50 reclusos reciben información de ONG sobre sida en las cárceles vascas.
Txema G. Crespo | El País, 1999-05-09
https://elpais.com/diario/1999/05/10/paisvasco/926365206_850215.html
Txema G. Crespo | El País, 1999-05-09
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Las organizaciones no gubernamentales (ONG) antisida vascas atienden semanalmente a cerca de 50 reclusos de las cárceles de Nanclares de la Oca, Basauri y Martutene, que voluntariamente acuden a sus grupos de apoyo. Los primeros en recibir estas charlas sobre el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) fueron los internos de la prisión alavesa. Basauri es, en cambio, el primero y por ahora el único centro penitenciario donde existe un programa de intercambio de jeringuillas para evitar contagios.
En 1993, la Comisión Ciudadana Antisida de Álava comenzó a trabajar en el apoyo psicosocial de los reclusos afectados y a realizar actividades de promoción de la salud y la autoestima. Esta labor tuvo su momento más reconocido en el verano de 1997, con la puesta en marcha en Basauri del intercambio de jeringuillas. Este último año, la novedad la ha traído el grupo guipuzcoano al comenzar a trabajar en Martutene con grupos de autoapoyo para los internos. Las memorias de 1998 de las ONG reflejan un interés progresivo por parte de los presos en participar en las charlas y, al mismo tiempo, la escasa información que sobre esta enfermedad tiene una población reclusa, afectada por el sida en un alto porcentaje.
En 1993, la Comisión Ciudadana Antisida de Álava comenzó a trabajar en el apoyo psicosocial de los reclusos afectados y a realizar actividades de promoción de la salud y la autoestima. Esta labor tuvo su momento más reconocido en el verano de 1997, con la puesta en marcha en Basauri del intercambio de jeringuillas. Este último año, la novedad la ha traído el grupo guipuzcoano al comenzar a trabajar en Martutene con grupos de autoapoyo para los internos. Las memorias de 1998 de las ONG reflejan un interés progresivo por parte de los presos en participar en las charlas y, al mismo tiempo, la escasa información que sobre esta enfermedad tiene una población reclusa, afectada por el sida en un alto porcentaje.
La memoria de la vizcaína T4, que ha trabajado en Basauri, señala: "Al comienzo detectamos un bajo nivel de información sobre los temas relacionados con el VIH. Se realizaron pequeños avances en aspectos muy concretos como los mecanismos del virus, el funcionamiento inmunológico del cuerpo y la eficacia de los tratamientos". En general, como recoge la memoria del grupo alavés, los reclusos "presentan un bajo nivel educativo y problemas de drogodependencias, encontrándose algunos de ellos en tratamiento con metadona dentro del propio centro penitenciario. En cuanto a su situación respecto al VIH, en el grupo de hombres cerca del 65% están infectados, porcentaje que aumenta en las mujeres".
Los informadores que acuden a las cárceles vascas pretenden tanto evitar que los no portadores se contagien, como que los infectados caigan en la llamada reinfección. Como dice la resumen de la asociación guipuzcoana: "Lo esencial de estos grupos es que, partiendo tanto de la situación de afectados por el sida, como de la preocupación que existe en la población penitenciaria, se cree un foro de reflexión personal compartido para llegar a un cambio personal y un giro en la forma de vida que conlleve una seria reflexión sobre el consumo de drogas". La información que más demandan es sobre los medios de transmisión, tratamientos médicos y, sobre todo, las nuevas normativas legales que permiten la excarcelación por enfermedad incurable, o las alternativas al cumplimiento de condena.
Reparto de jeringuillas.
Txema G. Crespo | El País, 1999-05-09
https://elpais.com/diario/1999/05/10/paisvasco/926365205_850215.html
Txema G. Crespo | El País, 1999-05-09
https://elpais.com/diario/1999/05/10/paisvasco/926365205_850215.html
Dentro de las actividades para la promoción de la salud entre la población reclusa, el País Vasco ha puesto en marcha en la cárcel de Basauri el primer programa de reparto de jeringuillas en una institución penitenciaria española, del que se encargó la Asociación Antisida de Vizcaya. Esta iniciativa comenzó en el verano de 1997 de manera experimental. El Ararteko ha pedido en su último informe que se extienda a las prisiones de Álava y Guipúzcoa. Aunque esté totalmente prohibido, el consumo de drogas en las cárceles es habitual y una de las principales formas de transmisión del VIH se da entre los heroinómanos por el uso de la misma jeringuilla. La constatación de este hecho ha llevado al ararteko, Xabier Markiegi, a solicitar su extensión, "no sólo por lo positivo que pueda estar resultando el programa experimental en Basauri, sino por los graves perjuicios en la salud que su falta de implantación conlleva en los otros centros", señala el informe de 1998 del Defensor del Pueblo vasco al Parlamento.
Nutrición y acogida
El estado de salud de los reclusos infectados por el VIH es, en muchas ocasiones, lamentable. Así que los grupos antisida también colaboran en su alimentación, en lo que es una de las ayudas que más agradecen los internos. La memoria de la Comisión Ciudadana Antisida de Álava cuenta sobre esta iniciativa, que puso en marcha el año pasado: "Los internos infectados por VIH de Nanclares de la Oca sufren en muchos casos graves problemas de malnutrición derivados de la falta de ingesta o del deterioro en la absorción de alimentos". La comisión llevó el año pasado 7.000 unidades de tres productos que han sido utilizados como fuente adicional de calorías y proteínas o como reemplazo de las comidas por 200 personas durante 1998. Además, el grupo alavés tiene un piso de acogida por el que han pasado 117 penados de permiso o en segundo y tercer grado.