2013/08/23

DOCUMENTACIÓN | POLÍTICA | SHANGAY LILY SOBRE GAIS EN EL PP: "CADA VEZ SON MÁS LOS QUE APOYAN AL VERDUGO, SON ABSURDIGAYS"

Shangay Lily sobre gays en el PP: "Cada vez son más los que apoyan al verdugo, son absurdigays".
"La homofobia sigue siendo la misma pero ahora es un activo político que Iglesia, derecha, nacionalistas... manipulan"
Juan Luis Valenzuela | El Plural, 2013-08-23
https://www.elplural.com/autonomias/andalucia/shangay-lily-sobre-gays-en-el-pp-cada-vez-son-mas-los-que-apoyan-al-verdugo-son-absurdigays_62134102

Miss Shangay Lily (Uterolandia, 1963) no cree en nacionalidades, tribus, ni géneros: “mi patria es el vientre de mi madre”, suele responder a quien le pregunta de dónde es; “mi tribu es feminista y por lo tanto sin apellidos patrilineales. Ha vivido en Nueva York, Bolonia, Amsterdam, Londres, Roma, Miami o París. Habla cuatro idiomas y cree en la globalización feminista radical.

Es una pionera en muchos sentidos. Revolucionó el panorama social de los 90 siendo la primera ‘dragqueen’ que conoció este país. Creó ‘Shangay Express’, la primera revista gratuita exclusivamente gay en España. Es autor de numerosas novelas y obras de teatro. Ha participado en cine y en televisión. En breve presentará su ensayo ‘Adiós, Chueca’.

Pero ha sido su activismo la gran constante que ha guiado sus pasos (no en vano le gusta definirse con el término ‘artivista’, una ingeniosa fusión de arte y activismo que ha guiado toda su carrera). En 2006 rompió una foto de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en uno de los principales programas de Telemadrid.

En noviembre de 2010 saltó a las portadas de los principales periódicos cuando se plantó frente al candidato a presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tras declarar que anularía la ley de Matrimonio Homosexual aunque el TC lo ratificase. Shangay acudió a la presentación de un libro del ideólogo del partido y fue expulsado de la sala a la fuerza. En la actualidad escribe en ‘Público’ su blog de política, cultura, actualidad y opinión Palabra de Artivista. Más datos de su biografía en su web http://shangaylily.com. El Plural ha entrevistado a Shangay Lily y este es el amplio resultado de cuatro horas de conversación.

El Plural: ¿Ve como un peligro la homofobia que está surgiendo, renaciendo o incrementándose en determinados países europeos con un ejemplo notable en Rusia?


Shangay Lily: Por desgracia, la homofobia nunca ha desaparecido, ha ido tomando distintas formas, unas más sofisticadas y sigilosas, otras más virulentas y simplistas, pero siempre ha estado en la raíz de un patriarcado que hace negocio con el desprecio a la mujer o misoginia y, consecuentemente, a los homosexuales, vistos por el poder patriarcal como una suerte de “afeminados” traidores al privilegio de ser hombre (y, en menor medida, a mujeres traidoras a su estatus de máquinas reproductoras y sexuales). La raíz de la homofobia siempre es el desprecio por la mujer como “inferiores” y la supuesta proximidad que los homosexuales tenemos con ellas —perverso constructo falso donde los haya, pero muy interesante para crear un negocio entre opresores y oprimidos—. La homofobia sigue siendo la misma solo que ahora se ha convertido en un activo político que unos -la Iglesia, la derecha, los nacionalistas, empresarios o asociaciones que hacen negocio del odio…- manipulan o inflan para quedar bien ante sus seguidores religiosos, extremistas y reaccionarios, y otros -socialdemócratas, tercerposicionistas, empresarios que hacen negocio con una cierta marca “gay” o un exclusivo tipo de gay con alto poder adquisitivo…- legislan a la baja para ganar votos y complacer a su electorado o aliados más comprometidos.

En el caso de Rusia también es una mera víctima propiciatoria usada por Putin para congraciarse con la extrema derecha y la pujante Iglesia Ortodoxa, ya que ambos son muy críticos y una amenaza a su tinglado mafioso-monopolista. La homosexualidad, o más bien la homofobia ha sido tradicionalmente utilizada tanto por la derecha como por la izquierda para legitimar su autoridad moral, para anclar su estatus como brújula moral que define las direcciones, perímetros y límites, como maravillosamente retrata la gran icono LGT y bollogenia Liliana Felipe en su magistral canción ‘El chivo expiatorio’: “Perversión fascista para Stalin. Decadencia comunista para Hitler. Vicio católico para los hugonotes. Vicio hugonote para los católicos. Para el burgués: ‘es cosa de la chusma’. Para la chusma: ‘vicio del burgués’. Para el oriente: ‘drama de occidente’, y para el norte: ‘lo típico del sur’. Para el aceite son cosas del vinagre. Para el azúcar: ‘el problema de la sal’”.

La homofobia siempre ha sido una preciosa moneda de cambio en lo político. Ahora se han sumado los medios de comunicación que (ordenados por el poder conservador) ven un jugoso medio de sumar audiencias y, tal como pasó hace una década con la violencia machista, no tienen más remedio que ajustarse a la sociedad más visible y a veces exagerar y otras invisibilizar la homofobia de siempre. En ese sentido la homofobia no es algo que crezca o decrezca, toma nuevas formas y que tú ahora la veas o la dejes de ver no quiere decir que deje de existir. En casos como el de Francia ha sido inflada hasta lo grotesco por la Iglesia Católica como demostró un artículo de ‘Le Monde’ que desveló una trama de “cáscaras vacías” creadas en poco tiempo por organizaciones religiosas para hacer parecer un sentir de la sociedad general francesa lo que en realidad era un interés de un reducido grupo poderoso que vive de jugosas subvenciones y fanáticas donaciones. En Rusia, como he dicho, es una interesada estrategia de Putin para congraciarse con la pujante extrema derecha y la Iglesia Ortodoxa rusa que siempre han criticado sus maneras neoliberales capitalistas.

El Plural: Esa homofobia latente ¿tiene ideología?

Shangay Lily: La homofobia no sólo tiene ideología sino que es, en si misma, pura ideología. Es un constructo social que en distintas sociedades tiene distintos significados, como la ‘homosexualidad ritual en Melanesia’: entre los guerreros de la tribu Sambia de Papúa Nueva Guinea mamar el semen de sus hombres mayores es síntoma de virilidad y te hace más hombre, como explicó el antropólogo Gilbert Herdt en su ensayo ‘Sambia Sexual Culture’ en el que detalla los rituales homosexuales que practican para conseguir el completo desarrollo de los niños y convertirlos en fieros guerreros: ‘Los niños débiles sólo se transformarán en viriles guerreros si ingieren grandes cantidades de esperma’. Otras tribus de la zona, como los etoro, piensan que los niños nacen sin semen y que, por tanto, los adultos deben suministrárselo. Al ser un bien preciado y limitado, las relaciones sexuales con mujeres, sólo para procrear, están limitadas a un número determinado de días al año... para no malgastarlo.

Como he dicho, sobre la misoginia o la discriminación de la mujer -por tanto de los homosexuales, subsumidos en una absurda pero interesada manipulación social en el grupo de los “seres inferiores al hombre blanco patriarcal”- se ha construido todo un imperio económico, hegemónico y, por lo tanto, ideológico, a partir de su categorización, estigma y represión. Cuando un partido, iglesia, dictador o sátrapa se queda sin argumentos para legitimar su tiranía acude raudo a utilizar la decadencia moral de los homosexuales como amenaza de la civilización que ellos con su puño de hierro (y saqueo de las arcas públicas) intentan salvar. En dinámica de grupos se explicaría como el “enemigo o amenaza externa”; un mecanismo unificador que revalida al líder y cohesiona al grupo creando un ‘ingroup’ con valores comunes cada vez más monolíticos frente a lo que muchas veces se presenta (manufacturadamente) como amenaza externa u ‘outgroup’.

El Plural: ¿Cómo ve la situación actual de la sociedad española y los poderes públicos en relación a la homosexualidad? ¿Se retrocede con respecto a avances anteriores?

Shangay Lily: Le guste o no al PP, a la Iglesia y a los melancólicos del franquismo (vectores que a menudo se entrecruzan), la sociedad española ya ha superado la homofobia abierta, vitriólica, evidente y callejera que el régimen de Franco impuso como pasatiempo del pueblo y que estos agentes reaccionarios quieren reinstaurar. Ahora vivimos una nueva homofobia mucho más sofisticada, sigilosa y perversa que se aplica negando que sea homofobia. Los famosos “Yo no soy homófobo, pero...”, “Yo tengo muchos amigos gays, no puedo ser homófobo por mucho que suene como tal”, incluso el cavernario “yo no voy hablando de mi sexualidad, ¿por qué tenemos que hablar de la de los homosexuales?” (Tú no has sido negado desde tu nacimiento; lo que en tu caso es una simple redundancia en el caso de los homosexuales es visibilidad y vida), se han convertido en una cínica, insultantemente contradictoria y absurda nueva forma de homofobia que el PP y sus homófobos representantes enarbolan cual ‘alfieri’ en el Palio de Siena su juguetona banderola: la tiro, la escondo, la enseño, la oculto... convirtiéndoles en unos expertos ‘trileros de la homofobia’ que hacen negocio con su habilidad de esconder lo que enseñan, inventado la hipócrita ‘homofobia trilera’ que hace gala de su habilidad para estafar al que acepte su juego de “dónde está la bolita, dónde está la homofobia, te pago si descubres debajo de qué vaso la he escondido, porque te la he enseñado hace unos segundos”.

Pero esa homofobia sigilosa no basta a las grandes multinacionales del odio como el Vaticano S.A. o las oligarquías locales o internacionales, ellos necesitan resucitar la homofobia más franca (¿de Franco?), promover la crispación, la polarización y la segmentación para poder seguir jugando el rol de líder unificador y salvador a la vez que distraen al pueblo de sus estafas. Una sociedad en armonía es el enemigo del capitalismo que sustenta su supervivencia sobre la especulación, la desigualdad y el permanente anhelo de poseer lo que los “triunfadores” tienen.

El Plural: ¿Conoce homosexuales militantes del PP? ¿Están cómodos en esa formación? ¿"Salen del armario" o se ocultan?

Shangay Lily: Sí, claro que los conozco. Por desgracia, cada vez son más los homosexuales que apoyan al verdugo. Son el ejemplo perfecto de lo que yo llamo ‘absurdigays’, un concepto que definí extensamente en varias entradas en mi blog en Público.es, desde una primera en la que hablaba de aquél infeliz ‘absurdigay’ que fue a la calle Génova a celebrar la victoria de Rajoy y fue entrevistado por una atónita Cristina Pedroche que le intentaba hacer ver su absurdo apoyo a su verdugo, titulada El absurdigay, hasta las que denuncian la estrategia del PP de ir colonizando el Orgullo Gay con ‘absurdigays’ contratados para promocionar su modelo de endohomofobia, como expliqué en mi entrada Mario Vaquerizo y el Orgullo del PP, pasando por la conversación que mi amigo Guille tuvo con un prepotente ‘absurdigay’ que tenía a gala votar a Esperanza Aguirre y que titulé Los absurdigays florecen al calor de la homofobia. Pero creo que nadie lo ha retratado mejor que un comentario de mi amigo Carlos Sierra que dejó en mi página de Facebook tras ver las declaraciones del ‘absurdigay’ de la calle Génova:

“A mí los demás me dan igual… yo voto por mis cosas y tal” Si todos los gays pensaran como tú, ¿dónde estarías ahora, alma de cántaro? ¿En la consulta del psiquiatra? ¿En el confesionario? ¿En los lavabos de alguna estación? ¿En el altar?… Dando paseítos por Chueca seguro que no. Menos mal que aún existe gente que tiene (y, sobre todo, ha tenido) respeto por su sexualidad y por la de los demás. 

Creo que resume bien lo que la comunidad gay no idiotizada, ni auto-represora, piensa de estos gays del PP.

El Plural: Y la Iglesia ¿Ve alguna esperanza de cambio con respecto a su colectivo y a cuestiones morales con el nuevo Papa Francisco? ¿Cómo valora sus declaraciones en Brasil?

Shangay Lily: Ya denuncié en otra entrada de mi blog la manipulación mediática de ese inexistente cambio de actitud del Papa. El título lo resume: Un Papa homófobo juega al despiste (y le creen). En la entrada aclaro que este Papa no sólo no ha cambiado en nada su actitud ante los homosexuales, sino que es especialmente homófobo. Al respecto destaco este fragmento:

En un prodigioso ejercicio de corta y pega disléxico, los medios han entresacado la frase “¿Quién soy yo para juzgar a un gay?” como si el Papa estuviese hablando de los gays y el matrimonio homosexual en general y no de una retorcida respuesta a una pregunta sobre el escandaloso tema de la “mafia gay vaticana” o “lobby gay vaticano” que echó a Benedicto de la capital de la empresa inmobiliaria Vaticano S.A. (estafa inmobiliaria que vende parcelas en el más allá a precios de tu vida hipotecada sin dación en pago más acá).

Vamos a ver, lo que ha dicho este Papa tan dicharachero como liante (jesuita al fin) es exactamente lo mismo que viene diciendo la Iglesia en las últimas décadas. Vamos, esas mismas palabras las ha dicho Juan Pablo II y Benedicto… lo que la prensa limpiamierda vaticana no ha querido imprimir es la coletilla que sigue a esa insultante declaración: si un gay no practica sexo, se dedica a Dios (esclavo de la empresa) y vive en celibato y purgando su enfermedad, ¿quién soy yo para juzgarlo? Vamos, traducción: si un gay es tan gilipollas que se niega a sí mismo y su vida sexual, su sexualidad, su vida, su dignidad, y se dedica a proclamar la homofobia a los cuatro vientos, ¿quién soy yo para juzgar su traición?

Para los que quieran ver su alucinación como una novedad en la doctrina vaticana sobre los homosexuales, ese medio tan conocedor de la misma, el periódico cristofascista de Intereconomía, La Gaceta, lo explica en un artículo que es un grito desconcertado (el subtítulo podría ser: ¿pero qué se han fumado los medios seudo progres que no saben entender la declaración habitual que hasta nosotros hacemos?) con el título POLÉMICA INVENTADA: El Papa, sobre los homosexuales: puro Catecismo [enlace roto]. El texto explica con datos qué ha querido decir el Papa:


Las palabras del Papa Francisco sobre la homosexualidad siguen las líneas marcadas por el Catecismo de la Iglesia Católica en el caso de los gais y reiteran lo aprobado por Juan Pablo II, que cerró las puertas al sacerdocio femenino. Sus palabras, que han levantado una gran expectación dejan sin embargo con un palmo de narices a quienes veían un “cambio de época” en la Iglesia. “El Catecismo de la Iglesia Católica explica y dice que no se debe marginar a esas personas y que deben ser integradas en la sociedad”, dijo el Papa. Y así es.

El catecismo dice en el apartado 2357 que un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas y que “esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba”. “Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición”, señala el Catecismo. El papa Bergoglio siguió esa línea a la hora de expresarse sobre los gais y no manifestó ningún comentario que fuese contrario o supusiese un cambio radical a lo que dice el Catecismo. Este, apoyándose en la Sagrada Escritura, considera las relaciones homosexuales “depravaciones graves”, “actos intrínsecamente desordenados, contrarios a la ley natural y que no pueden recibir aprobación en ningún caso”.

¿Os queda clarito el hipócrita y retorcido discurso homofóbico de los cristofascistas y su representante empresarial, Papa? Porque, vamos que no querer enterarse a estas alturas de la represión de que este falso y asquerosamente homófobo discurso escondido tras las palabras amor y tolerancia esconde el famoso mottocatólico (y de todas las demás religiones) de “ama al pecador, odia al pecado”. O sea: dí que no tienes nada en contra de un homosexual pero sí de su homosexualidad, vamos que si no vive su vida, si no es homosexual no le juzgas o repudias.
El Plural: ¿Que queda del Shangay Lily que aparecía en “Esta noche cruzamos el Mississippi?

Shangay Lily: Todo y nada. Eran los 90, el inicio de una nueva visibilidad. Aquella diva glamurosa sirvió a un momento que ya pasó y en el que la visibilidad de “disidencias” era muy importante. Cumplió su cometido. Por desgracia aquél personaje que la televisión y la fama abrazaron inmediatamente empezó a distorsionar el mensaje de mi discurso: homosexualidad, feminismo, otras formas de entender la feminidad y la masculinidad... Enseguida fui convertido en un icono del glamour, la fama, el clasismo y el elitismo; se me tomaba como a una “gran dama”, una señora de clase alta con mucho dinero como “éxito” y esa no era mi intención. Además se intentaba eliminar toda la faceta activista que siempre tuve, convirtiéndome en un “personaje” que rozaba la caricatura. Siempre he insistido en aclarar que yo no soy un personaje, no soy un disfraz tras el cual se esconde un actor que nada o poco tiene que ver con el mismo. Yo sigo siendo igual de disidente, transgresor y “orgulloso maricón pintado” sin maquillaje ni turbante. Tras varios intentos de que se respetase mi mensaje acabé por darme cuenta de que le seguía el juego a una industria montada sobre la polémica y lo diferente, pero privándolo de cualquier mensaje serio. Ya cuando publiqué mi primera novela, ‘Escuela de glamour’, en 2001 me quité el turbante, los tacones y el maquillaje y fui saludado por medios como la revista ‘Sorpresa!’ con un delirante: “¡Milagro! Shangay Lily se ha convertido en un hombre”. Es evidente que no iban a tomar en serio al activista, así que decidí obligarles a enfrentarse con mis multiplicidades cambiando la “marca” en la que me habían encerrado y era comercial. Tras un último intento en el reality ‘La granja de los famosos’ decidí abandonar la televisión a pesar de sus continuas ofertas de unirme al rebaño de machistas, clasistas y homófobos palmeros del sistema.

El Plural: ¿Cuáles son sus proyectos en marcha y de futuro?

Shangay Lily: Mi presente y mi futuro están centrados los dos ámbitos de mi carrera que esquivan la manipulación de los medios de comunicación masivos (principalmente la televisión que sigue contando conmigo pero sólo para corazoneo, entretenimiento o friquerío que distorsiona cualquier mensaje), me refiero al teatro y a la literatura. En el ámbito teatral quiero poner en marcha un nuevo espectáculo muy versátil, entre el ‘stand-up comedy’ y los monólogos de sátira política, que acompañará a una antología de mis mejores textos teatrales ‘Monólogos: La vida en rosa, en rojo y en violeta’ que presentaré el sábado 21 de septiembre en las Fiestas del PCE. En el ámbito literario, intento encontrar una editorial que publique una novela situada en Nueva York, donde viví muchos años antes de venir a España, que llevo moviendo desde hace años, y a la vez estoy intentando negociar la re-edición de mis libros publicados hasta la fecha. Para los que lo hayan olvidado, yo publiqué cuatro libros en las principales editoriales (quería esquivar el gueto), los ensayos ‘Hombres y otros animales de compañía’ (Temas de Hoy, 1999) y ‘Mari, ¿me pasas el poppers?’ (DeBolsillo, 2002), y las novelas ‘Escuela de glamour’ (Plaza & Janés, 2000) y ‘Machistófeles’ (Punto de Lectura, 2002). A estos libros pronto se sumarán en la editorial cooperativa Atrapasueños la mencionada antología de mis mejores textos teatrales y el ensayo ‘Adiós, Chueca (Memorias del gaypitalismo: construyendo la marca gay)’ que espero publicar para diciembre.

2013/08/09

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | DENTRO DE LA MORAL SOCIALISTA EL CRUISING NO TENÍA LA MÁS MÍNIMA POSIBILIDAD

Dentro de la moral socialista el cruising no tenía la más mínima posibilidad.
Jorge Carrasco | On Cuba News, 2013-08-09

https://oncubanews.com/cuba/sociedad-cuba/genero/dentro-de-la-moral-socialista-el-cruising-no-tenia-la-mas-minima-posibilidad/

Miembro destacado de la generación de poetas de los ochenta, Víctor Fowler Calzada* clasifica entre los intelectuales de mayor prestigio en el ámbito nacional. Su pensamiento apunta hacia visiones críticas de la sociedad cubana actual y del proceso revolucionario, cuyos primeros años estuvieron fuertemente marcados por la poca permisividad hacia diversos fenómenos culturales.

Fowler fue parte del colectivo de autores de la publicación Naranja dulce, en la cual dio a conocer diversos trabajos sobre cultura y erotismo. Ha publicado, entre otros, la antología La eterna danza, un compendio de la poesía erótica de los últimos dos siglos cubanos. El tema del homosexualismo constituyó, sobre todo en las primeras décadas de la Revolución, uno de los más conflictuales de la historia de Cuba. Fowler conversa sobre esta forma de sexualidad no normativa y sus principales puntos de contradicción con los valores que se pretendían forjar en la sociedad post revolucionaria.

P. Luego de 1959 el gobierno cubano adoptó posturas restrictivas hacia fenómenos diversos que eran considerados vicios burgueses del capitalismo o «diversionismo ideológico». La homosexualidad era uno de ellos. Actualmente la visión oficial sobre esta temática ha variado en alguna medida. ¿Cuándo cree que se comenzó a gestar este cambio?


Aún es un misterio la definición de cuáles han sido las políticas de la Revolución respecto a la sexualidad no normativa. La Revolución ha tenido políticas para todas las formas de sexualidad. Las normativas (como la heterosexual) y las no normativas o disidentes (como la homosexualidad, el voyeurismo, el fetichismo sexual, el sado masoquismo, etcétera). En nuestro país no conozco ningún gran texto que realice un análisis novedoso, interesante, revelador, de la complejidad del panorama de la sexualidad en Cuba ni de las políticas que el Estado tomó respecto a ellas. Creo que comenzó a notarse un cambio de percepción (que no era sobre la homosexualidad, sino sobre la cultura y que terminó extendiéndose hasta constituir un asunto de la civilidad) a partir de la constitución del Ministerio de Cultura en 1976.

Durante la década del sesenta y todavía en la del setenta había políticas bastante duras con los homosexuales. Entre ellas las Unidades Militares de Ayuda a la Producción, la noche de las Tres Pes y las tristemente célebres «recogidas» del Coppelia. Este fenómeno resulta interesante, porque no se recoge a cualquier homosexual de cualquier esquina, ya que ese no es el sentido de las políticas. Se recoge donde hay concentración. Era claro que el Estado tenía la idea de desmantelar los sitios de reunión gay.

A finales de los setenta el panorama había cambiado ya un poco. Esto no significa que la Policía se hubiese hecho «amiga» de los homosexuales ni de los sitios de reunión homosexual. De hecho, recuerdo que cuando se reunían frente a la cafetería FIAT frente al Malecón, intervino en el periódico Tribuna de La Habana Esteban Lazo, cuando fue Secretario del Partido Comunista en La Habana, hablando exacta y directamente sobre esas reuniones. Dicho suceso muestra que continuaba existiendo una tensión respecto al tema.

Sin embargo, la palabra «cultura» y el sentido de «lo cultural» comenzaron lentamente a penetrar en la vida cubana luego de la creación de este Ministerio, lo cual es un elemento muy importante si tenemos en cuenta que hasta 1976 Cuba era un país de estructura absolutamente militar. Nuestra estructura administrativa era la heredada directamente de un movimiento revolucionario que había tomado el poder y había reformado los ministerios anteriores a su manera. Un país que vivió sin Parlamento hasta 1976, cuando se crea también el Poder Popular, y que no es en vano el mismo año que se crea el Ministerio de Cultura.

No es gratuito tampoco que sea en 1988 cuando Norge Espinosa gana el Premio Caimán Barbudo de poesía con su poemario ‘Vestido de novia’, encabezado por el poema de igual nombre que sigue siendo hoy uno de los más emblemáticos de la sensibilidad homosexual en nuestra literatura. No es gratuito tampoco que sea en los ochenta cuando lentamente comienza a resurgir la figura del homosexual en la literatura, desde un ángulo problematizador. No como un payaso ridículo del que había que reírse, sino como un personaje problémico dentro de los textos.

Ese es el gran momento en el que se empieza a verificar un cambio en la sensibilidad. Luego vendrían otros pasos de avance hacia inicios de los noventa como las extraordinarias festividades de los travestis que han quedado tan bien registradas en el documental Mariposas en el andamio.

Podemos decir que todos estos fenómenos son solo comprensibles a partir del cambio de sensibilidad que se gestó en los ochenta, y que a su vez tiene su base en la creación del Ministerio de Cultura en 1976.

P. Está claro que las regulaciones a ultranza y la represión influyen de manera considerable en el hecho de que los homosexuales tengan determinadas microsociedades en las que pueden desenvolverse más libremente...

Es obvio que las políticas represivas generan una cultura del silencio. Y si resulta tan difícil que dos personas tengan un lugar para hacer el amor, entonces van a existir sitios como el Castillo del Príncipe, en el que la gente va a tener sexo en las noches. Sin embargo, está claro que no podemos juzgar la existencia de estos lugares como consecuencia directa de políticas represivas por parte del Estado.

El asunto es más complicado que eso. Constituye un problema multicausal, pero no cabe duda de que muchas de las conductas y de las comunidades, y de las pequeñas comunidades, y del hecho además (que para mí es fundamental) de que no exista una gran comunidad gay y lesbiana en Cuba o una gran asociación, se debe a las políticas del Estado, a la manera en que se maneja o se ha manejado ese asunto entre nosotros.

P. ¿Qué conoce del cruising y de su práctica en La Habana?


De manera general te podría decir que es un fenómeno que para ser referido se necesita tener presente el concepto de «desafío», porque el cruising tiene un gran porcentaje de aventura. Quizás en el siglo XIX la sexualidad y el cortejo heterosexuales tenían algo de aventura, con aquellos hombres que salían a caminar por el Prado, y las muchachas que se paseaban en las carrozas y se comunicaban por la manera de posicionar los abanicos. Había algo de aventurero en la manera en que los hombres se tocaban el bigote y situaban los bastones. Era toda una simbología erótico-amorosa, pero ni en sueños tenía el componente de peligro que tiene el cruising.

Conozco de amigos que no han querido ser identificados en esos lugares y que han sido sorprendidos más de una vez allí. Tuve uno de estos sitios cerca durante años, cuando vivía a dos cuadras de La Quinta de los Molinos, que ha sido históricamente un área de cruising. Sin embargo nunca te voy a poder hablar de esos sitios como Reinaldo Arenas. No hay quien haya hablado más de esto en Cuba que él, sobre todo en sus novelas ‘Antes que anochezca’ y ‘El color del verano’. En la primera menos que en la segunda, porque a pesar de ser considerada su autobiografía solo podemos suponerla como tal en cierta medida. No se puede creer todo lo que Arenas dice ahí. Por ejemplo, cuando afirma que en sus primeros tres años en La Habana se acostó con cinco mil hombres no tenemos que asumirlo como cierto. Aunque puede serlo. Sabemos que el método creativo de Arenas es la desmesura, el grotesco.

En ‘El color del verano’ habla sobre un grupo de homosexuales y sus aventuras en la noche habanera y en la playa habanera, otro de los históricos grandes sitios de reunión homosexual. Esta novela cuenta uno de los mejores pasajes de lo que significa la relación del poder con el homosexual. Narra un episodio en el que unos muchachos homosexuales estaban sentados en el Malecón en medio del carnaval de La Habana. Entonces llega la Policía y les grita «maricones» y los manda a entrar a los carros. Y una vez dentro, los policías comienzan a hacerle el sexo oral a los propios muchachos.

El cruising es una práctica universal entre homosexuales, que forma parte de la cultura homosexual. Es algo que sucede en la calle o tiene grandes posibilidades de suceder en la calle, en el espacio abierto, en el espacio del diálogo social. Por esa razón en todos los países del mundo la homosexualidad tiene algo de riesgo, de peligro, que no tiene la heterosexualidad. La homosexual es una búsqueda, una pequeña guerra. Y siempre las ciudades tendrán estas diferencias entre sexualidades, razas, clases sociales. Esa es la estructura de la ciudad moderna. Hay que aceptar y celebrar que esto exista, pero hay que defender también la opción de la protección del ciudadano incluida su sexualidad en el espacio público y en el espacio privado.

Creo que el gran terreno de discusiones y de debate sobre ese tipo de conducta ha sido en el espacio público. Esa es la verdadera gran batalla de las sexualidades no normativas en nuestro país. El gran debate gira alrededor de quién ocupa este espacio y quién se puede manifestar en él.

Aquí entra a jugar una gran figura de conflicto para nuestra cultura (y esto no lo inventó la Revolución, sino que es una tradición en Cuba) que es la «loca de carroza», el homosexual que rompe las normas. El que está fuerte, hace ejercicio y saluda a todo el mundo en el barrio, no ocasiona un conflicto social, la «loca de carroza» sí.

P. La relación del poder con el homosexual está muy marcada por la ausencia de leyes que existe respecto a estos lugares en específico y por lo que la ley ha dado en llamar impudicia pública. Muchos sitios de cruising, sin embargo, están alejados de las vías públicas...

Supe que el año pasado en La Playa del Chivo hubo una operación de la Policía para detener a los homosexuales que estaba en esa zona haciendo cruising. La gente tuvo que lanzarse al agua para evadir la Policía. Entonces el agua estaba llena de excrementos, porque en la costa hay unos tubos de metal que descargan los desperdicios de la ciudad en el mar, y esos tubos deben estar a unos trescientos o cuatrocientos metros de distancia de la orilla, pero con el tiempo se han deteriorado y hay una cantidad enorme de excrementos que retorna a la orilla.

Tengo un amigo que fue detenido en el Pontón, cerca de la Ciudad Deportiva, alrededor de las cinco de la madrugada. Ahí hay un bosquecito que no es público ni en sueños. Si quieres entrar tienes que salirte de la calle, cruzar una línea de tren y desviarte. Sin embargo la Policía puede sacarte del bosquecito.

No creo que haya que recoger a nadie. Mi amigo iba sencillamente cruzando por ahí, y si se encontró un tipo se lo encontró. La Policía no puede estar esperando que un hombre cruce una calle para recogerlo por homosexual. Ese no puede ser su trabajo. No tiene sentido alguno.

P. Estas prácticas en Cuba también están marcadas por el déficit habitacional y la difícil situación que cualquier cubano atraviesa para acceder a un espacio íntimo en el que tener relaciones sexuales...

Sí. Y durante el Período Especial desaparecieron, además, las posadas. Y nunca hubo posadas para gays. Esta circunstancia fue el fin de una posibilidad que además nunca tuvieron los homosexuales. Sería altamente deseable que las posadas volvieran y que incluyesen el servicio a quienes practican sexualidades no normativas.

P. ¿En qué medida la percepción que tenía la Revolución sobre la moral ha incidido en la estigmatización ya no solo de estos sitios, sino del homosexualismo en un sentido más amplio?

Dentro de la moral socialista nada de esto tenía la más pequeña de las posibilidades. Ya la moral socialista no existe. Ya no es un tema de discurso en Cuba, aunque sí lo fue. El asunto de la moral socialista fue algo orientado para ser construido de manera muy directa, muy incisiva, desde la edad escolar.

Funcionaba también como un mecanismo de vigilancia y no se orientaba solamente a la cuestión homosexual, por supuesto. Yo recuerdo que en mi cuadra vivía un alto dirigente del Partido Comunista que regresó de un viaje y le mostraron fotos de su esposa teniendo relaciones con otro hombre. Le dieron a escoger entre la esposa y el Partido. Así se hacía antes. Y cuando dijo que se quedaba con su esposa, que era la madre de sus hijos, lo expulsaron porque era incompatible con la moral socialista. De manera que esta era no solo un mecanismo de vigilancia, de control, no solo era una norma que había que insertar a los demás, sino que era un mecanismo de control de la conducta. Entonces, era bastante jodido cuando no estabas dentro de este marco, como es el caso de los homosexuales. O de ciertos homosexuales. No podemos soslayar al homosexual que ha sido llamado por los cubanos la «loca roja», y que es el comunista gay o el gay comunista que ha sido abiertamente homosexual, pero abiertamente revolucionario.

P. ¿Cómo han respondido los medios de comunicación ante la necesidad de enjuiciar problemáticas tan impactantes en la sociedad cubana actual como esta?


El papel de los medios respecto a este asunto ha sido funesto. Funesto, funesto. Todavía hoy, cincuenta y tres años después de la Revolución, los medios cubanos no han podido presentar a un homosexual hablando sobre sus problemas. Han presentado muchos homosexuales que uno conoce, que son incluso tus amigos, y que hablan con «vocecita» y gestualidad afeminada, pero no han podido hablar de sí mismos como homosexuales ni de sus problemas como tales. El papel de los medios ha sido muy negativo, incluso cuando supuestamente les han brindado su apoyo a campañas contra la homofobia, etcétera.

P. ¿Y los intelectuales?


Los intelectuales han hecho una contribución extraordinaria, según mi juicio, mediante su creatividad, mediante su obra. Cuando tú juzgas la existencia (esencialmente en los últimos veinte años) de libros de ensayos, obras de artes plásticas, antologías de cuentos gay, exposiciones de fotografía, ballet... dices: «coño, esta gente han hecho una contribución».

No significa que detrás de esto haya no poco de esnobismo, de oportunismo. Pero que tú puedas hoy ir a una librería cubana y encontrarte una antología de cuentos como ‘La lengua impregnada’, de Alberto Garrandés, o como ‘Nosotras dos’, de Dulce María Sotolongo, te hace pensar que si en los años setenta tú le contases esto a alguien, se hubiese desmayado de la risa, pues no era posible.

P. ¿Cree que el concepto de «hombre nuevo», desarrollado por el Ché en su texto ‘El Socialismo y el hombre en Cuba’ (1965), tenía implicaciones sexuales?

Es una pregunta muy difícil de contestar de manera objetiva. No sé qué decir de esto, aunque sí de su implementación después. La implementación fue súper 98 exclusiva, súper represiva no solo para los homosexuales, sino para los religiosos, para los creyentes en la santería, para los practicantes de la fe católica y en general del cristianismo, para los rockeros… De esta parte sí te puedo asegurar cómo fue. Del concepto original no. Confieso que tendría que leer más para aclararme este punto yo mismo.

Hay una anécdota famosa que cuenta que el Ché vio un libro de Virgilio Piñera en la casa de alguien y lo arrojó al suelo diciendo: «¿Qué hace el maricón este aquí?». Yo dudo que el Ché haya hecho eso, primeramente porque dudo que haya conocido quién era Virgilio Piñera. Esto en realidad dejaba a Virgilio un poco más grande de lo que realmente creo que fue.

Sé de otra historia que cuenta uno de los colaboradores del Ché: hubo una fábrica o algo similar en el Ministerio de Industria, donde un trabajador tenía relaciones con su secretaria. Entonces, el secretario del Partido de la fábrica y otro trabajador le montaron un aparato de vigilancia al hombre. Tomaron unos autos, lo persiguieron por la ciudad y lograron saber dónde estaba. Le tomaron unas fotografías y se las llevaron al Ché. El Ché los sancionó y les dijo que eso no era el «hombre nuevo». Es muy complejo entonces pensar en lo que es o fue el «hombre nuevo» para el Ché y la instrumentación de determinadas políticas que tenían la consigna de formar «hombres nuevos». El tránsito que hay desde una idea original hasta la manera en que es implementada luego es largo.

*Algunos de los premios más importantes que ha obtenido el poeta han sido el Premio de la Crítica Literaria 2001, el Premio UNEAC de Poesía 2003 y el Premio de la Crítica Literaria 2004.

MIKEL/A, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS OCULTAMOS

Mikel/a enseña cacho en la 2ª Gayakanpada de EHGAM, 27-29 agosto 1993, Muxika // Este trabajo, no podría ser de otra manera, está dedicado e...