenía abierta una particular guerra con el Ayuntamiento, que las quería trasladar de las calles del Camp Nou a la Zona Franca para dejarlas fuera de la ansiada foto de los Juegos Olímpicos que se estaban a punto de celebrar.

“El activismo era complicado, porque la gente tendía a querer resolver sus problemas y ya está, pero cuando empezamos la cosa fue rodada”, recuerda Espejo. En 1992 montaron el Col·lectiu de Transexuals de Catalunya [CTC], que se reunía inicialmente en la sede del FAGC. La mayoría eran mujeres trans que ejercían la prostitución. Esta activista, hoy ya retirada de la primera línea, todavía conserva un folleto de una asamblea de la época celebrada en el bar Cangrejo, del Raval. El orden del día era: legalización del colectivo –en referencia al derecho a cambiar de nombre y sexo, que no se lograría hasta 2007–, revisar el caso Sonia –por entonces pendiente de juicio–, las agresiones a transexuales –“hablaremos de las situaciones de riesgo, de cómo prevenir las agresiones”–, y un último punto dedicado al análisis de la situación de las personas transexuales dentro de la sociedad.

“El asesinato de Sonia cambió el discurso de la prensa y las televisiones y generó cierta sensibilidad. Salió en Informe Semanal, en programas de máxima audiencia, y nos dio un apoyo que hasta entonces nunca habíamos tenido”, recuerda Espejo. “Hasta aquel momento a las transexuales solamente se nos ridiculizaba y se relativizaban las agresiones”, expresa. Y, sobre los medios de comunicación, añade: “Antes de eso usaban definiciones directamente fascistas. Hablaban de plaga de travestis, de hombres de silicona…”, denuncia esta mujer.

Espejo estuvo al frente del colectivo hasta su disolución, a finales de los 90. En Catalunya el Col·lectiu Transexuals cogió el relevo de unas organizaciones trans que no habían acabado de cuajar a finales de los 70, como ‘La pluma’. En Madrid sí se había constituido Transexualia en 1986. Con todo, el Col·lectiu que presidía Espejo convocó marchas y manifestaciones a por la igualdad de derechos y contra la discriminación. “También hacíamos campañas para prevenir el sida, elaboramos plataformas a nivel político, hacíamos galas para recaudar fondos...”, enumera.

Desde entonces, el colectivo LGTBI ha sumado victorias legislativas y de reconocimiento de derechos. La última, la ley que permite la autodeterminación de género, aprobada en 2021. Pero también en el ámbito jurídico y policial se ha avanzado. En 2009 el fiscal Miguel Ángel Aguilar fue pionero en España al poner en marcha el servicio contra los delitos de odio y discriminación de la Fiscalía de Barcelona, cuando todavía ni existían estadísticas sobre denuncias de delitos de odio.

Para el fiscal, el balance tras más de una década de lucha contra la homofobia y el resto de discriminaciones es muy positivo. Destaca por ejemplo la especialización de los cuerpos policiales contra los delitos de odio, que ha culminado en una unidad propia para combatir este tipo de delitos en los Mossos d’Esquadra, plenamente operativa desde este mes de septiembre. La Policía Nacional ha anunciado que también creará grupos de investigación similares.

¿Más agresiones o más denuncias?
Aguilar también resalta la organización del colectivo LGTBI como un factor que ha favorecido un aumento de denuncias por hechos que antes formaban parte de la “cifra sumergida” del delito, esto es, de agresiones que no se denunciaban. Este es uno de los elementos que, a criterio suyo, han hecho que en los dos o tres últimos años hayan aumentado los delitos registrados por motivos de orientación sexual: 282 en 2020, año del confinamiento, solo una menos que en 2019 y 23 más que en 2018, según datos de Interior. Pero también es posible que parte de este aumento reciente sea debido a que “afortunadamente, y como no puede ser de otra manera, las personas homosexuales ya no se esconden, y eso las hace más visibles por parte de los agresores y los intolerantes”. “Pero ello nunca debe implicar volver al armario, sino denunciar”, anima Aguilar.

Sobre eso opinan también los representantes de los distintos colectivos de la época y de hoy. “En la medida en que se percibe mayor agresividad en la sociedad, debido a la crisis o a la pandemia, los grupos más expuestos a esa violencia son los mismos: los gays, las trans, las prostitutas, o los que lo parezcan”, razona Espejo, que también señala los discursos de ultraderecha como un motor de estas agresiones.

En los 80 y a principios de los 90, recuerda Petit, eran sobre todo bandas de skins las que perpetraban los asaltos. “Duró hasta que la policía se puso a perseguirlos”, rememora. “Ahora, el problema no es tanto de violencia organizada como de espontánea. Jóvenes e incluso adolescentes que realizan agresiones”, reflexiona este veterano activista, que hace referencia al asesinato en julio de 2021 del joven Samuel Luiz. Eugeni Rodríguez, por su parte, también se ha mostrado “preocupado” y “alarmado” por el auge de denuncias que les han llegado al Observatorio.

30 años después, Silvia Reyes, que vive ahora en el Eixample de Barcelona, recuerda con cariño la época que convivió con Sonia. Y cuando le preguntan por si ambas vivieron con plenitud su identidad a pesar de los tiempos que corrían, se sorprende: “Sí, ¡pues claro! Salíamos a la calle vestidas de mujer todas”. Sin embargo, añade: “Es cierto que estuvimos perseguidas por la policía. Yo estuve en la prisión de Barcelona y el penal de Badajoz. Pero Sonia no estuvo en la cárcel”.

2021/06/09

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | CON EL RECUERDO DE 'FRANCIS', EL FORO SOCIAL VISIBILIZA LA VIOLENCIA POR ORIENTACIÓN SEXUAL

Naiz / Movilización en Errenteria por el asesinato de Francis, 1979-06-11 //

Con el recuerdo de «Francis», el Foro Social visibiliza la violencia por la orientación sexual.

En el 42º aniversario de la muerte de Vicente Vadillo Santamaría, ‘Francis’, a manos de un policía en Errenteria, el Foro Social considera necesario, «no solo reconocer y reparar», sino también «dar visibilidad» a las víctimas de la violencia relacionada con la orientación sexual.
Naiz, 2021-06-09
https://www.naiz.eus/es/info/noticia/20210609/con-el-recuerdo-de-francis-el-foro-social-visibiliza-la-violencia-por-la-orientacion-sexual 

Apenas habían transcurrido siete días desde que un disparo de un guardia civil terminara con la vida de la militante ecologista Gladys del Estal Ferreño en Tutera, cuando otra bala policial mataba a Vicente Vadillo Santamaría en Errenteria el 10 de junio de 1979.

Originario de Alacant, trabajaba como travesti en un club de Errenteria y por eso era más conocido como Francis, su nombre artístico.

Como ha recordado este miércoles el Foro Social, la versión oficial difundida en la época quiso hacer creer que el policía disparó accidentalmente su arma, aunque en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Donostia en 1983 varios testigos aseguraron que no fue así.

Según relataron, el agente Antonio Caba Laguna había amenaza al encargado de la discoteca Apolo. Entonces, Francis se acercó y le espetó: «¿Y por qué no me disparas a mí?», momento en el cual el agente le disparó a la cara, resultando muerto al instante.

«El asesino fue sentenciado a nueve meses y nunca entró en prisión», ha subrayado el Foro Social para impulsar el proceso de Paz, que ha aprovechado el 42ª aniversario de la muerte de Vicente Vadillo Santamaría para reclamar «el reconomimiento también para las víctimas de la violencia relacionada con la orientación sexual».

Reflejo de una época
Estos hechos ocurrieron en «una época en la que las múltiples violencias que diversos agentes llevaron a la práctica eran el pan de cada día en el País Vasco», como ha indicado el Foro Social.

«Años donde las vulneraciones de derechos humanos en el marco del ciclo de violencias adquirieron una especial crueldad (asesinato, vacío social, violaciones, violencia de persecución, torturas sexuales, etc.) en el caso de las personas que decidieron romper con el modelo tradicional de sexualidad impuesto y con la norma hegemónica de género», ha puntualizado.

No obstante, también han destacado que la trágica muerte de Francis supuso un gran impulso al movimiento de los derechos del colectivo LGTBIQ+ en Euskal Herria. Personas que hasta entonces se veían obligadas a moverse en la clandestinidad y la marginalidad, y que «por desgracia continúan siendo víctimas de graves vulneraciones de derechos humanos y vejaciones».

En aquellos días se organizaron las primeras manifestaciones a cara descubierta tanto en Errenteria como en Donostia y comenzaron a tomar forma los primeros movimientos sociales en defensa de los derechos del colectivo, como EHGAM (Euskal Herriko Gay Askapen Mugimendua), que ya llevaba un tiempo gestándose.

Huelga general y más violencia policial

En Errenteria, las protestas se desarrollaron en plena escalada de represión policial. El día 11, lunes, la actuación de las denominadas Fuerzas de Orden Público (FOP) se hizo notar cargando contra una asamblea popular y llegó al interior del ayuntamiento, ya que la Policía lanzó botes de humo y pelotas de goma cuando se celebraba un pleno extraordinario, precisamente, para condenar la muerte de Francis.

Pese a ello, al día sieguiente se realizó una huelga general en la localidad guipuzcoana, después de que el Ayuntamiento y todos los partidos políticos que habían llamado al paro (PSOE, Herri Batasuna, PNV, Euskadiko Ezkerra, PCE, EMK y LKI) hicieran público un comunicado en el que calificaban de «brutal, salvaje e indiscriminada la actuación de las FOP».

Uniformados o de paisano, los agentes policiales continuaron agrediendo y amenanzado a la gente que se movilizaba durante los días posteriores.

Proceso participativo
Situaciones como aquella está siendo analizadas en el proceso participativo denominado ‘Compromiso social con la construcción de la convivencia democrática’, donde se han recogido múltiples aportaciones que constatan que «la sociedad vasca ha estado y sigue estando atravesada por múltiples ejes de desigualdad (género, sexualidad, nivel socio-económico, lengua...)».

Y como ejemplos de ello se citan casos de «libertad vigilada, ‘sexilio’, pintadas, amenazas, agresiones policiales, violencia física, cárcel y exilio, tortura, violencia sexual, transfobia... e incluso vulneración del derecho a la vida», como fue el caso de Francis.

«Desde el Foro Social Permanente creemos que es imprescindible reconocer de forma pública y reparar todas estas experiencias, vivencias y vulneraciones de derechos», han señalado en el comunicado difundido este miércoles.

La «premisa» sobre la que gira esta labor «es clara: todas las víctimas tienen derecho a la verdad, la justicia y la reparación; y las mismas vulneraciones de derechos humanos han de contar con idéntico nivel de reconocimiento político y legal, sea cual sea el agente violento que las haya llevado a la práctica».

Por ello, apelan a los gobiernos de Lakua e Iruñea, así como a las instituciones de carácter local y a los organismos sociales que trabajan en nuestro país, a que hagan suyo el compromiso de dar visibilidad a estas vulneraciones de derechos mediante los mecanismos que consideren oportunos.

Del 28 de junio al 7 de julio
Otra fecha relevante en este contexto que llegará pronto es la del Día Internacional por la Liberación Sexual y el orgullo LGBTIQ+, el 28 de junio. Por esto motivo, el Foro Social ha querido mostrar su «más sentida admiración y dar las gracias por el aporte que hacen a nuestra sociedad a las distintas organizaciones que trabajan y han trabajado en defensa de los derechos del colectivo».

Además, ha anunciado que el próximo 7 de julio organizará un encuentro privado en el que distintas personas representantes de colectivos LGTBIQ+ debatirán sobre los retos pendientes que plantea la construcción de la convivencia, dentro del comentado proceso ‘Compromiso social con la construcción de la convivencia democrática’. Las conclusiones del evento se recogerán en un informe que será presentado posteriormente.

2021/02/16

DOCUMENTACIÓN | VIOLENCIA | "EL CAZADOR DE MARIPOSAS": ASÍ ERA EL ASESINO EN SERIE DE TRAVESTIS DE LA RUTA PANAMERICANA

“El cazador de mariposas”: así era el asesino en serie de travestis de la ruta Panamericana.
Bautizado como “Travestilandia”, se trataba de un tramo ilegal de unos ocho kilómetros donde las travestis solían recibir las agresiones de los proxenetas o de la policía que protegía el comercio sexual.
La Razón, 2021-02-16
https://www.larazon.es/internacional/20210216/r5x4cab4zndgdejnnr67hrxu4a.html

Existe una historia aterradora que se remonta a la segunda mitad de la década del 80 en la famosa ruta Panamericana. Un total de 28 mujeres travestis fueron brutalmente asesinadas en días diferentes entre las zonas de Florida y San Isidro por un asesino que tenía un apodo: “Le llamaban el atrapa mariposas o el caza mariposas”, según el testimonio de Carla Pericles, superviviente de un ataque.

Por aquel entonces la policía no investigaba este tipo de sucesos y los casos quedaban archivados como “accidentes”. ”En la Panamericana se mezclaban en aquella época los supuestos accidentes de chicas que morían al cruzar la ruta, para escapar de la policía, con los asesinatos”, recuerda María Belén Correa, fundadora del Archivo de la Memoria Trans. “Muchas fueron enterradas como NN (”nombre desconocido”) porque no tenían familiares y si las amigas iban a reclamar el cuerpo se exponían a caer detenidas”, agrega Correa.

Otra testigo de aquella época, Cintia Di Carlo Scotch, elevó el número de víctimas: “Esa ruta maldita se llevó a 60 compañeras”. Algunos investigadores no creen en la hipótesis de un solo asesino como único responsable y analizan otros aspectos en un contexto de violencia extrema. El período con mayor cantidad de muertes tuvo lugar entre 1986 y 1989, aunque hay algunos registros de 1993 donde Travestis Unidas, una de las primeras organizaciones de travestis, organizaron protestas en la Panamericana porque seguían produciéndose asesinatos.

Se trataba de un tramo ilegal, bautizado como “Travestilandia”, de poco más de ocho kilómetros. Las travestis solían recibir las agresiones de los proxenetas o de la policía que protegía el comercio sexual. También había veces que se trataba de personas que aleatoriamente disfrutaban del acto de matar a las travestis.

Una superviviente
Carla Pericles trabajó en la Panamericana hasta que las amenazas de muerte de un comisario la obligaron a abandonar el país, primero a Francia y después a Italia, donde vivió durante veinte años. Según un testimonio publicado en un reciente libro del Archivo de la Memoria Trans, que recopila fotografías y testimonios, afirma que el asesino de travestis circulaba en un Peugeot 504 de color crema y se le atribuye, entre otros crímenes, el de su compañera a quien llamaban la Robotina.

Estos relatos también describieron a un asesino rubio con una cicatriz en el rostro que se desplazaba en un vehículo blanco y negro, o en un Falcon verde. La noche en que lo conoció, Carla había tomado whisky antes de salir porque tenía miedo.

“Me desocupé de un cliente y me metí detrás de unos árboles para acomodarme la ropa. Cuando salí, vi un Peugeot con las mismas características del tipo del que hablaban”, explica la chica, quien observó que el conductor tenía una pistola en la mano. Nada más subir al coche, “me adelanté y le propiné una patada con tanta suerte que le hice caer el arma de la mano”. Si bien escapó después de darle una paliza al cazador, Carla no pudo volver a la Panamericana.

2021/02/12

DOCUMENTACIÓN | VIOLENCIA | EL ESTREMECEDOR MITO DEL ASESINO SERIAL DE TRAVESTIS EN LA PANAMERICANA Y SUS CRÍMENES IMPUNES

Sus compañeras trasladan el cuerpo de Nancy de Martelli, agosto de 1987 //

El estremecedor mito del asesino serial de travestis en la Panamericana y sus crímenes impunes.
Osvaldo Aguirre | Infobae, 2021-02-12

https://www.infobae.com/sociedad/2021/02/12/el-cazador-de-mariposas-el-estremecedor-mito-del-asesino-serial-de-travestis-en-la-panamericana-y-sus-crimenes-impunes/

En la segunda mitad de la década del 80, las chicas travestis eran brutalmente asesinadas en la ruta entre Florida y San Isidro. La policía no investigaba y los casos quedaban asentados como “accidentes”. El misterioso hombre armado que recibió una patada de una travesti que se salvó de un ataque y el rubio con una cicatriz en la cara señalado como el criminal. Las historias de las víctimas y los testimonios de quienes sobrevivieron. La verdad y la leyenda detrás del horror.

El rumor era cada vez más fuerte. Había alguien que recorría durante la noche la ruta Panamericana, entre Florida y San Isidro, y mataba travestis. Corría la segunda mitad de la década de 1980 y la zona, con la plena vigencia de los edictos policiales y la indiferencia de la justicia ante las denuncias, estaba liberada para los abusos y los crímenes. El asesino tenía un apodo: “Le decían el atrapa mariposas, o el caza mariposas”, según el testimonio de Carla Pericles, sobreviviente de un ataque, en el Archivo de la Memoria Trans.

“En la Panamericana se mezclaban en aquella época los supuestos accidentes de chicas que morían al cruzar la ruta, para escapar de la policía, con los asesinatos”, recuerda María Belén Correa, fundadora del Archivo de la Memoria Trans. En esa serie de muertes cuyos responsables no fueron investigados, “el que se hizo conocido a través del boca a boca fue el caza mariposas”.

En su edición del 18 de agosto de 1987, la revista ‘¡Esto!’ contabilizó 28 travestis muertas en distintos episodios ocurridos en la Panamericana.

“Muchas fueron enterradas como NN porque no tenían familiares y si las amigas iban a reclamar el cuerpo se exponían a caer detenidas”, agrega Correa, también fundadora con Claudia Pía Baudracco de la Asociación de Travestis de Argentina (1993). Otra testigo de la época, Cintia Di Carlo Scotch, eleva el número de víctimas: “Esa ruta maldita se llevó a 60 compañeras”.

Marce Butierrez y Patricio Simonetto, quienes investigaron las primeras organizaciones de travestis en la época, descreen de la hipótesis de un asesino individual como único responsable y analizan otros aspectos en un contexto de violencia extrema. “Los asesinatos en la Panamericana tenían diferentes características dependiendo de la zona en que ocurrían”, afirma Butierrez, activista travesti, antropóloga e investigadorx feminista queer.

El período con mayor cantidad de muertes transcurrió entre 1986 y 1989, aunque “hay algunos registros de 1993 donde Travestis Unidas, una de las primeras organizaciones de travestis conformada por Kenny de Micheli, Sandy González y Gabriela Carrizo organizaron protestas en la Panamericana porque seguían produciéndose asesinatos”, dice Butierrez.

En un tramo de poco más de ocho kilómetros, bautizado “Travestilanda” por la revista ‘¡Esto!’, “los conflictos en Munro, Martínez y Villa Martelli tenían que ver con peleas entre las travestis y quienes intermediaban en la venta de sexo de las prostitutas cis”, agrega Butierrez. Vicente López, en particular, “era un espacio vedado para las travestis, que solían recibir las agresiones de los fiolos o de la policía que protegía el comercio sexual” y a la altura de Tigre “a veces eran personas que aleatoriamente disfrutaban del acto de matar a las travestis. Y hay también registros de casos en los que eran asesinadas en hoteles y tiradas en la ruta”. Había un denominador común: “Los casos quedaban asentados como accidentes, sin que se produjeran mayores investigaciones”.

Cara a cara

Carla María Pericles (1953-2020) trabajó en la Panamericana hasta que las amenazas de muerte de un comisario la decidieron a irse del país, primero a Francia y después a Italia, donde vivió durante veinte años. En un relato publicado en un reciente libro del Archivo de la Memoria Trans que recopila fotografías y testimonios, afirma que el asesino de travestis circulaba en un Peugeot 504 de color crema y le atribuye entre otros crímenes el de su compañera de la época, a quien llamaban la Robotina.

La noche en que lo conoció había tomado un whisky antes de salir, porque tenía miedo. “Me desocupé de un cliente y me metí detrás de unos árboles para acomodarme la ropa. Cuando salí vi un Peugeot con las mismas características del tipo del que hablaban”, dice Pericles, quien observó que el conductor tenía una pistola en la mano.

Apenas subió al auto, por la puerta rasera, “me adelanté y le tiré una patada, con tanta suerte que le hice caer el arma de la mano”. Si bien escapó después de darle una paliza al cazador, Carla Pericles no pudo volver a la Panamericana.

Los rumores sobre el cazador llegaron a la prensa de la época, aunque las referencias son contradictorias e imprecisas. Las crónicas también describieron a un asesino rubio con una cicatriz en el rostro que se movilizaba en un auto blanco y negro, o en un Falcon verde, como en los procedimientos clandestinos de la policía y los militares durante el terrorismo de Estado.

Los testimonios apuntaron a un desconocido que atropellaba a las travestis con su auto o que las agredía después de acercarse como un cliente. “A Marcela Ibáñez le pegó una puñalada cuando bajaba del coche. El tipo salió con ella, todo bien, pero cuando bajó la Ibáñez sintió como una trompada. Se dio cuenta al rato por la sangre. Se salvó porque tenía un cinturón ancho”, recordó Cintia Di Carlo Scotch.

En su crónica del 18 de agosto de 1987, la revista ‘¡Esto!’ propuso una serie de hipótesis extravagantes para explicar las muertes: proxenetas que reaccionaban “ante la desleal competencia de los travestis”; “guerra” entre las propias travestis; cruzados que actuaban en nombre de la moral; “algún loco suelto”; una “probable secta de iluminados dispuesta a impedir que surjan nuevas Sodoma y Gomorra” o bien “una secreta secta de lesbianas”. La responsabilidad policial en las persecuciones parecía cuidadosamente omitida en esas especulaciones.

En la misma línea, en una producción del informativo ‘Nuevediario’, una psicóloga señaló “un deseo inconsciente de la propia destrucción” y una supuesta “pulsión de muerte” sin tomar nota de los abusos denunciados en la Panamericana. El noticiero incluyó una entrevista con una travesti identificada como Mary, de Nogoyá, Entre Ríos, quien dijo que “en el lapso de unos meses han muerto 13 travestis”. Sin embargo, el programa prefirió cuestionar a las trabajadoras sexuales por ejercer la prostitución y “automarginarse”.

En una entrevista con la revista ‘Flash’ publicada en enero de 1987, la actriz travesti Deborah Singer denunció la muerte de cuatro compañeras cerca del cruce con la avenida Márquez. “La última fue Shirley, uruguaya, que se encontraba trabajando por la Panamericana cuando se pronto una patrulla policial estaba detrás de ella -relató. Por supuesto, la metieron en el auto y se la llevaron para la comisaría. A los pocos metros, Shirley tuvo oportunidad de escapar y saltó del automóvil. Asustada, cruzó la ruta y la agarró un auto, que la mató instantáneamente”.

El penal de la comisaría de Munro había sido destinado para alojar exclusivamente a las travestis. “Si estabas parada en la ruta, la policía te podía detener por los edictos y te exponías a pasar 30, 60, o 90 días en un calabozo -dice María Belén Correa-. En esa situación, muchas de las chicas preferían correr el riesgo de cruzar los ocho carriles de la Panamericana en medio de los camiones y los autos. Era la única escapatoria posible”.

El Archivo de la Memoria Trans reconstruyó entre otros casos de travestis muertas en esas circunstancias los de Fabiola la patrullero, una paraguaya de 18 años que había pagado una coima a la policía -según ‘¡Esto!’- y sin embargo murió el 20 de diciembre de 1987 perseguida por un auto de la seccional 2ª de Martínez. Y en agosto del mismo año el de Nancy de Villa Martelli, cuyo cuerpo desmembrado fue sin embargo rescatado por un grupo encabezado por Perica Burrometo, llamada “la Ubaldini de las travestis” por sus reclamos y gestiones ante la policía y la justicia.

La trama oculta de la violencia

Déborah Singer actuaba entonces en shows y carnavales y era la única travesti afiliada a la Asociación de Artistas de Variedades. “La policía de la provincia de Buenos Aires tiene miedo de detener a delincuentes -declaró a la prensa-. Se cubren yendo a arrestar a travestis”.

“Existían diversas violencias hacia las travestis”, dice Marce Butierrez, quien destaca como clave la acción de la policía: “Los comisarios tenían mucho más poder que un juez, de hecho tenían la facultad de aplicar a su criterio los edictos policiales y códigos contravencionales, y hasta de juzgar y dictar una condena”. La antropóloga también destaca: “La violencia que la sociedad civil ejerció contra las travestis, denunciándolas, acosándolas en la vía pública, siendo indiferente a lo que pasaba”.

Patricio Simonetto, especialista en historia social y cultural de la diversidad en América Latina e investigador en el University College de Londres, sostiene: “La violencia contra las travestis articula el resentimiento de sujetos que sienten que su pertenencia a identidades como el ser varón es cuestionada por quienes no siempre se ajustan a los marcos binarios del género”. Además, “en la violencia de los años 80 había también grandes cuotas de clasismo y racismo, porque este odio a la transgresión de género está cargado también por un deseo profundo de distanciarse de todo aquello que se considera marginal”.

En ese marco el investigador cuestiona la actitud del periodismo. “En particular sobre los asesinatos en la Panamericana, ayer como hoy, muchos buscaban el morbo y la burla. Usaban fotos de sus cuerpos desmembrados, se preguntaban cuántos litros de siliconas tendrían, intentaban averiguar un nombre que ellas no usaban o hablar con sus familias. Hubo excepciones, pero en general los periodistas escribieron para justificar la masacre de las travestis”, dice Simonetto.

“Revisar estos archivos te remueve un poco las tripas, hay fotografías súper explícitas, relatos muy crudos”, agrega Butierrez, en relación a sus investigaciones en la prensa de la época. Pero “también te das cuenta de que siempre hubo detrás una comunidad de travestis preocupadas y organizándose” que aprovechó el interés periodístico para difundir los crímenes y poner de esa manera un límite a los abusos.

Las muertes de la Panamericana desencadenaron la primera movilización de travestis en la democracia. El lunes 21 de diciembre de 1986 unas veinte travestis se reunieron en la Plaza de Mayo. Llevaban una carta para el presidente Raúl Alfonsín y pancartas que decían “Queremos tolerancia”, “Basta de abusos” y “Queremos igualdad de derechos”. Entre ese año y el siguiente, “las travestis irrumpieron en la Argentina post-dictatorial con una agenda básica: el derecho a poder vivir y circular libremente, un derecho básico que la sociedad argentina les negó y que les sigue negando a muchas en la práctica”, afirma Patricio Simonetto, quien señala que esas manifestaciones “desbordaban totalmente lo esperado para la Argentina democrática”.

La marcha se realizó al día siguiente de la muerte de Fabiola la patrullero, llamada así por su voz de alerta cuando veía un auto de la policía y fue impulsada por Mónica Ramos, una uruguaya radicada en Tigre que nucleó a sus compañeras en lo que se conoció como el Fuerte Travesti. Ramos fue a su vez asesinada a tiros en agosto de 1990, en otro crimen que quedó impune.

Un método para matar

Para Simonetto, “el centro de la cuestión no es si hubo o no un solo asesino” sino la trama social en que las víctimas resultaron víctimas de crímenes, agresiones de clientes, apremios policiales y muertes en la ruta. “Tengo un recuerdo muy patente del papá de un amigo que nos llevó a ver en auto a las travestis que vendían sexo en una avenida del conurbano bonaerense, para reírnos de ellas. Mi pregunta es cuáles son esas pedagogías profundas que han sostenido este odio, este deseo de exterminarlas que luego encarnan estos asesinos”, dice.

Para Butierrez, el caza mariposas “tiene más ribetes de un mito” y de “un invento de la prensa en sintonía con una profusa cantidad de experiencias similares en otros países que investigaban asesinos seriales”, como la de Peter Suttcliffe, el llamado destripador de Yorkshire que asesinó a trece mujeres en Inglaterra entre 1975 y 1980. “La versión de un asesino serial es cómoda para todos, exime a la policía, justifica el odio hacia las travestis en un asesino con ribetes psicopáticos, exime a los vecinos y limpia de conflictos la escena”, dice la investigadora. Sin embargo, agrega, “es probable que haya habido algún caso que se corresponda a un crimen con motivaciones más individuales”.

Los testimonios “hablan de un método para matar en donde no habría resultado extraña la connivencia entre la policía y algún efectivo de civil subido a un auto sin identificación y hay declaraciones donde incluso se señala a los vehículos particulares de oficiales de la Bonaerense: todo eso está sin investigar”.

Si las muertes cesaron en la ruta, “con el tiempo esa conflictividad migró a otros espacios, otros barrios”, afirma Butierrez. “La violencia está hoy en los hospitales, cuando no te quieren atender. El artículo 11 de la Ley de Identidad de Género no se está cumpliendo”, denuncia María Belén Correa en alusión a la norma que establece el derecho de las personas de acceder a intervenciones quirúrgicas o tratamientos hormonales para adecuar sus cuerpos a la identidad de género autopercibida.

Las razones por las que el criminal no fue identificado podrían encontrarse en el relato de la sobreviviente que lo enfrentó. Carla Pericles cuenta que aquella noche el escarmiento que le dio al cazador tuvo testigos, ya que “pasaron coches a mirar” y a pocos metros había una parrilla en la que unos policías “hacían como si no me conocieran”.

-¿Sos loca, Carla? -le preguntó finalmente uno de los policías en el lugar- ¿Qué estás haciendo?

-Llevalo preso -respondió Pericles, y señaló al hombre al que había dejado inconsciente, con golpes y mordeduras-. Es el atrapa mariposas, él mata a las travestis.

-¡No! -contestó el otro-. Es el nuevo comisario.

2021/01/21

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | MIKEL MARTIN: "EL ASESINATO DE FRANCIS FUE EL DETONANTE QUE AMPLIFICÓ NUESTRA LUCHA Y REFORZÓ NUESTRAS IDEAS"

«Fue el detonante que amplificó nuestra lucha y reforzó nuestras ideas»
Mikel Martin (EHGAM) recuerda el asesinato de Vicente Vadillo Santamaría 'Francis', al hilo del programa emitido en la televisión pública que recordó este hecho.
Ayar Salazar | El Diario Vasco, 2021-01-21
https://www.diariovasco.com/oarsoaldea/errenteria/detonante-amplifico-lucha-20210121003105-ntvo.html 

En la madrugada del 10 de junio de 1979, el vecino Vicente Vadillo Santamaría, conocido en el ambiente como 'Francis' fue asesinado por Antonio Caba Laguna, un policía nacional que le disparó en el club Apolo de Errenteria. Esta tragedia conmocionó al colectivo LGTBI+ que llevaba organizándose en torno a la reciente creación de EHGAM. Este crimen causó un gran impacto, se realizaron múltiples actos por la muerte de 'Francis' y fue un hecho que dio un impulso definitivo a la organización de EHGAM en Gipuzkoa.

Desde entonces han pasado cuatro décadas. Para el colectivo de EHGAM fue un punto crucial. El errenteriarra Mikel Martin miembro del colectivo y de la mesa LGTBI+ de Errenteria quiso recordar aquellas luchas al hilo de la emisión de un programa emitido el martes en ETB1 bajo el título de 'Ur Handitan' en el que se recordó la genealogía del movimiento LGTBI en Euskal Herria a partir de este hecho.

Martin recibió la noticia del crimen ocurrido en Iztieta mientras estaba en Bilbao «en dos diarios que publicaron la noticia se referían a 'Francis' como un hombre vestido de mujer, con pocas variantes entre ambas redacciones periodísticas» relata Martin. «Me cabreó mucho, me dolió, porque se ponía el peso en cómo iba vestida esa persona, como si ello pudiera justificar un crimen».

El policía fue sentenciado a nueve meses, pero nunca entró en prisión. «Ese fue el detonante que amplificó nuestra lucha, nos reforzó en nuestras ideas» recuerda Martin, mientras señala el garaje en la calle San Sebastián del barrio de Iztieta, lugar donde funcionó la discoteca Apolo. En la década de los setenta la zona de Oarsoaldea era una zona industrial potente, tanto en el puerto como en los astilleros trabajaban muchas personas, que luego solían alternar en bares y discotecas de la zona donde estaba la discoteca Apolo

«En esta zona había bares de alterne, con trabajadoras sexuales, discotecas, típica de una zona industrial de la época, era muy diferente a lo que es ahora» recuerda Martin.

Lucha por los derechos
Aquel trágico suceso dio un inesperado impulso al movimiento de los derechos de los homosexuales en el País Vasco. El día 12 de junio se organizó una gran manifestación en San Sebastián, la primera que visibiliza al colectivo de gays y lesbianas agrupado en torno a EHGAM en Gipuzkoa.

Para Martín fue muy emotivo recordar estos hechos al ver el programa emitido por EiTB el martes. «La verdad es que el título ya lo decía: 'Estamos orgullosos de Francis', es un cambio muy notable en el tratamiento de un medio público de prensa». Mediante entrevistas a diversas personas de diversas edades, géneros e identidades recordaron estos hechos y reafirmaron la lucha de este movimiento.

Martin comenta que «aquella tragedia que se convirtió en rebeldía, rebelión de un grupo de personas que hemos estado siempre al margen en una sociedad heteronormativa»

Hoy 'Francis' tendría 75 años, «quienes lo conocieron coinciden que era una persona muy vital, con muchas ganas de vivir».

El paso de cebra en Iztieta es un memorial en torno a 'Francis' y a las personas que trabajan en pro de los derechos civiles de las personas LGTBi+. «Es el gran símbolo, alguna gente suele decir que fue nuestro pequeño Stonewall» señala Martin.

En estos cuarenta años sin 'Francis' los cambios se han dado, «en cuanto a la percepción social, en cuanto a la autoestima de las personas que estamos dentro de este colectivo, sentirnos fuertes, orgullosos y orgullosas, nos hemos visibilizado muchísimo y hay cada vez más referentes públicos» manifiesta. En las escuelas se ha ido aumentando la presencia de actividades en pro de la diversidad afectivo sexual y de género mediante la presencia de militantes LGTBI+ en las aulas, mediante la edición de libros y libros de textos en algunos casos, mediante exposiciones. También han intervenido en las asociaciones de vecinos, con los sindicatos. Actualmente Martin continúa con la lucha desde la mesa LGTBI+ de Errenteria.

2020/10/28

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | MADAME ARTHUR, EL SAMALTINO QUE ROMPIÓ MOLDES ANTES QUE LA VENENO

El travesti salmantino que rompió moldes antes que La Veneno.
Modesto Mangas nació en Villavieja de Yeltes. Conocido como Madame Arthur, fue el primer hombre en travestirse en pleno franquismo triunfado en el Paralelo de Barcelona en los años 60 y 70.
Antonio Casillas | La Gaceta de Salamanca, 2020-10-28
https://www.lagacetadesalamanca.es/provincia/el-travesti-salmantino-que-rompio-moldes-antes-que-la-veneno-BF5117164 

Con la historia de Cristina Ortiz ‘La Veneno’ de plena actualidad gracias a la exitosa serie de Atresmedia, es oportuno echar la vista atrás y reivindicar la historia de los que abrieron ese camino en el momento más difícil, en pleno franquismo. Porque antes de que la palabra transexual llegará al vocabulario y el cambio de sexo fuera una realidad, los travestís pusieron esa semilla. Y es un salmantino el que tiene el honor de haber sido el primero en la historia de España.

Madame Arthur nació en 1923 en Villavieja de Yeltes con el nombre de Modesto Mangas y falleció en Barcelona en 1999.

Eduardo Gión, un inquieto catalán director de cine rescató en 2011 del posible olvido a Modesto Mangas en un documental como un homenaje a una de las figuras más emblemáticas de la Barcelona canalla y del cabaret más absoluto. Un artista que dejó sin palabras a Federico Fellini tras una actuación, al que Franco le concedió la Medalla al Mérito del Trabajo y al que metió dos o tres meses en la cárcel por escándalo público.

Cuentan quienes le conocieron en los cabarets del Paralelo barcelonés y en los bares del barrio Chino de Salamanca que de su aspecto sobresalía su altura y su prominente nariz. “La Modesta”, primero o Modesto L’Alhambra o Madame Arthur, después, exhibía su potente voz, atronadora, patética y desgarrada.

Modesto Mangas reivindicó para sí el título de primer travestido de la historia reciente. “Jamás me he sentido discriminada. Veinte veces que volviera a nacer, veinte veces que quisiera ser Madame Arthur”, dijo en una entrevista realizada en los años noventa en El País.

Ya desde pequeño tuvo un aire ambiguo, tanto en los años de escuela en Villavieja donde le gustaba hacer muñecas de trapo como en los tiempos en Lumbrales en los que organizaba teatros. Su mundo de la farándula comienza a fraguarse en la Compañía “Sonrisas de España” que recorría los pueblos cantando y bailando el cancionero, pero que tuvo que dejar para evitarle males mayores a su madre.

Vuelta a Salamanca y vuelta a un mundo que él no desea. Va fraguando su amor por el espectáculo mientras trabaja en la pensión que sus padres instalan en la zona de María Auxiliadora. “Un amigo de la familia recuerda que cuando los huéspedes hablaban de sus hijos, la madre decía orgullosa “mi hijo es artista”, según la documentalista salmantina Macu Vicente.

Modesto Mangas también dejó su impronta como artista en el servicio militar. “Fui un caso precoz en el arte. Nunca he negado que soy homosexual, y sólo me he tratado como chico cuando he trabajado en sitios que lo requerían, como en la mili, en Valladolid que era primera telefonista del Estado mayor del Aire”, destacó el artista en los años noventa.

De la ópera al cabaret. En la mili, recuerdan sus paisanos, por la noche se envolvía en una sábana y subido en cualquier sitio cantaba ópera a sus compañeros.

En los años cincuenta Modesto regresó un tiempo a Villavieja trabajando como camarero en la fonda. Ya en esa década había empezado su vida artística. “Iba por Villavieja y pueblos de la zona con una compañía ambulante junto a Pepita Gracia, Rosita de Andalucía y Angelito, que era un guitarrista excelente. Sus actuaciones ha dejado un recuerdo imborrable, ponían color y alegría en años oscuros y tristes”, destaca Macu Vicente quien subraya que “Todos lo describían e insistían en su educación, elegancia, seriedad, discreción, agudeza y buen humor”.

En Salamanca. Modesto Mangas trabajó en Salamanca en el café de Los Carboneros, en el cabaret Simu y en el Barrio Chino, entonces el mayor de Europa, en La Terraza, un local con patio y en El Columba, el más conocido, dirigido por Margot y La Mara. “Hasta hace 2 ó 3 años un vecino de Villavieja hablaba con La Mara, ya mayor y le contaba maravillas de Modesto, recordaba las tardes de toros con él y cómo lo defendían y querían las chicas de los locales en los que él actuaba”, añade Macu Vicente.

Estando en Madrid trabajó con Celia Gámez y frecuentaba un bar de copas en la Cuesta de las perdices que era de un salmantino de Bogajo.

Es entonces cuando Modesto Mangas supera una dura selección y entra a trabajar como ayudante de cámara del ministro de la Gobernación.

Un tiempo en el que visita Barcelona, en el que conoce al doctor López Ibor y a Camilo José Cela.

Después volvió al cabaret y viajó a París donde conoció a los primeros travestís. Regresó a España para seguir con su carrera como cantante con empresarios que le pagaban menos de lo que conseguía alternando con clientes.

En Barcelona. El Paralelo de Barcelona fue su sede artística. Empezó como presentador en el cabaret Gambrinus y poco después sorteó la censura vistiéndose de mujer. Era un espectáculo único al que llegaba público de toda España porque en Madrid era imposible realizarlo. Madame Arthur cantaba, bailaba y se metía con la gente y nunca utilizó play back. Fue un camino de éxito saltando al teatro Cirus y al Barcelona de noche, lo más canalla de la ciudad condal nocturna donde sedujo con su arte al mismísimo Federico Fellini. Modesto trabajó con destacados artistas como Pierrot, Pavlosky, Christine o Paco España, entre otros muchos y como Madame Arthur se fue de gira con la compañía Incógnito y visitó la cárcel por escándalo público.

Modesto no volvió más a Salamanca. La última visita a Villavieja fue en 1981 cuando llegó a la plaza en taxi con chófer, abrigo de visón blanco hasta los pies, traje de raya diplomática y botines blancos. Llegaba un triunfador, lo que él fue.

2020/06/28

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | BILBAO, UN ORGULLO DE CIUDAD

Un Orgullo de ciudad.
28-J. Bilbao estrena las primeras visitas guiadas de temática LGTBIQ+ por los rincones en los que el movimiento dejó huella.
Eva Molano | El Correo, 2020-06-28
https://www.elcorreo.com/bizkaia/orgullo-llena-musica-20200628131409-nt.html 

Aunque amar ya no es delito, el colectivo LGTIBQ+, que este domingo celebró una nueva jornada de reivindicación con motivo del 28 de junio, cuando se conmemoran las protestas masivas tras la redada en el bar de ambiente de Stonewall Inn de Nueva York en 1969, el colectivo sigue luchando por el reconocimiento de la diversidad y contra la homofobia y la discriminación. La coordinadora 28-J de Bizkaia, volvió este domingo a celebrar una manifestación masiva reivindicativa, mientras que Ortzadar organizó al mediodía una bandera humana arcoíris frente al Palacio Foral. Dentro del Bilbao Bizkaia Pride, que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Bilbao y de la Diputación, los sábados y domingos hasta el 26 de julio se organizan las primeras visitas guiadas de temática LGTBIQ+. Parten a las 11.00 horas de Moyua y debe realizarse una preinscripción en la web www.bilbaobizkaiapride.com. La historiadora y guía turística bilbaína Itziar Gutiérrez ha sido la encargada de diseñar la ruta tras bucear en archivos y contactando con activistas históricos como La Otxoa.

Principios del siglo XX. Redada en el hotel Carlton por «desórdenes públicos»
A finales del siglo XIX, «para alguien progresista de la época, la homosexualidad era un vicio propio de la aristocracia». Ya durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) se acusa al colectivo de «apología de la aberración» y se persiguen las muestras de cariño en público con multas e inhabilitaciones para ejercer cargos públicos. La Policía hizo una redada en el Hotel Carlton, inaugurado en 1926, por «desórdenes públicos». Cuando vieron que los implicados eran de la alta sociedad, la actuación no tuvo «mayores consecuencias», explicó la historiadora.

Años setenta. Primeras asociaciones y bares de ambiente en el Casco Viejo
El franquismo anula los escasos avances logrados en la República, cuando hubo pequeños atisbos de apertura en medio de un rechazo general por parte de todas las opciones políticas. Durante la dictadura, los homosexuales fueron reprimidos violentamente y encarcelados e incluso lobotomizados y ellas, enviadas a conventos y a hospitales psiquiátricos. Tras la muerte de Franco, comienza la apertura de locales de ambiente en el Casco Viejo. Ya existían algunos, como El Gallo de Oro. EHGAM, Euskal Herriko Gay Askapen Mugimendua, nace en 1977 en Bilbao. En 1979 se celebra la primera manifestación del colectivo en la ciudad para conmemorar el X aniversario de los sucesos de Stonewall en Nueva York. «Fue de La Casilla hasta el Ayuntamiento y hubo disturbios», recordó Gutiérrez. Durante la Aste Nagusia de 1979, La Otxoa canta 'Libérate' ante miles de personas. También nace Emakumearen Sexual Askatasunerako Mugimendua (ESAM). Los bares de ambiente jalonan el Casco Viejo, donde funcionaba el emblemático Txoko-Landa. En 1993, se produce la primera sentada reivindicativa en la Calle Nueva, junto al restaurante Amaya.

Los años ochenta. Memorial a las víctimas del SIDA en El Arenal
El Arenal y la explanada de la Naja se convierten en zonas de cruising para ligar. «Mucha gente adinerada se acercaba de las zonas más pudientes hasta allí, y sin bajarse del coche captaban a los que estaban por la zona, que se conocía como 'El Balcón de la Lola' (de ahí el nombre del garito de Bailén)». En los ochenta, la pandemia del SIDA azota al colectivo, que lucha por la prevención. Ahora, un banco rojo recuerda a las víctimas en El Arenal. Es un memorial de la Asociación T-4. Hay otros seis iguales en el mundo.

El movimiento coge impulso en Bilbao La Vieja
En los cabarets de Bilbao La Vieja actuaban las travestis más guapas llegadas desde todos los puntos de España. En noviembre de 1977, hubo protestas tras la muerte de la vecina María Isabel Gutiérrez, en la cárcel de Basauri, donde ingresó por «actividades contra la moral». Las travestis también participaron en las protestas y la huelga convocada fue total en el barrio. El 25 de octubre 1978, la Policía detuvo a 258 personas en Las Cortes. Varias fueron trasladadas a un centro de rehabilitación de Huelva en base a la Ley de Peligrosidad Social. En los noventa, el ambiente vuelve a trasladarse a esta zona. La homosexualidad no queda descatalogada como delito hasta 1995. «El colectivo de transexuales también comienza a empoderarse y a solicitar la despatologización, que ha llegado hace solo dos años», relató la historiadora. «Jeanette», antes Juanito el Trianero, fue la primera mujer transexual de Bilbao, a la que se cambió de sexo en la clínica Indautxu. A partir de 2010, en Bilbao La Vieja nacen proyectos como Pikara Magazine. Eventos como Zinegoak o el Pride contribuyen a la normalización del colectivo, aseguró.

Marcha masiva por una sociedad «igualitaria, justa y diversa»
La coordinadora 28-J, creada en 1999 y que aúna a colectivos como Aldarte, EHGAM y Hegoak, entre otros, volvió ayer a reivindicar el Orgullo con una manifestación en la que clamaron que «las normalidades instauradas siempre nos han traído violencias ». Y pidieron «una sociedad solidaria, justa y diversa» frente a una «en la que no se respeta la diversidad sexual y de género, heteronormativa y binaria».

2020/03/21

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | CANDELA GARCÍA LÓPEZ: EL LARGO Y TORTUOSO CAMINO

Candela García López: el largo y tortuoso camino.
Nació como José Antonio y luego Candela llegó a ser una de las artistas de la corte de la transgresora Esmeralda.
Félix Machuca | ABC Sevilla, 2020-03-21
https://sevilla.abc.es/sevilla/sevi-candela-garcia-lopez-largo-y-tortuoso-camino-202003210816_noticia.html 

Es muy probable que Candela no sepa quién fue Tiresias. Ni falta que le hace. Pero Tiresias, el advino mitológico griego que fue hombre y mujer, sí pudo saber cómo sería el largo y tortuoso camino de José Antonio García López, un chico con alma de chica que hoy, como se lee en sus papeles, es Candela García López. Conseguir ser lo que sentía, pasar de José Antonio a Candela, fue un infierno. Un largo y tortuoso camino que arrancó en las calles de su infancia, donde jugaba más con las muñequitas de las niñas del vecindario que con el balón de los muchachos. Ahí empezó a comprender, por las chanzas hirientes que soportó, que ser Candela lo iba a dejar helado más de una vez, para sentirse como cantaba la estrofa de aquella canción de los Beatles: «Muchas veces he estado solo y muchas veces he llorado». Hasta que llegó a ser una de las más floreadas artistas de la corte transgresora de La Esmeralda, Candela conoció el lado oscuro de ser diferente.

Y eso tenía un precio. Muy alto y a pagar en el instante. Como aquella vez que fue a tallarse en la calle Baños para hacer la mili y le dijeron que era más aconsejable, dada su pinta efébica, que se acogiera a una ley que lo eximía de hacerla, dado que era el único hijo de un matrimonio mayor de sesenta y cinco años. O aquella noche tristísima, trabajando en la limpieza de barcos en el puerto de Barcelona, de regreso a su casa, cuando inopinadamente la secreta de la época se lo llevó sin cargo alguno, pese a que le recriminaban que fuera maricón. Le cayeron, por ley tan abusiva, cinco meses y medio de cárcel en la Modelo. Toda su vida ha sido el pago desmedido de la hipoteca de ser distinto. Para colmo no pudo estudiar, trabajó siendo adolescente y desde Suiza a Cataluña pasando por Francia, sus manos y sus rodillas se descarnaron en los trabajos que la emigración menos preparada asumía para sobrevivir. Fue trapero, pinche, fregasuelos y todo aquello que le permitiera un salario para sobrevivir y enviarlo a casa de los padres. Qué buen nombre escogió para hacerlo leyenda de su vida: Candela.

La vida la marcó. Pero no se dejó abrasar por tanto infierno. Le hizo hueco en un corazón tan exigido a la parte más frívola y alegre de la noche. Antes de entrar a trabajar, como solista, cantando cuplés y canción española en el «Califa» sevillano echó sus horas en las güisquerías del ramo. Tuvo muy buena planta, jaquetona y risueña, rubia aleonada como una fiera de la selva de las barras de lucecitas de colores. La buscaban porque daba palique, te hacía el vaso largo chispeante y no faltaba en los labios del combinado la guinda verde. Los que le pidieron un servicio más completo siempre se llevaron el mismo chasco: imposible, cariño, hoy hay tomate... Un recurso que Candela hacía verosímil impregnando en mercromina sus prendas más íntimas. Una noche coincidió su actuación con el despliegue arrebatado y jaranero de las niñas de La Esmeralda en la sala Califa. Y allí mismo llegaron a un acuerdo para que pasara a formar parte del elenco más desvergonzado, insolente y descocado de los travestis y transexuales sevillanos. La Candela empezaba a prender en la chimenea del éxito para darse calor tras una vida tan glacial. Pillando calentones como el de aquella tarde en Alcalá por culpa de un GPS. Estaba loquita por ver a Pastora Soler. Pidió que la llevaran. Y la llevaron hasta Alcalá. Pero no daban con el sitio donde actuaba la Soler. El amigo encendió el GPS y, aún así, el coche daba más vueltas que el de Carlos Sainz en el Dakar. Y la Candela, escamadita perdía, le dijo: «Oye, Pepe, tú tendrás mucha amistad con la mujer esa del GPS, pero mejor paras el coche y le preguntas al primero que pase dónde actúa Amparo Soler. No me fío de esa tía...» Tampoco confió mucho en un naturista que fue a ver. Se lo había recomendado una sobrina suya que decía era un tipo muy profesional. Candela fue a verlo y se dejó inspeccionar con una lupa. Le vio los ojos y le dijo: «Usted tiene anemia». Prosiguió el doctor la exploración y le avanzó otro diagnóstico: «La regla también la tiene desajustada». Candela esbozó una sonrisa irónica que, inmediatamente, le reprochó el especialista. «¿Va a saber usted más que yo?», le preguntó el naturista. Y Candela le dijo: «Más que usted seguro que no. Pero de mí lo sé todo y le garantizo que no puedo tener la regla porque soy un hombre». Un hombre del que quiso desprenderse a lo largo de una vida. Para convertir tan duro y espinoso tránsito personal en un largo y tortuoso camino por ser Candela en vez de José Antonio...

MIKEL/A, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS OCULTAMOS

Mikel/a enseña cacho en la 2ª Gayakanpada de EHGAM, 27-29 agosto 1993, Muxika // STARS COFLHEE es un trabajo realizado por Julen Zabala Alon...