1977/09/27

DOCUMENTACIÓN | DIGNITAT, EL GRUPO HOMOSEXUAL CATÓLICO

"Dignitat", una alternativa para homosexuales católicos.
Lola Galán | El País, 1977-09-27

https://elpais.com/diario/1977/09/28/sociedad/244249203_850215.html

El 12 de diciembre de 1973 un jesuita catalán, Salvador Guasch, decidió, en un arranque de sinceridad, declarar su condición de homosexual ante dos conocidos siquiatras. La Compañía de Jesús dio órdenes de que fuera internado y examinado en un instituto siquiátrico, cosa que se hizo inmediatamente. Salvador Guasch permaneció encerrado escasos días y al salir había madurado su idea de organizar un centro de acogida y protección a todos los elementos marginales de la gran ciudad.

De este inicial impulso de un hombre surge 'Dignitat', la otra gran organización de homosexuales que existe en Catalunya junto al ‘Front d'Alliberament Gai de Catalunya’, aunque mucho menos radical y casi exclusivamente centrada en acoger a homosexuales católicos. La tarea reivindicativa de ‘Dignitat’, que nació dependiendo del centro de potencial humano, se reduce casi exclusivamente a una dura condena a la Iglesia, y una petición clara a la sociedad de admisión y comprensión. ‘Dignitat’ carece de presupuestos políticos, y el profundo contenido católico del grupo hace que sus miembros se dediquen a cuestionar preferentemente la actitud de los católicos hacia el problema ‘gai’.

«Afirmamos que el correcto desarrollo del propio potencial sexual ayuda a las personas a ser más humanas y felices. Por ello creemos que las personas deben tener la oportunidad de descubrir, definir y vivir racional y dignamente su identidad sexual.»

‘Dignitat’ traduce de alguna forma a la realidad española el intento norteamericano del padre Jhon McNeil: ‘Dignity’, presente en numerosos estados de los EEUU. De ahí que se haya destacado como uno de los más fervientes defensores de la difusión del libro del jesuita norteamericano «La Iglesia y el homosexual», actualmente con grandes dificultades ante la Iglesia.

El difícil equilibrio entre homosexualidad e Iglesia se mantiene, sin embargo, durante los últimos años y para ‘Dignitat’ precisamente porque ‘la homosexualidad es un don de Dios’, es inadmisible la actitud de la alta jerarquía eclesiástica, a la que denuncia repetidas veces: «Denunciamos a la Iglesia que oponiéndose al diálogo sobre la homosexualidad quiere continuar manteniendo una moral inadecuada y decadente. Denunciamos a la Iglesia como responsable de muchos suicidios de homosexuales que no encontraron la comprensión, la orientación, el consuelo y el apoyo que en vano buscaron de confesionario en confesionario. Porque obligando a los sacerdotes y religiosos homosexuales a esconder su identidad les obliga a mentir y a vivir en la hipocresía tan condenada por Jesucristo.»

Homosexualidad en familia

‘Dignitat’ mantiene contactos con numerosos grupos ‘gai’, y en concreto con el FAGC, aunque manteniendo posturas radicalmente diferentes. El apoliticismo de ‘Dignitat’ se complementa con una falta general de beligerancia en sus críticas, con una tendencia a la moderación que no supone, sin embargo, reducción alguna en la eficacia de su labor, desarrollada a través de charlas, coloquios, conferencias, pretendiendo siempre en última instancia una toma de contacto con las gentes afectas por la dificultad de asumir una personalidad homosexual en nuestra sociedad. La labor de este grupo católico se ha centrado también en los familiares de homosexuales para hacerles comprender de una manera clara el derecho de cada individuo a desarrollar su propia sexualidad, sea la que sea, porque sólo en una sociedad capaz de funcionar sobre planteamientos libres es posible la existencia de hombres felices y humanamente sanos.

‘Dignitat’ ha pretendido a lo largo de su existencia «que el homosexual tenga conciencia de su dignidad como hombre y como cristiano y de la necesidad que tiene de liberación personal de sus propios prejuicios y de los prejuicios de los demás».

Una de las preocupaciones constantes de esta organización ha sido la de mantener contactos con los diferentes grupos de homosexuales en España y en el extranjero para intercambiar experiencias y mantener una comunicación especialmente valiosa entre personas que sufren una marginación tan dura.

Salvador Guasch no es jesuita.
Director de la Oficina de Prensa de la Compañía de Jesús de España | Cartas al director | El País, 1977-10-14

https://elpais.com/diario/1977/10/15/opinion/245718009_850215.html 

Con referencia a la información aparecida en su periódico sobre el movimiento «Dignitat», promovido por Salvador Guasch, al que se le presenta como perteneciente a la Compañía de Jesús, debo comunicarle, que Salvador Guasch dejó de ser jesuita el 7 de junio de 1975.

1977/09/16

PELÍCULAS | Chávarri, Jaime | A un Dios desconocido

Chávarri, Jaime (Director) (1977). A un Dios desconocido. Producción, Elías Querejeta.

A un Dios desconocido. 1977. Estreno: 1977-09-16. 104 min. Dirección: Jaime Chávarri. Guion: Elías Querejeta, Jaime Chávarri. Reparto: Héctor Alterio, Xabier Elorriaga, María Rosa Salgado, Mercedes Sampietro, Ángela Molina, Marisa Porcel, Mirta Miller, Rosa Valenty, José Joaquín Boza, Margerita Mas, José Pagán, Emilio Siegrist, Antonio Bermejo, Yelena Samarina. Producción: Elías Querejeta.

José, un mago homosexual de 50 años, vivió su infancia en Granada. Su padre era jardinero en la casa de los Buendía. Allí vio alguna vez a Federico García Lorca. Una noche de julio del 36, un grupo de fascistas asesinó al padre de José a las puertas del jardín. Hoy José siente la necesidad de volver al lugar de su niñez. Tal vez para recuperar la memoria, quizás para enterrarla definitivamente. Y también siente la necesidad de desvelar a Miguel, su actual amante, lo más recóndito de sus sentimientos.

José es un mago de mediana edad que vive su homosexualidad con discreción. Vive solo y mantiene una relación esporádica con Miguel, un joven político a quien le resulta más conveniente casarse con una mujer y aparentar ser "heterosexual" en la alta sociedad madrileña que reconocer su homosexualidad. José suele retrotraerse con bastante frecuencia a su infancia granadina, que coincidió con el estallido de la Guerra Civil Española en 1936. Los recuerdos de aquella época le invaden obsesivamente. Habiendo traspasado la barrera de los cincuenta años, José decide regresar a Granada y revivir su niñez. En aquel período, él estaba enamorado de Federico García Lorca y mantuvo un romance de juventud con uno de los amantes del insigne poeta. Inundado de recuerdos, se remontará hasta el asesinato de García Lorca a manos de agentes al servicio de Franco.

A un dios desconocido: cambiando la representación gay en la España de la Transición
La película de Jaime Chávarri, un homenaje en elipsis a Federico García Lorca, se atrevió en 1977 a presentar una imagen diferente de los hombres homosexuales en la ficción con un protagonista alejado de tópicos infantiles
José A. Cano | Cine con ñ, 2022-06-17
https://cineconn.es/a-un-dios-desconocido-pelicula-chavarri-gay-transicion/

‘A un dios desconocido’ se atrevió a cambiar, en 1977, la manera en la que el cine español representaba a los homosexuales sin caer en el morbo ni el estigma. Alejándose explícitamente de la parodia amanerada e infantilizada habitual en la comedia del momento, presentó a un protagonista sin marginalizar ni dramatizar, que vive su identidad con madurez y alejado de contradicciones. Un hombre capaz de superar los viejos complejos, invitando a la sociedad española de la Transición a aceptar un país mucho más plural y diverso.

La historia de la película sigue a José, un mago cincuentón que se gana la vida actuando en una sala de variedades en Madrid y que regresa a su Granada natal para visitar a la hermana de un viejo amigo. En realidad, este amigo, Pedro, fue su primer amor, y en el protagonista existe la secreta esperanza de revivir aquella sensación de juventud o al menos darle un cierre. Al mismo tiempo mantiene una relación con un joven político madrileño, de ideas renovadoras pero que no está tan cómodo con su sexualidad como él.

Chávarri y Héctor Alterio en ‘A un dios desconocido’
Jaime Chávarri venía de rodar su primera colaboración con Elías Querejeta, ‘El desencanto’ (1976), un documental sobre la figura de Leopoldo María Panero y en cuyo retrato del Franquismo o la Guerra Civil, además de las identidades sexuales divergentes, hay más de un punto en común con el filme que ahora nos ocupa. Aún no era el director de prestigio que llegaría a ser, pero sí un profesional respetado al que se le suponía un discurso de autor y que, hasta ese momento, no había conseguido ser comercial.

El actor protagonista no es casual. Hector Alterio había interpretado un año antes a Pascual Duarte y estaba a punto de estrenar ‘La guerra de papá’. Cuando no interpretaba a hombres violentos, se había especializado en papeles de galán. Es decir, estaba completamente alejado de la imagen de una persona homosexual que se tenía en la época. Su elección -o la de Xabier Elorriaga como su amante más joven- buscaba desterrar el tono cómico, paródico o infantil, abundante en el cine del momento a la hora de retratarlos.

Alterio compone un personaje contenido, que vive su homosexualidad sin convertirla en tabú pero con la discreción que le obligan las circunstancias políticas y sociales. Un tipo con cierto carisma pero que ha pasado la vida ocultando secretos propios y ajenos y no desea exactamente complicarse. Su trabajo le valió la Concha de Plata al Mejor Actor en el Festival de San Sebastián.

La posible revolución de las costumbres
‘A un dios desconocido’ es una historia, o varias, de amor entre hombres que, sin ocultar las dificultades que eso suponía en las dos épocas en las que se ubica -los años 30 y los 70 como presente del rodaje-, no las convierte en dramáticas o problemáticas per se ni tampoco las aborda desde el morbo, algo habitual en el escaso cine de la Transición que no trataba la homosexualidad directamente como un chiste.

Por una parte tenemos la relación de José con Pedro, el hijo de los dueños de la finca donde pasaron los veranos en la adolescencia, que se refleja en el amor no correspondido y casi idealizado de este último ante la figura ausente de Federico García Lorca. El viaje del protagonista será convencerse de que aquel primer escarceo de juventud no merece los años de nostalgia que ha volcado en él y que debe concentrarse en el futuro.

Así puede rimar con la relación real, la frustrante: la que José mantiene con Miguel, un hombre más joven que él, diputado y militante político de lo que en el momento se identifica como izquierda radical. Un tipo coherente con sus ideas pero no con su sexualidad, que mantiene una relación con una mujer con la que está dispuesto a casarse para ocultar esa parte de su vida. Ante esos complejos José, más maduro y más cansado, se rebela, como lo hará igualmente cuando una amiga le sugiera casarse para ocultar su condición y pasar en compañía sus últimos años.

Por supuesto, dada la época, ‘A un dios desconocido’ también es una reflexión sobre las heridas de la Guerra Civil y la Transición. Si la figura de Lorca, omnipresente en elipsis, no es suficiente, tenemos la muerte del padre del protagonista a manos de los rojos y la actitud general de desencanto y esperanza inconcreta en algo mejor de los protagonistas. Así, la hipotética reconciliación final de José con Miguel, el joven de ideas radicales que por fin parece dispuesto a salir del armario, abre la puerta a una verdadera revolución de las costumbres. Para nosotros, espectadores del siglo XXI que también hemos visto ‘El diputado’, es un final trágico, pues sabemos que aún no será así.

MIKEL/A, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS OCULTAMOS

Mikel/a enseña cacho en la 2ª Gayakanpada de EHGAM, 27-29 agosto 1993, Muxika // Este trabajo, no podría ser de otra manera, está dedicado e...