2020/03/28

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | ¿QUIÉN FUE NÉSTOR ALMENDROS? EL HIJO ADOPTIVO DE ALMANSA QUE GANÓ UN ÓSCAR

Kim Novak, Néstor Almendros y James Coburn en los Óscars 1979 //

¿Quién fue Néstor Almendros? El hijo adoptivo de Almansa que ganó un Óscar.

Néstor Almendros fue uno de los más distinguidos directores de fotografía de la historia del cine y el primer español en ganar un premio de la Academia, pero jamás olvidó sus orígenes almanseños.
Laura C. Liébana | La Tinta de Almansa, 2020-03-28
https://latintadealmansa.com/cultura/cine/quien-fue-nestor-almendros/

Un día, el hijo mayor del pedagogo almanseño Herminio Almendros, Néstor, llamó a Antonio Gosálvez que, por aquel entonces, era quien dirigía el Instituto de Enseñanza Secundaria de Tomares, en Sevilla. «Me han dicho que vais a ponerle mi nombre a una escuela de allá… no será una broma, ¿verdad?», preguntó. El que fuera tres veces nominado al Óscar de Mejor Fotografía y una vez premiado con la codiciada estatuilla por ‘Días de cielo’ (1979) no esperaba que alguien en España se acordara de él.

Se extrañó, también, de que prefirieran bautizar al centro como IES Néstor Almendros, en vez de usar el nombre de algún personaje fallecido (en Sevilla tienen buena cantera). El docente contestó, según una conversación publicada en El País, que ponerle el de una persona viva sería mejor para el instituto, a lo que el cineasta espetó: «¡Esa es una idea muy manchega!». «¡Es que yo soy manchego!», admitió Gosálvez. «¡Y yo! Mi padre era de Almansa», celebró el primero. «¡Yo también soy de allí!», replicó el profesor.

Resultó, además, que el abuelo del docente había sido el sastre de Herminio Almendros. Emocionados por la feliz coincidencia, Antonio y Néstor mantuvieron amistad hasta que el director de fotografía murió donde lo han hecho multitud de grandes genios creativos: en la incandescente Nueva York.

¿Quién fue Néstor Almendros?

Aunque barcelonés de nacimiento y almanseño en parte fue, para muchos, un artista cubano. Su padre estuvo ausente en su vida durante los primeros años, pues tuvo que embarcarse para La Habana terminada la Guerra Civil. Le cría su madre, María Cuyás, que fue maestra e inspectora de primera enseñanza durante la II República como su marido Herminio, hasta que sufre la cárcel y un traslado forzoso a Huelva, en 1944, como consecuencia del proceso de «depuración» franquista del profesorado.

El cineasta marcha con su padre en 1948, para evitar el servicio militar español. Tenía 17 años. Allí descubrió y amó el sol del Caribe. Tiempo después, lejos ya de Cuba, todos amaron como esculpía la luz: justificada, cotidiana y natural. Néstor Almendros le declaró la guerra a la iluminación artificial y a los focos de montaje. Los consideraba, según sus propias palabras, «un disparate de luces que acentúan todos los defectos».

Homosexual declarado, se dedicó a su oficio hasta que tuvo que enfrentarse a un nuevo exilio tras el triunfo del dictador Fulgencio Batista, por temor a la represión que pudiera sufrir por su orientación sexual. Entonces pegó el salto a las grandes producciones europeas.

Trabajó en Francia con los principales mentores de la ‘nouvelle vague’: François Truffaut y Eric Rohmer, entre otros. Allí, desarrolló una carrera brillante como director de fotografía. Rodó también en España, bajo la dirección de Luis Marquina (‘Tuset street’, 1968) y Vicente Aranda (‘Cambio de sexo’, 1976), pero siempre lamentó que en la España franquista no se le apreciara tanto como en el extranjero.

Vivió en Broadway, avenida de artistas y capital mundial de los teatros musicales. En la «tierra de las oportunidades» simultanea sus trabajos en el viejo continente con películas como ‘Días del cielo’, de Terrence Malick, por la que su fotografía obtuvo el máximo galardón de Hollywood en 1979. Se convirtió, así, en el primer español en ganar un Oscar. A partir de entonces colecciona tres nominaciones: una por ‘Kramer contra Kramer’ (1979), de Robert Benton; otra por la taquillera ‘The Blue Lagoon’ (1980) y la última por ‘La decisión de Sophie’ (1982), de Alan J. Pakula.

Todas las estrellas querían trabajar con él
Iluminó rostros inmortales como el de Nicole Kidman, Meryl Streep, Dustin Hoffman o Sara Montiel. Para hacerlo usaba espejos, velas y lámparas portátiles pero, sobre todo, luz natural. Prefería que lo filmado fuera «interesante por sí mismo, antes que hacerlo artificialmente interesante».

Puede que fuera por eso por lo que todos intérpretes le adoraban. Esta predilección llegaba hasta el punto de que, en el mundillo hollywoodiense, se comentaba que no había mejor argumento para convencer a una estrella que comentarle, con muy poca sutileza, que en el proyecto que se le ofrecía el director de fotografía sería Almendros. Nadie se resistía.

Pero, ¿y él? ¿Qué rostros le resultaron los más bellos de capturar, en el momento preciso en que la luz se posaba sobre ellos? «No puedo citar uno solo», contestó, en una entrevista realizada por Juan José Navarro Arisa para ‘El País’, en 1991, un año antes de su muerte. Accedió a nombrar seis; tres mujeres y tres hombres: «Meryl Streep, Isabelle Adjani y Catherine Deneuve, muy distintas y muy bellas las tres, muy mágicas para la cámara; y Dustin Hoffman, un rostro inolvidable, o Jack Nicholson, un tipo estupendo y, por supuesto, Gérard Dépardieu, un actor gigantesco».

Néstor Almendros falleció a los 61 años víctima del sida, el primer miércoles del mes marzo de 1992, en Nueva York. Trabajó hasta casi el último momento de su vida. Su enfermedad se agravó durante el rodaje de su último filme, ‘Billy Bathgate’ (1991). Poco antes de morir, decidió donar a la Filmoteca Española la claqueta de ‘Días del cielo’ y, de hecho, incluyó a la entidad en su testamento. También regaló el guión inédito de ‘El Abencerraje’ al IES Néstor Almendros. El texto, depositado en la Filmoteca andaluza, todavía espera que alguien se arriesgue a convertirlo en película.

Y TAMBIÉN...
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La Barcelona de Néstor Almendros.

Nestor Almendros (1930-1992) va ser un dels directors de fotografia més importants del segle XX. El seu republicanisme el va portar a exiliar-se d'Espanya, la seva homosexualitat el va obligar a fugir de la Cuba castrista.
La Barcelona Diversa, 2018-04-14
http://poldest.blogspot.com/2018/04/la-barcelona-de-nestor-almendros.html
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Néstor Almendros: el español que ganó un Oscar, trabajó con la Nouvelle vague y se fue demasiado pronto por el SIDA.

Repasamos la fascinante vida de Néstor Almendros, director de fotografía nacido en Barcelona considerado por muchos uno de los mejores de la historia del cine.
Javier P. Martín | Fotogramas, 2022-03-08
https://www.fotogramas.es/noticias-cine/a39366892/quien-era-nestor-almendros-director-de-fotografia-oscar-dias-del-cielo/ 

2020/03/21

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | CANDELA GARCÍA LÓPEZ: EL LARGO Y TORTUOSO CAMINO

Candela García López: el largo y tortuoso camino.
Nació como José Antonio y luego Candela llegó a ser una de las artistas de la corte de la transgresora Esmeralda.
Félix Machuca | ABC Sevilla, 2020-03-21
https://sevilla.abc.es/sevilla/sevi-candela-garcia-lopez-largo-y-tortuoso-camino-202003210816_noticia.html 

Es muy probable que Candela no sepa quién fue Tiresias. Ni falta que le hace. Pero Tiresias, el advino mitológico griego que fue hombre y mujer, sí pudo saber cómo sería el largo y tortuoso camino de José Antonio García López, un chico con alma de chica que hoy, como se lee en sus papeles, es Candela García López. Conseguir ser lo que sentía, pasar de José Antonio a Candela, fue un infierno. Un largo y tortuoso camino que arrancó en las calles de su infancia, donde jugaba más con las muñequitas de las niñas del vecindario que con el balón de los muchachos. Ahí empezó a comprender, por las chanzas hirientes que soportó, que ser Candela lo iba a dejar helado más de una vez, para sentirse como cantaba la estrofa de aquella canción de los Beatles: «Muchas veces he estado solo y muchas veces he llorado». Hasta que llegó a ser una de las más floreadas artistas de la corte transgresora de La Esmeralda, Candela conoció el lado oscuro de ser diferente.

Y eso tenía un precio. Muy alto y a pagar en el instante. Como aquella vez que fue a tallarse en la calle Baños para hacer la mili y le dijeron que era más aconsejable, dada su pinta efébica, que se acogiera a una ley que lo eximía de hacerla, dado que era el único hijo de un matrimonio mayor de sesenta y cinco años. O aquella noche tristísima, trabajando en la limpieza de barcos en el puerto de Barcelona, de regreso a su casa, cuando inopinadamente la secreta de la época se lo llevó sin cargo alguno, pese a que le recriminaban que fuera maricón. Le cayeron, por ley tan abusiva, cinco meses y medio de cárcel en la Modelo. Toda su vida ha sido el pago desmedido de la hipoteca de ser distinto. Para colmo no pudo estudiar, trabajó siendo adolescente y desde Suiza a Cataluña pasando por Francia, sus manos y sus rodillas se descarnaron en los trabajos que la emigración menos preparada asumía para sobrevivir. Fue trapero, pinche, fregasuelos y todo aquello que le permitiera un salario para sobrevivir y enviarlo a casa de los padres. Qué buen nombre escogió para hacerlo leyenda de su vida: Candela.

La vida la marcó. Pero no se dejó abrasar por tanto infierno. Le hizo hueco en un corazón tan exigido a la parte más frívola y alegre de la noche. Antes de entrar a trabajar, como solista, cantando cuplés y canción española en el «Califa» sevillano echó sus horas en las güisquerías del ramo. Tuvo muy buena planta, jaquetona y risueña, rubia aleonada como una fiera de la selva de las barras de lucecitas de colores. La buscaban porque daba palique, te hacía el vaso largo chispeante y no faltaba en los labios del combinado la guinda verde. Los que le pidieron un servicio más completo siempre se llevaron el mismo chasco: imposible, cariño, hoy hay tomate... Un recurso que Candela hacía verosímil impregnando en mercromina sus prendas más íntimas. Una noche coincidió su actuación con el despliegue arrebatado y jaranero de las niñas de La Esmeralda en la sala Califa. Y allí mismo llegaron a un acuerdo para que pasara a formar parte del elenco más desvergonzado, insolente y descocado de los travestis y transexuales sevillanos. La Candela empezaba a prender en la chimenea del éxito para darse calor tras una vida tan glacial. Pillando calentones como el de aquella tarde en Alcalá por culpa de un GPS. Estaba loquita por ver a Pastora Soler. Pidió que la llevaran. Y la llevaron hasta Alcalá. Pero no daban con el sitio donde actuaba la Soler. El amigo encendió el GPS y, aún así, el coche daba más vueltas que el de Carlos Sainz en el Dakar. Y la Candela, escamadita perdía, le dijo: «Oye, Pepe, tú tendrás mucha amistad con la mujer esa del GPS, pero mejor paras el coche y le preguntas al primero que pase dónde actúa Amparo Soler. No me fío de esa tía...» Tampoco confió mucho en un naturista que fue a ver. Se lo había recomendado una sobrina suya que decía era un tipo muy profesional. Candela fue a verlo y se dejó inspeccionar con una lupa. Le vio los ojos y le dijo: «Usted tiene anemia». Prosiguió el doctor la exploración y le avanzó otro diagnóstico: «La regla también la tiene desajustada». Candela esbozó una sonrisa irónica que, inmediatamente, le reprochó el especialista. «¿Va a saber usted más que yo?», le preguntó el naturista. Y Candela le dijo: «Más que usted seguro que no. Pero de mí lo sé todo y le garantizo que no puedo tener la regla porque soy un hombre». Un hombre del que quiso desprenderse a lo largo de una vida. Para convertir tan duro y espinoso tránsito personal en un largo y tortuoso camino por ser Candela en vez de José Antonio...

2020/03/09

LIBROS | Alas, Leopoldo | De la acera de enfrente : todo lo que se debe saber de los gays y nadie se ha atrevido a contar

Alas, Leopoldo (2020) [03-09]. De la acera de enfrente : todo lo que se debe saber de los gays y nadie se ha atrevido a contar. Madrid : Egales.


[.es] Un clásico de la representación del ambiente gay de los años 90, de manos de Leopoldo Alas, pionero en hacer un programa LGTB en la radio pública. ¿Cuál era la realidad del mundo homosexual en los 90? ¿Cómo vivía entonces el gay sus afectos, su sexualidad? ¿Qué criaturas poblaban el universo del así llamado ambiente gay? El gay: ¿víctima o pecador?, ¿gay de hecho o de despecho? Ni lo uno ni lo otro: gay hecho y derecho. Hace veinticinco años, Leopoldo Alas se propuso destejer la espesa red de tabúes construida en torno al desconocido mundo de la homosexualidad. Y para ello qué mejor que utilizar la afilada arma del humor. Tan insólito era el gay perfecto como el heterosexual cabal. De ahí la necesidad de este libro, desmitificador y reivindicativo, de una sinceridad casi impúdica, teñido de ironía, a veces de sarcasmo, en el que se recoge toda la complejidad del mundo gay.

Leopoldo Alas (Amedo, La Rioja, 1962-Madrid, 2008) fue uno de los autores más prolíficos de su generación, habiendo cultivado casi todos los géneros literarios: poeta clave en la Generación de los Postnovísimos (década de los 80), autor de cuentos, ensayo, novelas y hasta libretos de ópera. Dirigió y presentó el programa Entiendes o no Entiendes en RNE, ahora rebautizado Wisteria Lane, donde visibilizó al colectivo y luchó por nuestros derechos. Destacan entre sus obras: Descuentos (1986), El triunfo del vacío (2004), A través de un espejo oscuro (2005), La loca aventura de vivir (2005).

MIKEL/A, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS OCULTAMOS

Mikel/a enseña cacho en la 2ª Gayakanpada de EHGAM, 27-29 agosto 1993, Muxika // Este trabajo, no podría ser de otra manera, está dedicado e...