1983/02/27

DOCUMENTACIÓN | LEGALIZACIÓN DE EHGAM

El Movimiento de Liberación Homosexual del País Vasco, legalizado por Interior.
Arantza Elu | El País, 1983-02-27

https://elpais.com/diario/1983/02/28/sociedad/415234803_850215.html 

El Movimiento de Liberación Homosexual del País Vasco (EHGAM), que esperaba, desde hacía años, su reconocimiento oficial como asociación, acaba de ser legalizada por el Ministerio del Interior. La decisión gubernamental se ha producido tras la entrevista mantenida entre los representantes de las organizaciones homosexuales del Estado y del Ministerio de Justicia. EHGAM, para quien este reconocimiento de la asociación por parte de gobierno socialista representa "una victoria del movimiento gay de Euskadi", recuerda que la agrupación de homosexuales del País Vasco había solicitado su legalización desde 1979.

El Parlamento Vasco, venía rechazando, por su parte, una proposición no de ley en favor de la legalización de EHGAM.

1983/02/26

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | TENNESSEE WILLIAMS Y EL MITO DEL GRAN SUR

Tennessee Williams y el mito del Gran Sur.
Eduardo Haro Tecglen | El País, 1983-02-26

https://elpais.com/diario/1983/02/27/cultura/415148401_850215.html 

Apenas tengo unos recuerdos triviales de Tennessee Williams: algún 'éclair' de chocolate en Porte, uno o dos emparedados en casa de Isabelle y de Ivonne Gérofi, un saludo perdido en alguno de los palacetes de la Alcazaba; un ‘whisky’ muy largo en la terraza del hotel Djenina. Un joven atleta silencioso, quizá vulgar, que le acompañaba. Conversaciones tangerinas. Es decir, pequeños chismes locales, comparaciones entre el antes y el ahora, una pequeña decadencia del cosmopolitismo, alguna ironía. Los encuentros entre tímidos son siempre infecundos. Sí recuerdo lo que a mí me pareció una gran timidez, una escasez de palabra. Los que estaban más cerca de él decían que, a veces, podría ser un chorro de palabras. Como sus obras. Parecía extraño imaginar que dentro de aquel hombre moreno y pequeño, casi latino, pudiera estar Blanche du Bois. Tantas cosas parecían extrañas en el Tánger de la época: que dentro del oficinista jubilado, de pulcro traje negro y corbata bien anudada que parecía Burroughs estuviesen todos los ‘jonkies’, toda la droga y el sexo, todo el inmenso desorden de sus libros; que el cuerpo menudito y dificilísimo de Jenny Bowles, tan trabajado por largos años de alcohol, pudiera estar en el mundo de amor y de ironía de ‘Two serious ladies’ o de ‘Summer house’; que en la pulcritud callada y autodestructiva de Angel Vázquez estuviera, viva, ‘La vida perra de Juanita Narbone’. Escritores raros, últimos malditos de la literatura, para los que Tánger -con su indiferencia por los grandes nombres, con su sociedad educada y distante- era un cómodo margen.

Autor para siglos venideros
Tennessee Williams era por entonces uno de los grandes nombres de la literatura universal. Lo va a seguir siendo: ya se pueden ir preparando los colegiales de los siglos venideros a estudiar lo que parece tan enrevesado, tan intraducible de su obra teatral.

Como no les darán, probablemente, más que un compendio para que se las vayan arreglando -no hay que suponer que la educación cultural va a ser mejor después que lo que es ahora-, les dirán, probablemente, que el drama americano empieza con Eugenio O'Neill -lo de antes son todavía piececillas coloniales, o poscoloniales-, y que de ese tronco común brotan Miller, Tennessee Williams, Thorton Wilder, Edward Albee. A partir de O'Neill hay siempre un curioso intento en los autores del teatro americano: recuperar la tragedia clásica, hacerla propia, demostrar que las viejas pasiones nunca mueren y que, por lo menos, América puede volver a ser su escenario. Es una busca de raíces y es, al mismo tiempo, un análisis del medio. Los personajes, las situaciones, los conflictos.

Con la vista larga se puede ver que toda la gran obra del cine americano -que es su principal teatro-, la epopeya del Oeste flanqueada por las otras dos características de su historia: la lucha y definición de la independencia y la guerra civil. A pesar de las presiones de los grandes productores, de la necesidad del ‘happy end’, del código de censura, del ‘star system’, bajo todo ese gran teatro cinematográfico está la tragedia grecorromana. Los nuevos dramaturgos hacen su pequeña trampa: eligen sus personajes entre seres a los que atribuyen una cierta condición de primitivos o perdidos en la nueva sociedad. El Emperador Jones de O'Neill es un negro; el juego de Edipo y Electra lo sitúa Miller en inmigrantes italianos.

La Atenas del Sur
Tennessee Williams elige el mito del Sur. El viejo Sur: algo que desaparece, llevado por el viento -Margaret Mitchell- de la guerra: un código del honor, unas pasiones, unas dinastías. El Sur podría ser una especie de Atenas; la misma democracia de Atenas. Es decir, una sociedad dominante que practica unas leyes de fraternidad y de igualdad entre sí, pero que reposa sobre los ilotas, sobre los esclavos: a veces les fustiga y les mata, viola cómodamente a sus mujeres, produce un mestizaje que no supone ningún grado en la jerarquía social; a veces es paternal, responsable. Williams está dentro de ese mito y dentro de su decadencia. Puede haber alguna duda de si Flaubert era realmente madame Bovary, o lo pretendía ser, o era una mera forma de análisis literario de su obra; no hay ninguna de que T. W. era Blanche du Bois. Cuando Thomas Lanier -su verdadero nombre- adopta el nombre definitivo de Tennessee es para incorporarse él mismo el Sur, para ser el Sur, decadente, perdido, camino de la neurosis: Blanche du Bois termina en un manicomio, y T. W. ha terminado, probablemente, en un suicidio, más o menos disfrazado -ahora- de sobredosis, para entrar en otro gran mito americano, el mito de la ‘sobredosis’.

El paraíso perdido
Probablemente la fama universal de Tennessee Willianis no hubiera podido producirse enteramente si el mito del Sur no hubiera precedido su trabajo en cientos de novelas, de películas que impregnaron el mundo. Su teatro recogía de otra manera esa sensación de familiaridad con el mito que nos habían dado los grandes medios del imperio. Pero cabe pensar que, a pesar de los grandes medios, esa forma del gran mito no hubiera penetrado en la conciencia universal de no haber tenido la fuerza de algo más arcaico: la de una Arcadia, la de un paraíso perdido. Todos, en cualquier lugar del mundo, llevamos dentro la imagen de algo que se quedó irremediablemente atrás.

Tennessee Williams era ese mito: el de los grandes días que se fueron y el desastre venido encima de cada uno por el encuentro entre las viejas y las nuevas maneras. Lo vivía en sí mismo: no con la frialdad distante de Miller o con la crueldad de Albee; se lo había incorporado. Nos lo devolvía en forma de literatura donde la nostalgia era pasional, el recuerdo una serpiente viva y lo perdido algo insoportable. La clave homosexual parecía en este macho invertido escasamente operante en el retrato de los encuentros hombre-mujer. Es curioso que muchas de las formas de vivir en el teatro las formas de amor hombre-mujer estén creadas por homosexuales y que, al hacer la transposición, no pierdan su eficacia.

Tennessee Williams contaba siempre una misma tragedia; y la vivía. Es siempre grave para un escritor -para su vida, no para su literatura- poner su propia vida en la tragedia de la soledad, de la intimidad con nadie, de la inadaptación a todo lo que no sea algo que ya no existe. La botella vacía, las píldoras ‘no identificadas’, la palabra ‘sobredosis’, son los terribles temas de la literatura viva de nuestro tiempo: han debido ser la última obra de Tennessee Williams. La única forma de volver al Sur.

1983/02/25

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | EL DRAMATURGO NORTEAMERICANO TENNESSEE WILLIAMS FALLECIÓ A LOS 71 AÑOS, VÍCTIMA DE UNA SOBREDOSIS

El dramaturgo norteamericano Tennessee Williams falleció a los 71 años, víctima de una sobredosis.
Su obra se caracteriza por una mezcla de realismo y fantasía, macabra observación y profunda poesía.
Ramon Vilaro | El País, 1983-02-25
https://elpais.com/diario/1983/02/26/cultura/415062007_850215.html

Con el anuncio del fallecimiento del célebre autor Tennessee Williams, de 71 años de edad, se cierra el ciclo en la historia del teatro norteamericano. Desaparece el creador de obras como 'Un tranvía llamado deseo', 'La gata sobre el tejado de zinc', 'El zoo de cristal', 'Camino real' o 'La noche de la iguana', por citar las más conocidas. La noticia, como en una escena más del popular escritor, fue difundida por la policía neoyorquina, al anunciar la muerte de Williams, cuyo cadáver fue encontrado, a las 10.56 horas del viernes, en la habitación 1.302 del hotel Elysse, en el número 60 Este de la calle 54 de Manhattan, en Nueva York. Al parecer, una sobredosis de droga puede ser la causa de la muerte de Tennessee Williams, junto a problemas cardiacos.

Elliot Gross, el doctor que examinó el cuerpo de Williams dijo que hoy se practicará una autopsia "como simple formalidad". Fue su secretario, John Ucker, quien encontró el cuerpo de Williams al lado de la cama, con media botella de vino vacía y unas pastillas no identificadas. Los servicios de urgencia del hospital, sólo pudieron certificar su muerte a las 11.10 de la mañana del viernes 25 de febrero de 1983. Era el fin del autor más dotado de su generación: galardonado con el premio Pulitzer, cuatro premios del Círculo de críticos de Arte Dramático y del Kennedy Center Honor.

Williams había llegado hace un semana a Nueva York, tras problemas de salud en su residencia habitual de Cayo Hueso (Florida), isla que fue también centro de reclusión durante muchos años para el escritor Ernest Hemingway. Según su hermano, Dakin Williams, Tennessee había tenido últimamente problemas de droga. Una vieja historia que desde 1969 había enrarecido las relaciones entre los dos hermanos. Por aquel entonces, Tennessee fue internado para una cura de drogas, concretamente anfetaminas, en un hospital de Saint Louis. "Se curó totalmente y volvió a escribir maravillosos trabajos", afirmó su hermano Dakin. Al parecer, hace tres meses Tennessee había vuelto a caer en el uso de las drogas, aceptando viajar a Nueva Yordk por consejo de un amigo íntimo.

Tennessee Williams nació el 26 de marzo de 1911 en una rectoría episcopal de Columbus, en el Estado de Mississippi, de la que era rector su padre, Cornelius. Fue bautizado con el nombre de Thomas, que cambió por el de Tennessee a la edad de veintiséis años, probablemente por influencias de la ciudad de Nashville (en el Estado de Tennessee) donde pasó los mejores años de su vida.

Entre la virtud y la pasión
"Descubrí que la escritura es la mejor evasión de la realidad del mundo en que vivimos", dijo Williams en una ocasión, frase que ilustra el tono genérico de las obras del célebre autor desaparecido que, según críticos de teatro, "reflejan siempre la vida de seres atormentados que se debaten entre la virtud y la pasión, entre el bien y el mal". "Fue un hombre que vivió siempre con la muerte presente durante su vida", dijo el actor Marlon Brando, descubierto en la obra de Tennessee Williams 'Un tranvía llamado deseo'. En las obras de Williams, la mujer tiene siempre un papel dominante, encarnadas en papeles cinematográficos por actrices como Liz Taylor, Ava Gadner o Vivían Leigh. A lo largo de su obra, los críticos han señalado el impacto dramático de su trabajo, jamás sobrepasado por otros dramaturgos norteamericanos. Aunque sus últimas obras nunca sobrepasaron -ni igualaron- su importancia inicial, tampoco le restaron méritos en el teatro americano y universal. Su obras son contínuamente representadas por grupos pequeños y compañías importantes. Una de sus obras de este escritor ampliamente conocido en España, fue estrenada anteayer en Barcelona por el Teatro Lliure.

Para los especialistas teatrales, la obra de Williams se caracteriza por su realismo y fantasía, su macabra observación y profunda poesía. Williams se ocupaba de personajes marginados por una sociedad hipócrita y materialista. Estaban llenos de simbología sexual y religiosa, y en sus mejores obras conseguía fascinar y dejar atónitos a los públicos.

Declive creador
Pero a partir de los años setenta el éxito pareció abandonarle. Pocas de sus obras tuvieron éxito crítico y muchas cerraron después de pocas noches en cartel. Algunas trataron de la dificultad de crear una obra de arte y del declive de los poderes creativos; otras presentaron a los protagonistas en lucha contra las drogas, el alcohol y la locura. Algunas críticas denunciaron hasta la autoparodia de Williams. Para explicar este declive, los críticos señalaron un cambio de gustos en el público norteamericano; ya no interesaban los personajes marginales y derrotados que retrataba Williams. En 1969 se convirtió a la religión católica.

En muchas entrevistas Williams se refirió a su vida privada y sus gustos sexuales. En otras ocasiones acusó a la Prensa de sensacionalizar su vida, de escandalizar a sus pacíficos vecinos conservadores. Los que le trataron encontraron a un hombre callado y dócil, y un periodista resaltó su "sensatez torturada".
 

Williams no murió de sobredosis, sino que se asfixió con el tapón de un frasco.
El País, 1983-02-26

https://elpais.com/diario/1983/02/27/cultura/415148402_850215.html

No fue una sobredosis, finalmente, sino un simple tapón de un frasco de medicamentos lo que acabó con la vida del dramaturgo norteamericano Tennessee Williams, cuyo cuerpo fue hallado muerto el pasado viernes en un hotel de Nueva York. Según ha comunicado a la prensa el responsable de los servicios médicos legales de la ciudad neoyorquina. El doctor Elliot Gross no ha podido facilitar una explicación acerca de por qué se encontraba dicho tapón en la laringe del escritor. Lo más probable, sin embargo, es que Williams, al intentar abrir el frasco con los dientes, hubiera acabado por tragarse el tapón, lo que le produjo la muerte. Tampoco precisó el doctor Gross de dónde procedía el objeto causante del fallecimiento, aunque era del tipo que suelen llevar las gotas para los ojos o los ‘sprays’ para la nariz.

Por otra parte, en la habitación del hotel fueron halladas botellas de vino y frascos de medicamentos, pero el médico legal ha rehusado indicar si podían ser considerados igualmente responsables de la muerte del escritor. En el curso de los próximos días se realizarán diversas pruebas químicas.

Las muertes de este tipo son consideradas accidentales, señaló Gross, quien hizo referencia a los problemas de salud experimentados por Williams, quien durante años mezcló pastillas y alcohol para superar las crisis depresivas que, en muchas ocasiones, reflejó en sus obras.

Gross dijo que, a pesar de todo, para un hombre de su edad -contaba 71 años-, el famoso dramaturgo disfrutaba de una agradable condición fisica. Lo que no se descarta, sean cuales sean las explicaciones del médico legal, es que la depresión, y el desesperado afán de Tennessee Williams por superarla, le condujeran a un estado de nerviosismo tal que le llevara a actuar sin control.

En los Estados Unidos continúan produciéndose reacciones ante la noticia del fallecimiento, del dramaturgo. El actor Marlon Brando, cuyo primer papel importante en Broadway fue precisamente como el rudo Stanley Kowalski de ‘Un tranvía llamado deseo’, ha declarado que "todos estamos apesadumbrados por su muerte", refiriéndose, sin duda, a los actores que consiguieron grandes éxitos protagonizando obras del autor desaparecido.

MIKEL/A, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS OCULTAMOS

Mikel/a enseña cacho en la 2ª Gayakanpada de EHGAM, 27-29 agosto 1993, Muxika // Este trabajo, no podría ser de otra manera, está dedicado e...