1981/12/08

DOCUMENTACIÓN | CUESTIÓN | JOSÉ INFANTE: "LOS HOMOSEXUALES Y LA CULTURA"

Los homosexuales y la cultura.
José Infante | El País, 1981-12-08

https://elpais.com/diario/1981/12/09/sociedad/376700401_850215.html 

Reflexionar en tomo al tema de la homosexualidad es, sin duda, complejo, arriesgado y equívoco. Nunca dejará de sorprenderme con qué tesón y desconocimiento se sigue hablando -u ocultando- el tema de la homosexualidad en la sociedad actual. Una sociedad que encuentra moralmente aceptable la fabricación de misiles, todo tipo de corrupciones político-administrativas, el terrorismo de Estado, la violencia en sus más sofisticadas versiones y que hipócritamente sigue esclava de los más estúpidos tabúes sexuales, grabados a fuego en nuestra mente por veinte siglos de moral judeo-cristiana, es, por lo menos, una sociedad enferma.

No voy a caer en la fácil trampa de limitarme a señalar el papel decisivo que la homosexualidad, o los homosexuales, han tenido en la cultura occidental. Me explico. Decirles ahora que los padres del pensamiento filosófico del que todavía nos alimentamos: Sócrates y Platón eran o practicaban la homosexualidad; que Alejandro Magno, Julio César, Miguel Ángel, Leonardo, Shakespeare, Bacon, Erasmo, Montaigne y Federico el Grande también lo hicieron de forma manifiesta, y que modernamente Oscar Wilde, Prouts, Gide, Verlaine, Rimbaud, Withman, Cocteau, Lorca y Cernuda han hecho otro tanto, por sólo citar a unos pocos, sería una cuestión de educación general básica. Además no aportaría nada al tema, ya que todos ellos, antes que homosexuales, eran geniales, filósofos, escritores, artistas, poetas... Pero también -tampoco conviene olvidarlo-, siendo homosexuales. Digamos que mi intención es muy otra. Cuando en alguna ocasión he asegurado en público que no creo que la homosexualidad exista (la homosexualidad en sentido absoluto), he causado, al menos, escándalo, si no estupor. Me explicaré. No es nada nuevo, a estas alturas, asegurar, a la luz del psicoanálisis, que como dice Georg Groddeck -asimilando la teoría de la transexualidad latente en todo ser humano-, «el hombre se ama en primer lugar a sí mismo, se ama con todas sus fuerzas; trata, por naturaleza, de procurarse toda forma imaginable de placer, y ya que él es hombre y mujer, resulta que en primer término está sometido al amor a su propio sexo. La cuestión no es, por consiguiente: ¿es la homosexualidad una perversión? De esto no se trata. La cuestión es la siguiente: ¿Por qué es tan difícil ver este fenómeno de atracción al propio sexo libre de prejuicio, hablar sobre él y juzgarlo, y luego, cómo llega el hombre a poder sentir atracción por el sexo contrario, a pesar de sus disposiciones homosexuales?».

Ser social, ser neurótico
Perdonen la larga cita, pero me parece lúcida y válida para aportar un poco de claridad sobre el tema. Si los modernos estudios psicoanalíticos nos han llevado a concluir, con Norman Brown, que el hombre es «un animal neurótico», aparte de ser un animal político -y tal vez por eso-, su capacidad de ser neurótico «no es más que la otra cara de su capacidad de desarrollarse culturalmente». La sociedad impone la represión. La represión origina la neurosis. ¿Cómo no ver un nexo íntimo entre el ser social y el ser neurótico? Y, por tanto, ¿si en un momento del desarrollo de la sociedad occidental, ésta no reprimió la homosexualidad, sino que la homosexualidad tal como hoy la entendemos no existía, cómo no llegar a concluir que lo que en definitiva es la homosexualidad -o los comportamientos homosexuales, que sí existen, aparte de ser una posibilidad de «diferenciación» y elección- es una creación cultural? Escandinavos, griegos, romanos, celtas, sumerios, las civilizaciones florecidas en los valles del Nilo, del Eufrates y el Tigris y en la cuenca del Mediterráneo tuvieron en alta consideración el amor entre personas del mismo sexo, de lo que hay frecuentes y cuantiosos testimonios en la literatura y el arte de estos pueblos.

El origen de la condena y persecución se inicia con el pueblo hebreo. Es el ‘Levítico’ el primer texto fundamental que condena la homosexualidad. Desde entonces, una larga sucesión de marginación, represiones, hogueras y torturas han perseguido a los homosexuales. La Iglesia del posrenacimiento -en la que la homosexualidad era todavía una práctica frecuente, pero oculta-, por un decreto de Nicolás V, puso a los homosexuales, junto a los herejes, en manos de la Inquisición.

Lo peor ha sido el pozo de oscurantismo, terror, tabúes y esquizofrenia que los individuos han encontrado a la hora de ejercer uno de sus principales derechos: el de practicar su sexualidad en libertad. Porque, en definitiva, de lo que se trata es de la liberación sexual del ser humano. No conviene olvidar que, al mismo tiempo, la Iglesia llegó a prohibir la copulación nocturna, y, en determinados días del año, de los esposos, y santo Tomás consideraba las relaciones sexuales en el matrimonio como «violencia ejercida contra la mujer» (por eso la madre recién parida ha de purificarse en una ceremonia sólo abolida en el último Concilio Ecuménico). No hay que ir muy lejos. Todavía está latente la polvareda levantada por el papa Juan Pablo II cuando llegó a hablar (por mucho que haya querido rectificar después) de adulterio en las relaciones matrimoniales.

Dice san Agustín en ‘Civita Dei’ que «cada uno debe vivir su libertad». El santo obispo de Hipona (que vivió mucho tiempo su libertad sexual plena y por ello se convirtió en algo así como el asesor sexual de la patrística) terminó luego considerando la «homosexualidad como un vicio más abominable que el adulterio y que el incesto». Se dirá, no obstante, que esto es agua pasada. Es cierto. Pero, indudablemente, pesa sobre la conciencia del hombre moderno toda esta larga cadena de condenación.

Caer en la trampa

Las últimas tendencias políticas y las ideologías democráticas modernas, afortunadamente secularizadas, ejercen otro tipo de controles. Una finísima red se tiende a los homosexuales, a los marginados: la de su definición, la de su «homologación» y reconocimiento como seres dentro de la ley. Se trata de una trampa en la que, precisamente en las sociedades más evolucionadas, muchos homosexuales manifiestos están cayendo: la reproducción (hasta donde se puede, naturalmente) del esquema y la estructura de la pareja heterosexual. (Muchas legislaciones actuales de algunos países reconocen el matrimonio entre personas del mismo sexo, el derecho a la herencia, la adopción, etcétera.) Lo que los Estados no están dispuestos a permitir es la desaparición de esa estructura económico-social llamada familia. Se acabaría su poder.

Pero, «para la liberación auténtica, hay que aprender a gozar abiertamente de la transgresión». O dicho de otro modo, la única libertad posible sería la inexistencia de la norma. Naturalmente, esto haría tambalear los cimientos de la sociedad, tanto del modelo falocrático-capitalista, como del comunista-falocéntrico. No es un error, es una conveniencia, afirmar, como se ha afirmado, que el fenómeno del Eros está unido al de la reproducción. Gide lo dijo: «Lejos de ser el único ‘natural’, el acto procreativo, en la naturaleza, entre la más desconcertante profusión, sólo es las más de las veces un acto fortuito». (La Iglesia -y vuelvo a ella porque es necesario- ya había sacralizado el acto de la procreación, haciéndolo figurar como el fin primario del matrimonio.) De lo que se trata es de negar al hombre el placer sexual como un fin en sí mismo. Y esto también está muy relacionado con la marginación de la homosexualidad. Pero ya observó ese visionario llamado Nietzsche: «Al no ser nada cierto, todo resulta permitido».

Y esto no necesariamente lleva, como podrían afirmar algunos, a desposeer al acto sexual, a la sexualidad, de toda trascendencia. Ni mucho menos. Es exactamente todo lo contrario. Nunca está el hombre más cerca de la divinidad, de lo trascendente, que cuando hace el amor. Cualquier tipo de amor. Porque nunca estamos más cerca del misterio que somos. «Océano sin orillas» le ha llamado el poeta contemporáneo D. H. Lawrence. Y de lo que tratan es de ofrecernos falsas orillas para que no nos enfrentemos con el único y terrible y grandioso drama humano: resolver la ineludible soledad del hombre ante el Cosmos. Permitidme que termine con unos versos de Cocteau que tal vez se refieran a tanta decepción: «No tiendas tus manos hacia tu mal y hacia mí. / Por temor a que, al despertarte, sintieras la necesidad que tengo yo / de ofrecerte la garantía absurda del amor».

Jose Infante es escritor, periodista y poeta. Premio Adonais de Poesía 1971 por ‘Elegía y No’.

1981/11/28

DOCUMENTACIÓN | CUESTIÓN | LA CONDUCTA HOMOSEXUAL

La conducta homosexual.
Carlos Castaño | El País, 1981-11-28

https://elpais.com/diario/1981/11/29/sociedad/375836401_850215.html 

La homosexualidad ha sido siempre una cuestión muy controvertida. Los prejuicios morales y las conveniencias sociales han contribuido a oscurecer la comprensión imparcial del tema. La misma investigación científica se ha dejado llevar con demasiada frecuencia por estos juicios de valor más que por la observancia objetiva de los hechos. Tres tipos de determinantes se han hecho intervenir en la génesis de la conducta homosexual, a saber: biológicos, psicológicos y sociales.
 
Factores biológicos. En contra del prejuicio popular que supone a los homosexuales como seres constitucionalmente «diferentes», las investigaciones más recientes muestran que, en la mayoría de los casos, no es posible distinguir estigmas de índole física o biológica que los diferencien del resto de los mortales. Es un hecho incuestionablemente admitido que, en la actualidad, no se puede diagnosticar la homosexualidad a través de ningún examen físico. Así, estudios llevados a cabo con centenares de homosexuales de ambos sexos muestran que, salvo casos excepcionales, no hay posibilidad de distinguir rasgos morfológicos específicos.

Factores psicológicos. El psicoanálisis confirió especial significación a la influencia de los [homosexuales] con [lo] «perverso» sexual caracterizado porque, en el curso de su desarrollo, ha sufrido una «fijación» o una «regresión» hacia estados más inmaduros, propios de la etapa infantil, que la mayor parte de las personas ha sido capaz de superar. Freud relacionó también la homosexualidad con la neurosis. La diferencia radicaría en que, mientras la perversión sexual supondría la aceptación de los impulsos sexuales anómalos, en la neurosis el sujeto ha sido capaz de interponer entre aquellos impulsos y su conducta una serie de mecanismos de defensa que, si bien evitan las manifestaciones de la homosexualidad, se revelan en forma de síntomas neuróticos. «Las neurosis no son sino el reverso de la perversión», concluye Freud.

La hipótesis psicoanalítica ha sido muy criticada. La principal objeción que se le puede hacer es el error de sesgo de que parte. Es un fallo que suelen cometer los clínicos, tanto si se aferran al modelo psicoanalítico como si parten de otros puntos de vista.

Factores sociales. La conducta homosexual, corno la conducta heterosexual, se explica a partir de un proceso de interacción entre el individuo y la sociedad. Como cualquier tipo de comportamiento obedece a las leyes de la socialización o aprendizaje social, mediante el cual cada individuo trata de incorporarse, más o menos adecuadamente, a las expectativas de comportamiento que la sociedad le señala, de acuerdo con su edad, sexo, clase social, profesión, etcétera. Hay una serie de hechos que permiten clarificar el itinerario que el individuo recorre en su proceso de aprendizaje de su conducta sexual, así como de las posibles desviaciones, o «salidas del redil».

Los animales superiores, y, por tanto el hombre, son -al ser concebidos- potencialmente bisexuales. Todos ellos conservan durante toda su vida restos más o menos rudimentarios del otro sexo. El impulso sexual está gobernado por dos sistemas: endocrino y nervioso. Conforme se asciende en la escala zoológica, el primero va perdiendo importancia frente al segundo. En el hombre, situado en la cumbre del proceso evolutivo de «cerebración progresiva», el comportamiento sexual se rige, fundamentalmente, por los influjos nerviosos y, más específicamente, por los mentales, mucho más abiertos a los estímulos culturales.

No es necesario recurrir al argumento histórico para mostrar la influencia de los factores culturales en los comportamientos sexuales.

El aprendizaje social se realiza a partir de dos tipos de influencias fundamentales: la tendencia a la imitación de aquellas personas que nos son ofrecidas como modelos, y el sistema de recompensas y castigos administrados discriminadamente sobre las conductas socialmente adecuadas o indeseables. Nuestro medio social se esfuerza por ofrecer modelos de comportamiento para cada sexo, refuerza positivamente las conductas que se ajustan a ellos. y reprime cualquier manifestación desviada. En estas condiciones, es consecuente que la mayor parte de los individuos se adapten al modelo. Durante el desarrollo de la personalidad, el individuo, en su empeño por incorporarse al grupo social, va incorporando su sistema de valores. Es lo que se llama «conciencia moral». En principio, toda transgresión de la norma es sancionada desde fuera por el grupo social; pero, una vez completado el proceso de introducción de código moral, es también censurado desde el interior por la conciencia. Nacen así los sentimientos de culpa que contribuyen a prevenir la transgresión de la norma.

Este proceso puede, sin embargo, fracasar por inadecuación entre uno o los dos componentes del sistema. Algunas personas se muestran especialmente vulnerables. Se trata casi siempre de individuos que, en el curso de su desarrollo, han vivido una serie de experiencias inadaptativas. Dentro de una misma cultura, por otro lado, la tolerancia de los diferentes grupos sociales a la conducta homosexual es muy variable. Es un hecho comprobado, además, que la incidencia de la conducta homosexual aumenta durante las épocas de crisis.

Mejor que hablar de homosexualidad es preferible, pues, hablar de conducta homosexual, entendida esta como el resultado fallido del proceso de aprendizaje social.

Esta perspectiva dinámica permite adoptar, por el contrario, un enfoque terapéutico: si la conducta homosexual es aprendida, igualmente puede ser cambiada.

Carlos Castaño
es director del Centro de Salud Mental Adolescente y Juvenil de AISN (Administración Institucional de Sanidad Nacional) y vicepresidente de la Sociedad Española de Psicología.

1981/11/27

PELÍCULAS | Garay, Jesús | Manderley

Garay, Jesús (Director) (1981). Manderley. Cooperativa Cinematográfica Manderley.

Manderley. 1981. Estreno: 1981-11-27 [Rodaje, 1979. Zinemaldia, 1980-09-00]. 103 min. Dirección y guion: Jesús Garay. Reparto: José Ocaña, Enrique Rada, Joan Ferrer, Pío Muriedas, Antonio Martín, Montse Esther, Otto Apuy, Jorge Artajo, Felipe de Paco, Enrique Ibáñez, Carlos G. Malléis, Karmele Marchante. Cooperativa Cinematográfica Manderley.

Tres jóvenes, Olmo, Paula y el actor, bajo diversas crisis personales y unidos por su condición homosexual, se van de la ciudad, dispuestos a pasar el verano en un caserón de la cornisa cantábrica. Pero la esperanza de que, con el cambio de medio, todo pueda ser diferente se va diluyendo con la llegada de la lluvia, con la imperceptible frustración que proporcionan los actos nimios y cotidianos. Al final del verano, ningún proyecto se ha llevado a cabo y los tres se aprestan a regresar, tras aquel paréntesis en Manderley, a la vida urbana.

Manderley: La primera tragicomedia gay
Segunda parte sobre joyas LGTBI del cine español a rescatar. Jesús Garay contemplaba a tres arquetipos de la época.
Javi Valera | Cine con ñ, 2021-07-03
https://cineconn.es/manderley-la-primera-tragicomedia-gay/

En la 28 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián de 1980, dentro de la sección de Nuevos Realizadores, coincidieron dos películas españolas de lo más underground: ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’ y ‘Manderley’. La primera corrió más suerte: fue el primer éxito de Pedro Almodóvar. La segunda, firmada por Jesús Garay, no tuvo tanta repercusión, por desgracia, pero está al mismo nivel.

Los finales de los 70 y principios de los 80, fueron una etapa en la que salieron muchos cineastas con propuestas frescas y de poco presupuesto en España. Y en esa línea se puede enmarcar la cinta de Jesús Garay. La base de muchas película de la época estaba en la improvisación y en unos actores con suficiente carisma como para sostener largas secuencias, para así conseguir horas y horas de grabación y luego poder escoger el material que acabaría en el montaje final. Aunque, eso sí, todo con unas pautas (un guión mínimo) bien marcadas para no desaprovechar mucho rollo de película (‘Manderley’ se grabó en 16mm).

‘Manderley’, balance de vida
Si en el caso de Gay Club – estrenada en noviembre de 1980 al igual que ‘Manderley’– estábamos ante la representación de unos gays de pueblo alegres y reivindicativos, aquí nos encontramos con una visión más densa, profunda y también algo melancólica. No podría decirse tampoco que los tres protagonistas, homosexuales, sean unos tristes, pero sí son reflexivos y se encuentran en una etapa de cierta crisis existencial.

‘Manderley’ cuenta el verano de tres amigos homosexuales que huyen del entorno urbano de Barcelona y se refugian en un caserío del norte de España para hacer un balance de sus vidas y desconectar, con la esperanza de que al acabar ese tiempo veraniego su sensación de hastío cambiará. El filme está protagonizado por el artista y pintor José Ocaña (al que Ventura Pons dedicó el documental de Ocaña, retrato intermitente en 1978) y por otros dos personajes que formaban parte de cierto círculo artístico e intelectual de la Barcelona de aquellos años de la Transición: Paula Rada y Joan Ferrer (el único actor de los tres).

El cartel de la película, y su edición posterior en VHS, llevaba el subtítulo de “la primera tragicomedia gay” y es algo totalmente acertado: España ya estaba en democracia y esa sensación de extrema libertad dio paso a varios títulos (como algunos de Eloy de la Iglesia u ‘Ocaña, retrato intermitente’) donde se pudo hablar abiertamente de la homosexualidad.

‘Manderley’ da un paso más allá y desarrolla sin pudor temas aún poco tratados como el sexo y otros que hoy en día serían totalmente impensables e incluso mal vistos: por ejemplo, desde un punto de vista totalmente ‘naif’, el personaje de Ocaña, que no deja de ser una interpretación de él mismo, plantea actitudes pederastas uniéndolas a la homosexualidad en los niños. Es algo rarísimo, que choca, pero se “entiende” dentro de la locura y el mundo fantasioso del personaje.

Los tres arquetipos gays
El director Jesús Garay declaró hace unos meses en un pase especial de la película en la Academia de Cine que no tenía ninguna pretensión de hacer una película reivindicativa: «Yo los veía como espectador equidistante, y eso la hace quizás un poco fría. Pero pensé que era una manera de ponerse a favor de la naturalidad de las cosas». Eso es exactamente uno de los aspectos que convierte a ‘Manderley’ en un documento histórico bastante especial: se trata de una película que no juzga a sus personajes y solo contempla su modo de vivir y de pensar dando así pie a que se puedan expresar tal y como son. Un retrato de este tipo, que desprende tanta verdad, es muy importante que se diera en esos años, donde había escasez de representación LGTB, aunque el filme no tuviera ninguna pretensión de llegar al gran público general.

La película está protagonizada por tres hombres homosexuales muy distintos entre sí. Ese es otro de los factores positivos del filme: mostrar una diversidad dentro del colectivo LGTB y no exponer a tres personajes idénticos con los mismos problemas e ilusiones. Aquí cada personaje representa un arquetipo distinto dentro de la disidencia sexual: el personaje de Ocaña es el más alocado y divertido, el de Joan Ferrer es el más introvertido, discreto y atormentado y el de Paula Rada el de alguien delirante y fantasioso que no se siente identificado con su sexo.

Con el personaje de Rada entra también la cuestión de la transexualidad, que está tratada con absoluta delicadeza. Por ejemplo, en una escena intenta con empeño ponerse unos tacones sin lograrlo; de esa manera tan sutil se estaba visibilizando el tormento de las personas trans. Hay que recordar que esta película es de 1980 y aún no había demasiada representación, positiva, de la transexualidad en nuestro cine.

Naturalidad, visibilidad e intenciones documentales
Sin duda el principal encanto de ‘Manderley’ es ver cómo estos intérpretes -salvo Joan Ferrer que sí era actor profesional- hacen de ellos mismos. Le da un plus de verdad increíble a la película: el Ocaña es el mismo que el del filme de Ventura Pons ('Ocaña, retrato intermitente', 1978) y, según apunta el propio Garay, en el caso de Paula Rada ocurría igual, en la vida real sufría también al vivir en un cuerpo con el que no se identificaba.

La primera intención del director era la de hacer una película documental donde los personajes pudieran sentirse cómodos a la hora de hablar de sus preocupaciones y sueños. Jesús Garay quiso añadirle algunas coordenadas y un toque cinéfilo a la propuesta. De ahí surge lo de Manderley (por el filme de Hitchcock, ‘Rebeca’): «Es una película hecha a base de azares e improvisación, los diálogos prácticamente eran de ellos. Yo les mantuve un ligero eje dramático. Entonces decidí buscar un lado cinéfilo jugando un poco con el mito de Manderley y de ese fantasma, que realmente Hitchcock jugaba muy bien con él, que nunca se ve y que sobrevuela la historia». Así comienza la cinta, en un castillo, con el personaje de Paula Rada, a modo de fantasma, ya maquillado y vestido como la mujer que se sentía. Es un arranque de película que ya presenta muy bien la fantasía que recorre las mentes de sus protagonistas.

La naturalidad que se quería mostrar en la película está también en los niños, sobrinos de uno de los personajes, que comparten ratos junto a los protagonistas en su estancia veraniega. El director quiso meterles para así visibilizar la diversidad, puesto que los niños no se sorprenden ante ninguna actitud provocativa de los tres homosexuales. Según el director, «los niños tienen una mirada neutral”, limpia, que no juzga ni cuestiona ninguna conducta. Ese gesto en ese tiempo tiene aún mucho más valor: contrapone la visión de los vecinos adultos, que se sienten escandalizados con su presencia, con la de esos niños que no ven nada malo en ellos, ni en su comportamiento ni en su forma de ser.

‘Manderley’ es una joya totalmente desconocida que no tuvo demasiado recorrido comercial (le afectó también que se le pusiera la clasificación S), pero que hay que reivindicar. Durante un tiempo estuvo en la plataforma MUBI y la Filmoteca de Catalunya la ha restaurado, pero actualmente no se encuentra disponible en ninguna plataforma.

Ocaña, de las Ramblas al «estrellato-sub»
«Yo qué sé lo que piensan las modernas del cine»
Alfons Masquerra | Diario de Barcelona, 1980-12-09
Recogido por: Archivo Ocañí
https://larosadelvietnam.blogspot.com/2021/03/ocana.manderley.html

Teatralero y provocador, pero menos. Después de un año lejos de las Ramblas, con mil proyectos, exposiciones y nueva película vuelve a la Plaza Real para pintar. Típicamente barcelonés para unos y revulsivo para otros, Ocaña ha venido al mundo a vivir y no a arreglarlo. Ha pasado, definitivamente, de la brocha al pincel, ha ampliado su escenario de las Ramblas al cine, ha cambiado de parecer en muchas cosas excepto una: los hombres.

Ha entrado en el cine sin enterarse. Del ya lejano «Retrat intermitent» que lo ha paseado por los festivales más «in», aterriza de nuevo en su Barcelona con el film que hiciera con Jesús Garay, «Manderley». Se convierte, a fuerza de abanicarse, en la estrella del underground barcelonés en muchas de sus facetas: de ramblear con Camilo en los cómics de Nazario a buscar como una loca una iglesia para su próxima exposición «naif».

La película estrenada recientemente en Barcelona tuvo una efímera estancia en la cartelera. Esto no sorprende a Ocaña:

—«No es un cine para dar dinero, es un cine para minorías. No es un cine de colas ni de grandes risas. Manderley es amena y divertida, pero tiene su trasfondo. Creo que es bastante interesante, estoy contento de la película».

Hace un año que está terminada pero no había dinero para la única copia que existe por el momento.

—No había dinero. Era una cooperativa de pobres. Lo que pasa en este país, es que cuando hay gente que tiene ideas, le falta dinero; y la gente con dinero no tiene ideas. Pero algún día saldrán adelante porque son buenos y machacan y machacan.

«Manderley» tiene que estrenarse todavía en Madrid y en otras ciudades que ya han pedido la copia. La incidencia de la película no parece preocuparle mucho:

—Yo qué sé lo que piensan las modernas del cine. A los del FAGC no creo que les haya gustado mucho, porque no reivindica nada, y es que estamos hasta el coño de reivindicar. Está bien reivindicar cosas, pero bueno, si estamos todo el día de reuniones creamos una doctrina; como los partidos que tienen su doctrina. Yo no tengo ninguna doctrina.

Encerrado todo el día en su guarida de la Plaza Real, su pequeño burdel como gusta llamar, Ocaña sólo deja el pincel para ir a comprar a la Boquería o dejarse caer de plumífera en cualquier fiesta. Está preparando su propia exposición y piensa hacerla esta vez en Barcelona como lo hiciera este verano en Palma y en el Museu d'Art Contemporani d'Eivissa.

—Estoy buscando una iglesia, un local muy alto, para montar mi exposición que será algo maravilloso. Cincuenta o sesenta muñecos de papel y alambre, repicar de campanas... No quiero hablar, no quiero hablar. Será muy interesante.
En pintura es difícil ganarse la vida si se tienen pretensiones o si se va a parar en un ambiente de capillitas. Esta es la filosofía de Ocaña. Habla decidido y con seguridad, conserva su espontaneidad y su rollo callejero, pero ha refinado las formas y así, cuando habla de arte establece comparaciones entre Miguel Ángel y Leonardo da Vinci, piensa que el mejor crítico es el pintor mismo y sigue con vírgenes y monaguillos enclavelados:

—En estos tiempos modernos que vivimos, alguien que pinte ángeles es un milagro.

1981/10/02

DOCUMENTACIÓN | DERECHOS | EL CONSEJO DE EUROPA A FAVOR DEL DERECHO A LA HOMOSEXUALIDAD

El Consejo de Europa vota favorablemente el derecho a la homosexualidad.
El País, 1981-10-02

https://elpais.com/diario/1981/10/03/sociedad/370911604_850215.html

La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprobó el pasado jueves, por 61 votos a favor, veintidós en contra y cinco abstenciones, una propuesta por la que se reconoce el derecho a la homosexualidad. La asamblea, en la que hay veintiún países representados, adoptó el proyecto de recomendación contenido en la ponencia de la parlamentaria laborista holandesa Joop Voogd, que condena cualquier discriminación contra los homosexuales.

El texto aprobado por la asamblea estima que todos los individuos, hombres o mujeres, que hayan alcanzado la edad legal de consentimiento prevista por la ley del país en que habitan y sean capaces de un consentimiento personal válido deben gozar del derecho a la autodeterminación sexual. El Consejo de Europa desaprueba cualquier tipo de discriminación, prácticas agresivas y opresión contra los homosexuales, después de reconocer que «la familia tradicional conserva naturalmente su lugar y su valor». Los Estados miembros del Consejo de Europa son exhortados a aplicar la misma edad mínima de consentimiento para los actos homosexuales y heterosexuales, y se subraya que el Estado tiene una responsabilidad en los sectores de interés público para proteger a los menores de los actos homosexuales. La determinación del Consejo de Europa incluye una petición a los Gobiernos nacionales para abolir en sus códigos penales el delito de homosexualidad; ordenar la destrucción de archivos policiales y otras administraciones públicas sobre los homosexuales; asegurar la igualdad de trato de homosexuales y heterosexuales en materia de empleo, remuneración y seguridad en el trabajo, especialmente en el sector público; recomendar a los directores de cárceles que vigilen contra los riesgos de violación y actos de violencia relacionados con prácticas sexuales en los centros de reclusión; garantizar el derecho de visita o de alojamiento de niños por sus padres para que éste no se vea limitado por la sola razón de haber observado una inclinación homosexual en alguno de ellos, y pedir la interrupción inmediata de cualquier tratamiento o investigación médica obligatoria destinada a modificar las inclinaciones sexuales en los adultos.

1981/07/18

DOCUMENTACIÓN | MORALIDAD | SONDEO DE OPINIÓN SOBRE EL "MANO A MANO" SUSANA ESTRADA-MARTÍN VIGIL

Sondeo de opinión sobre el "mano a mano" Susana Estrada-Martín Vigil
El País, 1981-07-18

https://elpais.com/diario/1981/07/18/ultima/364255206_850215.html

El secretario del Consejo de Administración de Radiotelevisión Española, el centrista José Ignacio Wert, ha encargado al Centro de Investigaciones Sociológicas de Madrid una encuesta de opinión, entre 1.500 ciudadanos, sobre el contenido del programa ‘Mano a mano’ emitido el pasado lunes por la primera cadena de Televisión Española. En él intercambiaron opiniones sobre el sexo la actriz Susana Estrada, autora del libro ‘Sexo húmedo’, y el sacerdote y escritor José Luis Martín Vigil, autor de decenas de novelas en las que, sin demasiado éxito de crítica, intentó hacer sociología de la juventud española de los años sesenta (entre sus libros más leídos figuran los siguientes títulos: ‘La vida sale al encuentro’, ‘Cierto olor a podrido’, ‘Los curas comunistas’, ‘Un sexo llamado débil’, ‘Primer amor, primer dolor’ y ‘Las flechas de mi haz’).

Según informaciones dignas de fe que no pudieron ser contrastadas con José Ignacio Wert, puesto que ayer no pudo ser localizado en sus teléfonos habituales, esta encuesta se hace a iniciativa del partido del Gobierno y pretende conocer si un grupo amplio de telespectadores desaprueba el contenido de aquella emisión. Esta, en todo caso, no ha agradado a algunos miembros del Gobierno, como informábamos en nuestra edición de ayer a propósito de la ofensiva gubernamental para forzar la dimisión del director general de RTVE, Fernando Castedo.

La encuesta se divide en dos partes. En la primera se pregunta qué grado de aceptación tuvo el programa y se exponen estas opciones: "Nada, poco, regular, bastante, mucho". En el segundo apartado se inquiere sobre el parecer de los telespectadores y se les dan estas opciones: ¿les pareció "informativo, educativo; inmoral, obsceno; vulgar, chabacano; progresista, avanzado; conservador, tradicional; entretenido, divertido; pesado, aburrido; interesante, atractivo"?

A esta segunda cuestión pueden responder los encuestados con estos sustantivos: "Mucho, bastante, regular, poco, nada".

Aún se desconocen los resultados de la encuesta. Por otra parte, una pastoral del obispo de Orense, Temiño Saiz, deplora el contenido de aquel programa y dice: "Escandaloso e insoportable hasta enrojecer de vergüenza es el triste espectáculo que ofrecieron hace unos días en televisión José Luis Martín Vigil y Susana Estrada". Añade que es inaceptable que personas de esta condición se presenten para orientar al público español en materia tan delicada como el uso legítimo del sexo.

Afirma monseñor Temiño: "Si los interlocutores en este diálogo desean precipitarse por esta pendiente para revolcarse en ese fango nauseabundo, no les está permitido invitar al público español a seguir su camino con el pretexto de vivir el regalo de la libertad de que se ha visto privado en los últimos años".

Martín Vigil «versus» Susana Estrada
XXX · Cartas al Director | El País, 1981-07-29

https://elpais.com/diario/1981/07/29/opinion/365205613_850215.html

Leo en El País una declaración del obispo de Orense, Temiño Saiz, deplorando el ‘Mano a mano’ entre Susana Estrada y José Luis Martín Vigil televisado recientemente y en el que ambos conversaron sobre el tema del sexo. El señor obispo considera «inaceptable que personas de esta condición se presenten para orientar al público español en materia tan delicada come el uso legítimo del sexo ». Esta afirmación del señor obispo supongo que está condicionada por el hecho de que las opiniones expuestas por Susana y Martín Vigil no coinciden con las suyas propias. Seguramente monseñor considera más adecuado que el sexo siga siendo un tema tabú del que no se puede hablar sin riesgo de pecar, que sigamos llegando al matrimonio sin ninguna preparación sexual, que los jóvenes sigan expuestos a un trauma en su primer inocente contacto con el sexo, que nadie pueda disfrutar sin sufrir al mismo tiempo el temor de acabar en las brasas del infierno y, sobre todo, que nadie se atreva a arrebatarle a la jerarquía eclesiástica el monopolio de la verdad en el tema del sexo y en todos los demás. No me parece que Susana y Martín Vigil pretendieran ejercer como orientadores del público español (cosa que otros sí pretenden); se limitaron a exponer sus opiniones y vivencias personales con relación al tema, tan válidas, según creo, como cualesquiera otras. Que cada cual saque sus conclusiones y aproveche de la manera que considere más conveniente lo que oyó en aquel programa de Televisión.

El obispo, Susana Estrada y Martín Vigil
[Carlos Heras] | Cartas al Director | El País, 1981-08-13

https://elpais.com/diario/1981/08/13/opinion/366501613_850215.html

La pastoral del obispo de Orense sobre el ‘mano a mano’ televisivo entre Susana Estrada y Martín Vigil ha sido, a mi juicio, gravemente injuriosa y me parece un buen motivo para decir con franqueza algunas cosas muy actuales, ahora que han pasado días y hay mejor perspectiva y serenidad. Aunque representante artístico de la señorita Estrada, escribo a título personal y como un simple ciudadano. Supongo que el resultado de la encuesta hecha al efecto (la mitad de la audiencia a favor del programa, una cuarta parte en contra y otra cuarta parte indiferente) no habrá hecho reflexionar al señor obispo en su inadecuada cólera. Con una sólida formación cultural y religiosa, le digo al señor obispo que, con todo respeto a la moral católica, ésta ya no puede imponerla por la fuerza, como hasta ahora, ni tampoco con el improperio y el escándalo, como pretende.

Somos inmensa mayoría, ya demostrada, quienes rechazamos de plano al Dios colérico que recrea el obispo, así como su autoridad apocalíptica sobre todos los ciudadanos. Que entienda de una vez que sólo tiene derecho a dirigirse a sus feligreses, y eso con corrección y respeto, y que en la sociedad laica, e irreversible, usted es un ciudadano más; que opine, pero no insulte, que no llame depravados a quienes piensan de otro modo y que no olvide que todos los humanos nos revolcamos en muchos fangos; que haga oír su voz para cosas más trascendentales, si quiere, pero siempre recordando que la bota no está ya en nuestros pescuezos y que es un ciudadano más, igual que Susana Estrada o Martín Vigil, y que si disiente de ellos debería hacerlo con el mismo respeto y educación que ellos utilizaron para exponer sus ideas.

Y rechazo de plano, por último, sus palabras de que eso pudo ocurrir con el pretexto del regalo de la libertad que se nos ha hecho. Eso define al señor obispo. La libertad la hemos conquistado con mucho sudor y mucha sangre y no es un regalo ni un pretexto, sino un derecho, por lo visto muy difícil de ejercer, y que la Iglesia colérica que el señor obispo de Orense encarna no se ha distinguido nunca por apoyar.

El obispo y Susana Estrada
XXX · Cartas al Director | El País, 1981-08-23
https://elpais.com/diario/1981/08/23/opinion/367365601_850215.html

Le envío estas líneas referentes al texto de don Carlos Heras, representante artístico de Susana Estrada, como él mismo se presenta en el mismo texto y que titula "El obispo, Susana Estrada y Martín Vigil". Soy simplemente un españolito de a pie que sólo me represento a mí mismo, y hablo, por tanto, sin el más mínimo interés de defensa o de ataque a nadie. Mi idea es la siguiente:

a) Cuando una persona actúa en público es el público el que tiene el derecho de juzgarla, y jamás puede sentirse herido por el juicio que éste haga; la única manera de evitar un juicio desagradable es no someterse a esa prueba, sobre todo cuando se acepta de forma libre y voluntaria, y se expresa con toda libertad y sin que nadie la coaccione. El respeto a la intimidad es proporcionado al uso que uno mismo haga de su propia intimidad. Resulta absurdo que nos moleste el ser juzgados con el visor que constituye el cerebro de cada persona a la que hemos presentado esa misma intimidad. ¿Le hubiera molestado tanto al señor De las Heras el juicio del obispo si este hubiera sido de loa y alabanza tanto a Susana Estrada como a Martín Vigil?

b) Toda persona, aunque sea obispo, merece respeto. El mismo que exigimos para el nuestro, al menos. O ¿cuándo se va a superar este vicio tan español y de tan poco nivel intelectual de juzgar a los obispos por cómo nos va en la comedia?: si aplauden lo que nos gusta, son fenómenos; si reprueban lo que nos conviene, son la ‘nueva inquisición’. Desde luego no dudo, porque la desconozco, su pretendida formación cultural y religiosa, pero no deja lugar a dudas su apasionamiento defensivo por su protegida antes que el nivel que exigiría esa formación. Un obispo, aunque sea obispo, no por ello, pienso yo, deja de ser persona, y tiene derecho a pensar y juzgar de los hechos con su propio juicio, que desde luego no tiene por qué coincidir ni con el suyo ni con el mío, pero que sí merece el mismo respeto que queremos para el nuestro.

c) En cuanto al fondo del tema, permítame que dude una vez más, de esa formación cultural y religiosa en la que usted se funda para juzgar al obispo, si le lleva a la conclusión de que la "libertad la hemos conquistado con mucho sudor y lágrimas". Más bien tendríamos que decir que la libertad es un don de Dios, ya que nos constituye, como constituye al mismo Dios. Y a nosotros únicamente nos queda defenderla y salvarla de implicaciones manipulatorias, de las que nos es tan difícil estar libre a los humanos. En virtud de esa misma libertad debiera usted conceder al señor obispo su derecho a opinar y juzgar no a las personas -usted no ha leído bien-, sino a la publicidad de una intimidad que ellos mismos hicieron sin que nadie se la pidiera. Y desde luego la gran mayoría (no creo en las encuestas -al menos a mí no me han pedido mi opinión ni a los de mi contexto social-, que se hacen para justificar posturas, y no para aclarar la verdad), la mayoría, digo, del país, respetando la opinión contraria, no encontró correcto el fondo y forma del tal ‘mano a mano’, como evidenció más que de sobra el mismo presentador.

Deje, señor Heras, al obispo decir lo que piensa, como el obispo tuvo que dejar que dijeran su pensamiento Susana Estrada y Martín Vigil; siga usted con su forma de usar de la libertad que usted se otorga a sí mismo y que justifica en su patrocinada. Y si en algo no estuvo correcto el obispo ya será también juzgado, no sólo por los hombres, sino por Dios, que, aunque no es ya -de acuerdo- el colérico, tampoco es tonto.

1981/07/04

DOCUMENTOS | 28-J | FIESTA GAY EN EL OLYMPIA: GALHO, LIBERTAD SEXUAL

Gay.
Francisco Umbral | El País, 1981-07-04

https://elpais.com/diario/1981/07/05/sociedad/363132006_850215.html 

María José Sánchez-Bendito, gorda y sombría, diciendo sus versos en el escenario lóbrego del Olympia, los chicos y las chicas, con la fiebre del viernes/sábado noche, la sangría en botijo, «pasa el paraguas, compañero», sangría dura, como me dice Marisa Ciriza, después de probarla, los gais adolescentes, que vienen con su cajetilla de bisonte a que les eche una firma, muchachos que pasean hombros de muchacha, un dulce androginismo en camiseta, los chicos y las chicas, en punk nada agresivo, salvo el que anuncia el despelote general, con baile, para las doce en punto. Fiesta gay en el Olympia. «Grupo de acción para la liberación homosexual». Pero la rubia que se me ha sentado en las rodillas establece ya una dialéctica de los cuerpos (muy gratificante, por otra parte) que está en los más seculares esquemas hombre/mujer, adolescente/carroza. Pancartas en los palcos, la batería ominosa en el escenario, toda una generación en penumbra, en el patio de butacas, pasándose el cigarro, el paraguas, la pomada, el botijo, la fumada, la sangría, pasándose, por entre todo y entre todos, una comunicación de dermis a epidermis, una unanimidad que es sólo la edad. «Los grupos de liberación homosexual nos vemos abocados a enfrentarnos cotidianamente con toda una serie de problemas originados por la moral dominante y represora». A un chico de gorro de nata, collar desmadrado y pieles inconfesables sobre el tejano, le basta con eso, en escena, para hacer la señora bien, la señora mal, la meretriz respetuosa y la locaza respetable. Hay mesas petitorias para el domund del cuerpo. Si hemos metido unas monedas sin convicción en la hucha de los negritos, de los chinitos, de los tailandesitos, ¿por qué no colaborar en este predomingo suburbial de la propagación de la fe en el cuerpo?

El segundo sexo de la Beauvoir, el tercero, el cuarto, esas sí son razas oprimidas, y tan inmediatas. «Galho, libertad sexual». La pegatina condecora el serio izquierdo de las pasotas y las ‘passadas’ que quieren poner su cuerpo en claro, y la camisa a rayitas rojas del homochico embamecido, cordial, sensual, que me habla, del que me dice «es que eres demasiado», y ¡money/money/moneylmoneylmoney’, que Liza Minelli está haciendo el número axial bajo el foco, y Edith Piaff tuerce sus manos y sus pies, afásica de gloria, música y muerte, y Chaplin hace y deshace maletas en la intemperie musical de Candilejas y una banda romántica pasa como un zéfiro, despejando la ecología densa de pantalones rojos, hondas cabelleras y corazones fuera, como pegatinas en lo exterior del pecho. El movimiento homosexual español se inicia en 1977, cuando la libertad nacía libre y al fin el español iba a estar a la altura de su presente, iba a ser el conductor de su conducta. Bajan del cielo arcángeles de plástico, globos de colores, un tomado de aplausos, el clima azul de la estereofonía, y la rubia se ha ido a vomitar su mono, o a esperar un muchacho tendida sobre el morro de un coche, y esta es la juventud, ésto el presente, la situación/límite, algarabía que toco, al borde de las tinieblas exteriores, donde los menhires talares dudan el divorcio y los marcianos del siglo pasado paran el país en seco. Hay más país en el país marginal de los flipados, los locos, los que entienden, que dentro del país acollonado. La democracia, la libertad en libertad tiene que tocar aquí su límite infernal y hacerlo cotidiano.

Caras de varia máscara, labilidad de seres, solubilidad del yo, nacimiento en un ser de sus mil yoes germinales y puros. (Luego le confinarán en uno solo.) Mi corazón ortodoxo no está menos represaliado que el corazón heterodoxo y múltiple de esta basca. Son la metáfora roja, azul, naranja/exasperada de la plenitud que a todos se nos niega.

1981/06/27

DOCUMENTACIÓN | 28-J | LOS DERECHOS DEMOCRÁTICOS DE LOS HOMOSEXUALES...

Los derechos democráticos de los homosexuales, derechos de la humanidad.
José Antonio Berrocal | El País, 1981-06-27

https://elpais.com/diario/1981/06/27/sociedad/362440803_850215.html 

Los frentes de liberación homosexual no tienen por objetivo, únicamente, la «liberación» y la "felicidad" de los homosexuales y de las lesbianas. Su objetivo va «un poco» más allá. Su objetivo es mostrar a toda la población que el «problema homosexual» -como es llamado- es un problema que afecta a toda la sociedad, y en concreto a esta sociedad «heterosexual», que nos oprime a todos, y, por tanto, es preciso «superar». Pero ocurre que cambiar la sociedad no es una cosa fácil, claro está, ni tampoco es una cosa que nos corresponda sólo a quienes hemos decidido aceptar que nos gustan -deforma exclusiva o no- personas de nuestro propio sexo. Todos y todas, como sujetos agentes o pacientes, sufrimos en esta sociedad en que reina una ideología patriarcal que sólo acepta una sexualidad exclusivamente reproductora. Una sexualidad que, al tiempo que se afirma como la relación entre dos sexos reproductores, mantiene una opresión sangrante contra la mitad de la población del planeta, las mujeres, y una fobia que puede llegar hasta ejecuciones sumarias, según las épocas, contra otra parte numéricamente importante de la población: los homosexuales masculinos. Todo ello enmarcado, obligatoriamente para todo el mundo, en unas relaciones no personales, no entre personas, sino como unas relaciones concebidas como exclusivamente reproductoras.

Los ‘gay’ -movimiento homosexual concienciado por esta opresión-, tal vez por sufrir más en carne propia esta sexualidad alienante y despersonalizada, que niega el derecho al placer, captamos de forma especial la opresión que el sistema ideológico vigente aplica a toda la población.

Ante esta situación, el actual movimiento gay, surgido en torno a 1968-1969, se conformó durante algún tiempo con recluirse en el estadio de acciones minoritarias y de autoafirmación, propias de cualquier movimiento recién nacido. Acciones incomprensibles para el resto de la población, que no se explicaba nuestra testarudez por querer demostrar la «homosexualidad latente» de los heterosexuales. Actitudes como estas -al margen de lo correcto o no de la afirmación- sirven para poco, si no es para continuar siendo eternamente incomprendidos. Por ello, hoy día somos muchos los frentes de liberación que tratamos de buscar otros medios para ser, en primera instancia, comprendidos a escala popular: es decir, luchamos contra la represión que sufrimos en un mundo de oprimidos; luchamos contra unas leyes discriminatorias y homófobas (proyecto de Código Penal) en una sociedad llena de marginaciones; luchamos por la defensa de los derechos democráticos y las libertades civiles de todos, que, por tanto, son también nuestros derechos, y así, por ejemplo, el cartel anunciador del Día Internacional del Orgullo Gay de este año, editado por la Coordinadora de Frentes Homosexuales de nuestro país, la COFLHEE, lleva como primer eslogan el de «Gays contra el fascismo».

Esta es la actitud general que, por ejemplo, el Frente de Liberación Homosexual de Castilla (FLHOC) y los demás frentes gay, peninsulares e insulares, desarrollamos actualmente. Con ello pretendemos potenciar campañas masivas que nos permitan salir del gueto en que se nos recluye y nos autorrecluimos. Que nos permitan entrar en relación con los distintos sectores asalariados, y que nos permita influir positivamente en la evolución de los partidos de izquierda al respecto. Que permita, en fin, al militante gay, en esas campañas por los derechos democráticos, asumirse como tal en su lugar de trabajo. Algunas veces, la petición de una firma contra un caso de represión es una buena ocasión para «definirse» y a continuación abordar más ampliamente el tema de la sexualidad humana.

La información, un medio

En el FLHOC pensamos que la información sobre nuestros derechos democráticos y contra la represión nos son vitales. Son un medio para crear en torno a nuestro colectivo un sector democrático, sensibilizado, más amplio que la minoría homosexual concienciada (‘gay’), evitando así los típicos reflejos -ante lo «dudoso» del momento político del país que nos ha tocado vivir- de repliegue ultraminoritario y marginal ‘gay’. Y también la otra tentación -estéril en ella misma- de otro tipo de reclusión, la del autoanálisis psicoizquierdista de mirarse el ombligo propio.

Al FLHOC, el trabajo de información (charlas de difusión, denuncias de agresiones, crítica del proyecto de Código Penal, proyecto de ley antidiscriminatoria sexual...), junto a la participación en actividades de mayor amplitud social (pro divorcio, comisión anti-OTAN, solidaridad con abortistas juzgadas, defensa de la legalidad civil vigente frente a los enemigos de la democracia...), le están permitiendo no solamente volcarse hacia la población homosexual que acude al gueto comercial madrileño, sino también hacia las clases trabajadoras, el movimiento vecinal..., tratando de desbloquear la situación actual de marginación e insuficiente comprensión entre nosotros y el resto del pueblo.

Ahora bien, un militantismo ‘gay’ que limitara su actuación a reivindicar tan sólo unos derechos democráticos no lograría más que una tolerancia permisiva en grandes ciudades, como sucede en ciudades como Ámsterdam, París, San Francisco, o como parece que se pretende en el madrileño barrio de Chueca. Tal reformismo, a lo único que puede conducir es a una forma de institucionalización del gueto homosexual. Porque ocurre que simplemente la igualdad de derechos no puede hacer desaparecer las causas de opresión, que si bien en su origen se sitúan en la ideología emanante -y que aún perdura- de la familia patriarcal, tiene su principal apoyo hoy día en la ideología burguesa y en el sistema al que sirve dicha ideología. La opresión de los homosexuales y lesbianas no se debe principalmente a las sentencias judiciales, a la represión policiaca o a la pérdida de empleo o vivienda. La opresión se sitúa más en esa herencia religiosa que considera pecado que dos personas del mismo sexo puedan quererse y hagan el amor. O también en esa concepción falsamente médica y acientífica que aún -¡ya está bien!- nos sigue considerando enfermos.

Mientras las normas familiares y sexuales burguesas continúen imponiéndose, los homosexuales y las lesbianas, y con nosotros-as -en diferente grado ciertamente- el resto de la población, seguiremos oprimidos. Si bien es cierto que limitarnos a la lucha contra esas «normas» nos conduciría a un movimiento gay ultraminoritario, encerrado en su marginalidad radical, incapaz de tener un peso en el campo social.

Por eso, en el FLHOC pensamos que es preciso combinar la reivindicación de nuestros derechos democráticos con otras actividades que pongan en causa los límites de la «normalidad» de la familia burguesa y del modelo heterosexual-monogámico, sirviendo todo ello para acercarnos a la construcción de esa nueva humanidad en la que las categorías -las falsas identidades- de «homosexuales y heterosexuales» hayan quedado destruidas y el comportamiento sexual de las ‘personas’ -de forma exclusiva o no- sea el que esas ‘personas’ deseen, dentro de la igualdad, el amor y la felicidad.

José Antonio Berrocal es miembro del Frente de Liberación Homosexual de Castilla (FLHOC).

1981/06/25

DOCUMENTACIÓN | 28-J | ORGULLO EN MADRID: "AQUÍ ESTAMOS, NO NOS OCULTAMOS"

Manifestación de homosexuales contra la imposición de la heterosexualidad.
El País, 1981-06-25

https://elpais.com/diario/1981/06/26/sociedad/362354407_850215.html 

Cerca de un millar de homosexuales, hombres y mujeres, se manifestó ayer en Madrid para conmemorar el Día Internacional del Orgullo Gay, que se celebra el 28 de junio. La convocatoria, realizada por el Colectivo de Feministas Lesbianas de Madrid y el Frente de Liberación Homosexual de Castilla, tiene como lema principal «No a la imposición de la norma heterosexual». «Aquí estamos, no nos ocultamos», repetían los ‘gays ‘y lesbianas, como en anteriores manifestaciones. Pero este año, en cambio, no se han producido incidentes y la legalización de la marcha les ha llegado esta vez sorprendentemente rápida. «Las autoridades son ahora más permisibles con nosotros, digamos que hay una represión tolerante», afirman dos militantes de los grupos convocantes.

1981/06/20

DOCUMENTACIÓN | 28-J | MADRID: AUTORIZADA LA MANIFESTACIÓN DEL FLHOC

Autorizada la manifestación homosexual del día 25 en Madrid.
El País, 1981-06-20

https://elpais.com/diario/1981/06/21/sociedad/361922404_850215.html

El Gobierno Civil de Madrid ha accedido a la solicitud del Frente de Liberación Homosexual de Castilla (FLHOC) de una manifestación con motivo del Día Internacional del Orgullo Gay, el próximo día 25 de junio, a las ocho de la tarde, en el Puente de Vallecas, la avenida de la Albufera y Portazgo. La solicitud iba firmada igualmente por una serie de personalidades y partidos de izquierda (Pablo Castellano y Pilar Brabo, a título personal, y Ciriaco de Vicente, Enrique Curiel, J. A. Dorronsoro y Jaime Pastor, en nombre de las ejecutivas del PSOE, PCE, MC y LCR, respectivamente).

El lema de la manifestación autorizada será, según sus organizadores, «No a la discriminación social y laboral de los homosexuales y lesbianas», y la duración estimada oscilará alrededor de las dos horas. El servicio de orden estará asegurado por militantes de los partidos legalizados en que militen los firmantes de la solicitud.

El FLHOC ha iniciado este fin de semana una quincena de propaganda y dinamización con vistas a preparar la manifestación, así como para recoger y distribuir información sobre las intervenciones que la policía gubernativa ha realizado, especialmente en Barcelona, en diferentes lugares de encuentro de homosexuales y lesbianas.

Por otra parte, y como colofón de la Semana Internacional del Orgullo Gay, el viernes 3 de julio se celebrará en la sala de verano del cine Olympia, de Madrid, una fiesta de la amistad, que cuenta al parecer con el apoyo de la Diputación Provincial madrileña y la Corporación municipal de la villa. Según los organizadores [GALHO], esta fiesta de la amistad, abierta a toda la población, «debiera ser motivo de encuentro y amistad entre el movimiento ‘gay’ y el resto del pueblo de Madrid».

El colectivo feminista de lesbianas de Madrid [CFLM] tiene, al parecer, la intención de celebrar una fiesta similar de carácter feminista.

1981/05/10

HITOS | CASO ALMERÍA: INCULPAR A LAS VÍCTIMAS POR SUPUESTA CONDICIÓN HOMOSEXUAL

REVISAR: GAY HOTSA de setiembre de 1982 // Se había acordado silenciar la condición de gays. Durante el juicio se protesta por la utilización condenatoria de la supuesta homosexualidad. // Interesante: multado por la Ley de Vagos y Maleantes.

DOCUMENTACIÓN
Los defensores del 'caso Almería' siguen arrojando sospechas sobre las víctimas.
Francisco Gor | El País, 1982-07-01

https://elpais.com/diario/1982/07/02/sociedad/394408803_850215.html 
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El juicio sobre el 'caso Almería' se suspende dos días por indisposición de un miembro del tribunal.
Francisco Gor | El País, 1982-07-15

https://elpais.com/diario/1982/07/16/sociedad/395618406_850215.html  
 
MEMORIA

El Caso Almería: para que no se olvide.
Miguel Ángel Blanco Martín | SecretOlivo, 2021-10-09

https://secretolivo.com/index.php/2021/05/09/el-caso-almeria-para-que-no-se-olvide/
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41 años del Caso Almería.

La Asociación Andaluza de Víctimas de la Transición va a llevar a cabo este domingo la tradicional ofrenda floral a los tres jóvenes Luis Cobos, Juan Mañas y Luis Montero.
Europa Press | Diario de Almería, 2022-05-07
https://www.diariodealmeria.es/almeria/Caso-Almeria-ofrenda_0_1681332344.html

1981/04/11

DOCUMENTACIÓN | 23F | TEJERO INTENTA JUSTIFICAR LA REBELIÓN DEL 23 DE FEBRERO EN UN ARTÍCULO PUBLICADO EN ABC

Tejero intenta justificar la rebelión del 23 de febrero en un artículo publicado en "Abc".
El País, 1981-04-11

https://elpais.com/diario/1981/04/12/espana/355874404_850215.html

El teniente coronel Tejero, autor del asalto y secuestro del Gobierno y del Congreso de los Diputados el pasado día 23 de febrero, con la intención de provocar un golpe de Estado militar, publicó ayer un artículo en las páginas de huecograbado del diario ABC titulado Un guardia civil, y bajo el epígrafe de «Tribuna pública». En el texto del artículo, de más de dos páginas del matutino, Tejero se presenta como un patriota y hace un relato de su vida militar y personal con un tono lírico con el que intenta justificar su rebelión y la de sus acompañantes.

La publicación de este artículo ha causado estupor en el Gobierno, que ha decidido remitir el texto al fiscal general del Estado, José María Gil Albert. Fuentes gubernamentales han afirmado que se piensa actuar con firmeza para evitar hechos de esta naturaleza. Por otra parte, el Juzgado de Guardia número 4 de Sevilla admitió ayer tarde una querella por presuntos delitos de apología del terrorismo e incitación a la subversión por medios violentos contra el teniente coronel Tejero y el director de ABC de Sevilla, Nicolás Salas -el rotativo sevillano también publicó el mismo texto que ABC de Madrid-. La querella fue presentada por Isidoro Moreno y Antonio Torres, dirigentes del partido PAU-PTA [Partido Andaluz Unido-Partido de los Trabajadores de Andalucía].

Según fuentes de la dirección del diario ABC, el artículo, fechado en marzo, en la prisión de Alcalá de Henares, llegó a este periódico «por vía directa y a través de una persona del entorno de Tejero hace tres días». La misma fuente señaló que aunque ABC no comparte su contenido, «como se desprende de la puntualización que se le añade -el artículo apareció seguido de un editorial en el que se critica la visión del patriotismo de Tejero-, ha decidido publicarlo dado su interés como documento periodístico». Según un portavoz de ABC, la persona que ofreció el artículo afirmó que si el rotativo de la calle de Serrano no lo publicaba se lo ofrecería a otro periódico. Asimismo, la misma fuente añadió que cree que el contenido del artículo constituye, en cierta manera, un adelanto de las memorias de Tejero, cuya publicación editará Lara. En la tarde de ayer no fue posible encontrar al portavoz del Ministerio de Defensa ni al ministro. En este departamento se señaló que el ministro estaba ilocalizable, mientras en su domicilio señalaban que Oliart se encontraba descansando en su finca de Extremadura. Por ello no pudo conseguirse un comentario oficial de Defensa sobre el artículo de un oficial procesado y recluido en la prisión La Palma, de El Ferrol. Tampoco hubo manera, ayer tarde, de contactar con ningún responsable de la Secretaría de Estado para la Información.

"No soy monárquico"
El artículo de Tejero se inicia con aires festivos: «Ante ustedes, no por voluntad propia, sino por avatares del destino, se presenta Antonio Molina Tejero, militar español para quien ante el sacrosanto nombre de España (...)». Luego el autor da un repaso a la geografía y a la gastronomía hispana y escribe: «El sabor de sus vinos: Jerez, Rioja, Humilla, Priorato, Rueda y Ribeiro, y el gusto de sus guisos: fabada, cocido, escudilla, gazpacho, caldereta, pote, marmitako, sancocho... Comidas y bebidas de una raza bravía cuyos machos han llegado a ser dioses y ejemplo de heroínas sus hembras».

Luego hace Tejero un relato de los peligros históricos de España y arranca desde los Reyes Católicos, para pasar a su autobiografía. Recuerda que nació en Málaga, hace 48 años, que está casado con una hija de un guardia civil, que tiene seis hijos, tres varones y tres hembras, y concluye afirmando que todo ello le permite sacar la conclusión de que es un hombre «completamente feliz».

Luego, añade: «Aunque no soy monárquico, no me importa que mis amigos lo sean, porque acepto cualquier forma de Estado, incluida la Monarquía», y asegura que no está encuadrado en «ninguna ideología».

Se refiere el autor seguidamente a su carrera militar, y escribe: «Fue en 1951 cuando conseguí mis cordones de caballero cadete de la Academia General Militar. Aun ahora, en peligro de poder perder el uniforme, me parece mentira verme con los cordones en la mano en la mano, porque en el corazón los he llevado siempre». Luego re cuerda que sacó varias matrículas de honor en el bachillerato, y dice: «Durante mi permanencia en la Academia, me enseñaron todo lo que ahora pongo en práctica y constituye el eje de mi vida, aunque mis profesores parecen haberlo olvidado». Y añade: «Señores desmemoriados; ¡voy a tener que darles rabillos de pasas! ».

Se refiere Tejero a su ascenso a teniente coronel en 1974, durante su destino en Guipúzcoa. «Y fue allí, ante cada uno de los cadáveres de nuestros hombres, caídos por la insensatez de nuestros dirigentes, donde me hice la promesa de no quedar en paz con aquellas víctimas heroicas hasta no igualar, al menos, su sacrificio».

Señala que arriesgó su vida al no tomar precauciones especiales durante su estancia en el País Vasco, y que sus guardias tampoco se «camuflaban». Informa que participó en la detención de 140 etarras, «todos los cuales salieron en triunfan te libertad gracias a la amnistía», y concluye este capítulo afirmando que besó la sangre de los soldados muertos y que el día de la legalización de la ikurriña constituyó uno de los peores momentos de su vida

Varios arrestos

Más adelante subraya otros traslados y cuenta cómo en Málaga se opuso a una manifestación sobre la mayoría de edad organizada por «escandaleros marxistas», lo que le costó un mes de arresto y el cese en el mando. Relata luego su llegada a Madrid, donde leyó un proyecto de la Constitución en el que «faltaba Dios y sobraban nacionalidades», y fue. de nuevo. arrestado por una carta que escribió al Rey pidiendo que no saliera dicho texto. La llamada ‘operación Galaxia’ la resume de la siguiente manera: «Entonces tomé café con tres amigos y otro más, que, pareciendo serlo, resultó un vulgar delator; tomamos café en la cafetería Galaxia y... diecinueve meses de prisión efectiva, siete de ellos, legal».

Luego vuelve a hablar de los males de la Patria, y añade la droga y el sexo para justificar su asalto al Congreso y su proclama, en la que subraya la obediencia al general Milans del Bosch. Dice que el comportamiento con los diputados «no pudo ser ni más limpio ni más caballeroso», y se declara único responsable de estos hechos.

Autorretrato de un golpista.

Editorial | El País, 1981-04-11

https://elpais.com/diario/1981/04/12/opinion/355874401_850215.html

La proclama del teniente coronel Tejero, publicada ayer por el diario ABC, no posee, en sí misma, mayor interés. A quienes contemplaron, en directo o en video, su violenta irrupción en el hemiciclo del Congreso, la brutal cobardía con que agredió -pistola en ristre y con la protección de una cohorte de hombres armados- al teniente general Gutiérrez Mellado, y la tabernaria manera con que secuestró durante dieciocho horas al Gobierno de la nación y a los diputados no podrá extrañarles el perfil de su autorretrato, pero sí les sorprenderá su grado de fatuidad y primitivismo.Los párrafos en los que explaya sus concepciones patrióticas parecen escritos por la pluma de un vitriólico, caricaturista que se hubiera propuesto avergonzar a los españoles. El paisaje y la gastronomía son las principales notas con que la proclama define la realidad de España, de la que están ausentes los ciudadanos comunes y corrientes, sustituidos por «una raza bravía, cuyos machos han llegado a ser dioses y ejemplo de heroínas sus hembras». Es tan pobre de ideas y tan rico en tonterías todo el escrito que hace temer que sea una baza ideada por los abogados del sedicioso militar, que podrían intentar demostrar, en base a semejante cosa publicada, que Tejero padece deficiencias insuperables que le llevaron a cometer la bárbara tropelía del 23 de febrero.

Tejero narra desde sus éxitos en el bachillerato hasta sus diversos destinos como oficial y jefe de la Guardia Civil. Conocemos así que sirvió en Cataluña, de la que sólo comenta que «era por aquellos años uno de los últimos reductos del bandolerismo español»; en la parte sur de Galicia, sumariamente definida corno «zona contrabandista de duro y sacrificado servicio»; en Vélez-Málaga, en Las Palmas y en Badajoz. Pero fue 1974 el año que «tendría una importancia decisiva en mi vida militar», ya que coincidió con su destino en Guipúzcoa. Por el propio Tejero nos enteramos de que el terrorismo era ya durante la última época del franquismo una plaga de difícil erradicación y de que también en ese período las víctimas de ETA caían «por la insensatez de nuestros dirigentes». Antonio Tejero, que fanfarronea de que acudía a las salas de fiestas «vestido de uniforme», no aduce pruebas de que su política de orden público contribuyera a frenar los crímenes de ETA. En cambio, rememora que la legalización de la ikurriña le hizo pasar «la peor noche» de su vida y que su protesta por esa decisión del Gobierno le costó un mes de arresto y el traslado a la jefatura de la Comandancia de Málaga.

En ese destino disolvió una manifestación pacífica previamente aprobada por el gobernador civil. El nuevo mes de arresto y el nuevo cese por esa insubordinación tuvieron, ni qué decir tiene, una nueva recompensa, esta vez como jefe de la Agrupación de Destinos de la Dirección General de la Guardia Civil, desde cuyo despacho conminó por escrito al Rey para que impidiera. la aprobación de un proyecto de Constitución «en el que faltaba Dios y sobraban nacionalidades». El incidente se saldó tan sólo con catorce días de arresto, y Antonio Tejero, inasequible al desaliento, se dispuso a impedir por la fuerza -con la ‘operación Galaxia’- lo que no había logrado con su escrito: el aborto de la Constitución. A partir de ahí, los hechos ya son conocidos por el gran público: un proceso que termina con unos meses de prisión, el regreso al servicio activo y el golpe de Estado del 23 de febrero del presente año.

Antonio Tejero escribe en su larga proclama un cúmulo de insensateces. El golpista no perdona un solo tópico -«soy católico practicante sin ser beato », « me inclino por el más débil no en una relación paternalista, sino en un plano de igualdad humana, de hombre a hombre», «entre mis grandes preocupaciones está la justicia social, pero sin demagogias»-, y no ahorra una sola frase hecha. Su diagnóstico de la situación actual tampoco discrepa ni un milímetro del que predican los ideólogos del golpismo desde su Prensa, ya se refiera a las autonomías -adjetivadas de «separatistas»-, al desempleo -suprimible «mediante la adecuada utilización de la riqueza que en España existe»-, o a la seguridad ciudadana. Todo esto, sin embargo, sería una anécdota, o mejor, un chiste, si no fuera porque Antonio Tejero, al escribir su autorretrato, revela la impunidad con la que fue trenzando, a lo largo de los últimos cinco años, su conjura golpista. Los arrestos por su comportamiento en Guipúzcoa, Málaga y Madrid, primero, y el procesamiento por la operación Galaxia, después, hubieran sido, en cualquier otro régimen democrático, avisos suficientes para saber que Antonio Tejero, que afirma en su proclama que «después de reculeos y blandengueos es imprescindible la violencia», era un profesional de la sedición y del golpismo, y a este conspirador perpetuo el Estado no sólo le pagaba mensualmente un sueldo, sino que además le permitía disponer de hombres y de armamento, también sufragados por los contribuyentes.

Ahora, el golpe del 23 de febrero parece ser visto por el perpetrador de ese delito de rebelión militar con el mismo optimismo con el que seguramente recibió sus anteriores arrestos o la condena por la operación Galaxia. Tras insultar a sus «desmemoriados» profesores de la Academia de Zaragoza -« ¡voy a tener que darles rabillos de pasas! »- por no prestarle apoyo, ratificar que ocupó el palacio del Congreso «a las órdenes del general Milans del Bosch» y apelar a la conciencia de los complotados que le dejaron en la estacada y no le hacen compañía en prisión -«quienes debiendo no están aquí con nosotros»-, Antonio Tejero inculpa al Gobierno y a la autoridad militar judicial por exigir responsabilidades penales a quienes, infringiendo las Reales Ordenanzas, secundaron su acción sediciosa. «Todo lo que se hizo allí fue por orden mía», «mi fuerza sabe que conmigo no se juega», «soy el único responsable». Antonio Tejero se convierte así enjuez de susj uzgadores, e incluso exonera a sus hombres con la falsedad de que «no pudo ser más caballeroso el comportamiento de la fuerza con los diputados».

Pero si no es un chiste el artículo, entonces pertenece al mundo que el artículo mismo narra: al intento, incomprensiblemente ayudado por un periódico respetable, de desinformar y desorientar a la opinión pública sobre un salvaje atentado a la libertad. Tejero no dice nada interesante, pero es interesante, en cambio, comprobar que hay quien está dispuesto a servirle de altavoz -en forma de artículo o de libro de memorias- a ese mercachifle del patriotismo. Cosas veredes.

DOCUMENTACIÓN | 23F | UN GUARDIA CIVIL

Un guardia civil.
Antonio Tejero Molina | ABC, 1981-04-11

Recogido por Archivo Linz – Fundación Juan March:
https://www.march.es/es/coleccion/archivo-linz-transicion-espanola/ficha/guardia-civil--linz%3AR-18862

ABC es independiente en su línea de pensamiento y no acepta necesariamente como suyas las ideas vertidas en los artículos firmados.

En el Ejército, lo primero que se hace antes de iniciar una relación entre varios es presentarse con el nombre, grado y destino, como pequeño adelanto de la personalidad del militar; y como por circunstancias harto conocidas me encuentro en boca de muchos de mis compatriotas, quiero presentarme ante ellos para que, de esta forma, lo más objetivamente que pueda hacerlo, sepan algo sobre quién es Tejero y las circunstancias que le rodean.

Ante ustedes, no por voluntad propia, sino por avalares del destino, se presenta Antonio Tejero Molina, militar español, para quien ante el sacrosanto nombre de España iodo lo demás, excepto Dios, queda oscurecido de tal forma que apenas sí se ve, de tai forma que por ella, por España y cuanto representa, no, sufro, trabajo, vivo y si es necesario muero con alegría.

Que el sentirme español sea para mí el más preciado título, tiene una sencilla y demostrable explicación: es que España es tan grande, tan hermosa... Es grande en su historia, hermosa en sus tierras, rica en sus campos, fecunda en sus gentes y divina en su lengua: ¡El español! Me he recreado miles de veces mirando con avaricia sus tierras; y lo mismo me ha estallado el alma de orgullo ante sus altivas montañas, que ante sus verdes y sosegados valles de Vascongadas; lo mismo se ha perdido mi ilusionada mirada en su inmensa llanura manchega, que he creído volar desde lo alto de los Picos de Europa; lo mismo me he tostado bajo el sol en sus playas de Málaga y de Maspalomas, que me he quemado con sus nieves en Candanchú y en el «Escaparate»; me he empapado durante años con el agua de sus cielos de Galicia, de la misma forma que me he abrasado al sol de su hermosa «siberia» extremeña...

Y la belleza de sus rías y el fragor de sus minas, y el bullicio de sus ciudades, y el sosiego de sus pueblos, y el sabor de sus vinos: Jerez, Rioja, Jumilla, Priorato, Rueda y Ribeiro...; y el gusto de sus guisos: fabada, cocido, escudilla, gazpacho, caldereta, pote, marmitako, sancocho... Comidas y bebidas de una raza bravia cuyos machos han llegado a ser dioses y ejemplo de heroínas sus hembras.

Y de su tierra a su historia, ante la que, señores, ¡hay que descubrirse! Todos sabemos que desde los Reyes Católicos fuimos una gran nación, que no tardó en convertirse en grandísima. Tan grande era que en ella no se ponía el sol; y alumbró entonces nuevas tierras y se entregó generosa a aquellas hijas de más allá del océano, que son hoy pueblos hermosos que recuerdan a la Madre Patria que les dio el ser, que la recuerdan en español, y que en español, y a la sombra de la cruz, rezan sus hijos.

Desde entonces, nuestra Patria ha caminado siempre por la Historia sacudiéndose el yugo cuando intentaron ponérselo, porque al grito de «¡La Patria está en peligro!» ha tenido siempre prestos a sus hijos para volver a convertirla de meretriz en soberbia matrona. Y es esa Historia la que ros grita: «¡Mirad a España!, pero mirad sintiéndola, para que se nos grabe en el alma, para llevarla eternamente en nuestros sentidos.» «¡Mirad a España!, pero viéndola en sus tierras, oyéndola en sus cantares, descubriéndola en su Historia, abrazándola en su bandera, rezando en sus templos, mirando sus cielos, trabajando sus campos, amando a sus gentes, comiendo sus guisos, bebiendo sus caldos, sudando bajo su sol y tiritando sobre su nieve.»

«¡Mirad a España! besando a sus hembras y pariendo a sus hijos.» Sólo así te sentirás español. Español a quien le duele España. Y hoy nos duele porque no nos gusta como es. Hoy nos duele porque España tiene que ser una y grande y no muchas y rola. Nos duele porque antes era alegre y ahora está asustada, y porque antes tenía trabajo y paz para sus gentes y ahora tiene paro y sangre en sus tierras; porque antes era respetada y ahora es ef «hazmerreír» de los extraños; porque antes estaba gobernada y ahora tiene a unos dirigentes que, en vez de repartir paz, trabajo y justicia social —y también de la otra— discuten tan ricamente desde sus cómodas poltronas el sexo de los ángeles…, y eso, amigos, como español, duele; ¡duele hasta reventar!

Pero volvamos a mi presentación. Este español dolorido nació en Málaga hace cuarenta y ocho años, se crió en Alhaurin el Grande, «el lugar», corno le decimos; nació de la clase media, bueno, eso creía yo hasta que protestaron otros diciendo que mi clase no era la media, sino la baja, de acuerdo con mis antecedentes. El caso es que nací hijo de honrados maestros y nieto de sufridos labradores, y si tales antecedentes me sitúan en la clase baja, así lo admito y de ello me enorgullezco, pues no debemos ser malos cuando, poco a poco, vamos subiendo y progresando…

Estoy casado con una maravillosa mujer, hija de guardia civil y maestra de profesión y vocación, honrada y española como la que más, una mujer religiosa y prolífica que ha enriquecido nuestra unión con seis hijos que son nuestro orgullo y nuestra fortuna, educados todos ellos a la sombra de la cruz y en el amor a su Patria. En partes iguales se distribuye nuestra descendencia: tres varones y tres hembras; de aquéllos, uno ya es militar, y de éstas, dos están casadas, también con militares; un nieto y otro en camino aseguran la prolongación de la familia. A la vista de todo ello es fácil sacar en conclusión que soy un hombre completamente feliz.

Aunque no soy monárquico, no me importa que mis amigos lo sean porque acepto cualquier forma de Estado, incluida la Monarquía, siempre que conduzca certeramente a mi Patria. Amo la vida y la libertad. Me gusta el orden. Soy católico practicante sin ser beato, y aunque no sea la mía una familia de mucho «rezo», todos los días damos gracias a Oíos por los alimentos que permite llegar a nuestra mesa y bendecirnos su nombre en familia al final de cada jornada. Políticamente no estoy encuadrado en ninguna ideología. Mi única política es España: su paz, su orden, su trabajo y su grandeza. No quiero nada que no haya ganado con mi sudor, y respecto a los demás, deseo que cada uno tenga lo que se merece, y me inclino por el más débil, no en una relación paternalista, sino en un plano de igualdad humana, de hombre a hombre.

En el trabajo y en el servicio soy duro para conmigo mismo y lo soy también para con los demás, por ello, generalmente, no dejo pasar las faltas, las castigo, sin rencor pero sí de acuerdo con mí sentido de la justicia; por eso ni he guardado ni guardo rencor a quienes me han castigado si merecí el castigo. Entre mis grandes preocupaciones está la de la justicia social, pero sin demagogia; como cristiano sé que todos los hombres somos iguales, que lo único que cambia es aquello que Ortega y Gasset llamaba las circunstancias; por eso no creo en la existencia de razas privilegiadas, creo en los hombres y, sobre todo, creo en los españoles, y por lo que a mí se refiere, creo tener una enorme capacidad para encajar los reveses con la sonrisa en los labios, sin desfallecer nunca.

Tengo también defectos, quizá demasiados, pero de resaltar éstos ya se encargarán otros cumplidamente...

Creo que he hablado ya lo suficiente de mis orígenes, mi vida familiar y los pilares fundamentales de mi pensamiento como hombre y como español; quiero concentrarme ahora en mi condición de militar. Desde siempre quise ser militar, aunque no había precedente alguno en mi familia. Fue en 1951 cuando conseguí mis cordones de caballero cadete de la Academia General Militar. Aún ahora, en peligro de poder perder el uniforme, me parece mentira verme con los cordones en la mano, en la mano porque en el corazón los he llevado siempre.

Sin vanidad alguna por mi parte, pero sí con la obligación moral de salir al paso de quienes afirman que son militares tos que no sirven para otra cosa, tengo que decir que fui un buen estudiante de Bachillerato, como certifican las abundantes matrículas de honor de aquellos años en los que se iniciaba mi expediente académico. Ya en la Academia General fui, durante tres años, cabo galonista por pertener a ia primera promoción de la Guardia Civil, Cuerpo militar por entero, aunque yo siempre deseé que fuese Arma; Cuerpo militar español por su origen y creación, benemérito porque lo ha ganado a pulso y heroico porque lo ha demostrado a través de gestas como Santa María de la Cabeza, el Alcázar de Toledo, Oviedo y Tocina, que si cada una por sí misma sería suficiente, forman en su conjunto un póquer de ases que bien ganó para la Guardia Civil el título de heroico Cuerpo militar.

Durante mi permanencia en la Academia me enseñaron todo lo que ahora pongo en práctica y constituye el eje de mi vida, aunque mis profesores parecen haberlo olvidado. ¡De desmemoriados anda el mundo lleno! Lo cierto es que de aquellos profesores, hoy desmemoriados, aprendí el culto al valor, a la dignidad, al honor, a la Patria, a su unidad y a su bandera, y también el culto a nuestros muertos. Y me va a permitir el lector que haga un pequeño aparte para decir, en voz baja, confidencialmente a quienes tales enseñanzas me dieron: Señores desmemoriados ¡voy a tener que darles rabillos de pasas!

Tras este pequeño paréntesis, hecho gracias a la paciencia de los pacientes lectores, vuelvo a aquellos años de mi vida en la Academia General, de la que salí teniente en diciembre de 1955. Cataluña fue mi primer destino, y allí permanecí durante tres años. Cataluña era por aquellos años uno de los últimos reductos de! bandolerismo español, con personajes como Sabater, Facerías y «Caraquemada», entre otros. Y cumpliendo aquel primer destino surgió la campaña del Sahara-lfní. Poco tardé en redactar mi instancia (una instancia cuya copia conservo) solicitando mi incorporación a la Policía Territorial del África occidental española, pero mi petición fue denegada con la justificación de que estaba prestando servicio en zona de bandoleros de la que no se podía distraer esfuerzo alguno.

Y de Cataluña, a Galicia. Al ascender a capitán en 1958 me incorporé a una de las compañías del Miño, zona contrabandista de duro y sacrificado servicio. Allí me salieron las primeras canas y allí gané la primera cruz. Vélez-Málaga fue el siguiente destino, y después de Andalucía, Canarias; en 1963, con el ascenso a comandante, llegó el destino a Las Palmas de Gran Canana. Badajoz fue la etapa siguiente de mi vida militar; allí pasé los años más apacibles de mi carrera, y de Badajoz he dicho siempre que es la tierra donde no nací pero en la que sí me gustaría morir. Allí crecieron mis hijos y allí se terminó la lista de ellos con nuestro Juanico..., por lo menos eso creo yo.

El ascenso a teniente coronel en 1974 iba a tener una importancia decisiva en mi vida militar. Fui destinado a Guipúzcoa y allí me incorporé el mismo día que se celebraba el funeral por el cabo Posadas. Aquella circunstancia debió ser como una premonición de la honda transformación que en mí iba a producirse; fue en aquellas tierras donde me convertí en un verdadero guardia civil, fue allí donde pude darme cuenta, en toda su dimensión, del temple, la disciplina y el valor y la gallardía de nuestros guardias; y fue allí, ante cada uno de los féretros, ante cada uno de los cadáveres de nuestros hombres, caídos por la insensatez de nuestros dirigentes, donde me hice la solemne promesa de no quedar en paz con aquellas víctimas heroicas hasta no igualar, al menos, su sacrificio.

Fue allí, en aquellas tierras, donde prediqué a mis hombres con el ejemplo, como a mí me gusta que me prediquen, ¡mojándome el primero! Allí vestí y paseé mi uniforme y mi tricornio con mayor orgullo que en ningún otro lugar de España. Siempre llevé en mis salidas el coche negro de servicio con la matrícula PGC y el letrero de «Servicio oficial». Fue allí donde más descubierto estuvo mi pecho, sin camuflaje alguno, porque tampoco estaban camuflados mis guardias de control; uniformado reglamentariamente visité los barrios viejos de San Sebastián y Vitoria, cuyas dos Comandancias mandé; vestido de uniforme fui también en ocasiones a las salas de fiestas en las que, en sus jomadas libres de servicio, disfrutaban mis guardias con la sana alegría de la juventud. Y nunca, ¡nunca! recibí de uniforme insulto alguno.

Pude haber sido tiroteado. No desconocía el riesgo y difícilmente podía olvidar a todos y a cada uno de los hombres muertos. Pero el riesgo es siempre inherente a nuestra carrera. Muchas veces he dicho a mis hijos que la vida es preciosa y que una de las cosas que más la engrandecen es el saber que se la puede uno jugar por algo que merezca la pena.

Durante mi estancia en Vascongadas fueron cerca de veinte las víctimas que hizo el terrorismo en el Cuerpo de la Guardia Civil, aunque de ellos solamente el cabo Frutos estaba a mis órdenes. Luché contra la ETA con todo mi afán, sin conceder descanso alguno a los terroristas, para que no pudieran pensar ni reaccionar; nuestra lucha no admitía tregua alguna, pero era, también por nuestra parte, una lucha limpia, enfrentada a la sucia lucha de los terroristas. Así y todo se logró detener a ciento cuarenta etarras, todos tos cuales salieron en triunfante libertad gracias a la amnistía.

Sí, a lo largo de mis años de destino en Vascongadas tuve que asistir a demasiados entierros; eran mis hombres aquellos cadáveres, y es cierto, como dijo en alguna ocasión la Prensa, que besé a mis muertos; sí, los besé, aunque la mayoría de aquellos guardias muertos no tuvieran apariencia humana, como consecuencia de las explosiones que habían segado sus vidas. Sí, es cierto que los besé, y que mis labios se llenaron con su sangre de mártires; y es cierto también que mi hijo los besó, y allí, que yo sepa, nadie sintió náuseas. Aquello era para hombres y allí, que yo sepa, no había ninguno que no lo fuera.

También fue durante mi permanencia en Vascongadas cuando se llevó a cabo la legalización de la bandera separatista, esa bandera que ahora llaman las izquierdas «banderola», y que entonces antepusieron a la bandera de España. Aún estaba caliente la sangre del cabo Frutos cuando fue legalizada la bandera separatista y aquello me indignó, creo que justamente. Mis guardias y yo pasamos la peor noche de nuestra vida. Salimos varias veces a rescatar banderas españolas ultrajadas, en contra de las órdenes recibidas de no salir por ningún motivo. Una de esas banderas que pudimos rescatar medio quemadas preside desde entonces mi hogar.

Pensar que la «banderola» iba a ondear por encima de la sacrosanta bandera española me hizo saltar contra los culpables y aquello me costó un mes de arresto en Madrid y el cese en el mando de la Comandancia.

El siguiente destino fue la Jefatura de la Comandancia de Málaga, mi patria chica. Y allá nos fuimos con toda la ilusión del mundo. Había allí un pabellón precioso para mi mujer; allí estaban mis padres; allí estaban los amigos. Se reunían, en fin, muchas circunstancias para que en la Comandancia de Málaga pudiera encontrarme a gusto. Pero seguían los asesinatos y las tropelías en nuestra España. Las víctimas iban sumándose en cantidades que yo difícilmente podía soportar, aunque no falten quienes se tragan esas cifras sin pestañear, ¡allá sus estómagos!

Un atentado terrorista se cobró tres vidas: el señor Unceta, un hombre cabal, y dos guardias civiles. Y en aquella misma jornada me anunciaron que iba a haber en Málaga una manifestación en apoyo de la mayoría de edad, en definitiva, uno de esos «escandaleros» que organizan los marxistas y a los que acuden para gritar «¡Amnistía!»

Aquello me pareció una provocación, un comportamiento que no podía aguantar. Intenté por el diálogo evitar que la manifestación se celebrase, pero, aunque me dijeron que iba a ser trasladada a otro día, comprendí que trataban de engañarme y, ya al filo de iniciarse la manifestación, le dije al gobernador civil: «Hoy España está de luto... Mañana seré un arrestado, pero hoy no se profana a mis muertos.» Y así me jugué la mejor Comandancia que he visto, porque disolví la manifestación, sin violencia, porque no fue necesaria más que la decisión y la firmeza reflejadas en los ojos de los hombres que componían mi fuerza. Aquellos hombres actuaban con energía y con la confianza en su mando, sabiendo que no iba a dejarles en la estacada, y está demostrado que cuando hay autoridad y decisión es innecesaria la violencia; solamente después de reculeos y blandenguerías es imprescindible la violencia. En fin, mi actuación me trajo un mes de arresto y el cese en el mando.

Marché a mi retiro extremeño, porque soy de carne, y en ésta me dolía lo que había perdido. Allí, en mi retiro extremeño, sin esperarlo, llegó el nombramiento de jefe de la Agrupación de Destinos de la Dirección General del Cuerpo. No era el mando ansiado por mí, pero era un mando. Y así llegué a la Villa y Corte, y así empecé a respirar en tres dimensiones lo que a las provincias solamente llega en dos. En Madrid tuve oportunidad de leer un proyecto de Constitución en el que faltaba Dios y sobraban «nacionalidades». Escribí inmediatamente una carta al Rey pidiéndole que aquel proyecto no saliera adelante y pidiéndole que no corriera más sangre... Catorce días de arresto y nuevamente en peligro mi destino. Entonces tomé un café con tres amigos y otro más, que, pareciendo serlo, resultó un vulgar delator; tomamos café en la cafetería Galaxia y... diecinueve meses de prisión efectiva, siete de ellos legal.

Me encontré nuevamente disponible y en Madrid, respirando a boca llena, durante las veinticuatro horas del día: asesinatos, atracos, trabajadores en paro mendigando por las calles, por las plazas y en las estaciones del Metro; veinticuatro horas al día viendo humillados a muchos de los que hasta entonces había considerado hombres dignísimos, viendo actos de cobardía, de indiferencia ante todo; veinticuatro horas al día oyendo los ladridos furiosos de los cuarenta sectarios que emponzoñan a nuestro pueblo, oyendo los crujidos de los cimientos de la Patria y oyendo el relato de las continuadas profanaciones de banderas. Disponible, viendo a lo largo de las veinticuatro horas a esas pandillas de jóvenes degradados por la droga, a esas muchachas que sin haber consumido su niñez han perdido ya el ansia de vivir porque ya todo lo conocen, aunque lo hayan conocido mal, y enfermos que piden un tercer sexo, y pornografía a raudales, degradando a la mujer y al hombre, y desprecio hacia nuestros mayores, irreligiosidad.

Todo eso es lo que vi en esas largas horas de mi situación de disponible, y pensé que no tenía derecho a dejar a mis hijos una Patria empobrecida y degradada, porque de mis padres recibí esta Patria en perfecto estado. Y pienso que si hay que liarse a tortazos, debo y quiero ser yo quien los dé y los reciba, y no reservárselo a mis hijos, que ellos tendrán los suyos a su tiempo...

Conocí a personas que se encontraban en circunstancias parecidas; que sufren por esta España que aún tiene arreglo si se "frena el separatismo, si se termina con el terrorismo y con el terror callejero, si se pone fin al paro mediante la adecuada utilización de la riqueza que en España existe. Y para ello solamente es necesario ser honrado y obligar a los demás a que lo sean, porque se puede gobernar imponiéndose con autoridad.

Por todo ello, a las 18,24 horas del día 23 de febrero de 1981 entré en las Cortes Españolas, hice público un comunicado explicando el porqué. Decía así:

«Españoles: las unidades del Ejército y de la Guardia Civil que desde ayer están ocupando el Congreso de los Diputados a las órdenes del general Miláns del Bosch, capitán general de Valencia, no tienen otro deseo que el bien de España y de su pueblo. No admiten las autonomías separatistas y quieren una España descentralizada pero no rota. No admiten la impunidad de los asesinos terroristas contra los que es preciso aplicar todo el rigor de la Ley. No pueden aceptar una situación en la que el prestigio de España disminuye día a día. No admiten la inseguridad ciudadana que os impide vivir en paz. Aceptan y respetan al Rey, al que quieren ver al frente de los destinos de la Patria, respaldado por las Fuerzas Armadas. En suma, quieren la unidad de España, la paz, orden, seguridad. ¡Viva España!»

Salí de las Cortes el día 24 de febrero, después de que el secretario de la Junta de Jefes de Estado Mayor firmara, con el consentimiento de la misma, y en presencia de mi director general, Aramburu Topete, un documento, que conservo, eximiendo de toda responsabilidad a soldados, guardias, cabos y suboficiales y hoy, a pesar de ese documento, sigue habiendo guardias detenidos, y lo están también todos los cabos y suboficiales. Se les busca culpabilidad cuando allí todo lo que se hizo fue por orden mía, sin tener en cuenta que no pudo ser más limpio ni más caballeroso el comportamiento de la Fuerza con los diputados.

Yo me he declarado responsable de todo. Yo ordené los disparos. Yo ordené a todo el mundo que se tumbara en el suelo. Yo distribuí y ordené los servicios y los vigilé. Mi fuerza sabe que conmigo no se juega, y en mi poder está ese documento que exime de responsabilidades a guardias, cabos y suboficiales. ¡Señores, soy el único responsable de lo sucedido dentro de las Cortes! ¡Señores, dejen ya tranquila a una Fuerza de la que deben sentirse orgullosos ustedes y toda España, sea cual sea su color y su ideología! ¿No se pedía eficacia a las FOP? ¡Pues ahí tienen ustedes eficacia!... Claro que las órdenes que recibieron fueron claras y enérgicas.

Por todo ello me encuentro hoy en prisiones militares para aceptar lo que España disponga de mí, con el ánimo sereno y la conciencia tranquila, mucho más tranquila de lo que puedan tenerla quienes debiendo no están aquí con nosotros.

Sea cual sea mi destino, ¡gracias España por permitir que te haya servido!

Alcalá de Henares (prisión militar), marzo de 1981.
Antonio Tejero Molina. Teniente coronel de la Guardia Civil

1981/03/25

DOCUMENTACIÓN | POLÍTICA | PRESENTACIÓN DE "LOS COMUNISTAS Y LA CUESTIÓN HOMOSEXUAL"

Presentación del documento "Los comunistas y la cuestión homosexual".
El País, 1981-03-25

https://elpais.com/diario/1981/03/26/sociedad/354409213_850215.html 

«La sociedad no tiene idea del lesbianismo», dijo una lesbiana durante el debate del documento 'Los comunistas y la cuestión homosexual', redactado por la Unión de Juventudes Comunistas de España. El acto de presentación del documento tuvo lugar ayer por la tarde, en el Club de Amigos de la Unesco, de Madrid. En el debate participaron cerca de doscientas personas. Dos militantes del PCE apoyaron la opinión de la lesbiana. Sin embargo, el tema más discutido fue la inclusión del movimiento gay dentro de lo que Jordi Petit, de la comisión de cultura del Comité Central del PSUC, denominó «el bloque social del progreso que forman las fuerzas del trabajo y de la cultura en la vida del socialismo en libertad»,.

Joan [Juanito] López, miembro del PCE de las islas Baleares, repasó la historia del movimiento ‘gay’ y las alianzas del mismo con los movimientos obreros.

También se discutió la «crítica situación de este movimiento en los países del Este, y la ‘tolerancia represiva’ de los países europeos y de Estados Unidos contra los homosexuales».

En el debate se valoraron las dificultades de asunción de la clase obrera sobre este tema y, para finalizar, se aludió a la reciente proposición presentada por los socialistas holandeses en la Comisión de Cuestiones Sociales del Consejo de Europa, en torno a una serie de medidas antidiscriminatorias para los homosexuales, que en estos momentos está en proceso de discusión.

1981/03/23

DOCUMENTACIÓN | JORNADAS EN MADRID | DENUNCIA DE REDADAS EN EL AMBIENTE

Conclusiones de las Jornadas de debate "gay" en Madrid.
El País, 1981-03-23

https://elpais.com/diario/1981/03/24/sociedad/354236403_850215.html 

La Coordinadora de Frentes de Liberación Homosexual del Estado Español (COFLHEE) ha desarrollado las II Jornadas de Debate Gay, durante los pasados días 20, 21 y 22, organizadas por el Frente de Liberación Homosexual de Castilla (FLHOC), que han tenido lugar en Madrid. La COFLHEE tomó los siguientes acuerdos: manifestar su más enérgica repulsa por el intento de golpe de Estado del pasado día 23 de febrero contra la actual legalidad civil; valorar positivamente las acciones solidarias llevadas a cabo contra la represión de homosexuales en Grecia y Canadá y solidarizarse con la marcha nacional sobre París, el próximo día 4 de abril, organizada por los grupos ‘gays’ franceses contra la reciente legislación discriminatoria promulgada por ese país; denunciar la política intimidatoria del Ministerio del Interior, consistente en ocasionales redadas policiales en bares y discotecas, detenciones en zonas abiertas de ambiente gay y en la no legalización del movimiento homosexual vasco EHGAM. También manifiesta su preocupación ante la próxima visita del Papa al Estado español, «por sus manifestaciones contra la liberación de la mujer, los homosexuales y contra la libertad sexual en general durante sus viajes a otros países».

El proyecto de UCD sobre un nuevo Código Penal será uno de los temas de debate en la celebración del «Orgullo Gay», el día 28 de junio próximo.

MIKEL/A, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS OCULTAMOS

Mikel/a enseña cacho en la 2ª Gayakanpada de EHGAM, 27-29 agosto 1993, Muxika // Este trabajo, no podría ser de otra manera, está dedicado e...