2017/06/29

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | COCCINELLE, LA MUJER TRANS QUE DESAFIÓ A FRANCO Y HOY TIENE UNA CALLE EN PARIS

La mujer transexual que desafió a Franco y hoy tiene una calle.
Triunfó en el mundo, eclipsó a la Bardot y se paseó en descapotable por la Gran Vía en un régimen que condenaba a las mujeres como ella. Con ustedes, la gran Coccinelle.
Valeria Vegas | Vanity Fair, 2017-06-29
http://www.revistavanityfair.es/celebrities/articulos/historia-de-coccinelle-primera-transexual-franquismo-calle/24855

“La mujer que apasiona. El caso clínico de la historia al alcance de sus ojos”. Así rezaba el cartel que anunciaba la presencia de Coccinelle en una popular sala de fiestas. Esta es la vida de una mujer que alcanzó la fama mundial, la aprobación de la Iglesia y que recientemente se ha convertido en la primera persona transexual en Europa en tener una calle con su nombre.

"He nacido dos veces"
Coccinelle nació en 1931 en la ciudad de París y bajo otro nombre que ella pronto sintió que no le correspondía. Al abandonar la escuela, con tan sólo 15 años, comenzó a trabajar como peluquera y a formarse como bailarina. En 1953 debuta en Madame Arthur, mítico cabaret parisino por el que desfilaban multitud de artistas transexuales y transformistas. Es entonces cuando adquiere el nombre de Coccinelle, cuya traducción es mariquita, debido a que en sus inicios siempre vestía un traje rojo con topos negros, por lo que una de sus compañeras le acuñó el apodo, como guiño al insecto. No faltaría mucho para que Coccinelle se deshiciese de aquel vestido y comenzase a lucir conjuntos de Christian Dior.

A finales de los años 50 viaja a Casablanca para ponerse en manos de Georges Burou, famoso ginecólogo cuya popularidad residía en realizar las entonces llamadas operaciones de cambio de sexo: novedosas, inauditas, y bajo métodos bastante primarios que lograban satisfacer a sus pacientes. Lo cierto es que antes de Coccinelle ya se habían sometido a esa intervención otras mujeres como Christine Jorgensen o Lili Elbe, cuya vida se vio reflejada recientemente en el exitoso film ‘La chica danesa’, pero fue la vedette francesa la que acaparó la atención mediática debido a su belleza y la fama que le precedía sobre el escenario. El mito de Coccinelle no había hecho más que comenzar y pronto declararía en la prensa: “He nacido dos veces”.

Blanca y radiante va la novia
A su regreso en Francia se convierte en la estrella absoluta del Carrousel de París, una de las salas más célebres de la capital que presumían de tener un elenco de exuberantes mujeres que realizaban espectaculares giras alrededor de todo el mundo. Coccinelle comienza a grabar discos y funda la asociación Dévenir Femme, con la intención de ayudar a otras mujeres transexuales.

En una ocasión, tras ser invitada a una gala anual de artistas en su París natal, averiguó a través de sus contactos el traje que iba a vestir esa misma noche Brigitte Bardot. Se puso exactamente el mismo, de manera que a su llegada fue confundida con la actriz. Todos los flashes se dirigieron a ella, mientras el público la aclamaba. Cuando poco después llegó la Bardot, ésta pasó absolutamente inadvertida.

Su repercusión incrementó cuando en 1960 decide contraer matrimonio por la Iglesia con un periodista deportivo. Vestida de blanco y acompañada del brazo de su padre se dirigió hacia el altar, en una boda que contó con la bendición del cura y por lo tanto del Papa Juan XXIII, que destacaba por su intención aperturista de la Iglesia y se creó enemigos del lado más conservador. Este hecho resulta insólito todavía a día de hoy, pero hay que tener en cuenta que tras aquella famosa operación Coccinelle se había convertido legalmente en mujer y contaba con el beneplácito de las grandes esferas. Aquel enlace estuvo repleto de expectación, con admiradores, compañeras e incluso detractores acudieron a la puerta a insultarla.

Aquella mujer que conducía un descapotable por la Gran Vía
Es en 1962, en plena dictadura franquista, cuando es contratada en la sala Pasapoga de Madrid, toda una institución del cabaret y el music-hall hoy convertido en unos grandes almacenes. Los periódicos la anunciaban y advertían que su actuación se limitaba únicamente a horario nocturno, evitando su presencia en la función de tarde debido al morbo que le precedía y que le relegaba a un horario de público únicamente adulto. Precisamente dicho morbo hizo que el éxito fuese constante y su contrato se prorrogó durante meses, agotando las localidades. Cuando finalizaba su espectáculo se producía un notable silencio y apenas se escuchaban aplausos, debido a que el público quedaba atónito al contemplar a la que era catalogada como un fenómeno.

Tampoco resultaba raro ver a Coccinelle paseando por la Gran Vía en su deportivo descapotable, deslumbrando a los viandantes y disfrutando de la que sería para siempre su época dorada. Pese a ello, la prensa nacional silenciaba su existencia por no ser completamente del agrado del régimen, con el aura de tabú que la acompañaba.

Un año más tarde Coccinelle debutaría en el teatro Olympia de París, que pocos meses antes había tenido en su escenario a Edith Piaf. La vedette se consagra con su exitoso espectáculo ‘Cherchez la femme’, mismo título de una de las varias canciones que grabó en aquel momento y que viene a traducirse como “busca a la mujer”, animando en su letra a que la examinen. Francia se rinde a sus pies hasta el punto de que en una ocasión, mientras compraba en una céntrica joyería, los viandantes descubrieron a la artista dentro del local y comenzaron a agolparse. En pocos minutos curiosos y admiradores crearon un tumulto que hacía que fuese imposible salir a la calle, por lo que tuvo que venir un helicóptero a llevársela desde la azotea del mismo edificio.

Durante la década de los sesenta fue reclamada para el cine con pequeños papeles en películas como ‘Noches de Europa’; ‘El Don Juan de la Costa Azul’ en Italia; el film español ‘Días de viejo color’ junto a Luis García Berlanga y la cantante Massiel; o ‘Los viciosos’, en Argentina. Es precisamente allí donde conoce a su segundo marido, que ejercía de bailarín en su espectáculo y con el que se casa en 1966. Bodas, divorcio y éxito, la vida de Coccinelle iba más rápido de lo que la sociedad podía asimilar, mientras ella parecía reírse del mundo desde su habitación del Hotel Alvear, el más lujoso de aquel Buenos Aires.

Un fenómeno con calle propia
En los años posteriores la artista continuó llevando su espectáculo por medio mundo. España volvió a reclamarla y volvió a Madrid y actuando en Barcelona y Sevilla, donde los anuncios publicitarios seguían tratándola con cierto morbo. Sirva de ejemplo: “La estrella más discutida de la historia, cuyo intrigante pasado acaparó la atención mundial” o el mal intencionado “La ‘vedette vedetto’ que más dio que hablar en los últimos años”.

Durante la década de los setenta la artista se paseaba con su coche por el Festival de Cannes, buscando conquistar la atención de los medios. Comenzaba una etapa de cierto declive, pese a que el trabajo no cesaba. Presentó en Barcelona un espectáculo titulado ‘Hippirama’, y se trasladó a Berlín para convertirse en la estrella del Chez Nous, teatro que se caracterizaba por ser el templo del transformismo en Alemania. No es hasta mediados de los ochenta cuando regresa a París, escribiendo su autobiografía y retornando al mismo cabaret en el que comenzó en sus inicios.

Poco tiempo después su situación económica se agravaría, según aseguró su entorno debido a que nunca ahorró y no supo administrar toda la fortuna que ganó. Se deshizo de su coche, de su vivienda, de sus joyas y de todos los abrigos de visón que presumía de tener en todos los colores. A partir de 1992 se traslada a vivir a Marsella, donde contraerá matrimonio por tercera vez y pasará el resto de su vida, actuando esporádicamente hasta su fallecimiento en el 2006 a causa de un derrame cerebral. Su última voluntad era ser incinerada en la más estricta intimidad, celebrándose una misa en su honor.

El pasado 18 de mayo el Ayuntamiento de París inauguró un paseo con su nombre, al que acudió la alcaldesa Anne Hidalgo con un discurso que destacaba la labor y reconocimiento a Coccinelle. Es la primera calle que se le dedica en Europa a una persona transexual. Aquella mujer que durante décadas fue tratada como una atracción de feria, hoy goza de categoría de leyenda.

2017/06/28

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | MAGNETO CONTRA LA DAMA DE HIERRO: CUANDO IAN McKELLEN SE ENFRENTÓ A MARGARET THATCHER

20 Minutos / Ian McKellen (i), en las protestas de 1988 //

Magneto contra la Dama de Hierro: cuando Ian McKellen se enfrentó a Margaret Thatcher.

¿Quién es peor: Sauron, o una primera ministro homofóbica? Lee esta historia, y entenderás que el intérprete de 'X-Men' y 'El señor de los anillos' tenga sus dudas.
Yago García | Cinemanía, 20 Minutos, 2017-06-28
https://cinemania.20minutos.es/noticias/magneto-la-dama-hierro-cuando-ian-mckellen-lucho-margaret-thatcher/

Que Ian McKellen es una de las personas más tremendas sobre la Tierra es algo que salta a la vista. A sus venerables 78 años, el actor inglés puede ufanarse de ser Gandalf, Magneto, un distinguido intérprete clásico, el mejor amigo de Patrick Stewart... y uno de los activistas gay más famosos del mundo, responsable de demoler más de un prejuicio. Ya que el 28 de junio celebramos el día del Orgullo LGBT, es el momento perfecto para recordar uno de sus momentos cumbre más allá de ‘X-Men’ y ‘El señor de los anillos’. Y uno, además, que se presta mucho a la guasa. Porque, tratándose del Amo del Magnetismo, tiene lógica que McKellen saliese del armario para plantarle cara a la ‘Dama de Hierro’. Es decir, a la primera ministro Margareth Thatcher.

Viajemos en el tiempo y el espacio, como si estuviésemos en 'Días del futuro pasado'. El lugar es Reino Unido, el año es 1988, y no es una buena época para los súbditos gais y lesbianas de Su Graciosa Majestad. En Inglaterra y Gales, la homosexualidad sólo dejó de ser un delito penal en 1969, hace menos de 20 años, mientras que la gente LGBT en Escocia ha tenido que esperar hasta 1980 para dejar de sufrir el acoso de la policía. Por si fuera poco, el sida hace estragos, y, frente a la pandemia, el gobierno de Thatcher reacciona con anuncios televisivos (con la voz en off de John Hurt) dedicados a fomentar el miedo, que no a informar sobre el síndrome. Mientras tanto el asesor de Thatcher Christopher Monckton asegura que tiene la solución para detener los contagios: internar a los enfermos en campos de concentración.

En este contexto tan poco halagüeño, un Ian McKellen de 49 años no se puede quejar. Aunque no ha rodado demasiado cine, sus dos décadas de carrera le han convertido en una presencia habitual en los escenarios y la TV, con cuatro premios Olivier y un Tony en la estantería. Por lo demás su sexualidad es algo que sólo conocen cuatro amiguetes (entre ellos, claro, Patrick Stewart) y está muy al margen de su imagen pública. Lo cual resulta irónico, como reconocerá más adelante: “En mi primera película, interpreté a un hombre gay, y después estrené ‘Bent’ [la obra de teatro de Martin Sherman sobre la homosexualidad en la Alemania nazi], lo cual es ya de por sí una salida del armario”. Sus pocas ganas de salir del armario se deben, en parte, a que aún tiene la esperanza de trabajar en Hollywood, y en parte a que él y algunas luminarias del activismo gay británico (como el insigne cineasta Derek Jarman) se profesan un odio del todo mutuo. La chispa que lo cambiará todo tiene el nombre de Sección 28.

Salir del armario en directo
¿Qué era la Sección 28? A primera vista, poca cosa: una enmienda a la Ley sobre Gobiernos Locales, tan trascendental como una regulación sobre la pesca de la anchoa. Pero las apariencias eran una cosa... y la realidad, otra muy distinta. Espoleado por el miedo al sida, con ganas de posicionarse frente a la actitud pro-gay del Partido Laborista y con un escándalo en la cartera (el de ‘Jenny Lives with Eric and Martin’, un libro para niños sobre una familia homoparental), el gobierno conservador decide proponer esta medida, semejante (pero no idéntica) a la actual ‘ley de propaganda homosexual’ en Rusia. O a la ley de registro de mutantes del senador Kelly, ya que estamos.

Si la medida llegaba a aprobarse, los organismos y medios de comunicación públicos tendrían prohibido “promover la homosexualidad o ayudar a quienes la promovieran”. Los centros de enseñanza, mientras tanto, deberían explicar a sus alumnos que el amor y la atracción entre personas del mismo sexo no constituían “un estilo de vida aceptable ni un auténtico vínculo familiar”. Llevado a la práctica, esto suponía la retirada de subvenciones y apoyo a las asociaciones LGBT (esas mismas que, ante la pasividad del gobierno, hacían lo que podían para frenar la expansión del sida) y la condena de los jóvenes gais, lesbianas, bisexuales y transgénero al desamparo más absoluto. ¿Cómo respondió Ian McKellen a esta amenaza? Pues con una muestra de valor que Aragorn hubiese admirado: saliendo del armario, en riguroso directo, durante una entrevista para la BBC.

A partir de ese momento, McKellen se convierte en el perejil de todas las salsas, siempre que esas salsas tengan por objeto impedir que la Sección 28 sea aprobada. Él mismo ha reconocido que, en parte, eso se debió a que acababa de cortar con Sean Mathias, su pareja de más de 10 años, y necesitaba algo en lo que desahogar la mala uva. Su presencia en las manifestaciones de rigor es constante, y en ellas pronuncia frases memorables. “Thatcher no tiene nada contra los gais, pero no quiere que los gais se reúnan, igual que no tiene nada contra los obreros, mientras no se les ocurra formar sindicatos (...). Están privatizando la homosexualidad. Y, si es así, yo quiero reclamarles mis dividendos”, señaló. 

20 Minutos / Ian McKellen, agachado en el centro //

“Si McKellen puede...”
Como señala el propio McKellen, “el Reino Unido ama a sus actores”. Y nuestro hombre también tuvo eso en cuenta a la hora de buscar amigos que le ayudasen a llevar la pancarta. La presencia de Judi Dench, Vanessa Redgrave, Patrick Stewart (¡faltaría más!) y un Gary Oldman todavía muy pipiolo, por citar sólo unos nombres, convirtió los actos contra la Sección 28 en eventos mediáticos, algo que encarnizó todavía más el debate. El momento más jocoso (o así) de McKellen llegó cuando un ministro conservador le pidió un autógrafo. McKellen se lo firmó, y en su dedicatoria podía leerse “Que te jodan: soy gay”. Calcúlese, pues, el chasco cuando, en mayo de 1988, la ley de marras fue aprobada en la Cámara de los Lores.

“La Sección 28 tuvo algo bueno: me obligó a decir la verdad”, admite hoy Ian McKellen. Asimismo, el actor señala que le cogió el gustillo a eso de tomar la calle, y, a día de hoy, todo el mundo ha visto alguna foto suya en una manifestación o un acto público en favor de causas progresistas (no necesariamente LGBT). Por último, asegura que su visibilidad animó a otros actores gais a vivir su vida sin esconderse. “Debieron de pensar: ‘Si McKellen lo ha hecho, y sigue trabajando, entonces yo también puedo”. En 1991, se le concedió el título de ‘sir’, algo que llevó a su odiado Derek Jarman a ponerle como hoja de perejil. E, irónicamente, sus soñados trabajos en Hollywood empezaron a llegarle a finales de los 90, cuando ya llevaba una década larga ejerciendo su activismo.

La Sección 28 se mantuvo en vigor hasta 2000 (en Escocia) y hasta 2003 (en el resto de Reino Unido). Aunque no dio lugar a ningún proceso judicial, se considera que fue extremadamente lesiva para la causa LGBT... y también para la imagen pública de una Margaret Thatcher que fue depuesta por su propio partido en 1990. La ex primera ministro falleció en 2013. Ian McKellen sigue vivo y coleando, esperamos que por muchos años. Para entonces, él mismo ha pensado en su epitafio: “Fue Gandalf, y salió del armario”. 

2017/06/27

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | SER LESBIANA EN 1977: "DETRÁS DE LAS VENTANAS HAY LESBIANAS"

Instalación 'Molt amor per fer', de Ricard Martinez - Arqueologia del punt de vista //

Ser lesbiana en 1977.

Dos de las protagonistas de la primera manifestación homosexual en la ciudad reivindican el papel del feminismo en su lucha. Coinciden en el mucho trabajo que queda por hacer, pese a las victorias legislativas logradas tras batallar durante cuatro décadas.
Helena Pérez | El Periódico, 2017-06-27
https://www.elperiodico.com/es/barcelona/20170627/ser-lesbiana-en-barcelona-en-1977-dia-orgullo-gay-6131824 

Una de las grandes fotos, en blanco y negro, muestra un elegante, apasionado y, quién sabe, quizá algo teatralizado beso entre dos hombres, de pie, en el centro de una cafetería. Se tomó en 1977 y hoy sirve, sobre todo, de 'photocall' para las decenas de turistas que, cada hora, la usan de fondo para sus 'selfis', muchos sin reparar en el significado de la imagen. Otros sí, por supuesto, e incluso imitan su gesto. Ese era uno de los riesgos de colocar la muestra en tan céntrico lugar de la turistificada Barcelona, la plaza Reial, pero era donde debía a estar. A un paso de la Rambla, lugar en el que se vivió el episodio que recuerda la instalación 'Molt amor per fer', obra de Ricard Martínez. La exposición, que conmemora el 40º aniversario, el pasado lunes, de la primera manifestación LGTBI en la ciudad, es el primero de una serie de actos organizados por el Ayuntamiento de Barcelona junto a entidades y colectivos de la ciudad durante todo el año, que incluye una web de testimonios de la mítica manifestación.

Dos de las personas que participaron en la marcha y que además de en la citada web han brindado también su testimonio en un documental sobre las cuatro décadas de lucha del colectivo, que se presentará también en el marco del aniversario, son Maria Giralt y Empar Pineda. Ambas coinciden en que aquella manifestación significó un punto de inflexión: no estaban solas y había llegado el momento de salir a la calle. Coinciden también en la necesidad, aún hoy, de reivindicar el papel de las lesbianas, como mujeres, siempre a la sombra de los hombres, también de los gais, y el papel, a su vez, del feminismo, en esa lucha. "Pese a que, sobre el papel, la igualdad hoy es real, no hay que bajar la guardia. Por un lado porque las leyes pueden cambiar, y hay que defenderlas, y por el otro, porque, por mucho que digan las leyes, seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal", resume Giralt.

Pineda comparte el diagnóstico e insiste en la necesidad de trabajar desde los colegios. "Pese a que somos muchos los que llevamos décadas luchando y hemos sumado muchas victorias, los niños y niñas gais, lesbianas y trans siguen sufriendo acoso escolar en las escuelas", insisten.

Para trabajar en esa línea, el ayuntamiento ha anunciado este martes la creación de un Centro Municipal de Recursos LGTBI, el primero de España, que gestionarán entidades del colectivo. Se trata de un espacio de 1.200 metros cuadrados destinados a servicios especializados de atención directa al colectivo, que prevén inaugurar el próximo verano.

El Periódico / Maria Giralt //

"Subíamos la Rambla gritando: 'Detrás de las ventanas hay lesbianas'"

Maria Giralt fue una de las cuatro mil personas que participaron en la primera manifestación LGTBI en Barcelona en junio de 1977. Tenía 18 años y fue una de las impulsoras de la primera coordinadora de lesbianas de la ciudad, reivindicando un feminismo radical.
Helena Pérez | El Periódico, 2017-06-27
https://www.elperiodico.com/es/barcelona/20170627/subiamos-la-rambla-gritando-detras-de-las-ventanas-hay-lesbianas-6131050

En el paraninfo de la facultad de Psicología de la Universitat de Barcelona, una pancarta enorme -Maria la recuerda así, muy grande- anunciaba la presentación del Front d’Alliberament Gai de Catalunya (FAGC). Ella tenía 18 años y se había matriculado en Psicología para ver si le daban "alguna pauta". Se paseó arriba y abajo por delante de aquel cartel varias veces. No quería pararse justo enfrente para que no pareciera que le interesaba. Pero le interesaba, por supuesto que le interesaba. Y pasó por delante todas las veces que necesitó hasta tener claros el lugar y la hora de la presentación, que era en aquel lugar y a aquella hora, así que entró. "Si no hubiera sido por esa casualidad, seguramente no estaría aquí, ahora", recuerda, 40 años después, Maria Giralt, directora general de Gayles TV.

Ese aquí y ahora es la plaza Reial, este lunes, día en que se cumplían cuatro décadas de aquel 26 de junio de 1977 en el que más de 4.000 personas recorrieron con orgullo -no es ningún chascarrillo, es el sentir con el que lo hicieron- la Rambla, en la primera manifestación LGTBI de la ciudad, una manifestación convocada todavía al margen de la ley, pese a celebrarse casi dos años después de la muerte del dictador.

Al terminar la presentación, Maria se acercó a la mesa y preguntó a los ponentes, hombres, si tenían algún grupo de mujeres. Le respondieron que lo sentían, pero que no, aunque le abrieron una ventana. Le dieron una hoja mecanografiada en papel carbón con 30 nombres y 30 números de teléfono. Eran mujeres que, de una forma u otra, habían contactado con ellos. Maria se marchó a casa sujetando fuerte aquel papel entre las manos y empezó a llamar. ¿Qué podía perder? De las 30, logró que 10 le hicieran caso. Quedaron frente al Cine Catalunya -donde ahora está la FNAC- un sábado. Entraron en el bar Núria -que, como casi todo, entonces no era como ahora-, y allí y así nació el primer colectivo de lesbianas dentro de una organización gay.

Explosión de libertad

Aquella cita en el Núria, también en la Rambla, días antes de la manifestación, en la que por supuesto también participaron, supuso para Maria, y obviamente no solo para Maria, un punto de inflexión. "Ya no estaba sola. Éramos muchas. Aquello fue una explosión de libertad. Subíamos la Rambla gritando 'detrás de las ventanas, hay lesbianas'; 'detrás de los balcones, hay maricones'", rememora Giralt, quien odia la expresión "normalizar" desde que a los 17 la novia que, sin ponerle nombre, tuvo desde los 14, la dejó porque "quería ser normal".

Lo importante de aquella protesta -que la ciudad recuerda estos días en la exposición fotográfica 'Molt amor per fer'- es que la gente perdió el miedo. "El miedo lleva a la inacción y en aquel momento la gente decidió actuar. Ver, en la calle, a más de 4.000 personas gritando contra la ley de peligrosidad social y por el derecho al propio cuerpo nos sorprendió a muchos. Nos sirvió para decir, queremos esto. Queremos ir por la calle y ser como somos. Vivir con libertad", explica la mujer. Además, poco después, el gobierno sacó la homosexualidad de la ley de peligrosidad social. "Algo tendría que ver en ello que fuéramos tantos en la calle", añade esta pionera del activismo por los derechos de las mujeres.

Con el tiempo, poco, esta coordinadora -gran parte de ella- nacida en el Núria abandonó el FAGC y se acercó al feminismo radical. "Nos encontramos dentro del FAGC con una misoginia latente y patente por parte de algunos de sus miembros con la que se hacía difícil convivir. Ellos eran 100 y nosotras, 10. Éramos la minoría de la minoría. Nos peleábamos por cosas como el diseño los carteles de las fiestas que organizábamos, que no nos representaban. Pedíamos que dejaran de ser tan falócratas. Para ellos todo eran falos y nosotras entendíamos el falo como la representación del poder", ejemplifica Giralt, quien reivindica el papel histórico del feminismo en la lucha por la liberación sexual.

El Periódico / Empar Pineda //

"Para Franco las lesbianas no existíamos"

Empar Pineda fue una de las asistentes a la primera manfiestación LGTBI en Barcelona, hace cuatro décadas. "La protesta marcó un punto de inflexión, las lesbianas necesitábamos referentes, saber que no estábamos solas".
Helena Pérez | El Periódico, 2017-06-27
https://www.elperiodico.com/es/barcelona/20170627/para-franco-las-lesbianas-no-existiamos-6131320

Empar Pineda, (re)conocida militante feminista e izquierdista, referente en las luchas antifranquistas y por las libertades desde bien joven, tardó mucho en salir del armario. Recuerda que una vez, en Madrid, ya con treintaytantos, tras una charla a la que fue invitada para hablar como feminista sobre el encaje entre el lesbianismo y el feminismo, se le acercaron dos mujeres. "Oye, a ti qué te pasa, con ese plumón que tienes de lesbiana, y hablando del tema cómo si no tuvieras nada que ver...", explica que le dijeron. "Y me quedé pensando: ¡Cuánta razón tenéis", prosigue. Hace 40 años -la conversación con Pineda se produce con motivo del aniversario de la primera manifestación LGTBI que la ciudad celebra con multitud de actos- ser lesbiana ni siquiera se planteaba como una posibilidad remota.

"Para las autoridades franquistas las lesbianas simplemente no existíamos. No concebían que pudiera haber sexo entre dos mujeres sin ningún hombre de por medio. Y esa negación, para las lesbianas, tuvo consecuencias muy negativas. Porque no había referentes. No sabíamos cómo organizar nuestros sentimientos, nuestra forma de vivir nuestra sexualidad. Esto puede parecer una tontería, pero es muy importante", reflexiona la veterana activista, quien agradece enormemente a aquellas dos mujeres aquel comentario sincero. "Al cabo de un tiempo, -continúa- me las volví a encontrar y, con ellas, y con otras, creamos la coordinadora de gais y lesbianas de Madrid".

"Déjate de tonterías, tú eres una lesbiana de tomo y lomo", recuerda también que le dijo otra compañera al reflexionar ella sobre sus relaciones de amistad íntima con las mujeres. "Cuando una compañera me dijo eso, sentí un gran alivio. Ponerle nombre a eso que sentía me produjo una satisfacción", relata.

La primavera de las mujeres
Nacida en Hernani en 1944, Pineda llegó a Barcelona con la muerte de Franco. Venía de haber empezado la carrera en Madrid, de cuya universidad la expulsaron por su activismo político. De allí pasó a Salamanca, y a Oviedo, donde pudo acabar Filología Románica. El primer gran momento que recuerda en Barcelona fue la celebración, en mayo de 1976, de las Jornadas Catalanas de las Mujeres. "Aquello fue un éxito tremendo. Piensa que en aquel momento estaba penalizado no solo el aborto, sino también el adulterio. Había muchísimo trabajo por hacer y teníamos ganas de hacerlo".

De allí nació la coordinadora feminista de Catalunya, y uno de los acuerdos de la coordinadora fue dar apoyo a la FAGC en la organización de la manifestación de 1977 contra la ley de peligrosidad social, explica la activista, quien recuerda a muchísimas mujeres, no solo lesbianas, tras la pancarta de la coordinadora feminista.

La asignatura pendiente
Pese a que, obviamente, la situación en estos 40 años ha mejorado para las lesbianas, a ojos de Pineda, la visibilización del colectivo sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes. "A las mujeres aún nos falta visibilidad. Las lesbianas tenemos que lograr situarnos. Ellos son muy visibles. Nosotras, aún no. Ya es fácil ver a hombres gais en cualquier ámbito, pero mujeres lesbianas cuesta más. Eso para el imaginario colectivo es un desastre", añade, optimista pese a todo por los en aquel momento impensables avances legislativos, "sobre todo en Catalunya". "Aunque, como dice una amiga, una cosa es la ley y otra cosa es la vida, andar cada día por la calle", concluye. Por ello siguen, con orgullo, trabajando.

2017/06/26

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | HACE 40 AÑOS LAS RAMBLAS DE BARCELONA ACOGIERON EL PRIMER ORGULLO GAY

Hace 40 años el primer Orgullo LGBTI marchaba en el Estado Español.
En 1977 las Ramblas de Barcelona acogieron más de 4.000 manifestantes al grito de “No queremos más Peligrosidad Social” y “Amnistía ya”. 40 años para entender qué movimiento LGBTI queremos construir hoy.
Jorge Remacha | Izquierda Diario, 2017-06-26
https://www.izquierdadiario.es/Hace-40-anos-el-primer-Orgullo-LGBTI-marchaba-en-el-Estado-Espanol 

"Nosaltres no tenim por, nosaltres som" ("Nosotros no tenemos miedo, nosotros somos" , en catalán). Esta consigna encabezaba la pancarta inicial junto a las personas trans que se dispusieron en primera línea de combate.

Le seguirían otras como “Mujer, es a ti a quien queremos y por ti por quien luchamos” o “Soy homosexual, soy hermoso” en la primera Marcha del Orgullo Gay en el Estado Español, que reunió el 26 de julio de 1977 en Las Ramblas de Barcelona a más de 4.000 personas, al tiempo que se organizaban otras concentraciones menores en Sevilla y Madrid.

En las inmediaciones del Liceo se interrumpirían los gritos de “Mi cuerpo es mío y hago con él lo que me da la gana” y “¡Amnistía sexual!” , para dar paso a la carga de las fuerzas policiales conocidas como “los grises”, dejando varias personas heridas y un detenido. Éstas serían respondidas con barricadas improvisadas con las sillas de los bares cercanos, dispuestas en primer lugar por las personas trans.

El caldo de cultivo para este primer Orgullo contiene múltiples ingredientes para entender el momento y el futuro de este suceso, que marcó un antes y un después por la liberación sexual.

En primer lugar, las personas LGBTI estaban legalmente perseguidas por la Ley de Vagos y Maleantes desde 1954 hasta 1970 (esta ley es de 1933, pero no incluye a “los homosexuales” hasta entonces), por la de Ley de Peligrosidad Social desde 1970 hasta 1979 y por el artículo 431 del Código Penal hasta 1988.

La pelea por el fin de la Peligrosidad Social es la pelea por el fin de las condenas de 5 años de cárcel, que suman más de 1.000 en los años de la Transición. La Amnistía de 1977 había sacado de la cárcel a los presos políticos sin delitos de sangre a cambio de imposibilitar el futuro juicio de los criminales franquistas.

Las organizaciones feministas y LGBTI serían ilegales hasta 1981, y los presos LGBTI se habían quedado dentro de la cárcel y fuera del pacto de la Transición.

Las cifras totales de estas condenas están en torno a las 5.000. Así mismo, numerosas personas LGBTI fueron sometidas a lobotomías o electroshocks hasta finales de los años 70.

En el propio año 1977, UCD, nuevo partido dirigido por el antiguo Secretario General del Movimiento (como se denominaba a la Falange, partido único durante el franquismo) planeó la creación de “diez mil plazas para la reeducación de homosexuales”, que no se llevó a cabo.

Las cárceles albergaron a personas LGBT catalogadas como “presos sociales”, estando en módulos donde los funcionarios de prisiones habitualmente los prostituían, como en el caso de la Cárcel Modelo de Barcelona o la de Carabanchel en Madrid.

Anteriormente existieron durante el franquismo las “Colonias Agrícolas”: auténticos campos de concentración para homosexuales, y se hallaban en Badajoz, Huelva y Fuerteventura. Por ellas pasaron cientos de personas en condiciones de hambre, trabajo esclavo y tortura, siendo en el caso de Fuerteventura, dirigida por sacerdotes.

Por otra parte, esta manifestación está fechada en estos días como aniversario de la Revuelta de Stonewall, una revuelta en la ciudad de Nueva York un 28 de junio de 1969 que trajo días de disturbios en las calles del Greenwich Village para inaugurar una nueva época de lucha por la diversidad sexual, día que se sigue conmemorando como el Orgullo.

En el Estado Español los ecos de la Revuelta de Stonewall, y del Mayo del 68, llegan a través de publicaciones introducidas de forma clandestina, conformándose en los últimos años de la dictadura los primeros grupos, que seguirán la línea anticapitalista de los Movimientos de Liberación Homosexual que emergían en Estados Unidos, América Latina, Gran Bretaña, Francia o Alemania.

Esto sucede en un contexto mundial de ascenso de la lucha de clases y desarrollo de los movimientos antirracistas, antiimperialistas y de emancipación de la mujer, pelean por los derechos de las personas LGBT con un discurso que ataca también a la sociedad capitalista como culpable de esas diversas opresiones. Al mismo tiempo, en el Estado Español el aparato de la dictadura era puesto contra las cuerdas por el movimiento obrero.

Como un primer embrión, en 1970, se funda en Barcelona la Agrupación Homófila para la Igualdad Sexual (AGHOIS), que un año después se renombraría Movimiento Español de Liberación Homosexual (MELH).

En 1972 también surgieron grupos en Madrid y Bilbao, hasta que la organización fue disuelta mediante la presión policial. Sin embargo, en 1975, fundarían también en Barcelona el Frente de Liberación Gay de Cataluña (FAGC), así como se articuló en el País Vasco el Movimiento de Liberación Gay Vasco (EHGAM) o en Madrid el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR). También se creó la Coordinadora de Frentes de Liberación Homosexual del Estado Español (COFLHEE).

Estos movimientos trataron de mantener una línea anticapitalista y de alianza con los sectores oprimidos y el movimiento sindical en medio de un ascenso obrero y de masas y de una dura represión, aunque sufrieron, y en ocasiones cedieron, a presiones conservadoras de institucionalización, cooptación y deriva reformista.

Mientras, en la izquierda había posiciones enfrentadas sobre la cuestión de la liberación sexual, dándose posiciones homófobas tanto en la izquierda más conciliadora con los antiguos franquistas como en la extrema izquierda.

Pese a ello, buena parte del Orgullo que recorrió las Ramblas de Barcelona en 1977 estaba formado por militantes libertarios y de partidos y organizaciones de izquierda, comenzando algunas de ellas a tender política hacia este naciente movimiento.

40 años después queda mucho por hacer, peleando por la total liberación sexual y la conquista de derechos en todo el mundo, sabiendo que nos siguen agrediendo en las calles o discriminando cada día, sabiendo, como entonces, que nuestro horizonte es conquistar un mundo sin opresión, ni de clase, ni de raza, ni de género, ni de orientación sexual.

2017/06/23

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | LA INFAME ORDENANZA DE RENFE QUE PRETENDÍA "LIMPIAR DE MARICAS" LAS ESTACIONES

Protesta contra la discriminación del 'código 54' de RENFE

25 años de la infame ordenanza de RENFE que pretendía “limpiar de maricas” las estaciones de tren.

Strambotic, Público, 2017-06-23

https://blogs.publico.es/strambotic/2017/06/renfe-maricas/ 

Ha pasado ya un cuarto de siglo desde el fastuoso 1992, año del quinto Centenario, de las Olimpiadas de Barcelona y el AVE a Sevilla, entre otros muchos hitos que nos hicieron creer que vivíamos, ya no en la modernidad, sino directamente en el futuro. Pero cuando vemos las fotos, vemos los programas de la tele o rebuscamos en la hemeroteca nos encontramos con un país rancio y de una moral tercermundista. Un país en el que un alcalde "democrático" se vanagloria de pasar por el túnel de lavado, a la fueza, a los punkis que acudían a la Semana Grande de Bilbao. Un país en el que los "maricas" (lo de "gays" aún no se estilaba y las lesbianas directamente no existían) eran considerados "grupos de riesgo", en el mismo saco que yonkis, insumisos, menesterosos y otros detritus sociales.

La vetusta RENFE estaba en aquel 1992 en pleno proceso de modernización, subiéndose al tren de la alta velocidad, de modo que la empresa pública también decidió darle un lavado de cara a las estaciones. RENFE distribuyó entre el personal de sus estaciones una circular, el infame código 54, en la que se ordenaba identificar y expulsar a "homosexuales, drogadictos, prostitutas, objetores de conciencia y otros grupos de riesgo" de sus estaciones. Nada casualmente los mismos que quería exterminar Travis Bickle en el degenerado Nueva York que muestra 'Taxi Driver' un par de décadas antes. Nos llevan años de ventaja.

¿Por qué esa demonización de los maricas? "Porque en aquella época, y a falta de otro sitio, muchos encuentros sexuales furtivos entre gays tenían lugar en los urinarios de los parques o estaciones de tren o de autobús", me cuenta por teléfono José García, que sufrió, vivió y combatió aquella normativa desde la Radical Gai, una organización de "maricas beligerantes" caracterizada por el compromiso social. El relato de la protesta contra RENFE está narrado en un artículo firmado por el propio García en el blog Cuerpos Periféricos en Red:

"Renfe se decidió a acosar a este tipo de personas asignándoles el código de incidencias número 54. Era una circular interna. Pero se filtró rápida y anónimamente. Primero cayó en manos del Front d’Alliberament Gai de Catalunya (FAGC), luego se discutió en la Coordinadora de Frentes de Liberación Homosexual del Estado Español (COFLHEE), luego con los Colectivos de Feministas de Lesbianas, luego con el Movimiento de Objeción de Conciencia y otras organizaciones antimilitaristas. La llama de un orgullo indignado había comenzado a prender en los estertores de aquel fin de siglo de signo tan mortecino que nos había tocado vivir".

Puede que, de conocerse hoy semejante circular, todo se hubiera despachado con un hashtag #RenfeHomófoba y un tibio llamamiento al boicot. Quién sabe. Pero aquellas maricas (utilizo el mismo término que enarbola García en el artículo y en nuestra conversación) estaban cabreadas y decidieron salir del armario montando bulla.

"A principios de mayo de aquel año, la COFLHEE anunciaba en rueda de prensa que se ocuparían estaciones ferroviarias y trenes por todo el país en protesta por la aparición y aplicación de esta instrucción de seguridad. El movimiento LGBTI se había empezado a diversificar, y en aquellos meses tuvo lugar en Madrid la aparición de la Radical Gai, a la que perteneció quien esto escribe".

"El código 54 se aplicaba en todas las estaciones de RENFE, pero la protesta fue más fuerte en Barcelona, Euskadi y Madrid, que es donde el movimiento gay era más fuerte", me cuenta el gaditano José García desde Huelva, donde trabaja en la actualidad. "Yo coordiné la protesta de Madrid, en la estación de Chamartín. Desplegamos nuestra pancarta -"RENFE empeora nuestro tren de vida"- en el vestíbulo y tratamos de bajar a los andenes para detener el tráfico, pero la policía debía estar enteradísima porque había cinco furgones de antidisturbios. Éramos más de 100 personas, de las que unas 50 fuimos no detenidas pero sí retenidas (...) Se aplicó por primera vez en el estado la entonces polémica ‘Ley Corcuera’ de Seguridad y se interpuso una denuncia contra nosotros por alteración del orden público".

Al éxito de la convocatoria ayudó mucho su difusión en El País, que entonces era un periódico de referencia para la izquierda, nada que ver con el pasquín que es hoy. Fue la presión de la opinión pública la que obligó a RENFE a recular, revocar la ordenanza y disculparse ante el incipiente colectivo gay: "A la semana, la empresa pública anunciaba a bombo y platillo una línea de descuentos en los trenes para parejas homosexuales que quisieran hacer uso de sus servicios".

El desenlace no puede ser más significativo de la deriva que ha tomado el movimiento de derechos LGTB desde entonces hasta el desfile multi-esponsorizado que tendrá lugar este domingo en Madrid. Según concluye el artículo de García en Cuerpos Periféricos:

"Y así comenzó la operación lavado: de perseguir a los maricones que buscaban sexo furtivo en los urinarios de las estaciones, a fomentar las bendiciones de la pareja estable homosexual. Se iniciaba así un nuevo proceso regulatorio del cuerpo y de la sexualidad del que prefiero dejar a cada uno y cada una sacar sus propias conclusiones".

2017/06/22

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | EL ACTIVISMO OLVIDADO

Fotografía de Andrés Senra / 'El ministerio tiene las manos manchadas de sangre', 1994-12-01 //

El activismo olvidado que ocupó sin armarios la calle cuando estaba prohibido.

Desde la primera manifestación LGTBI en 1977, la memoria del movimiento ha estado marcada por dos líneas de activismo: los colectivos más institucionalizados y los grupos. La Radical Gai y LSD combatieron a principios de los 90 la pasividad del Gobierno ante la crisis del sida con sus propias campañas de prevención. El sociólogo Javier Sáez ha ideado un metro de Madrid en el que las estaciones son activistas LGTBI para rescatar su memoria: “No nos van a volver a meter en el armario”.
Marta Borraz | El Diario, 2017-06-22
https://www.eldiario.es/sociedad/memoria-olvidada-activismo-lgtbi-movimiento_1_3333918.html 

Cuando el 26 de junio de 1977 un grupo de lesbianas, travestis, trans y gays se echaron a la calle y ocuparon La Rambla de Barcelona, todavía eran consideradas por ley un peligro social. Al calor de los disturbios que unos años antes habían prendido la mecha del Orgullo en el bar neoyorquino de Stonewall Inn, el movimiento comenzaba a organizarse políticamente en España e intentaba dejar atrás los duros tiempos de feroz represión contra la diversidad sexual y de género en el régimen franquista.

Solo el Movimiento Español de Liberación Homosexual, formado por un pequeño grupo, entre ellos Armand de Fluviá, había logrado ponerse en marcha en la clandestinidad llegando incluso a editar una revista que lograba pasar a Francia para ser enviada de nuevo desde allí. Pero la efervescencia política tomó los últimos años de la década de los 70, que se inundó de colectivos agrupados en una Coordinadora de Frentes de Liberación Homosexual y el feminismo lesbiano empezó a irrumpir con fuerza en escena.

Fueron muchas las personas que "se visibilizaron políticamente en un territorio muy hostil. Ya en los 60 había pequeños grupos de travestis que arriesgaban mucho", explica el activista y sociólogo Javier Sáez del Álamo, que en 1982 huyó de la homofobia de su Burgos natal para asentarse en Madrid. "No es tanto un relato de nombres propios, sino una genealogía de experiencias y grupos con mucha necesidad de organizarse", prosigue.

La ley franquista de Peligrosidad y Rehabilitación Social, que perseguía a los homosexuales y que no fue derogada por completo hasta bien entrada la democracia, fue uno de sus principales blancos. La primera manifestación del Orgullo en Madrid estaba encabezada por una pancarta que pedía su retirada. "Fue en 1978 y había bastante gente, vinieron sindicatos y partidos políticos, porque aquella fue una época de mucha movilización. Luego fue una especie de travesía del desierto hasta el renacimiento del activismo con la pandemia del sida", explica Sejo Carrascosa, autor junto a Sáez del libro ‘Por el culo. Políticas Anales’.

La pasividad del Gobierno ante el sida
Además de la movida y una atmósfera de liberación sin precedentes, los años 80 trajeron consigo la crisis del sida y la pasividad de un Gobierno que silenciaba el problema y favorecía un discurso homófobo muy presente. "Todos teníamos amigos con VIH, así que comenzaron a crearse redes de afecto porque la falta de reacción institucional condenaba a la gente a la muerte simbólica y física", explica Fefa Vila, directora de 'El Porvenir de la Revuelta', un proyecto que conjuga arte y política para rescatar la memoria del movimiento y que puede visitarse en Madrid.

Ya existía el colectivo COGAM en un intento por agrupar a las principales organizaciones gays bajo una misma voz. Allí comenzó su activismo Boti García Rodrigo, expresidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales (FELGTB), que ha organizado la exposición 'Subversivas' sobre la historia del movimiento. "Abrí la puerta de la mítica librería LGTBI Berkana con muchísima vergüenza para decirle a Mili, la librera, que era lesbiana y que a dónde podía ir. Ella me dio las señas de COGAM", recuerda.

Pronto comenzaron a convivir dos estrategias para enfrentar la crisis del sida que derivaron en dos líneas de activismo: una más propensa a colaborar con las instituciones y otra radical que apostaba por la autogestión. En ese escenario irrumpieron dos colectivos que revolucionaron la escena activista madrileña a través de la acción directa y la provocación inspirados por el estadounidense Act Up: La Radical Gai y LSD.

Irrumpe el activismo ‘queer’
"No nos sentíamos cómodos en los grupos más asistencialistas. Queríamos romper con la invisibilidad en la representación porque andar con remilgos hacía que la gente se muriera", explica Vila, una de las impulsoras del colectivo de lesbianas LSD.

"La primera revolución era la supervivencia", apunta Carrascosa, que fue activista en La Radical Gai, surgida en 1993 [i.e. 1991] como escisión de COGAM. Ambos grupos volcaron gran parte de su fuerza en hacer prevención del VIH y denunciar el silencio del Gobierno a través de acciones y campañas explícitas. "Alguien tiene que hacer la prevención", escribían en los ‘flyers’, posters y pegatinas que imprimían.

Fueron años de mucha intensidad en los que "intentábamos mariconizarlo todo, cuestionar la heterosexualidad, reapropiarnos del insulto, salirnos de las buenas formas. Era una manera de hacer política subversiva", prosigue Carrascosa. También LSD pretendía impactar en el imaginario colectivo porque "las lesbianas aparecían como sujetos invisibles" así que "lo que hicimos fue demandar un espacio público y político", esgrime Vila.

Esta fue época de traducciones de lo que se estaba produciendo en el pensamiento queer de puertas para fuera, lo que introdujo en España nuevos debates, y también de fanzines publicados por los propios colectivos. Tanto LSD como la Radical Gai tenían el suyo ('Non Grata' y 'De un Plumazo'), a los que más tarde se unió 'Bollus Vivendi', del grupo Las Goudous, que nació a mediados de los 90 en la recién okupada Eskalera Karakola, que todavía pervive en Madrid, con la idea de crear colectivos de lesbianas en el feminismo.

Rescatar la memoria
También la FELGTB, que en 2017 cumple 25 años, se había constituido ya porque un gran número de asociaciones se habían ido formando en diferentes comunidades autónomas. La universidad comenzaba a ser un espacio en el que articular el activismo LGTBI con la primera asociación, creada en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) en 1994, llamada RQTR.

Las organizaciones se dedicaban fundamentalmente a la prestación de servicios desatendidos por las administraciones, como la educación en salud sexual y "pronto comenzamos a reivindicar una ley de parejas de hecho, que luego se convirtió en la del matrimonio porque nos dimos cuenta de que pedir una ley menor era consagrar nuestra desigualdad", insiste Boti.

En la agenda de los grupos ‘queer’ minoritarios, explica el también activista de la Radical Gai Javier Sáez, no estaba esta demanda: "Nuestro discurso no se basaba en pedir leyes al Estado. Nos interesaba la autogestión y estábamos preocupados por la precariedad, el feminismo o la insumisión al servicio militar". Carrascosa coincide al hablar de las alianzas con otros movimientos, como el okupa, y la presencia en otras luchas. "Si había una huelga allí estábamos nosotros para gritar 'la patronal es heterosexual'", ejemplifica.

Aún así, para Sáez, "las peticiones al Estado del movimiento más oficial tienen sentido", pero "no era nuestra forma de hacer política". Para Boti, la luz verde al matrimonio igualitario tuvo mucho que ver con que "la clase política nos escuchó porque eramos una sola voz", dice la activista, que recuerda "haberse aprobado con una sociedad convencida de que lo merecíamos. Allí estábamos, con un alto responsable del Gobierno de Aznar ofreciéndonos una ley de parejas de hecho lo más amplia posible a cambio de renunciar al matrimonio. Y nos negamos".

40 años después de la primera manifestación LGTBI, los cuatro activistas reclaman la necesidad de hacer memoria y rescatar la experiencia colectiva de la disidencia sexual y de género, que pocas veces es nombrada y no suele aparecer en las páginas de Historia. Con esta intención ha imaginado Sáez un metro en el que las paradas son activistas o colectivos trans, gays, lesbianas o bisexuales: "Aquí tienes a 300 personas LGTBI y ‘queer’, pero podríamos llenar todos los metros del mundo. Estamos por todas partes. No nos van a volver a meter en el armario. Hemos ocupado el metro. Somos muchas, estamos organizadas, tenemos fuerza y dignidad. Hemos ocupado Madrid".

2017/06/17

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | ELIAD COHEN: "LOS GAIS NO DEBERÍAMOS ESTAR ENFRENTADOS"

Eliad Cohen: “Los gais no deberíamos estar enfrentados”.
Polémico dentro del mundo gay, el modelo israelí habla de su paso de icono homosexual a famoso para el gran público, y de la vida en Madrid en vísperas del World Pride.
Ignacio Gomar | El País, 2017-06-17
https://elpais.com/elpais/2017/06/16/viva_la_diva/1497622767_475997.html 

El día antes de volar a Honduras para participar en ‘Supervivientes’, Eliad Cohen está en su casa emocionado, pero al mismo tiempo triste. Su vídeo de presentación como concursante del ‘reality’ ha sentado mal a parte del colectivo LGTB, porque en él el israelí decía que pretendía “normalizar la imagen de los gais porque en televisión suele ser extravagante”. No se puede creer el aluvión de comentarios hostiles en las redes sociales por parte de chicos jóvenes y homosexuales como él. “¡Cómo puede pensar alguien que soy homófobo en ningún sentido! Nadie se ha puesto en mi lugar, el idioma todavía me juega malas pasadas, no hablo español perfectamente...”.

Cohen lleva dos años viviendo en Madrid, y ha convertido a la capital de España en su centro de operaciones desde el que viaja a los cinco continentes con su fiesta, la ‘Papa Party’, una marca global referente del ocio gay en todo el mundo. Volvió de Honduras obligado por una lesión que le ha hecho pasar por el quirófano, y antes de culminar su recuperación se ha visto salpicado por una nueva polémica.

La semana pasada subía a su Instagram un vídeo en el que un matón agredía a un chico gay de aspecto afeminado, mientras que se acobardaba ante el hercúleo Eliad paseando de la mano de otro varón de aspecto rudo. Su intención era la de denunciar lo gallinas que pueden ser los agresores homófobos al atacar al más débil, pero la reacción de muchos ha sido acusarle de nuevo de discriminar a un tipo concreto de gay. La respuesta de Eliad Cohen ha sido borrar el vídeo, y continuar con su vida con un mensaje positivo de unidad entre la comunidad homosexual. Más aún de cara al orgullo, del que volverá a ser una de las caras más reconocibles.

“Antes de venirme a vivir a Madrid lo visitaba frecuentemente. Me enamoré de la ciudad, de la gente, la energía... Ese fue el motivo principal por el que me mudé aquí”. Eliad Cohen confiesa que parte de su corazón pertenece a la capital de España, aunque también reconoce que este es un punto estratégico muy cómodo para viajar a cualquier parte del mundo. “Mi primer recuerdo de aquí es que iba paseando por la Gran Vía y de repente dejé de pensar en mis cosas. Me paré y empecé a contemplar a la gente y la energía de la ciudad. Lo más increíble es que desde el primer momento me sentí como en casa. Eso es algo raro porque cuando viajas mucho aunque estés en el mejor hotel porque extrañas tu casa. Pero en Madrid no, me sentí como en ningún otro lugar”.

Sobre cómo es la vida de un homosexual extranjero en Madrid, el israelí no tiene dudas. “Madrid es el mejor lugar para vivir siendo gay. La gente es muy abierta de mente, y bueno, además vivo en Chueca. Creo sin duda que es una de las ciudades más abiertas del mundo”, asegura.

Criado en una pequeña localidad del norte de Israel, Eliad Cohen tuvo novias hasta los 21 años. “Sabía que me atraían los chicos, pero en mi ciudad la gente no es demasiado abierta. No había tenido ninguna experiencia y un día fui a un bar gay en Tel Aviv. Sentí que tenía que volver y después de tres veces conocí a mi primer novio. Empecé a formarme como entrenador personal. Hasta ese momento no me había fijado en mi imagen. De repente unos tipos me fotografiaron en el bar y me pusieron de portada de la guía gay ‘Espartacus’. En menos de un año estaba en todas partes. Aquello explotó”. Una rapidez que ha intentado manejar con la máxima madurez posible. “A veces me pregunto si estoy haciendo lo correcto. Pero recibo muchos mensajes. De chicos a los que he animado a salir del armario, de otros que se han inspirado en mí para hacer deporte, entrenar y perder peso... Eso me hizo ver que puedo influir en la gente, que puedo ayudarles a cambiar sus vidas, eso me da mucha energía para seguir haciendo lo que veo”.

Su carácter de ‘influencer’ del público gay, expandido a un público masivo por su participación en Supervivientes, ha multiplicado el efecto de sus palabras para bien y para mal. Con 29 años y en un país que no es el suyo y un idioma que aún tiene que perfeccionar, Eliad Cohen ha tenido que lidiar con polémicas que le afectan, pero que no le van a detener. Le gusta recalcar que “está Eliad Cohen, el de las fiestas, el que actúa. Pero luego está el que llega a casa, al que le gusta relajarse, trabajar en la oficina, estar con amigos, no salir de fiesta...”.

Insiste en que la clave es no perder de vista a familia y amigos de siempre para tener los pies en el suelo, “porque en la noche puedes perderte muy fácilmente”, y por último lanza un mensaje a los homosexuales que le critican. “Unidos somos más fuertes. Hay que apoyar al otro en lugar de fomentar nuestra división, porque eso solo ayuda a los que no nos quieren. Y por último, no olvidemos a aquellos que mueren o sufren por tener una condición sexual diferente. Debemos hacer algo por ellos”. Además, se aleja de la imagen de macho que le achacan reconociendo que le encantan las divas del pop como Madonna y que es un fan de Eurovisión.

Aunque en 20 años se imagina “enamorado y con uno o dos hijos”, a día de hoy Eliad es una estrella de la escena gay y uno de los grandes reclamos de las grandes fiestas del orgullo, entre ellas el próximo World Pride de Madrid. Estará en la más importante del programa, la WE Circus, el 2 de julio en la Ciudad del Rock de Arganda del Rey, en la que participará junto a artistas de todo el mundo. “El orgullo es maravilloso, divertido, una celebración. Pero también es una reivindicación y un recordatorio de que pese a todo lo conquistado aún queda mucho por hacer. España es un país increíblemente tolerante pero la situación en muchos lugares es muy diferente. Hay gente que sigue muriendo por ser gay. Hablando del evento en sí, el orgullo de Madrid es mi favorito del mundo”. Ante la que se avecina, lanza un último deseo: “Este año va a ser una locura, os lo aviso porque viajo por partes y allá donde voy todo el mundo me ha dicho que va a estar en el World Pride de Madrid. Pido un poco más de paciencia a todo el mundo, a la hora de hacer colas, pedir las bebidas, desplazarse, etc.”.

Y TAMBIÉN...
>
El colectivo gay, enfrentado por las palabras del modelo Eliad Cohen.

El israelí, próximo participante del programa 'Supervivientes', ofrece explicaciones en Instagram tras asegurar que ayudará a “normalizar” la imagen de los gais.
Ignacio Gomar | El País, 2017-04-11
http://elpais.com/elpais/2017/04/11/gente/1491924901_364457.html
>
Eliad Cohen, el producto perfecto del gaypitalismo.
Raul Solís | Paralelo 36 Andalucía, 2017-04-15

https://www.paralelo36andalucia.com/eliad-cohen-el-producto-perfecto-del-gaypitalismo/

2017/06/03

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | TRENTA ANYS DE LA LLUITA DE DOS HOMES PER CASAR-SE

Nació Digital / Josep Teixidor //

Trenta anys de la lluita de dos homes per casar-se: «Vam obrir les portes de molts armaris».

Josep Teixidor i Jesús Lozano van ser la primera parella gai a l'Estat a tramitar una sol·licitud per casar-se, ara fa just tres dècades. Dotze anys després de la legalització del matrimoni entre parelles del mateix sexe, menys de la meitat dels gais i les lesbianes han fet el pas.
Jordi de Planell | Nació Digital, 2017-06-03
https://www.naciodigital.cat/noticia/132300/trenta/anys/lluita/dos/homes/casar-se/vam/obrir/portes/molts/armaris 

"Entre las ventanas también hay lesbianas y detrás de los balcones también hay maricones". Aquesta frase va ressonar amb força un 3 d'octubre de 1987 a la plaça Major de Vic. Gairebé 4.000 persones provinents d'arreu de l'Estat cantaven a l'uníson una de les proclames més icòniques del moviment gai al cor de la capital d'Osona. Era la resposta popular a la negativa d'un jutjat d'instrucció de Vic a acceptar la petició de dos homes que volien casar-se. Els seus noms han quedat gravats a la memòria de l'activisme LGTBI català: Josep Teixidor, més conegut com a Richard, i Jesús Lozano. Llavors, tenien 39 i 19 anys, respectivament, i feia dos anys que vivien junts a Taradell. Uns mesos abans d'aquella marxa havien decidit fer un pas que no havia donat mai ningú a l'Estat: la presentació formal d'una petició de matrimoni.

El 3 de juny de 1987, ara fa just 30 anys, en Richard i en Jesús es van encaminar plegats als jutjats de Vic. Cadascú per la seva banda, va sol·licitar contraure matrimoni amb la seva parella. Havien pres la decisió dies enrere, després de parlar amb el llavors periodista del bisetmanari El 9 Nou Albert Om. Tots tres es coneixien perquè eren veïns de Taradell. En Richard hi regentava un bar i Om el visitava sovint. Ell va ser el primer de plantejar-los la possibilitat de presentar formalment una petició per contraure matrimoni. "Un dia ens va explicar que hi havia un buit legal a la llei i que, si ho provàvem, potser aconseguíem casar-nos", relata Richard tres dècades després d'aquell primer intent inèdit.

A través del periodista, la parella es va posar en contacte amb l'advocat vigatà Ferran Font, que els va assessorar en tot el procés. El 3 de juny, pocs dies abans de la festa major de Vic, Teixidor i Lozano es van presentar als jutjats per fer el pas. "Vam pensar que no perdíem res per intentar-ho i menys anant tan ben acompanyats per l'Albert [Om] i el nostre advocat", explica Richard, que encara recorda la cara que va posar el registrador dels jutjats quan va rebre la petició. "El pobre noi se'n feia creus... No s'ho creia", rememora. La magistrada titular de Vic, Júlia Novellas, es va fer càrrec del cas "entre escèptica i sorpresa". "Tot i que allò era nou per a tothom, ens va tractar molt bé i ens va donar molt suport", explica Richard, que subratlla "la seriositat legal de la petició, que complia amb tots els requisits".

L'inici d'un moviment
"La nostra sol·licitud no era frívola, no buscàvem muntar cap circ. Ens estimàvem i volíem viure junts amb plenitud", relata. El cert és, però, que pocs dies després de presentar la sol·licitud la parella es va veure immersa en una "moguda brutal", en paraules de Richard. Om va publicar la notícia a El 9 Nou i el cas va començar a córrer com la pólvora. Ells se'n van adonar a mitjans de juny quan la voràgine se'ls va plantar, literalment, a la porta de casa.

"Un dia van picar al timbre. Vaig sortir a obrir i em vaig trobar desenes de periodistes de tot l'Estat que volien conèixer perquè havíem decidit casar-nos", rememora Richard. Després de presentar la petició, en Jesús havia marxat uns dies a Sevilla per passar la Fira d'Abril al costat de la seva família paterna, que era d'origen andalús. "El vaig trucar ràpidament per veure com afrontàvem tot el que ens queia a sobre i va venir de seguida", explica.

En aquell moment va començar la lluita de veritat per a la parella. Fins llavors, la petició havia estat un gest per intentar aprofitar-se d'un buit legal i "viure l'amor amb la mateixa normalitat que la resta". Però la informació publicada per El 9 Nou va convertir el seu cas en un paradigma de la lluita pels drets del col·lectiu LGTBI i tots dos es van convertir en una icona. "Van representar una sacsejada molt gran per a la societat i per al propi moviment gai, que fins llavors criticava el model de família i defensava que calia superar el concepte de matrimoni", assegura el sociòleg Gerard Coll-Planas, director del Centre d'Estudis Interdisciplinaris de Gènere de la Universitat de Vic-Universitat Central de Catalunya (UVic-UCC).

El Front d'Alliberament Gai de Catalunya es va fer seva la lluita de la parella osonenca i desenes d'entitats socials i ONG els van fer costat obertament. "Vam començar a rebre peticions per anar a televisions de tot l'Estat i les vam anar acceptant perquè volíem obrir un debat de fons", explica Richard. Ell remarca que la seva voluntat era que el cas no es convertís en un "circ mediàtic". Per aquest motiu, diu, van evitar els programes de premsa rosa i van intentar que la seva petició fos entesa "com una oportunitat per a reflexionar sobre els drets i deures del col·lectiu de persones gais i lesbianes".

Un revés judicial rere l'altre
Però mentre la repercussió mediàtica i social del cas no parava de créixer, la sol·licitud de matrimoni havia d'anar esquivant cops de mall. El setembre de 1987 el jutge substitut Ramón Cuito va denegar-los la petició. Era una primera estocada que la parella s'esperava: l'advocat va reaccionar ràpidament presentant un recurs a l'Audiència de Barcelona. En paral·lel, la Richard i Lozano intentaven augmentar la pressió al carrer. Primer, amb la multitudinària manifestació a Vic, "la primera gran marxa pels drets del col·lectiu LGTBI fora de Barcelona", segons el professor Coll-Planas. I, mesos més tard, amb una manifestació de tres dies al davant de les portes de l'Audiència de Barcelona que va donar uns fruits relatius: van aconseguir que els rebés el fiscal en cap del tribunal, però la resposta judicial va ser exactament la mateixa.

La lluita per aconseguir que la justícia els permetés casar-se encara es va allargar quatre anys més, fins al 1992. De recurs en recurs, van arribar a Madrid, però el camí es va aturar abruptament quan la relació es va acabar. En un viatge de tres mesos, en Jesús va enganxar-se a les drogues i l'estabilitat de la parella, sotmesa a molta pressió, va deteriorar-se ràpidament. "Ell era molt fort. La nostra lluita no hauria estat possible sense la seva perseverança i valentia, però les drogues el van destrossar", explica Richard, que també rememora tots els esforços que ell i l'entorn familiar de Lozano van fer per aconseguir que superés aquella situació. "La nostra prioritat era la seva recuperació i vam aparcar tota la resta", relata.

En Jesús, que llavors només tenia 23 anys, es va acabar refent, "però la seva salut va quedar molt malmesa pels estralls que havien causat les drogues al seu cos". El 2012, pocs dies abans de celebrar plegats el vint-i-cinquè aniversari de la seva particular gesta, va morir a Sevilla, on vivia amb els seus pares des del 2010. "Vam patir molt junts. Més d'un cop, quan tornàvem a casa, ens trobàvem gent que ens esperava per pegar-nos", denuncia Richard, que es reconeix "eternament agraït" a en Jesús per tot el que el va "oferir". Ell està convençut que plegats van aconseguir "ser la clau per obrir les portes de molts armaris arreu d'Espanya".

Un precedent inèdit
El sociòleg Coll-Planas també posa en valor la lluita que van emprendre en solitari els dos joves osonencs. El professor de la UVic-UCC recorda que la demanda del matrimoni entre persones del mateix sexe va néixer als anys 80 i 90 a remolc de la creixent problemàtica relacionada amb la sida. "La malaltia va fer estralls entre el col·lectiu LGTBI, va morir molta gent, i va posar sobre la taula les conseqüències que tenia no poder ser un matrimoni reconegut", explica Coll-Planas. Posa com a exemple el cas de parelles que "no podien entrar a veure el seu company moribund a l'hospital perquè no hi havia un vincle legal". "La sida va fer créixer l'homofòbia i va posar en evidència la desprotecció del col·lectiu", segons el sociòleg.

La lluita d'en Richard i en Jesús va ser la punta de llança que va contribuir a "sacsejar" el moviment gai perquè es fes seva la lluita pel dret a casar-se. Una reinvidicació que topava de ple amb els principis dels sectors més conservadors i de l'Església. De fet, van haver de passar 18 anys perquè el matrimoni entre parelles del mateix sexe fos legalitzat a l'Estat. El 2005, el govern de Rodríguez Zapatero va aprovar la llei que regularitzava les unions d'aquest tipus. Per Coll-Planas, la norma va suposar "eliminar una discriminació". I més enllà de consolidar l'adquisició de "l'últim gran dret al qual no havien tingut accés les persones del col·lectiu", en paraules del sociòleg, també va contribuir a visibilitzar les parelles homosexuals.

"La llei va acabar de generar un canvi social. La gent va començar a anar a casaments amb dos nòvios del mateix sexe i això va ajudar moltes persones a sortir de l'armari", sosté el professor de la UVic-UCC, que considera que "el matrimoni va tenir un efecte simbòlic molt gran, independentment del nombre total d'unions". "Els gais i les lesbianes van guanyar en seguretat i van viure amb més llibertat la seva condició sexual", emfatitza el professor.

La paternitat, el repte pendent
Ara bé, que el col·lectiu LGTBI hagi guanyat, 30 anys després del primer intent, el dret a viure el seu amor des del matrimoni no vol dir que els casaments siguin encara comuns en aquesta comunitat. La formalització de les relacions és encara més baixa entre les parelles del mateix sexe que entre la resta. Un estudi de la professora de la UPF Carla Cortina publicat el 2016 a la Revista de Investigaciones Sociológicas revela que només el 45% dels gais i el 43% de les lesbianes es decideixen a casar-se.

La llei també garanteix el seu dret a ser pares o mares, però, segons les dades de la investigació de Cortina, són comptades les parelles que fan el pas. Entre els homes gais, el percentatge de matrimonis amb fills frega el 8%, mentre que entre les dones lesbianes s'eleva fins al 22%. Per Coll-Planas, el fenomen és fàcil d'explicar si es tenen en compte els factors fisiològics. "Hi ha una diferència bàsica: és molt diferent tenir dos úters disponibles, com passa en una parella lesbiana, que no tenir-ne cap, que és el que es dona en una de gai", resumeix el sociòleg.

En el cas de les dones, les possibilitats de ser mares són molt més altes perquè tant poden recórrer a les tècniques de reproducció assistida -ara, a més, cobertes per la Seguretat Social- com a l'adopció. Els homes, en canvi, només tenen aquesta segona opció, que és molt limitada perquè la majoria de països que tenen conveni amb l'Estat per facilitar els processos d'acolliment i adopció no accepta que la família receptora estigui formada per dos progenitors del mateix sexe. "I a això encara cal sumar-li que tot el procediment burocràtic pot allargar els terminis fins a 10 anys", afegeix Coll-Planas.

Tenir dues mares
La bibliotecària Isàvena Opisso, impulsora de l'associació LGTBI TalComSom, és mare des de fa un any i mig. En el seu cas, ella i la seva parella van optar per la reproducció assistida. Van iniciar el procés fa dos anys, quan encara no era possible dur-lo a terme en un centre de la xarxa pública de salut. "Va ser car però no vam patir cap mostra d'homofòbia", relata Opisso. Tot i això, no totes les clíniques privades tracten igual les parelles del mateix sexe perquè "no són el seu perfil de client predilecte", en paraules de la representant de TalComSom. Opisso recorda que molts d'aquests centres estan vinculats a institucions religioses o a sectors conservadors.

Però, més enllà del procés, tenir un fill canvia la vida d'una parella homosexual perquè l'obliga a sortir de l'armari, segons Coll-Planas. "Quan tens una criatura t'exposes constantment", corrobora Opisso, que ho il·lustra amb un exemple quotidià: "Si vas a una farmàcia i la nena et diu mama a tu i a la teva parella resulta obvi per a tothom que ets un matrimoni homosexual. I el mateix passa al parc o a l'entrada de la llar d'infants". "Tenir un fill implica que no pots tenir una doble vida. Això ho has de tenir molt clar", insisteix.

Opisso lamenta que, sovint, encara es demanin "massa explicacions" als pares del mateix sexe i creu que els recels i les resistències s'aniran superant a mesura que més parelles s'atreveixin a fer el pas. La batalla que fa 30 anys van començar a lliurar en Richard i en Jesús s'ha transformat avui en una realitat més "equitativa", en paraules de Coll-Planas. Però tant el sociòleg com Opisso i també el mateix Richard coincideixen a assenyalar que encara hi ha "reptes majúsculs" que caldrà abordar per assolir "la plena igualtat".

2017/06/01

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | "MARICA PARA LIGAR, MARICA PARA LUCHAR"

Anuncio de La Radical Gai para una fiesta para el 13 de noviembre de 1994 //

“Marica para ligar, marica para luchar”

El Orgullo madrileño homenajea con dos exposiciones al movimiento gay más crítico y combativo y reivindica la importancia de esta otra memoria histórica. '¿Archivo queer?' y 'Anarchivo sida' recogen las acciones de los primeros noventa como primer paso para la creación de un gran registro del activismo por la diversidad sexual en España.
Clara Morales | InfoLibre, 2017-06-01
https://www.infolibre.es/cultura/marica-ligar-marica-luchar_1_1141470.html

En el Centro Conde Duque del Ayuntamiento de Madrid duermen la Biblioteca Histórica Municipal, los Archivos de la Villa y la Hemeroteca Municipal. Ahora, al menos momentáneamente, reside allí también otro pedazo de historia. Una historia subterránea: de hecho, hay que bajar hasta el segundo sótano para visitarla. La oscura y húmeda Sala de Bóvedas —o resguardada y fresca, según se mire— es el hábitat perfecto para dos exposiciones que quieren rescatar la memoria oculta del movimiento gay. ‘¿Archivo queer?’ y ‘Anarchivo sida’ recogen fotografías, vídeos, materiales, documentación y acciones de la lucha por la liberación homosexual que agitó Madrid durante los años noventa. Una que no dudaba en llamar a la acción al grito de "Marica para ligar, marica para luchar" o "Seguimos dando por culo".

Las muestras se enmarcan dentro del ciclo El porvenir de la revuelta, una inusitada iniciativa cultural del Ayuntamiento que complementa la oferta festiva del Orgullo Gay madrileño —que este año acoge el World Pride, su celebración mundial— con arte, cine, talleres y proyectos de investigación. El ciclo recoge, como lo hicieron los primeros colectivos gais de la democracia, que "Orgullo es protesta". Y estos dos archivos —completados por la exposición ‘Nuestro deseo es una revolución’, que recoge el imaginario de la diversidad sexual en España desde 1977— no son una actividad más, sino más bien su origen o su centro.

Quizás porque no se limitan a esta iniciativa de días contados —hasta el 31 de octubre— sino que vienen de lejos. Fefa Vila Núñez, coordinadora del ciclo, los define como "contra-archivos", y admite que forman parte de "un proyecto más ambicioso". El de crear un archivo que recupere y conserve las acciones de la lucha queer en las últimas décadas. Porque, en palabras de la socióloga y experta en estudios de género, "ignorar parte de la historia de nuestro país, y más cuando se refiere a la lucha contra la discriminación y por la libertad, es algo que ninguna democracia se puede permitir".

La creación de un archivo de este tipo no es ninguna excentricidad. En Estados Unidos, locomotora de las reivindicaciones de los homosexuales entre los sesenta y los ochenta, hay multitud de ellos. La Universidad del Sur de California contiene los ONE Archives,el más antiguo y uno de los mayores repositorios de materiales sobre la lucha por la diversidad sexual. Tampoco es una rareza que este tipo de iniciativas encuentren cierta resistencia en nuestro país. La biblioteca de mujeres, una iniciativa privada fundada en 1985 que recoge más de 20.000 libros, busca un domicilio fijo. Los archivos feministas, muy habituales en otras partes del globo, están defendidos en España por iniciativas de particulares o pequeñas asociaciones, la mayoría sin apoyo público. Y, recuerda Vila Núñez, si los archivos son "una mediación entre memoria y poder", seleccionando "lo digno de ser conservado" produce al mismo tiempo "lo descartable".

Así que en este sótano del Conde Duque está lo que la historia ha considerado descartable. Las fotografías, vídeos y parafernalia que documentan la existencia de tres colectivos ‘queer’ madrileños, fundados en los años noventa: el grupo lésbico LSD, la Radical Gai y RQTR, agrupación universitaria fundada en la Universidad Complutense. No están, desde luego, todos los que son. "Estos son los grupos que introdujeron una ruptura en las formas y en el fondo de lo que se había hecho, sobre todo a partir de la Transición. Pero eso no quiere decir que este sea el archivo definitivo", dice la coordinadora. Es un comienzo. El primer escalón que subieron Vila Núñez, Sejo Carrascosa, Andrés Senra y Lucas Platero en una residencia de investigación en el Museo Reina Sofía. Todos ellos, de alguna manera o de otra, estuvieron ligados a esos grupos —Vila Núñez a LSD, Platero a RQTR...—, por lo que empezar por ellos parecía todavía más obvio.

La exposición '¿Archivo queer?' es el resultado de aquel experimento. Sus materiales están alojados en el centro de arte, "para que se garantizase la custodia de este patrimonio nacional". Lo está, además, con licencia ‘creative commons’, y la aspiración de sus custodios es que esté pronto disponible al completo a través de Internet, para que sea consultable desde cualquier punto del mundo. Esta es la primera vez que se muestra en España. Antes ha pasado por el Van Abbemuseum de Eindhoven (Países Bajos), uno de los museos asociados al Reina Sofía a través de la red L'Internationale. Junto a él, el 'Anarchivo sida' —comisariado por Equipo re— recupera materiales en torno al tratamiento, prevención e imaginario de la enfermedad, tanto en el sur de Europa como en América Latina.

La muestra incluye, por ejemplo, fanzines producidos en los años noventa, como Basta de agresiones, un dossier de la Radical Gai sobre los ataques homófobos que parece tristemente contemporáneo. O Memoria 1990-1995, retratos de los protagonistas de aquellos años que muestra a unos jóvenes más o menos excéntricos, en absoluto interesados en la cacareada normalización. Allí se ven imágenes de un homenaje al cine Carretas, hogar de los fugaces y oscuros encuentros sexuales a los que obligaba la persecución policial. Y folletos que acusan al Ministerio de Sanidad de su desinterés en la prevención del VIH. Uno, impreso a tamaño póster, muestra una erección. Debajo se lee: "Así es el machismo al desnudo. El sida mata a las mujeres". Otro, que insiste en el uso del preservativo, reza: "¡Así es la vida! Alguien tendrá que hacer la prevención". Otro, "El Ministerio tiene las manos manchadas de sangre". En la puerta, sendos carteles advierten de que la muestra incluye "contenido sexual explícito".

Estos movimientos, explica Fefa Vila Núñez, "agitaron y resimbolizaron las prácticas de representación" e introdujeron en España "la crítica a la heteronormatividad como paradigma de la normalidad" que generaba, al mismo tiempo, espacios de discriminación y violencia. Algunos de los activistas aparecen en las fotos con ‘merchandising’ de ACT UP, la conocida organización ‘queer’ estadounidense que llamó la atención sobre la epidemia de VIH en todo el mundo, y la estrategia de olvido desarrollada por los gobiernos. En sus panfletos y pancartas se lee "Silencio=muerte", traducción directa del lema del colectivo neoyorquino. ACT UP es internacionalmente famosa —y cuenta, de hecho, con su propio archivo oral—, pero muy pocos miembros del propio colectivo LGTBQ español conocen las actuaciones de LSD o la Radical Gai.

Los archivos que recogen "afectos, sentimientos y expresiones" como el "ocultamiento", "rabia", "vergüenza" o "alegría" chocan en parte con el presente del Orgullo Gay, más festivo que reivindicativo. "Siempre tiene que haber una marcha crítica que mantenga vivo el principio de la revuelta", defiende Fefa Vila Núñez, "porque las instituciones, por progres que sean, son siempre conservadoras". El Orgullo madrileño, recuerda, está organizado por AEGAL, una asociación de empresas "gayfriendly" —así se definen en su web— que ha sido criticada en numerosas ocasiones por mercantilizar la protesta. "Estamos atravesados, en tanto que lesbianas, en tanto que gais, por poderes que desactivan el cambio", critica la coordinadora. El Orgullo tiene su origen en Stonewall, una fiesta que acabó en disturbios tras una redada de la policía. ¿Dónde está la revuelta ahora? Vila Núñez responde con resignación: "Ahora las revueltas son cotidianas. Aunque estén enmarcadas en el fracaso".

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | LA FOTOGRAFÍA COMO ESPEJO: MINOR WHITE

La fotografía como espejo: Minor White.
La Fundación Loewe acoge la primera exposición individual en España de este maestro del modernismo fotográfico.
Gloria Crespo MacLennan | El País, 2017-06-01
https://elpais.com/cultura/2017/06/01/babelia/1496303005_473495.html 

“¿Has estado enamorado alguna vez?”, le preguntó Alfred Stieglitz a Minor White. White asintió. “Entonces puedes ser fotógrafo”, añadió Stieglitz. La conversación tuvo lugar en Nueva York. Transcurría 1946 y White dudaba entonces sobre su capacidad para ser un buen fotógrafo. Stieglitz era ya un anciano a punto de morir. Su sencilla pregunta no solo hizo salir de dudas al joven artista, también le indicó la senda a tomar; un camino de búsqueda espiritual reflejado en la capacidad metafórica de las imágenes.

Con motivo de PHotoEspaña 2017, la Fundación Loewe dedica una exposición a Minor White (Minneapolis, 1908 - Boston, 1976). Se trata de la primera muestra individual que se celebra del artista en nuestro país, que agrupa 42 fotografías bajo el título 'Minor White: metáforas'. “Fue un gran maestro, muy influyente en la fotografía americana de la posguerra. Su labor destacó no solo como fotógrafo, sino como profesor y editor de la revista ‘Aperture’, que aun sigue siendo la biblia de la fotografía”, destaca María Millán, comisaria de la muestra.

Desde la perspectiva actual, sometidos a un bombardeo continuo de imágenes dirigido a captar nuestra atención solo momentáneamente, y dónde la fotografía parece revelar códigos culturales más que verdades personales o espirituales, quizás la obra de Minor White sea un poderoso contrapunto valedor de los principios de la fotografía modernista. “Uno debe fotografiar las cosas no solo por lo que son, sino por lo que además son”, decía White.

Su abuelo le regaló una cámara a los siete años. Autodidacta, llegó a la fotografía a los 30, después de haber estudiado literatura inglesa y botánica. Sus primeros pasos los dio a través de la fotografía documental, cuando le encargaron retratar los edificios históricos del puerto de Portland, listos para su demolición. Fue por esa época cuando obtuvo su primer trabajo como docente de la fotografía en La Grande Art Centre. Un año más tarde, tres de sus fotografías fueron incluidas en una exposición del MoMa ‘Image of Freedom’. Poco a poco sus imágenes descriptivas se fueron volviendo más personales. La experiencia en el ejército, durante Segunda Guerra Mundial, junto a su reunión con Stieglitz, marcaría un antes y un después en su trayectoria artística.

Inspirado por la creencia de Kandinsky de que el color, la forma y la línea reflejan las ‘vibraciones del alma’, así como por las teorías simbolistas de la imagen como metáfora, Stieglitz había elaborado una ‘teoría de equivalencias’. Esta quedó plasmada en su serie de fotografías de nubes, las cuales expresaban sus distintos estados internos y emocionales. “Quise fotografiar nubes para averiguar lo que había aprendido en 40 años dedicado a la fotografía. Expresar mi filosofía de vida a través de las nubes, mostrar que mis imágenes no eran el resultado de un tema”, escribió el fotógrafo. Así, Stieglitz se convirtió en la principal influencia de Minor. “Tanto en sus enseñanzas como en su obra personal, Minor hacía mucho hincapié en la necesidad de estar en contacto con la vida interior y atento a las sensaciones que experimenta uno mismo”, explica Millán. “Seguidor de la teoría de la equivalencia, sus fotografías van más allá de la imagen que reflejan; sus rocas, sus escenas de agua o hielo, son imágenes simbólicas, metáforas de un sentimiento. Son metafóricas tanto para su autor como para quien las observa”.

De Stieglitz también heredó la tendencia a la secuenciación de las imágenes, defendiendo que otorga más contenido a las imágenes que si son observadas individualmente. “Aun así, Minor da la libertad al espectador para crear su propia secuencia y crear su propia historia”, señala la comisaria. “De esta forma en la exposición se han mezclado imágenes de distintas etapas: los paisajes urbanos de San Francisco, con desnudos y con abstracciones”.

Ansel Adams le invitó en 1946 a impartir clases en el California School of Fine Arts de San Francisco. Con Adams compartía su pasión por la naturaleza, pero no su visión. Minor nunca estuvo interesado en mostrar su grandiosidad ni su belleza, sino en captar sus formas abstractas para expresarse simbólicamente a través de metáforas. “Lo que sí aprendió y propagó de Adams fue su ‘sistema de zonas’ (técnica de revelado)”, señala Millán, “por el cual conseguía exponer y revelar un negativo con una excelencia en la que que se pueden distinguir toda una gama de tonalidades”. “En la exposición”, continúa Millán, “podemos observar esta riqueza tonal, ya que todas sus fotos las reveló él. Podemos apreciar lo bien que entendía la luz a la hora de exponer y de revelar. Son imágenes lujosas, con un grado de poesía y evocación máximo”. Sin embargo, fue con Edward Weston con quien compartió su visión de la naturaleza, de la expresividad de las formas, aunque sus interpretaciones diferían. Juntos irían a fotografiar a Point Lobos.

La fotografía se convirtió en una filosofía de vida para el artista. A través de ella hizo visible su continua búsqueda de la trascendencia espiritual (durante distintas etapas de su vida abrazó el catolicismo, el zen, se hizo adicto al I Ching, seguidor de la mística de Gurdieff o de las teorías psicológicas de la Gestalt). También le sirvió para expresar su deseo por los hombres; deseo que en su vida pública tuvo que mantener oculto. Escribió un diario, al que llamó ‘Memorable fancies’, título que cogió prestado del poeta William Blake, el cual sirvió de desahogo y cobijo a su naturaleza introspectiva y a su fama de huraño y poco sociable.

“Fue muy criticado por no salir del armario, dice la comisaria, “sobre todo en los ochenta por parte de Mapplethorpe y el colectivo gay. Pero uno sale del armario o no, y las condiciones de cada uno son muy distintas. Minor no fue libre para decir lo que quería de forma abierta como lo fueron los artistas de los ochenta. Vivía de su sueldo como fotógrafo en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), en donde hubiese perdido su trabajo de salir a la luz su homosexualidad”.

Siete de las imágenes que se muestran en la exposición pertenecen al proyecto ‘Lives I've never lived’, realizado en la última etapa de su vida. En ellas aparece posando para la cámara de su alumno, Abe Frajndlich, en momentos de gran intimidad hablando de la muerte, que le sobrevino un mes después, de un ataque al corazón. “Cayó en el olvido”, comenta Millán, “pero la exposición organizada por el Paul Getty Museum de Los Ángeles en 2014 le devolvió al lugar que se merece dentro de la fotografía. Su obra está siendo revalorizada. Hay un ‘revival’ de su figura, pero esta vez no está mediatizada por su vida personal”, concluye Millán.

MIKEL/A, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS OCULTAMOS

Mikel/a enseña cacho en la 2ª Gayakanpada de EHGAM, 27-29 agosto 1993, Muxika // Este trabajo, no podría ser de otra manera, está dedicado e...