2021/09/30

ARTÍCULOS | Gahete Muñoz, Soraya | Ser homosexual durante el franquismo. Su rastro en los expedientes...

Gahete Muñoz, Soraya [Instituto de Investigaciones Feministas – UCM] (2021) [09-30]. Ser homosexual durante el franquismo. Su rastro en los expedientes del Juzgado Especial de Madrid para la aplicación de la Ley de Vagos y Maleantes (1954-1956). Cuadernos de Historia Contemporánea [CHC], 43, 185-200.

Ed. digital: Open Access | Revistas UCM [2021-10-22]

https://revistas.ucm.es/index.php/CHCO/article/view/78177

[.es] En 1954 la Ley de Vagos y Maleantes sufre una pequeña, pero importante modificación: los homosexuales son considerados como sujetos peligrosos y sobre ellos va a recaer un control institucional. A este control se le sumará una represión policial y médica con el fin de evitar que “estos comportamientos se contagien al resto de los hombres”. En este artículo se analizarán una serie de expedientes abiertos a hombres acusados de “actos homosexuales” en Madrid (aunque en algunos se recogen también detenciones en otros puntos de España) con el fin de analizar los distintos motivos por los cuales estos sujetos pasaron a ser detenidos y en qué casos la detención derivó en una condena. Gracias a estudios ya existentes en otros puntos como Barcelona, País Vasco o Canarias se podrá comparar si existieron diferencias en cuanto a los criterios de detención y condena en diferentes puntos de la geografía española.

2021/09/17

DOCUMENTACIÓN | OFENSIVAS | LA COMUNIDAD DE MADRID ASFIXIA LA ATENCIÓN A LAS PERSONAS TRANS

Madrid asfixia la atención a las personas trans y provoca esperas para cambios de sexo de más de seis años.
El departamento que centraliza las cirugías reduce el personal y las horas de atención, pese a que la demanda de nuevos solicitantes se ha multiplicado por seis desde 2017.
Fernando Peinado | El País, 2021-09-17
https://elpais.com/espana/madrid/2021-09-17/madrid-asfixia-la-atencion-a-los-trans-y-provoca-una-espera-para-cambios-de-sexo-de-mas-de-seis-anos.html 

Cientos de madrileños que buscan una cirugía de confirmación de género en la sanidad pública se encuentran con un tapón causado por la Comunidad de Madrid que está ahogando al departamento que centraliza la atención, a pesar de un fuerte aumento de la demanda. El doctor Antonio Becerra, fundador en 2007 de la Unidad de Identidad de Género (UIG), encargada de las derivaciones a quirófano, denuncia que tras su jubilación al finalizar 2019, el personal ha dejado de dedicarse exclusivamente a la atención a las personas trans para atender otras enfermedades endocrinas como la diabetes o trastornos de la conducta alimentaria. Esta reducción del servicio, que está provocando sufrimiento y una oleada de quejas, se ha producido a pesar de que la demanda se ha multiplicado por seis: de 100 nuevos solicitantes al año en 2017 a 600 en 2019, según Becerra.

“Lo han reducido a una consultilla porque no creen en este tema”, protesta en conversación con este periódico el médico, que ahora pasa consulta privada y es coordinador del grupo de trabajo sobre identidad en la Sociedad Española de Endocrinología.

La UIG es un pequeño departamento con una endocrina, dos psicólogos, una gestora de pacientes y una auxiliar de enfermería. El equipo contaba con dos endocrinos antes de la jubilación de Becerra. Su sede se encuentra en un sótano del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, una mole de 17 plantas en el norte de Madrid. Ellos controlan una lista de espera que no es pública y que contiene las derivaciones al quirófano donde se hacen las cirugías, en el cercano Hospital de La Paz. La cola para una primera consulta es de casi un año; para cirugías supera en algunos casos los seis años, según denuncian los pacientes. Una portavoz del Hospital Ramón y Cajal responde a este periódico que la lista de espera actual es de nueve a 12 meses, debido al impacto de la pandemia de coronavirus, pero este dato es desmentido por Becerra y una fuente médica cercana a la UIG que pide anonimato para evitar represalias. También lo refrendan asociaciones y pacientes que llevan años en el limbo.

La reorganización ha supuesto que el nuevo hombre fuerte en la UIG es el jefe del servicio de endocrinología del hospital, Héctor Escobar Morreale, descrito por varias fuentes que han trabajado con él como un hombre muy conservador, expedientado por acoso laboral a una subordinada. La portavoz del hospital rechazó la posibilidad de entrevistar a Escobar Morreale.

La debilitación del servicio se produjo cuatro meses después de la llegada al poder madrileño de Isabel Díaz Ayuso, cuyo Gobierno es dependiente de Vox, un partido abiertamente hostil contra los avances en derechos de la comunidad trans. Ayuso anunció este jueves que va a modificar las leyes de género y protección contra la LGTBIfobia, cediendo parcialmente a la presión de Vox, que ha pedido derogarlas.

Quienes tienen los hasta 16.000 euros que puede costar una cirugía genital y de pecho en la sanidad privada acaban marchándose para librarse del atasco en la UIG. Pero los grandes perdedores son pacientes como Haidar Ali Moracho, un chico trans de 23 años en paro y con escasos recursos económicos. Lleva dos años y tres meses de espera en la UIG para una cirugía de masculinización de pecho. Su experiencia ha sido un tormento debido a que es citado para consultas de seguimiento en las que siente que no se producen avances. El colmo de su descontento se produjo al recibir el pasado junio un volante para una cita en el que la UIG era llamada “unidad de trastorno de género”, un nombre ofensivo que debería haber sido borrado por completo tras la aprobación en 2016 de la ley de género. La endocrina de la UIG Laura Montanez se disculpó y le dijo que otros servicios del hospital aún no han actualizado la terminología.

“Da la sensación de que no tienen interés, ni vocación, ni formación”, lamenta Moracho. Moracho y otros cuatro jóvenes pacientes presentaron en agosto una queja ante el Defensor del Pueblo y la Consejería de Sanidad por el anormal funcionamiento de la UIG. Otras asociaciones que atienden a personas trans confirman el fuerte malestar con la UIG. COGAM ha recibido a lo largo de los años más de 50 quejas y Médicos del Mundo, más de 30.

El Gobierno de Esperanza Aguirre causó sorpresa en 2007 cuando anunció la creación de la UIG. Aquellos eran años de rápido cambio social y el PP comenzó su tímido proceso de apertura. Un año antes el alcalde madrileño Alberto-Ruiz Gallardón, había oficiado su primera boda gay. Recientemente, Ayuso ha puesto a la UIG como ejemplo de que Madrid es una región abierta. Ha presumido en varias ocasiones de que personas trans de otras comunidades venían a Madrid a operarse y ha afirmado que ese servicio era pionero en España, lo que no es cierto. La realidad es que Andalucía (1999) o Cataluña (2006) fueron más rápidas. Eso no ha impedido a los diferentes Gobiernos del PP utilizar este servicio como un medio de propaganda para tratar de demostrar su sensibilidad LGTBI.

Este jueves, Ayuso volvió a sacar pecho por la UIG a la vez que cuestionaba la sinceridad del apoyo de la izquierda al colectivo LGTBI. “[Somos] una comunidad que ha acogido durante más de 15 años a personas de todos los rincones de España, a transexuales, que han venido a ser operados de cambio de sexo”, resaltó en el pleno de la Asamblea. Desde su origen, en 2007, la UIG ha derivado al quirófano a más de 400 personas, según la portavoz del hospital, que no detalla la procedencia de los pacientes.

Los sucesivos premios de asociaciones LGTBI como Transexualia, controlada por miembros del PP, contribuyeron a generar buena prensa y a dar una idea entre parte del colectivo LGTBI de que las cosas iban bien. Pero según el hombre que dirigió la UIG desde su origen, el servicio ha estado infradotado durante años y la administración autonómica no le facilitó el trabajo. “Me costó mucho reclamar personal desde el inicio”, dice Becerra. Un problema que vio pronto es que había un cupo de cirugías para estos pacientes que nunca era ampliado. “No puedes tener a una persona esperando para una operación ocho años”, dice él, lamentando el sufrimiento que produce esta demora en una población vulnerable con una tasa de suicidio que es el doble del resto de la población.

Parte del malestar ha trascendido a la prensa en los últimos años. En 2015, La escritora trans Elizabeth Duval reveló en 'El intermedio' que la gestora de pacientes, María Jesús Lucio, le habló de modo insensible: “Si luego llegas a arrepentirte, en un futuro, lo único que te queda es tirarte por un puente”. En 2020 relató esta experiencia en su libro 'Reina'.

Pero las quejas han sido en parte contenidas por Transexualia, que no las ha dado a conocer al público a pesar de tener conocimiento de ellas. Una portavoz responde por teléfono que prefiere no participar en el reportaje.

Las listas de espera fueron un asunto relativamente manejable hasta 2018, pero ese año, cuando se multiplicó por cuatro la demanda, todo se puso cuesta arriba. Becerra atribuye a una “moda” este aumento, que también se ha dado en otros países occidentales. “Son sobre todo mujeres en torno a los 16 años que quieren ser hombre”, dice este endocrino. La visión de Becerra entra en conflicto con la de otros endocrinos que piden que se respete el derecho a la autodeterminación de género. Critican que se llame moda o capricho a la transexualidad y hablan de una liberación de personas que habían estado reprimidas y ahora reclaman sus derechos.

“No sé si puedo aguantar”
Las largas colas en la UIG no se han debido solo a la falta de recursos. Desde 2007, Becerra impuso a los nuevos pacientes un período obligatorio de seguimiento de dos años como condición necesaria para entrar en la lista de espera quirúrgica. Se supone que el fin es evitar arrepentimientos (un fenómeno inferior al 0,5% de operados, según un estudio en Holanda), pero es una etapa desesperante para quien tiene bien clara su decisión o para quien sufre dentro de un cuerpo que no se corresponde con su identidad. Además, el período de dos años se impone incluso a quienes inician tratamiento hormonal en otro centro público, lo que supone que se penalice la atención por proximidad. La ley no impone ninguna espera y la recomendación de expertos internacionales es que esa etapa sea de 12 meses.

La gestora de pacientes, Lucio, ha guardado con celo esta directriz incluso en casos extremos como el de Lena Blanco, una chica trans de 24 años. “No hay atajos posibles”, le dijo Lucio en enero del año pasado a la joven. Las dos hablaron sobre las ideas suicidas de la chica, según se oye en una grabación de la consulta.

“Yo es que no sé si puedo aguantar dos años”, le dice la joven conteniendo sollozos.

“Sí vas a aguantar, y además no me digas eso porque entonces yo creo que no estás estable y aunque pasaran dos años no te podría derivar”, le contestó la gestora de pacientes.

No sirvió de nada que la chica le mostrara dos semanas después un informe de un psiquiatra del hospital que recomendaba adelantar la operación debido al sufrimiento que estaba padeciendo.

“Tenemos órdenes expresas de la consejería (de Sanidad)”, zanjó la empleada de la UIG con voz hastiada. Habían pasado siete meses desde que Blanco se registró en la UIG para comenzar su tratamiento hormonal. Esa misma noche tuvo un intento de suicidio. Sus muñecas conservan la huella.

“En la UIG se ríen en tu cara. No les importamos”, protesta la joven en conversación con este periódico. Como otros pacientes frustrados por las esperas, ha desistido de seguir en la cola de la sanidad pública.

Blanco ya ha hablado con cirujanos privados que le han dado presupuesto y le han garantizado que podría ser operada. Pero ahora está en paro y ahogada por deudas. Ha trabajado como editora de vídeo pero no encuentra empleo y sobrevive gracias a la ayuda pública para la pobreza y los aportes de otros amigos trans. Este mes una amiga le ha dado 100 euros para completar el alquiler de su habitación en un piso compartido de Carabanchel.

Lucio, foco de gran malestar, “toma decisiones como le da la gana y la administración mira para otra parte”, según su antiguo jefe, Becerra. Este endocrino impartirá a partir de finales de mes un curso de Experto en Medicina Transgénero para formar y sensibilizar a sanitarios.

“Estamos igual o peor que cuando empezamos en los ochenta″
El atasco pone en peligro la salud de muchos pacientes. Susana Linares, una mujer trans de 67 años, fue atendida en urgencias en agosto por la rotura de sus prótesis mamarias, que tienen ya más de tres décadas de antigüedad. Debe reponerlas debido al riesgo que corre, pero en la UIG le han dado cita para una consulta regular con la endocrina Montanez el 28 de junio de 2022. Se ha ido corriendo a la privada. Por suerte tiene los casi 6.000 euros que cuesta la cirugía gracias a que regenta una academia de informática.

Su vida ha sido próspera y feliz desde que hizo historia en 1987. Entonces, el Supremo la autorizó a inscribir su nuevo nombre en el Registro Civil y, en 1992, otra sentencia de un tribunal inferior condenó a la Seguridad Social a financiar sus cirugías, que le costaron algo más de un millón de pesetas (6.010 euros).

Ahora este golpe le ha devuelto el mal recuerdo de aquella batalla. “Estamos igual o peor que cuando empezamos en los ochenta, desatendidos por la Seguridad Social. Se habla mucho de ley trans pero todo es un tongo milongo”.

2021/09/10

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | LAS VIDAS PARALELAS DE PEPE ESPALIÚ Y ALBERTO CARDÍN, QUE SE ATREVIERON A HABLAR ANTES QUE NADIE DEL SIDA

Las vidas paralelas de Pepe Espaliú y Alberto Cardín, los dos hombres que se atrevieron a hablar antes que nadie del sida en España.
Ambos frecuentaron los mismos círculos, fueron rostros visibles de la liberación gay y confesaron con valentía que eran seropositivos cuando nadie lo hacía, pero, según se cree, nunca llegaron a conocerse. Una exposición Barcelona fantasea con esa posibilidad.
Ianko López | Icon, El País, 2021-09-10
https://elpais.com/icon/cultura/2021-09-10/las-vidas-paralelas-de-pepe-espaliu-y-alberto-cardin-los-dos-hombres-que-se-atrevieron-a-hablar-antes-que-nadie-del-sida-en-espana.html 

“Conocí a Alberto en 1975. Todos los días paseábamos con nuestro grupo de amigos por las Ramblas y nos contábamos cosas. También viajábamos juntos, él y yo. A Melilla, a Londres, a París. En París había que ir a los baños Continental, una sauna gay donde estaba todo el mundo. Nos habían contado que Roland Barthes iba los martes, y a mí me apetecía tener algo con él, así que ese día nos presentamos para ver si lo encontrábamos”.

No hubo suerte.

El activista LGTBI Eliseo Picó participó en la creación del Front d’Alliberament Gai de Catalunya (FAGC) el mismo año en que conoció al antropólogo y escritor Alberto Cardín. Recuerda muchas historias vividas junto a él en aquellos tiempos. Otros tiempos, sin duda: la prueba es que en ellos un filósofo estructuralista como Barthes se considerara un objetivo erótico de lo más cabal.

Recién finalizada la dictadura franquista (y aún antes), Barcelona era una ciudad inquieta con una intelectualidad que vivía pendiente de lo que sucediera en Francia o en el Reino Unido, pero que también apreciaba los alicientes del lumpen que le quedaba más a mano. Fue ese el mundo donde vivieron Cardín (Asturias, 1948-Barcelona, 1992) y el artista conceptual Pepe Espaliú (Córdoba, 1955-1993), de los que parte la exposición ‘El azar de la restitución’, que se inaugura en la galería barcelonesa Nogueras Blanchard el 15 de septiembre.

En realidad, en Barcelona coincidieron poco tiempo, entre 1973, que es cuando llegó Cardín, y 1976, año en que Espaliú la abandonó. Pero antes y después de eso compartieron muchas cosas: la homosexualidad, algunos amigos y círculos sociales, la fascinación por el psicoanálisis, el activismo desde y frente al sida y una muerte como consecuencia de esta misma enfermedad, a principios de los años noventa. Esa muerte terminó uniéndolos, cuando en vida no está documentada la relación directa entre ellos. Este es el gran enigma que nos ofrecen: es como si sus vidas avanzaran por sendas que uno imagina superpuestas, y que sin embargo se obstinan en transcurrir en paralelo, sin la menor intersección.

Buscando lo moderno

José González Espaliú nació en Córdoba en 1955. Tras un breve paso por Sevilla, en 1971 llegó a Barcelona, donde se matriculó para estudiar Historia y Filosofía. Nunca terminó sus estudios universitarios, quizá por exceso de estímulos. “Buscaba una modernidad que entonces no existía en Andalucía, pero que sí tenía Barcelona”, explica Jesús Alcaide, que además de haber comisariado varias exposiciones sobre el artista reunió sus textos en el libro 'La imposible verdad' (La Bella Varsovia). “Y lo primero que hizo fue conectar con donde estaba la movida, que eran las Ramblas y la gente que se movía por allí”.

Esa gente incluía a Ocaña, pintor y ‘performer’ que se paseaba Rambla arriba y Rambla abajo con aparatosos modelos de fantasía (o sin nada) y que en 1983 fallecería a consecuencias de las quemaduras sufridas al arder uno de sus disfraces, confeccionado en papel. Hoy es un icono –decir un mártir no es exagerar mucho– del acervo gay nacional.

El crítico de arte Juan Vicente Aliaga, que conoció a Espaliú en París una década después, aporta detalles sobre ese periodo barcelonés: “Para él fue un momento de búsqueda inspirado por la figura del escritor Jean Genet, que había visitado Barcelona en los años treinta y solía recorrer el Raval, donde estaba la calle de la Aurora, en la que él vivía. Era muy mitómano y buscaba esa misma atmósfera de travestis y chaperos. Él mismo hizo algunas ‘chapas’ [ejercer la prostitución] en cines de mala nota o en la calle”.

Pero buscando a Genet encontró a Lacan. Así puede resumirse su acercamiento a Óscar Masotta, psicoanalista argentino de la escuela de Jacques Lacan, cuya obra y pensamiento había introducido en el ámbito hispanohablante. Como muchos otros (entre ellos Alberto Cardín) se incorporó al grupo de iniciados que asistían a sus cursos en la calle Aribau con la devoción de quien asiste al despliegue de un universo nuevo. Las teorías lacanianas sobre la identidad y el inconsciente marcaron su posterior senda profesional y vital.

Como artista, Espaliú realizó varias acciones en el espacio público, y con solo 20 años llegó a mostrar su obra en la Sala de exposiciones de Hospitalet de Llobregat. Pero los resultados le decepcionaron. “Pasó sin pena ni gloria para la crítica porque descuadraba respecto a cierta genealogía del arte conceptual catalán”, explica Alcaide. “Así que poco después se fue a París”. Allí asistió a seminarios impartidos por Lacan en persona, mientras abandonaba temporalmente la práctica artística. La retomaría tras su regreso a España en 1983, cuando se vinculó profesionalmente al galerista sevillano Pepe Cobo. En 1990, mientras estaba en Nueva York con una beca Fulbright –llegó a exponer en la galería Brooke Alexander y acariciaba la idea de quedarse en la ciudad–, recibió el diagnóstico del sida. La enfermedad lo mató en 1993 en Córdoba, donde había vuelto solo para cumplir ese trámite.

Mucho cerebro, poco cariño

Apenas un año antes, y por la misma causa, falleció Alberto Cardín. Nacido en el pueblo asturiano de Villamayor, Cardín pasó gran parte de su infancia en México, donde su padre poseía una fábrica de camisas. Según contaba fue en la capital mexicana, durante los largos trayectos del autobús escolar y con solo siete años, donde vivió sus primeras experiencias sexuales con otros chicos. A los nueve regresó a Asturias y, tras una larga formación con los jesuitas, se licenció en Historia del Arte Medieval e Historia del Arte Contemporáneo y en Filosofía y Letras por la Universidad de Oviedo. En 1973 recaló en Barcelona, que convertiría en centro de operaciones de su vida cosmopolita.

A su alrededor se generó una camarilla de amigos, una piña que se trataba constantemente, aunque lo hiciera desde cierta distancia emocional. “Éramos un grupo muy despegado, era todo muy cerebral entre nosotros y no había muestras de cariño”, recuerda Eliseo Picó. “Nos podíamos decir las mayores perrerías, y hasta nos tratábamos de usted”.

Entre tanto, su actividad intelectual y creativa era frenética. Se vinculó académicamente a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Barcelona mientras se inscribía también en el círculo psicoanalítico de Óscar Masotta y colaboraba en El País y ‘Diario 16’ entre otros periódicos, además de en publicaciones culturales como ‘El Viejo Topo’ o ‘Ajoblanco’. También en ‘Diwan’, una de las revistas que había fundado junto a su amigo Federico Jiménez Losantos, quien fuera joven turco de la escena intelectual barcelonesa. Ambos figuraron en 1981 entre los firmantes del Manifiesto de los 2.300, carta que denunciaba la marginación que a su juicio sufría el idioma castellano en favor del catalán.

Al día siguiente de que el grupo terrorista Terra Lliure atentara contra Jiménez Losantos por haber promovido aquel manifiesto, Cardín publicó en ‘Diario 16’ un artículo titulado ‘Un largo adiós’ donde escribía: “No se preocupen los señores de Terra Lliure, [...] les dejo, toda para ellos, su dulce y tónica Cataluña. Solo unos pocos meses para dejar a punto mis asuntos y se verán libres de este ‘ocupante’, que ha querido a Barcelona y ha gozado de ella como nunca seguramente lo harán ellos”.

Él mismo había sido objeto de pintadas amenazantes en la pared de su casa. Pero, contraviniendo su palabra, mantuvo la residencia barcelonesa hasta el fin de sus días. Ahora bien, para entonces su amistad con Jiménez Losantos ya había terminado. El periodista fue precisamente quien le había presentado a Eliseo Picó, que explica los motivos de aquella ruptura: “Federico le hizo a Alberto algo que él no soportaba, que era censurarle. Alberto escribió un artículo para ‘Diwan’ y Federico se lo recortó porque le parecía demasiado gay. Hubo una pelea y dejaron de hablarse”.

Cardín no se mostraba timorato a la hora de escribir, ya fueran artículos académicos o divulgativos, pero también cuentos y poesías. Por supuesto, también trató sobre la cuestión gay, pero esto no lo convertía necesariamente en un activista. “Yo no lo calificaría así”, indica Aliaga. “Era demasiado individualista y miraba a los otros por encima del hombro, ni siquiera fue muy cercano al FAGC”. Como señala Alberto Mira, profesor en la Oxford Brookes University y ensayista especializado en temas LGTBI, con textos como el artículo de 1987 titulado 'Una cierta sensación de fin' manifestó una postura más bien conservadora: “Es bastante problemático, dice que el sida va a terminar con la cultura gay, lo que por supuesto no fue verdad”.

Arremetió contra sus rivales con dureza y sarcasmo –fueron especialmente sonadas sus diatribas con Juan Goytisolo–, y su maximalismo puede generar desconcierto hoy en día como lo hizo entonces. Picó cita la ocasión en que, durante un curso de verano sobre activismo gay en la Universidad Autónoma, se presentó con una defensa encendida de Anita Bryant, la cantante ultraconservadora norteamericana que pretendía expulsar a los maestros homosexuales de las escuelas, lo que dio lugar a una trifulca entre los asistentes. “Pero con eso pretendía que reaccionaran, que fueran más gritones y chirriantes, tipo Ocaña”.

Esto no le impidió dejarse acariciar por la mano de los medios de comunicación de masas: en 1990 intervino en una emisión del programa de Televisión Española ‘Tribunal Popular’ en la que se juzgaba la existencia de Dios, un momento catódico hoy difícil de concebir por el alarde de erudición al que los espectadores eran sometidos en pleno horario de máxima audiencia.

Entre tanto, el 1 de diciembre de 1992, Pepe Espaliú publicaba en El País un artículo de opinión titulado 'Retrato del artista desahuciado'. Con un tono muy crudo para el momento que ahora resuena con nitidez, hablaba de la experiencia de ser homosexual y además enfermo de sida. Poco antes había escenificado en San Sebastián (coincidiendo con el festival de cine) por primera vez la performance ‘Carrying’, en la que era acarreado en brazos por diversas parejas de amigos y conocidos. La acción se repetiría en Madrid, esta vez con más eco mediático: entre sus porteadores estaban Pedro Almodóvar, Marisa Paredes y la política Carmen Romero, esposa del entonces presidente Felipe González. Para entonces Espaliú, que atravesaba las últimas fases de su enfermedad, se había convertido en un enérgico activista en la línea de la asociación ‘Act Up’, como rememora Juan Vicente Aliaga: “Pepe Cobo le prestó su apartamento de calle Barquillo de Madrid para que viviera en él, y aquello era como una oficina donde constantemente llegaban faxes con información de todas partes, y no paraba de entrar y salir gente”.

Suele decirse por todo lo anterior que Espaliú fue la primera figura pública de nuestro país en significarse como portador del VIH. Y, sin embargo, mucho antes que él lo había hecho Cardín. Fue en 1985, en el transcurso de una entrevista para la revista ‘Cambio 16’ donde hablaba con desenvoltura de su infección, diagnosticada el año anterior. Conviene recordar que entonces la pandemia se encontraba en sus primeras etapas de difusión pública, que el estigma era inconmensurablemente mayor de lo que aún hoy es, y que a la muerte de un ídolo global como Rock Hudson, quizá la primera que despertó conciencias, le faltaban meses para llegar. Aquella urgencia por hacer público su estado puede interpretarse, desde luego, como consecuencia de una toma de postura política que perseguía la visibilización del conflicto.

Pero también cabe considerar otras motivaciones más complejas y subjetivas, o así lo apunta Eliseo Picó: “Alberto era un poco maniático, así que ante cualquier dolorcito se ponía en el peor de los escenarios. Muy pronto dijo que tenía la sensación de tener el sida, y se hizo la analítica como veinte veces hasta que le salió positiva. Cuando se lo confirmaron, en lugar de ocultarlo se lo contó a todo el mundo, y además jugaba con la reacción de la gente ante la noticia. Hasta que hacia 1990 la enfermedad empezó a mostrar sus efectos. Se recogió mucho, vino su madre para cuidarlo, y a sus amigos ya no nos quería ver. Cuando lo vi por última vez me quedé horrorizado por su estado y él se dio cuenta, así que ya no quiso que volviera. Eso sí que fue doloroso. La única de nosotros que estuvo con él hasta el final fue Susana Lijtmaer, lectora de la editorial Anagrama, que era la viuda de Óscar Masotta”.

Sobre la dificultad para encontrar testimonios de la relación entre Cardín y Espaliú a pesar de que todo parece conectarlos, afirma Joaquín García, comisario de la exposición ‘El azar de la restitución’: “En efecto la relación no está documentada. Pero tuvieron que cruzarse seguro, ya fuera en una inauguración o en un ‘cruising’. Por eso mi propuesta es inventar ese encuentro”. La muestra relaciona fotos de las obras y acciones que realizó Espaliú durante su estancia en Barcelona con extractos de los escritos de Cardín como realmente si unos se hubieran realizado para ilustrar las otras. En ese dispositivo cobra una importancia fundamental el marco barcelonés.

“Barcelona era entonces el lugar en el que había que estar”, resume García. El auge de la industria editorial, de la universidad y los movimientos sociales (incluyendo el FAGC, que promovió la primera marcha española del Orgullo Gay en 1977) fueron distintas manifestaciones de este florecimiento. Y el cogollo de intelectuales ubicado en estas coordenadas se esforzó por generar y mantener vínculos con la modernidad que venía de fuera, particularmente de Francia.

“En aquella época leíamos todos a Julia Kristeva, Foucault, Deleuze y Barthes, la revista ‘Tel Quel’ y por supuesto a Lacan”, completa Picó. “Nos visitaba mucha gente de París como el escritor cubano Severo Sarduy, al que paseábamos por los sitios de ambiente. O Copi, el dibujante argentino, que vino varias veces. Una de ellas representó una obra de teatro suya muy divertida, Loretta Strong, sobre el viaje espacial de una mujer trans. Aunque entonces no decíamos eso, decíamos travesti”.

El eje principal de este movimiento se ubicaba en el paseo de La Rambla, que antes de convertirse en decorado para el teatro de la turistificación sirvió como un punto de encuentro mucho más genuino entre intelectualidad y bajos fondos: “Las Ramblas empezaron a caer con las Olimpiadas de 1992”, valora Joaquín García. “Pero no olvidemos que a un lado queda en Raval, el Barrio Chino, y al otro el Borne y el Gótico y que acaban en el puerto, lugares entonces no asumidos por la elite burguesa. Esas son las Ramblas míticas de Ocaña y Nazario, pero también las de Vázquez Montalbán. Un sitio dedicado a cierto tipo de ocio de bar y puticlub. Lo que convivía con otra escena gay muy clara, el “mariconeo fino” digamos, que se insertaba también en el bar Boccaccio y la ‘gauche divine’, con gente como Gil de Biedma o Terenci Moix”.

La exposición de la galería Nogueras Blanchard forma parte del 'Barcelona Gallery Weekend', que tendrá lugar entre el 15 y el 19 de septiembre. Otra galería barcelonesa incluida en el programa, House of Chappaz, presenta la colectiva ‘Contact! / Together Again (Poéticas Políticas del VIH)’, en torno a la infección, de la mano de artistas como David Wojnarowicz o Juan Hidalgo. La coincidencia de ambas ofrece la oportunidad para revisar un tiempo repleto de pérdidas irreparables y constatar una vez más que aquel fue el inicio de un capítulo que aún sigue abierto.

2021/09/08

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | RUBÉN MORENO: "FUI VÍCTIMA DE UN 'EXORCISMO HOMOSEXUAL', ME ACUSARON DE PEDERASTIA E INTENTÉ SUICIDARME"

Rubén Moreno: "Fui víctima de un 'exorcismo homosexual', me acusaron de pederastia e intenté suicidarme".
El joven, antiguo miembro de la iglesia evangélica, viajó a Brasil con el pretexto de cambiar su orientación sexual.
Miriam Anguita | 20 Minutos, 2021-09-08
https://www.20minutos.es/noticia/4813637/0/ruben-moreno-victima-de-terapias-de-conversion-me-acusaron-de-pederastia-intente-suicidarme/

Este martes, ‘Todo es verdad’ puso el foco en las mal llamadas ‘terapias de conversión de homosexuales’ a colación del caso del obispo de Solsona, quien según fuentes como Sor Lucía Caram, las habría practicado como exorcista.

Además de los surrealistas titulares que ha protagonizado a lo largo de los últimos días, Xavier Novell i Gomà es uno de los obispos más mediáticos de la última década por sus declaraciones contra la homosexualidad, las relaciones sexuales, la eutanasia, el aborto o a favor del proceso independentista.

En plena oleada de agresiones homófobas, el programa contactó con Rubén Moreno, quien se sometió a varias de estas ‘técnicas’ para intentar cambiar su orientación sexual. Sobre los motivos que lo llevaron a ello, Moreno señaló a la religión y a una familia con la que ya no mantiene contacto.

Y es que, creció en el seno de una familia evangélica en la que la fe determinaba sus rutinas diarias. Cuando le "descubrieron", tal y como él mismo dijo, un pastor de Madrid acudió a su vivienda en Valencia y le realizó un exorcismo. Además, le acusaron de pederastia y de practicar ‘el homosexualismo’.

En ese momento, también le obligaron a contar todo aquello relacionado con las relaciones homosexuales que pudiera ser pertinente: “Me hicieron confesar todas mis vergüenzas, aunque yo no había hecho muchas cosas. Cogieron mis cosas y me tiraron todo lo que ellos consideraban que le abría las puertas al mal, como las películas de Harry Potter y me pusieron horarios para tenerme controlado las 24 horas del día... solo podía estar en casa, en la iglesia y trabajar”, recordó.

Moreno, que estudiaba teología, realizó varios seminarios en Puerto Rico y se trasladó a Brasil para someterse a nuevas terapias, pero finalmente fue allí donde reculó en su intención y se reafirmó como homosexual. Tras esto, dejó de ir a las terapias y estuvo varios meses tirado por la calle: "Mi madre pensó que iba a ser pastor y entre todos me hicieron sentir fatal, un mal hijo. Tenía 21 años, pero era muy inocentón", continuó narrando.

Con respecto a las secuelas, Moreno contó que en la actualidad sigue teniendo pesadillas cada semana y que, en su momento, llegó a intentar quitarse la vida. "Me hicieron un destrozo tremendo, estoy vivo de milagro”, concluyó.

Y TAMBIÉN...
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“Cuando mi familia se enteró de que era gay, me hizo un exorcismo”

Entrevista a Rubén Moreno. Nacido en 1988, en plena democracia, su familia, ultracristiana, no aceptó su orientación sexual e intentó hacerle cambiar a la fuerza
Gerardo Tecé | ctxt, 2021-06-28
https://ctxt.es/es/20210601/Politica/36469/

2021/09/07

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | JOSÉ-MIGUEL ULLÁN: GRAN POETA, ESCRITOR, PERIODISTA...

José-Miguel Ullán: gran poeta, escritor, periodista, crítico, dibujante, promotor artístico cultural español y de la mejor talla internacional.


Miguel Cancio | Tamtampress, 2021-09-07

https://tamtampress.es/2021/09/07/jose-miguel-ullan-por-miguel-cancio/ 

[Este escrito surge con motivo de la exposición, del 20 de marzo al 26 de septiembre 2021, “Visto y no visto – Texto y gesto en Jose-Miguel Ullán”, comisariada por Rosa Benéitez y Miguel Casado, y coordinada por Carlos Ordás, y en el marco de las jornadas que se van celebrar del 10 al 12 de septiembre en el MUSAC (León); surge al pedirme una colaboración Eloísa Otero, periodista, poeta y escritora, que colabora en estas jornadas, en este muy justo y merecido homenaje que le ha dedicado, viene dedicando, a este gran poeta, autor y creador español, el amigo Ullán, el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León” (ubicado en León)].

A partir de José Miguel Ullán: “Hay que atizar las palabras que provocan el estallido de la mejor creatividad, pero ¡OJO! por el mejor desarrollo deontológico democrático, por la verdad justa y responsable, y por el bien, y, siempre que sea posible, si cuadra/se cadra, con buena poesía, música, alegría e ironía, con buen arte, humor, cante, baile…”

José-Miguel Ullán (Villarino de los Aires-Salamanca/España, octubre 1944, Madrid-España mayo 2009; murió de una grave enfermedad). Después de estudiar, en Madrid, Filosofía y Letras, de luchar contra el régimen dictatorial autoritario, contra la dictadura franquista, de verse detenido, para no hacer el servicio militar, Ullán se exilia, de la dictadura del General Franco, en París (Francia), de 1966 a 1976, donde, con grandes profesores-investigadores universitarios como el filósofo y semiólogo Roland Barthes, el filósofo y sociólogo Lucien Goldmann y el historiador Pierre Vilar, amplía estudios de sociología de la literatura, el arte, la cultura en la prestigiosa “École Pratique des Hautes Études/EPHE”-“Escuela Práctica de Estudios Superiores” —que se transformaría en la actual y prestigiosa “École des Hautes Études en Sciences Sociales/EHESS”-“Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales” de París—. [En este gran centro superior francés, cuando fui a ampliar estudios de sociología en París, tuve la suerte de seguir los cursos, entre otros, del gran Barthes, los grandes sociólogos franceses, Pierre Bourdieu, Jean Claude Passeron, Alain Touraine. En el Collège de France y la Universidad de La Sorbona, acudí a los cursos, entre otros, del gran sociólogo, politólogo y epistemólogo Raymond Aron y, también, en la Universidad de La Sorbona, a los cursos del gran filósofo, violinista y musicólogo Vladimir Yankélévitch, autor, entre otras excelentes obras, de “La ironía”. Dejó dicho, escrito el gran Vladimir Yankélévitch: “No existe humor sin amor, sin ironía, sin alegría. La ironía salva lo que puede ser salvado. Porque gracias a la ironía el pensamiento actúa mas ágilmente cuando se la reconoce en el espejo de la muy fina, saludable, positiva y gozosa reflexión”; “La mort c’est plus fort que le corp, mais l’amour c’est plus fort que la mort” – “La muerte es mas fuerte que el cuerpo, sin embargo, el amor es mas fuerte que la muerte”].

En París, Ullán colabora en la radio publica francesa, en “France Culture”, en sus emisiones en español, a partir de las 23 horas (once de la noche); colabora en la famosa “Radio París”, que escuchábamos mucho, en España, los que queríamos saber las noticias, las informaciones que censuraba la dictadura franquista; los que luchábamos, pacífica y activamente, por la democracia representativa con seguridad, garantías y justicia justas para España, la gran nación española y para “los pueblos de la Tierra”, como dice la vigente Constitución democrática española de Monarquía parlamentaria de 1978.

En “Radio París”, José-Miguel Ullán destaca, especialmente en la parte cultural de esta emisora, por sus excelentes colaboraciones junto a grandes escritores, autores, creadores, entre otros, como el colombiano Gabriel García Márquez, el cubano Severo Sarduy y el peruano nacionalizado español Mario Vargas Llosa.

Ullán vuelve a España en 1976 y, merced a su trabajo, aportaciones, se convierte en un gran y comprometido poeta, escritor, periodista, critico, promotor artístico, cultural español y de la mejor talla internacional, que, con una gran estilo propio en forma y fondo, con finísima ironía, publica una muy importante obra poética, colabora muy activamente en los medios de comunicación (prensa, radio, televisión, etc.; incluso, llega a retransmitir para España el festival de la canción de Eurovisión; creó el gran suplemento “Culturas” del periódico “Diario 16”; etc.), y, en España y otras naciones (especialmente de Hispanoamérica, México, etc., pero no solo), Ullán, publica, edita obras, organiza exposiciones, conciertos, etc., en los que colaboran grandes autores, creadores, artistas (pintores, escultores, músicos, etc.) españoles y de otras naciones.

José-Miguel Ullán es autor de dibujos y pequeñas pinturas que llamó “agrafismos”. Dice Ullán: "Son esos garabatos que voy haciendo cuando las palabras no llegan"; “No tienen pretensión alguna de orden plástico. No tienen nada que ver con las cosas que hacían Artaud, Michaux, Blake". "Reuní algunos en ‘Ni mu’ (Ed. El Gato Gris, 2002), y ahora he seleccionado unos cuantos para una exposición".

A José-Miguel Ullán lo invité a dar una conferencia sobre cultura, arte y medios de comunicación en el “Ciclo de Conferencias-coloquio, debates y ponencias” que, cada curso universitario y durante 40 años hasta que me jubilé, organicé en la asignaturas de Sociología que impartí en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Santiago de Compostela y la Facultad de Administración y Dirección de Empresas (ADE) de Lugo, ambos centros de la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia-España). En esta conferencia-coloquio, Ullán brilló con el gran trabajo, rigor, arte e ironía que le caracterizaban.

José-Miguel Ullán, junto a otros destacados intelectuales de España y otras naciones, denunciaron, en su día, la grave represión totalitaria, y de forma especial contra los homosexuales, de Cuba comunista; denunciaron, activamente, el régimen dictatorial totalitario cubano, a la dictadura totalitaria comunista cubana, marxista-leninista, castrista-guevarista, etc., y que lleva, desde 1959 hasta la actualidad, agosto 2021 (cuando se hace este escrito), violando totalitaria, muy gravemente la dignidad individual y social, los derechos humanos y las libertades democráticas con seguridad, garantías y justicia justas, contribuyendo a la antidemocracia, a la destrucción material, socioeconómica, inmaterial, etc., de Cuba y de otras naciones. Gran parte del pueblo cubano, con los jóvenes en primera línea, el 11 de julio 2021, se manifestó, manifestaron pacíficamente de forma masiva en toda Cuba (y tuvo fuerte apoyo en diversas partes del mundo, donde hay, según se ha estimado, del orden de 2,5 millones de cubanos que huyeron de Cuba comunista, se vieron obligados a salir de su tierra), al grito de “Patria y Vida”, frente a la represión, destrucción y muerte, «Patria y Muerte» de la dictadura totalitaria comunista cubana, y en defensa de una Cuba democrática que respete, aplique y defienda la dignidad vital y social, los derechos humanos, las libertades democráticas con seguridad, garantías y justicia justas.

Sobre la diferencia entre sistemas, regímenes totalitarios (mucho mas difíciles de cambiar en sentido democrático con seguridad, garantías y justicia justas, debido a que son mucho mas implacables con su control, represión, etc. totalitarios) y autoritarios, véanse los excelentes trabajos científicos que hizo uno de los principales expertos en la materia, el español Juan José Linz (1926-2013), gran sociólogo, politólogo, del mejor nivel y que, entre otras cosas, distinciones, fue catedrático de la prestigiosa Universidad de Yale (Estados Unidos), premio «Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales». Sus obras completas ha sido editadas por el «Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC)», de España.

Volviendo a José-Miguel Ullán, éste, en una faceta que no se había visto mucho hasta entonces en España, con gran maestría y sabiendo reírse de la vida y el mundo, empezando por él mismo, junto a lo que se consideraban y consideran grandes nombres, grandes temas de la literatura, la cultura, el arte, la intelectualidad, etc., introduce, muy muy bien, en los medios de comunicación, en sus artículos, intervenciones, entrevistas, exposiciones, conferencias, libros, publicaciones, etc., con gran rigor, brillantez, gracia, duende, ironía..., en relación con la cultura llamada superior, la “Alta Cultura”; introduce el análisis, el trato, la cultura, el arte, etc. más populares como la llamada música ligera, popular, la copla, el flamenco, el bolero, el boxeo, etc., como en los casos de los cantantes españoles “El Fary”, “Los Chunguitos”, Bambino de Utrera, Rocío Jurado, María Jiménez, la muy grande Lola Flores “La Faraona”, “Lola de España”, el boxeador Luis Folledo, los cantantes mejicanos Elvira Ríos, Toña la Negra, el muy grande Agustín Lara “El Flaco de Oro, Platino”, Paquita la del Barrio, la gran cantante cubana, la bolerista Olga Guillot, etc. Ullán lo hizo de manera maravillosa, al mejor nivel y tuvo un gran éxito.

Una de sus ultimas y muy buenas aportaciones de su amplia y diversa obra, en la que Ullán trabajó mucho y que se publicó al poco tiempo de su muerte, en 2010, fue en honor de la gran filosofa española de la razón poética, María Zambrano (que se declaró “discípula” del gran filosofo español Jose Ortega y Gasset, del que fue su mejor alumna y una gran creadora, excelente autora, figura nacional e internacional de la filosofía). Se trata del libro “María Zambrano. Esencia y Hermosura. Antología». (Selección y relato prologal de José-Miguel Ullán., Ed. Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2010, 612 págs.).

José-Miguel Ullán ha sido, es un gran poeta, escritor, periodista, dibujante, crítico, promotor artístico y cultural español y de la mejor talla internacional. España debe tratar, por medio de la educación, universidad, cultura, medios de comunicación, instancias de encarnación y socialización, etc.; España, la gran nación española, debe tomar medidas para que surjan grandes autores, creadores como Ullán y para que contribuyan al mejor desarrollo deontológico democrático, constitucional, legal, de juego, competencia y cooperación limpios, integrador, profundamente humano, riguroso, eficiente, critico positivo, creativo, rentable-enriquecedor económica, social, sanitaria, asistencial, educativa, cultural, mediática, artística, deportiva, científica, técnica, laboral, profesional, empresarial, medioambiental, ética, espiritualmente, etc., a la verdad justa y responsable, al bien, y, siempre que se pueda, si cuadra / se cadra, y como en el caso de Ullán, con buena poesía, música, ironía y alegría, con buen humor, arte, cante, baile…

Terminemos, como empezamos, por libre y a partir de una de las grandes obras poéticas de José Miguel Ullán, “Ondulaciones: poesía reunida (1968-2007)” (Ed. Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2008, 1.364 págs.), a saber: 


“Buen cante, arte, ironía y risa a raudales
se anegaron los ojos
de verdad, amor, felicidades”

MIKEL/A, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS OCULTAMOS

Mikel/a enseña cacho en la 2ª Gayakanpada de EHGAM, 27-29 agosto 1993, Muxika // Este trabajo, no podría ser de otra manera, está dedicado e...