2016/11/20

DOCUMENTACIÓN | POLÍTICA | PARALIZADA LA APERTURA DE NUEVO ESPACIO DE OCIO DE MIGUEL ÁNGEL FLORES EN MADRID

Paralizada la apertura de nuevo espacio de ocio de Miguel Ángel Ángel Flores en Madrid.
EFE | El Mundo, 2016-11-20

https://www.elmundo.es/madrid/2016/11/20/5831e4eb268e3e0a268b4595.html 

La apertura del espacio LAB, en la antigua discoteca Macumba de la estación de Chamartín, ha sido pospuesta sin fecha según ha indicado la concesionaria Madrid Exposiciones y Eventos Urbanos (MEEU) en la que Miguel Ángel Flores, condenado por la tragedia de Madrid Arena, coordina el desarrollo de negocio.

La inauguración del renombrado espacio LAB estaba prevista para la noche de ayer y se pospone debido a "motivos técnicos", según han ha manifestado MEEU en un comunicado y la nueva fecha de apertura será anunciada "durante los próximos días".

El Espacio Lab, que antes albergaba la discoteca Macumba de la que Flores era responsable, se ha convertido en un multiespacio dedicado al ocio que acogerá actividades de gastronomía, artes plásticas y deporte, entre otros, según indicó MEEU.

El Grupo Alonso es el encargado de gestionar la explotación de este lugar en los próximos 15 años tras ganar un concurso para la remodelación de la zona alta de la estación, convocado por Adif.

Flores pretendió reabrir la discoteca Macumba para una fiesta la noche de fin de año en diciembre de 2015, pero las obras fueron paralizadas por el Ayuntamiento por no contar con licencia.

2016/10/12

DOCUMENTACIÓN | VIOLENCIA | REINCIDENTE EN ODIO

Reincidente en odio.
Uno de los implicados en el asesinato de la transexual Sònia, hace 25 años, fue detenido de nuevo en agosto por una agresión racista en Barcelona.
Rebeca Carranco | El País, 2016-10-12
https://elpais.com/ccaa/2016/10/11/catalunya/1476213736_005659.html

El 6 de octubre de 1991 un grupo de neonazis entró en el parque de la Ciutadella de Barcelona y mató a patadas en la cabeza, con botas de hierro, a una transexual, Sònia. Los nazis también cogieron el palo de una escoba que se encontraron, lo partieron por la mitad y se lo clavaron varias veces en el cuerpo. 25 años después, la Guardia Urbana de Barcelona ha vuelto a detener a uno de los implicados en el caso de aquella salvaje agresión homófoba: Oscar Lozano, de 42 años, condenado por encubrir a sus amigos. Lozano fue arrestado el pasado 29 de agosto acusado de insultar, empujar y dar una patada en el abdomen a una embarazada que vestía con niqab —velo integral que solo permite ver los ojos—, y que caminaba con su marido y sus hijos por la ciudad catalana, según fuentes policiales consultadas por El País.

Era un lunes y Lozano iba junto a un amigo por el barrio del Born de la ciudad, cuando se cruzaron con una familia en la calle de Princesa. La mujer llevaba el rostro cubierto con un velo integral, motivo por el que empezaron a increparla, según describieron varios testigos a la policía. El marido les reprochó su actitud, lo que provocó una pelea entre los tres hombres, con empujones y una patada lateral en el vientre que recibió la mujer por parte presuntamente de Lozano cuando esta trató de defender a su marido, según otras fuentes policiales. La víctima fue atendida en el hospital y dada de alta, sin que presentase lesiones de gravedad.

Lozano y su compañero fueron detenidos por la Guardia Urbana acusados de un delito de odio, otro de discriminación y otro de lesiones. Ambos además tienen antecedentes por protagonizar incidentes relacionados con grupos de aficionados deportivos de extrema derecha. El Juzgado de Instrucción 22 de Barcelona les dejó en libertad con cargos.

Hace más de dos décadas, Lozano decidió no explicar a la policía el crimen salvaje que habían cometido sus amigos, y que estos le contaron al día siguiente. Le relataron que después de pasarse la tarde bebiendo cervezas en tres bares —el Barrigón, el Pop Bar y el pub SQ, todos, precisamente del barrio del Born—, optaron por ir a “limpiar” las calles de Barcelona. Ya de madrugada —algunos aseguraron durante el juicio que iban borrachos, y otros, que no— se colaron por un agujero de la verja del parque de la Ciutadella. Allí vieron a dos transexuales durmiendo y se liaron a patadas con ellas. Dori, la compañera de Sònia, logró sobrevivir. Después la emprendieron con Miguel, un indigente que estaba a las puertas del parque y le reventaron el globo ocular. El hombre, que ya había perdido la visión del otro ojo, se quedó ciego. Los Mossos d’Esquadra tardaron cuatro meses en dar con los autores materiales del crimen. Lozano tenía 17 años y fue condenado a pagar una multa de 100.000 pesetas por un delito contra la Administración de Justicia por no presentar una denuncia contando lo que sabía.

El resto de condenados por el asesinato de Sònia, el intento de asesinato de Dori y por dejar ciego a Miguel sumaron en total 148 de cárcel después de una rebaja de la pena por parte del Tribunal Supremo. Los últimos dos condenados salieron de prisión en 2011. Pero todos ellos, menos dos, han vuelto a ser detenidos, según fuentes policiales. Acumulan antecedentes por delitos como robos o casos de violencia de género, según esas mismas fuentes.

El brutal asesinato de Sònia fue el primero en todo el Estado de una persona por el mero hecho de ser transexual del que se tiene constancia. Además, supuso el prer crimen homófobo que se cometía en Cataluña y desenmascaró a los grupos neonazis que empezaban a actuar en Barcelona. Al año siguiente, otros ‘skins’ dejaron en coma varios días a un joven que llegó a la ciudad desde Zaragoza sencillamente por su aspecto.

Desde hace varios años el Ayuntamiento de Barcelona y las entidades sociales rinden homenaje a Sònia Rescalvo Zafra, que tenía 45 años cuando murió. En 2013, le cambiaron el nombre de la glorieta donde fue asesinada, la dels Músics, por la Glorieta de la transexual Sònia. El año pasado, la placa conmemorativa desapareció misteriosamente del lugar. El Consistorio la repuso sin poder averiguar qué pasó.

“Ir a tocar el tambor”
Los condenados por el asesinato de la transexual Sònia decidieron que aquella madrugada del 6 de octubre de 1991 irían a "tocar el tambor". El tambor era en ese caso la cabeza de las personas que dormían al raso en una glorieta del parque de la Ciutadella. Ninguno de ellos mostró arrepentimiento durante el juicio, donde admitieron el crimen y se enfrentaron al fiscal incluso con arrogancia. Desde la prisión de menores, Oliver Sánchez, entonces con 20 años y condenado a 35 de cárcel, en una entrevista con Jesús Quintero confesó: "Yo siempre seré un ‘skin’ porque eso se lleva en el corazón. A lo mejor más ‘light’, sin esa propaganda y todo lo que se espera, pero no se puede dejar, es como los colores de tu equipo, yo no soy un chaquetero".

2016/10/02

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | EDUARDO Y RAMÓN, MÁS ALLÁ DE UNA AMISTAD

Más allá de una amistad.
'Querido Eduardo' desvela la relación entre Suárez Picallo y Blanco Amor a través de las cartas que el primero le escribió de 1931 a 1946, toda una biografía emocional del galleguismo.
La Opinión A Coruña, 2016-10-02
https://www.laopinioncoruna.es/galicia/2016/10/02/amistad-24406480.html 

"Quiero expresarte en estas líneas cuánto te recuerdo y cómo en cada uno de mis actos estás presente, especialmente aquí, donde el culto a la amistad no pasa del diálogo trivial e inútil en el que el corazón no participa y el cerebro muy pocas veces", escribe en una carta desde Madrid el 24 de agosto de 1931 Ramón Suárez Picallo a su muy querido amigo Eduardo Blanco Amor.

"Mi vida de relación -sigue- se divide en dos partes: una de carácter político y otra de carácter cordial con unos muchachos argentinos a través de los cuales añoro nuestra tertulia maravillosa. El corazón está reservado en ambos casos. Mi corazón está irremediablemente ahí".

Habían transcurrido solo cuatro meses de la proclamación de la II República Española y el recién elegido diputado del Partido Galeguista por A Coruña daba cuenta al escritor ourensano, instalado en Buenos Aires, del clima político en las Cortes Constituyentes, las tensiones en el seno de la ORGA entre los republicanos de izquierda y los galleguistas y de las negociaciones para aprobar el Estatuto de Autonomía de Galicia.

La carta forma parte de la correspondencia que ambos mantuvieron entre 1931, año en que Suárez Picallo abandona Buenos Aires para presentarse a las elecciones, y 1946, cuando los dos amigos retoman sus encuentros concluida la II Guerra Mundial.

Las 25 misivas de Suárez Picallo, la mayoría escritas en castellano, se conservan en la Diputación de Ourense, depositadas en el archivo Blanco Amor. Se ignora el destino de las enviadas por Blanco Amor al político galleguista.

"Las cartas conforman una de las más completas biografías emocionales del galleguismo", anota Antón Lopo en el prólogo de ‘Querido Eduardo’ (Chan de Pólvora), a cuya iniciativa editorial la publicación del epistolario, que ha visto la luz recientemente y quiere ser una reivindicación de la figura del político coruñés.

Los dos amigos, que sufrieron el estigma de su homosexualidad, se conocieron en 1919 en La Armonía, refugio de escritores, artistas y políticos en Buenos Aires. En ese café, al que acudía la intelectualidad argentina y la emigración gallega y se servía caldo, era fácil hacer amistades y encontrar trabajo. Así fue cómo Suárez Picallo llegó al ‘Correo de Galicia’, el periódico gallego más importante de América, y Blanco Amor, a ‘La Nación’.

En La Armonía, el elegante y atildado Blanco-Amor vio por primera vez al proletario desgalichado Suárez Picallo y pronto trabaron una relación más allá de la amistad, que duraría hasta la muerte del político. Compartían experiencias, opiniones y confidencias sentimentales.

Y si en el aspecto físico eran opuestos, en el plano intelectual formaban un tándem formidable en el que el escritor aportaba el galleguismo aprendido de Risco en Ourense y el político coruñés, una conciencia social claramente de izquierdas aprendida en las lecturas. De ese espíritu impregnaron sus iniciativas culturales, entre ellas la revista ‘Céltiga’, y políticas.

En los muchísimos mítines que pronunció, el político coruñés se reveló como un orador incendiario que más tarde dejaría boquiabiertos a Unamuno y a Ortega y Gasset en las Cortes.

Suárez Picallo (Veloi-Sada, 1894), primogénito de una familia marinera de once hermanos, había llegado con catorce años a Buenos Aires como emigrante, sin estudios ni formación, pero dotado de sobrada inteligencia. Y allí volvió como exiliado tras caer la República quien sería el fundador del Consello de Galiza en el exilio.

Conoció la tristeza, la soledad, el olvido y el hambre. Murió en el Hospital del Centro Gallego de Buenos Aires en 1964 con la única compañía de Blanco Amor. Habían tenido sus desencuentros y durante dos años dejaron de escribirse pero superaron el trance: "Nuestra amistad, clara y luminosa, está más allá de los triunfos y de las derrotas, más allá de nuestros defectos y de nuestras virtudes, más allá del bien y del mal. Más allá de todo", le decía en una carta desde Madrid en 1931, al hilo de su experiencia como diputado.

Años después, en 1946, desde el exilio chileno, le enviaría una conmovedora declaración: "Te juro por el amor y la memoria de mis muertos que en mis tierras de Veloi, en la casa y en el cariño de los que quedan en mi humilde hogar, tienes tú, para gozarlo en pleno dominio, la mitad de todo".

"Pocas figuras entre la inmensa expatriada en todos los tiempos y países han simbolizado de modo tan enternecedor y consecuente su activa fidelidad a la tierra natal como la del gran luchador y entrañable amigo", escribió Blanco Amor a la muerte de Suárez Picallo, defensor de una Galicia independiente dentro de una Confederación Ibérica de libre adhesión.

2016/09/27

DOCUMENTACIÓN | JUSTICIA | CUATRO AÑOS DE PRISIÓN PARA MIGUEL ÁNGEL FLORES POR LA TRAGEDIA DEL MADRID ARENA

El País / Miguel Ángel Flores //

Cuatro años de prisión para Miguel Ángel Flores por la tragedia del Madrid Arena.

La Audiencia Provincial de Madrid considera al promotor de la fiesta culpable de cinco homicidios por imprudencia grave.
J.A. Aunión | El País, 2016-09-27
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/09/26/madrid/1474910892_725102.html 

Miguel Ángel Flores, conocido como ‘MAF’ en el mundillo de la noche madrileña, ha sido condenado a cuatro años de prisión por la tragedia del Madrid Arena, la fiesta de Halloween celebrada el 1 de noviembre de 2012 en el pabellón municipal de la Casa de Campo de Madrid en la que murieron cinco jóvenes. La Audiencia Provincial de Madrid le considera culpable de cinco delitos de homicidio por imprudencia grave y otros 14 de lesiones por imprudencia grave.

Flores, máximo responsable de la firma Diviertt, la promotora de la fiesta, vendió muchas más entradas de las que permitía el aforo (10.620 frente a unas 16.492 vendidas, según la sentencia, aunque pudieron llegar a acceder al recinto todavía más personas), y esta fue principal razón que acabó provocando una salvaje avalancha mortal en uno de los accesos a la planta en la que estaba pinchando el conocido dj Steve Aoki. El empresario ha anunciado a la salida de la Audiencia Provincial, donde ha conocido el fallo, que recurrirá el fallo ante el Tribunal Supremo.

Pero si la avaricia desencadenó todo, los sonrojantes fallos de los encargados de seguridad en el pabellón, de la organización del evento y la gestión que han quedado en evidencia durante el macrojuicio celebrado en la Audiencia Provincial de Madrid terminaron de dar forma a la tragedia. "Nada de ello, sin embargo, funcionó correctamente", dice la sentencia. Así, el resto de los acusados —responsables de la promotora de la fiesta (Diviertt), de la empresa pública dueña del Madrid Arena (Madridec), de las subcontratadas para las labores de seguridad (Seguriber y Kontrol 34) y el servicio médico, y de la Policía Municipal— han sufrido distinta suerte: Flores y otros seis acusados han sido condenados y otros ocho han sido absueltos en la sentencia que se ha dado a conocer esta mañana.

En concreto, la Sala condena también a tres años de cárcel por cinco delitos de homicidio por imprudencia grave y lesiones al responsable de la empresa de Madridec, Francisco del Amo y al director general de Diviertt, Santiago Rojo. Miguel Ángel Morcillo, de Diviertt, y a Carlos Manzanares, de Kontrol 34, les impone una pena de dos años, seis meses y un día de prisión. Absuelve, sin embargo, al jefe de Policía Emilio Monteagudo y a los doctores Simón y Carlos Viñals. Los jueces creen que el operativo policial organizado por el Ayuntamiento, "a pesar de la precariedad, no tuvo influencia en lo sucedido".

En cuanto a los doctores Viñals, "pese a entender acreditada su negligente actuación cuando las víctimas fueron llevadas al botiquín para que las asistieran", no está probado que si dichos médicos hubieran actuado correctamente podrían haber evitado que las jóvenes fallecieran, dado el tiempo que las víctimas estuvieron atrapadas en el vomitorio y el que transcurrió hasta que pudieron ser rescatadas.

Los magistrados consideran también que los coordinadores de Seguriber Juan José Paris y Raúl Monterde son responsables en menor grado y les impone una pena de multa (doce meses a una cuota diaria de 10 euros). También consideran que el responsable de seguridad Rafael Pastor cometió infracciones constitutivas de falta, que en la actualidad están despenalizadas, por lo que es absuelto, si bien debe responder, junto con todos los anteriores, del abono de las indemnizaciones a las familias de las víctimas, que giran en torno a los 350.000 euros para cada familia y a los lesionados en proporción a las lesiones y secuelas que padecieron.

Las familias de las víctimas —Cristina Arce y Katia Esteban, que murieron en el acto, y Rocío Oña, Belén Langdon y Teresa Alonso, que fallecieron poco después; tenían entre 17 y 20 años— recibirán distintas indemnizaciones que rondan los 350.000 euros para cada una de ellas.

Termina con este fallo, casi cuatro años después de la tragedia, un juicio que arrancó el pasado 12 de enero y durante el cual se han entremezclado los relatos escalofriantes de los jóvenes que se vieron atrapados en la avalancha —incluido el de una muchacha que escuchó, medio ahogada entre una maraña de piernas, las últimas palabras de sus amigas— con las acusaciones cruzadas, procedentes del hiperpoblado banquillo de los acusados, que trataban de cargarse las culpas entre sí: los abogados de Flores a los dueños municipales del edificio; estos a la empresa Kontrol 34; quién aseguró a su vez que aquella noche solo aportó personal, pero que la seguridad dependía únicamente de Seguriber; los letrados de los sanitarios, por su parte, llegaron a señalar al Samur y a la Delegación del Gobierno en Madrid por dar el visto bueno a la apertura de puertas del pabellón.

Lo cierto es que en la madrugada del 1 de noviembre de 2012, durante la fiesta celebrada en el pabellón Madrid Arena de la Casa de Campo, en torno a una treintena de pesonas resultaron heridas y otras cinco murieron aplastadas por las avalanchas provocadas por “la aglomeración de personas” en los vomitorios. El enorme sobreaforo, con menores de edad incluidos, se sumó a claros fallos de seguridad: por ejemplo, no se controló el acceso por plantas y se taponaron algunos accesos al escenario principal.

Así, cuando llegó la hora de la actuación principal de la noche, la del dj Steve Aoki, a los jóvenes que ya estaban dentro del recinto se les fueron uniendo muchos más (cuya entrada se facilitó con la apertura de más puertas exteriores), de tal modo que el ambiente se hizo insoportable e irrespirable en esa pista central. Por eso, los que estaban dentro empezaron a intentar salir, chocando en los accesos con los que seguían intentando entrar, lo que causó la brutal avalancha en uno de los vomitorios, el 5, donde en la confusión los jóvenes se veían atrapados, pisoteados y, finalmente, aplastados, llegando incluso a provocar la muerte de las cinco chicas (tres aquella misma noche y otras dos los días siguientes).

La actuación y los medios del servicio de enfermería también empeoraron la situación. El médico responsable de la enfermería aquella noche, Simón Viñals, admitió haber previsto una asistencia mucho menor, para unas 6.000 personas, por lo que el servicio se compuso de siete personas; entre ellas el propio Viñals, de 77 años en aquel momento y un auxiliar de enfermería de 81 años. En el caos que siguió a la avalancha, el relato de varios testigos ha puesto en duda la capacidad y preparación de Viñals para atender a las víctimas.

Ningún responsable político del Ayuntamiento se ha visto obligado a sentarse en el banquillo de los acusados. La tragedia, cuya gestión supuso un enorme coste de imagen a Ana Botella (PP), por entonces alcaldesa de Madrid, le costó el puesto a Pedro Calvo, que dimitió de su cargo de delegado de Economía y portavoz municipal del Partido Popular en el Ayuntamiento de la capital tras ser imputado por el juez que empezó a investigar el incidente; aunque finalmente, no fue acusado de nada.

2016/09/20

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | CIENCIA INVERTIDA CONTRA LA HOMOSEXUALIDAD

Ciencia invertida contra la homosexualidad.
Víctor Mora disecciona en su ensayo ‘Al margen de la naturaleza’ cómo durante el franquismo se retorció el conocimiento para justificar la persecución del diferente.
Emilio de Benito | El País, 2016-09-20
https://elpais.com/cultura/2016/09/15/actualidad/1473963036_750167.html 

Oficialmente, Víctor Mora (Valencia, 1981) enmarca su libro ‘Al margen de la naturaleza’ (Debate, 2016, 222 páginas) en su tesis doctoral en Humanidades en la Universidad Carlos III de Madrid. Pero en la conversación se trasluce que es parte –y, seguramente, no la más importante– de su activismo con lo que él llama, con gran acierto y economía lingüística, "la diversofobia", una manera de englobar el odio a gais, lesbianas, transexuales, bisexuales, intersexuales y cualquier otra identidad u orientación evitando las clasificaciones, "un elemento de control por parte del poder en general y del franquismo en particular".

Porque el periodo de la Dictadura es el eje del libro, premio Sagasta de Ensayo de este año, pero yendo un poco más allá que otros estudios y relatos sobre la represión. En la obra, Mora busca la base (pseudo)científica en que se basaron las autoridades y los legisladores para considerar que la diferencia en general, y la homosexualidad en particular, eran un peligro que había que reprimir o reeducar.

Visto en pleno Siglo XXI, la sucesión de autores y sus tesis podría parecer una extravagancia, pero en su momento tuvieron mucho predicamento y éxito. Mora destaca a Mauricio Carlavilla del Barrio, cuyo libro ‘Sodomitas’ -"como se ve, no se andaba por las ramas con los títulos", dice con ironía el ensayista- llegó a las 12 ediciones desde los años veinte hasta los setenta. "Fue fundamental para extender una imagen negativa y estereotipada", dice Mora. En un párrafo que, por desgracia, hoy sigue de actualidad en muchos lugares, Carlavilla , inspector de la Dirección general de Seguridad durante la dictadura de Primo de Rivera, explica cuál es la reacción de los padres que descubren que su hijo es homosexual. "¡Mejor muerto!, gritaréis [...]. Mejor para él, para vosotros y para con Dios".

Carlavilla, que se cambió el nombre por el de Mauricio Karl, quizá para ganar la respetabilidad asociada a los científicos alemanes, es tan extremo que cae "en la parodia". Aunque no era científico, sirve para que Mora apunte uno de sus enfoques: "La carcajada es la mejor venganza". Una risa que puede convertirse en un rictus, pero que sirve para recordar.

También previo al Franquismo es Albert Chapotin, quien en su libro ‘Los defraudadores del amor’ zanja el asunto de los pervertidos y desviados afirmando que es inconcebible "incluir en la especie humana a estos engendros". De él toma Mora el título del libro: deben estar al margen de la naturaleza.
  • Frases al respecto
  • Los teóricos de la homosexualidad del Siglo XX se explayaron en descripciones y comentarios. Aquí hay algunas de sus afirmaciones.
  • Albert Chapotin. "Armaos de valor. Sobreponeos a vuestro legítimo desprecio"
  • Gregorio Marañón. "Tengo que decir desde ahora que los estados intersexuales no son estados de perversión, de anormalidad monstruosa o pecaminosa del instinto, tal como muchos pretenden interpretar".
  • Gregorio Marañón. "Cada cual en este mundo, no ama lo que debe, sino lo que puede".
  • Antonio Sabater Tomás. "Otros invertidos son sujetos celosos, sádicos, brutales, con manía persecutoria, que van armados, que amenazan de muerte y a veces matan, producto de su posición homosexual que no pueden dominar".
  • Mauricio Carlavilla. "La manada de fieras sodomitas, por millares, se lanza a través de la espesura de las calles ciudadanas en busca de su presa juvenil".
  • Antonio Vallejo Nájera. "Toda desviación del destino biológico transmuta también los caracteres psicológicos, y hace del varón un afeminado y de la hembra un marimacho".
  • Mauricio Carlavilla. "¿Dónde soñará el sodomita y el eunicoide satisfacer mejor su hipertrófico impulso de dominio sino llegando a ser Dictador divinizado del Estado Comunista?".
  • Hans Giese. "El homosexual se haya determinado al absurdo social".
  • Antonio Sabater Tomás. "[Los castigados por la ley de peligrosidad social] demuestran no merecer libertad, por haber abusado de ella".
  • Luis Vivas Marzal. "Hay homosexuales congénitos sobre los que se puede sentir compasión, pero su peligro fundamental radica en su afán de proselitismo. Además, es innegable su responsabilidad moral a pesar de su tara congénita". "La aplicación de medidas de seguridad está, pues, plenamente legitimada desde el punto de vista de defensa social". Ante los homosexuales, "rigor en ocasiones, caridad siempre, simpatía, nunca".
"Chocan estos planteamientos tan poco rigurosos en un siglo que es el de la ciencia", comenta Mora. "Siempre pensamos que la ciencia trabaja con la verdad", y, en este caso, esta fue retorcida para adaptarla a temores, prejuicios y conveniencias. Y esto no afectó solo a ciertos personajes más o menos estrafalarios. Hasta el propio Gregorio Marañón tuvo que adaptar su mensaje. En 1929 publicó ‘Los estadios intersexuales en la especie humana’, en el que defendía que la homosexualidad era una especie de estado indefinido en el desarrollo y que había que "estudiar los orígenes profundos" de la inversión para "tratar de rectificarlos". Pero, añadía, "en modo alguno hay que castigar al homosexual, siempre que no sea escandaloso". Después de la Guerra Civil, Marañón "tuvo que cambiar su tesis". En una reedición de 1951 de sus ‘Ensayos sobre la vida sexual’, mantiene la idea de que el "homosexualismo" es "producto de la insuficiente diferenciación sexual", pero añade es una manifestación "aberrante del amor". "Es normal que hubiera un cambio. En esos tiempos no se podía hacer ciencia de otra manera. La mayoría de los que querían hacerla en serio se habían ido", matiza Mora.

No es el único apellido ilustre que se metió en estos charcos. Tiene un papel destacado Antonio Vallejo Nájera, "el psiquiatra del régimen", como lo define Mora. "Fue el encargado de encontrar el gen rojo", entre otras teorías, como sus intentos de asociar un aspecto físico al perfil de un delincuente. También se cita a Juan José López Ibor, "que intentó desacreditar el famoso informe Kinsey" que evaluó, por primera vez, la proporción de hombres que habían tenido relaciones homosexuales (un famoso 10% que los estudios posteriores no han confirmado). "No disimulaba nada bien que tenía un asco tremendo a los gais", comenta Mora.

Pero al margen de personajes de relumbrón, hay algunos más ocultos, más burocráticos, pero que fueron determinantes. Antonio Sabater Tomás trabajaba en organismos institucionales, y estuvo detrás de la Ley de Peligrosidad Social de 1970. Luis Vivas Marzal, presidente de la Audiencia Provincial de Valencia en 1963, "estaba preocupado porque no estaba seguro de que la homosexualidad fuera ilegal", expone Mora. "Para que lo fuera, se apeló a la Salud Pública, convirtiéndola en una patología contagiosa"· "Era, para un régimen que quería abrirse, una manera de mantener la represión pero lavándose la cara", señala.

El autor hace dos reflexiones más sobre sus conclusiones. Una, que estas tesis "se exponían en congresos internacionales". En los años cincuenta y sesenta, "España era única porque tenía una dictadura muy larga, pero en cuanto a género e identidad, la discriminación era universal. Ahí está el caso de Jaime Gil de Biedma, expulsado del Partido Comunista", relata.

Y otra que va más al corazón de libro. "Todos, en algún momento dejaban los argumentos científicos de lado. No podían usar la ciencia para demostrar lo que no es".

"Ojalá la diversofobia fuera solo un problema legal"
Víctor Mora utiliza una palabra, ‘diversofobia’, como una manera de englobar a todo el que tiene odio a géneros, identidades u otras características diferentes. Viene a ser un equivalente a la LGTBI-fobia (fobia a lesbianas, gais, transexuales, bisexuales, intersexuales) "y todo lo que pueda venir". Está especialmente preocupado por el número creciente de agresiones a ese colectivo, y, por eso, hace un año participa en Sección Invertida, un movimiento que se dedica a concienciar mediante actuaciones callejeras (limpiar con fregonas rosas el lugar de un ataque, por ejemplo).

Para él, el paso de hablar de un libro sobre la represión en el Franquismo a esta situación no es un salto. Es parte del mismo proceso, de su identidad. "Me interesa especialmente la construcción de la identidad en contextos de resistencia, y en eso este tiempo se parece al anterior. En momentos de crisis, siempre se busca al enemigo interno. Primero son los inmigrantes, pero en segundo lugar siempre nos toca a nosotros", dice.

Y la vulnerabilidad, aunque parezca una contradicción, ha crecido últimamente. "Se ha perdido el miedo, pero también la conciencia. Ya no hay un sujeto marica como pudo haber en los setenta y ochenta, que se identificaba con una lucha. Hay un sujeto gay completamente despolitizado".

La conquista legal de derechos, obviamente, ha sido buena, pero no es la solución definitiva. "Ojalá la ‘diversofobia’ fuera un problema legal, pero es cultural, social. Hay algo que no hemos hecho bien. Quizá pensamos que con los derechos estaba todo conseguido".

"Obviamente, si fuéramos a los activistas de los setenta y les dijéramos cómo estábamos ahora, no se lo creerían. Ni en sus mejores sueños lo habrían esperado. Pero hay que elaborar una crítica del activismo. No se trata de si hemos avanzado más o menos, sino de si lo hemos hecho en la dirección adecuada".

El continuo añadido de siglas al movimiento -a la l de lesbiana y la g de gay se han añadido la t de transexual, la b de bisexual, la i de intersexual, la q de queer (que no pretende encajar en ninguna de la anteriores) y hasta la h de heterosexual comprometido- le parece a Mora un símbolo de un proceso de categorización con el que no está de acuerdo. "Nos definimos por oposición. La lectura normativa de la naturaleza es falsa. El fascismo es la identidad, lo único, pero en la naturaleza solo hay diversidad".

Para el escritor y activista, las primeras víctimas de estas clasificaciones son las personas transexuales, que tan mal encajan en algunas. "Su despatologización todavía está a debate. Y mientras hay estudios que les dan una esperanza de vida de 35 años. Imagina la cantidad de suicidios que tiene que haber". Quizá en lugar de ir creando categorías lo que debamos sea eliminarlas todas".

Y ADEMÁS...
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Tópicos indocumentados, el PCE y la «expulsión» de Gil de Biedma.
Salvador López Arnal | Rebelión, 2016-09-21

https://rebelion.org/topicos-indocumentados-el-pce-y-la-expulsion-de-gil-de-biedma/
Recogido también como:
Tópicos indocumentados, el PCE y la “expulsión” de Gil de Biedma.
No fue Sacristán el responsable último, directo o indirecto, de la decisión tomada por la dirección del PSUC-PCE.
Salvador López Arnal | Mundo Obrero, 2016-09-22
https://www.mundoobrero.es/2016/09/22/topicos-indocumentados-el-pce-y-la-expulsion-de-gil-de-biedma/
>
Un seudónimo para Jaime Gil de Biedma.

El poeta fue rechazado por el PCE debido a su homosexualidad tras una rocambolesca historia, como nos cuenta su sobrino.
José A. García-Albi Gil de Biedma | La Razón, 2020-11-03
https://www.larazon.es/cultura/20201103/hvqeaewdbbbwncgmvoaxph6mna.html

2016/09/19

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | LUISGÉ MARTÍN, EN PRIMERA PERSONA EN 'EL AMOR DEL REVÉS'

El Español / Luisgé Martín //

Luisgé Martín: “Rajoy y Feijóo saldrán del armario”.

'El amor del revés' el escritor deja la novela de lado para contar su homosexualidad y desvelar uno de los grandes tabúes de este país.
Peio H. Riaño | El Español, 2016-09-19
https://www.elespanol.com/cultura/libros/20160919/156735230_0.html 

Fueron dos décadas difíciles en la vida del novelista Luisgé Martín (Madrid, 1962): desde su primer amor, Miguel Ángel, en 1977, hasta Asier, en 1998, su pareja desde entonces. Veinte años de primera calidad literaria, donde la identidad de una persona trata de sobreponerse a la opresión de la sociedad. “Cuando fui gay, Franco ya había muerto”, dice en esta entrevista. Y a pesar de todo, no fue fácil. ‘El amor del revés’ (Anagrama) es un testimonio autobiográfico a bocajarro de un adolescente que reconoce que el silencio es la mejor de las máscaras, hasta el hombre maduro que rompe con el mutismo y publica un grito contra los disfraces. Que este libro exista es para lanzar fuegos artificiales. Una primera persona valiente y descarada.

¿Por qué este libro, ahora?

Hace muchos años, la primera vez que me vino la idea de escribir este libro fue leyendo ‘Rojo y negro’ (1830), de Stendhal. No me creía algunas de las cosas que ahí se contaban. Una construcción social que estaba muy alejada de nuestros días, inverosímil. Pensé que si contara a mis nietos mis batallitas dentro de 20 años les parecería raro de creer. En mi vida había un germen de personaje literario que podía servir para construir una forma de ser, absolutamente machacado y oprimido.

¿Su experiencia arranca con la Transición, pero debió ser muy duro ser homosexual en el franquismo?

Corremos el riesgo de que todo aquello se difumine, de pensar que tampoco ha sido para tanto. Yo no viví la persecución del franquismo, hubo mucha gente que se tuvo que casar para camuflarse. Cuando empecé a ser gay, Franco estaba muerto. Así que ni tan mal. Vivía en la España que se desperezaba, cuando hasta ser gay era ‘cool’.

Tras su vida aparece España, la historia de pequeños movimientos personales que han terminado desplazando a la sociedad. Salvo la Iglesia...
La Iglesia no ha claudicado, pero ha perdido influencia. Las barbaridades que se siguen diciendo desde los púlpitos es tremenda y muy parecidas a aquellos años. Pero la sociedad ya no les tiene en cuenta. En España llega un momento en el que la barrera de contención empieza a resquebrajarse hasta que ya no hay forma de pararlo. En ese momento la gente se cree que es posible tirar el muro de Berlín gay. Es en la segunda legislatura de Aznar cuando se empieza a hablar del matrimonio. Hace 25 años era inconcebible, porque esto es una cuestión universal que ha acabado en un reconocimiento universal del matrimonio igualitario.

Y no la Ley de pareja de hecho.
No, siempre me ha parecido una aberración jurídica y una estupidez y una puerta de atrás inventada para que los gays se callaran.

¿Es posible que declaraciones como las de las “peras” y las “manzanas” de Ana Botella terminaran ayudando a la conciencia?
La derecha ha sido y sigue siendo tan impresentable en todo esto, que sí, creo que ayuda. Te confieso que algún día me gustaría entender cómo es posible ser gay y del PP. Soy incapaz de entender esa contradicción, igual que lo de Pombo con el catolicismo. Puedo entender que creas en dios, pero que seas católico siendo maricón es algo que me desborda. Más allá de que Rajoy y Feijóo saldrán del armario alguna vez, nunca he llegado a entender cómo hay homosexuales que militen en el PP con la política que han llevado en contra.

Seguro que tiene alguna intuición al respecto.
Sí. Supongo que ser del PP y gay tiene que ver con he sido profundamente homófobo en alguna época de mi vida. Hay homosexuales profundamente homófobos que creen que no hay por qué reivindicar ni sacar banderas.

¿Tenemos que llamar a este libro novela?
No tiene ni un ápice de ficción, aunque habrá cosas de mi pasado que habré idealizado. Sólo hay un nombre que he cambiado, porque me lo pidió esa persona.

¿Cuando empezó a escribirlo tenía claro dónde quería llegar?

No, empecé a reconstruir ese camino. Partir del silencio a llegar a la normalidad y la reivindicación, todo ese trayecto era un material literario. Cuando me siento a escribir, la novela, perdón el libro, que creí que iba a salir es bastante distinto del que ha salido. Creía que la parte de la noche despendolada sería más amplia, con el ambiente, la noche, mis amantes. Hay una comedia humana muy atractiva, con cruces de personajes y amantes en los que descubres una cosa y otra y cambias de perfiles. Me parecía que eso era muy literario y que iba a ser nuclear. Pero resultó que no. Fui descubriendo hitos que son los que marcaron mi vida.

Este libro es importante para usted, ¿pero para los demás?

Que alguien, una cucaracha como yo, lo que haga es escribir un libro es una manera de decir: “Ya está”, hemos llegado a algún lado. Pero hay una serie de cosas pendientes por conquistar. Falta escuela, faltan leyes contra odio. Esto es una cuestión de generaciones, las que vienen viven de otra manera la homosexualidad.

¿Ha salido perjudicado por su clase social?
Creo que en esto de la aceptación de la identidad es mucho peor pertenecer a la clase social alta. El pertenecer a determinados ambientes puede ser muy negativo, pero nadie libró a los maricones pobres de la cárcel. Tienes que mantener un entorno y unos ingresos que si fallan por ser señalado, todo se viene abajo.

¿Ha fallado la comunidad homosexual en algo?
No lo creo. Los perseguidos no pueden fallar en nada, porque hacen supervivencia. La comunidad homosexual ha vivido al albur de los tiempos que corrían. En los tiempos más homófobos había manifestaciones de cuatro con tacones en la Puerta del Sol. A esa gente le estaré eternamente agradecido, porque dejaron el poso de lo que luego recogieron otros, como Zerolo, construyendo una reivindicación política y social.

Dice de La Movida que se puso de moda ser gay, pero era puro maquillaje.

Era 'cool', pero era mentira. Había una línea que no se cruzaba nunca. El gueto de la modernidad. Almodóvar cuando hacía una entrevista él siempre decía que “no”, que no era gay, que era una pose para provocar. Había una línea que nunca se cruzaba.

¿Por qué se habla de 'lobby' gay?
Me inquieta la capacidad que tiene la derecha y los medios conservadores, que es una redundancia a estas alturas, todos son conservadores, de construir y acuñar ideas que se vuelven en contra. Me inquieta la idea del ‘lobby’ gay: no existe, pero puede hacer creer que sí. Ese homófobo agazapado que espera un argumento para atacar. Creo que cuando ocupas determinados cargos de influencia y liderazgo debes duplicar el celo para que no te pasen factura.

¿Hay que celebrar su libro?

Este tipo de causas en su triunfo está su muerte. El éxito verdadero es que desapareciera la reivindicación, que todo fuera normal. Espero que celebremos mi libro por razones literarias.

Pero es un libro, sobre todo, reivindicativo.
Si mi libro sirve para algo, la clave está en la sinceridad. Eso me ocurrió, no hay reconstrucción. El valor es que no hay ninguna reconstrucción: sólo es el testimonio de alguien oprimido por una puta mierda de sociedad. Es un libro autobiográfico, en primera persona, que no manipula los hechos.

2016/08/15

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | GARCÍA LORCA. OCHENTA AÑOS

García Lorca. Ochenta años.

Manuel Tirado | Nueva Tribuna, 2016-08-15

https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/garcia-lorca-ochenta-anhos/20160815110934130911.html 

Ochenta años. Ochenta años hace ya de aquella fatídica noche de agosto de 1936 en la que asesinaron al poeta Federico García Lorca. Ochenta años en que “se le vio, caminando entre fusiles, por una calle larga, salir al campo frío, aún con estrellas de la madrugada”, como dejó escrito Antonio Machado, otra víctima del régimen franquista, que murió solo y exiliado en Colliure, tres años más tarde del comienzo de la contienda. Ochenta años y Federico sigue siendo un poeta sin tumba, un poeta enterrado en una fosa común, como muchos otros represaliados durante la Guerra Civil, esas fosas comunes que son un vestigio más de ese castigo que los vencedores impusieron sobre los vencidos, que trataron de relegar a la masa, a lo desconocido, al ingente amontonamiento de cadáveres apilados, los nombres de cientos de personas que dieron su vida por la libertad y la democracia en este país.

Afortunadamente el nombre de García Lorca no se le olvidó a nadie por mucho que lo trataron de silenciar, porque su poesía quedó como testigo de su existencia y de su genialidad.

No soy muy adepto a los homenajes rimbombantes cuando de poetas se trata, ya que siempre he pensado que el mejor homenaje que se le puede hacer a un poeta es leer sus versos y tampoco me acerco a la obra de un poeta sólo por su ideología o por su azarosa biografía, pero el caso de Lorca es especial. Y además es representativo, ya que podemos hacer una analogía perfecta con la Segunda República Española; en ambos casos nos viene a la perfección la frase: “lo que pudo ser y no dejaron que fuese”.

Cuando no llegaba ni a los cuarenta años de edad cortaron la vida y la obra de un poeta que había llegado a unas cotas de lirismo excepcionales y con su asesinato no nos dejaron disfrutar de su futuras, y ya imposibles, obras. Con la República pasó lo mismo. No dejaron florecer ese grito de libertad del pueblo, esa explosión de júbilo y cultura que se vio reflejada en las misiones pedagógicas y en experimentos teatrales como 'La Barraca', etc, ya que tras unos pocos años de luz reflejados en la República, llegaron más de cuarenta años de oscuridad, de dictadura, de “pan y cebolla”, como diría Miguel Hernández, cuarenta años de nacionalcatolicismo del que desgraciadamente todavía sufrimos las consecuencias.

Porque Lorca representaba todo los contrario a esa España negra descrita por Solana en sus cuadros, de esa España de incienso y procesión, de achicoria y martes de carnaval, de curas sentados a la mesa del señorito del pueblo dilucidando el futuro de las almas de los pobres jornaleros. ¡Ojo! Y Lorca participó de los clichés que se relacionaban con la España de siempre, esa España de toreros y cantaores de flamenco que tanto buscan hoy en día los guiris en las cuevas del Sacromonte granadino.

Lorca, Poeta maldito.
Pero la visión de Lorca de España y de Andalucía era totalmente distinta a la habitual. Así lo dejó escrito Francisco Umbral en su libro 'Lorca, poeta maldito', donde se esboza la idea de que Lorca fue el único poeta maldito de la poesía española, precisamente porque “es el cantor de las tres grandes razas postergadas de nuestra civilización: los gitanos, los negros y los homosexuales”.

Lorca, en Granada, está con los gitanos frente a la Guardia Civil, frente al orden establecido. Lorca, en Nueva York, está con los negros, está con Harlem frente a Wall Street. Lorca, en su ‘Oda a Walt Whitman’ y en sus ‘Sonetos del amor oscuro’, libro póstumo, mítico e inédito, canta a la pasión que no se atreve a decir su nombre. Lorca es, radicalmente, un hombre en contra”. Y ahí es donde radica la diferencia.

Este es el Lorca revolucionario, el Lorca que mataron por rojo y homosexual, el Lorca tan lejano de esa España que trajeron Franco y los curas, esos mismos que trataron de vestirlo y simplificarlo a la imagen del voluble señorito andaluz que tocaba el piano y escuchaba la guitarra. Lorca es el poeta de los olvidados, de los reprimidos, de los perseguidos, de los que se sienten “asesinados por el cielo”, de los que no caben en esta sociedad por amar distinto, por ser distintos.

Es normal que quisieran acallar su voz. Es normal que los que “le dieron café”, quisieran enterrar su memoria en esa fosa común del olvido. Pero no lo consiguieron. Y hoy, ochenta años después, Lorca sigue más vivo que nunca en sus versos, en sus conferencias, en sus obras de teatro... Porque el arte hace al poeta superar la muerte y la memoria siempre será el paraíso del que nadie podrá expulsar a nadie.

2016/07/24

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | EL EJÉRCITO NO ES UN BUEN CUERPO PARA TRANS Y LESBIANAS

El Español / Artizar Díaz //

El Ejército español no es un buen cuerpo para transexuales y lesbianas.

El Ejército de Estados Unidos levantó el veto a los transexuales el pasado junio. En España, para las personas LGTB aún es difícil formar parte de las tropas.
Nuria Coronado | El Español, 2016-07-24
https://www.elespanol.com/reportajes/20160723/142236334_0.html

En España no hay datos acerca de este colectivo. Según la oficina de Comunicación del Ministerio de Defensa se debe a que en las Fuerzas Armadas "no se pregunta por la orientación sexual a nadie que quiera ingresar en las mismas, por lo que no podemos proporcionar estadísticas”. Por su parte, la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) tampoco tiene respuesta, aunque en su caso el motivo se debe a que no tienen dinero "para llevar a cabo un informe de tal envergadura ni tampoco disponen de personal que lo haga”.

Un vacío que para la ex comandante y diputada socialista Zaida Cantera es reflejo de una institución intransigente, clasista y llena de prejuicios. “El Ejército, además de machista, no respeta ni a transexuales ni a homosexuales. Les hace la vida imposible para que se vayan. En los 17 años que estuve en sus filas no se hizo ningún estudio al respecto y habría servido de mucho para poder tener ahora alguna cifra que les visibilice en la práctica y para darles el trato igualitario que merecen”, dice.

Transfobia entre las filas

Pero ¿cómo es el día a día de una transexual en las Fuerzas Armadas? Artizar Díaz es una marinero de la Armada Española especializada en hostelería —también cubre alojamientos como cocinas, despensas o lavanderías—. Reside en Cartagena y es activista del movimiento que trata de informar sobre la transexualidad de una forma positiva y realista sin prejuicios. Solo pone una condición a la hora de hablar: no salir fotografiada con el uniforme. Esta mujer de mirada profunda ha preferido hablar a callar. “Guardar silencio es traicionarme y no mostrar la realidad que se sufre tanto en el Ejército como en el resto de la sociedad por total desconocimiento”, dice.

Sin pelos en la lengua reconoce que un buen día, y tras sufrir una tormentosa relación de amor-odio que termino hace 8 años, decidió quitarse la careta y mostrar la mujer que siempre ha sido y es. “Entré en el ejército con 20 años. Allí pasé unos años sin pena ni gloria hasta que decidí hace cinco hacer el cambio”. Un paso que, dice, le ha servido para empoderarla. “Tomar la decisión y llevarla a la práctica me ha servido para encontrar toda la energía que me había faltado siempre. Así empecé a ser activista y me inicié gradualmente en el transfeminismo. Di el paso por una relación agónica y al mismo tiempo querida a pesar de que ya hacía tiempo que había terminado, mientras veía un episodio de Bones, me di cuenta que había estado mintiendo a toda la gente que había querido”, reconoce.

Y ahí comenzó su otra lucha. “Todo mi entorno militar reaccionó con confusión”. Ella dice haber sido parte de esa reacción. “Mi máscara era tal que durante años había estado interpretando un papel de Óscar. En apariencia había sido un machote de manual y de repente dejaba de serlo. Y a pesar de ello me negué también a pasar por el aro y a adoptar los roles de género tradicionales reservados a las mujeres por el patriarcado”, añade. Desde entonces, el ejército “trata de ser amable y se esfuerza conmigo pero ni se ha adaptado al cambio ni se ha hecho a la idea”, explica.

Una situación que a veces es complicada, pero que curiosamente, tiene sus consecuencias positivas por producirse allí. “Cuando surgen conflictos es un trago desagradable, pero no me callo. La ventaja de lo militar es que cuando esto ocurre puedo meter un cuerno y denunciarlo y con bastante efectividad a esas personas se les pone en vereda, de hecho con más efectividad que en la sociedad civil”, añade la marinero.

Artizar también denuncia la total desprotección de las transexuales militares durante el proceso de cambio físico y la falta de regulación de su presencia. “Tenemos una desprotección absoluta porque legalmente no está contemplado que las personas transexuales militares podamos existir, así que nos vemos en situaciones como las de seguir en vestuarios masculinos o tener que raparnos la cabeza hasta conseguir el nuevo DNI. Eso es jodido porque a lo mejor tienes más tetas que la compañera de al lado y tienes que estar en el vestuario de tíos. El cambio que hace falta es la regulación de nuestra presencia. Es un vacío legal de los que muerden el culo”, subraya.

Ella, además, relata otras situaciones desagradables con algunas de sus propias compañeras. “Cuando compartimos el vestuario se esconden como si no tuviera nada mejor que hacer que mirarlas. Intento pasar y hago como que no me entero”. También hay quienes dicen se las dan de guay y en cuanto pueden le preguntan por sus genitales. “Al principio, cuando no tenía callo, les respondía, pero ahora les digo que ¡qué narices les importa!”, añade la militar. Según sus propias palabras: "la gente es igual de buena o mala en lo civil que en lo militar".

En cuanto a si este desgaste le compensa, Artizar tiene claro que sí. “Estoy a la espera de asignación de destino en Cartagena después de un año destinada en Madrid. El ejército no es perfecto, pero tiene cosas que me encantan, como por ejemplo servir a tu país. Es algo muy grande. Sé que eso la gente se lo toma como una gilipollez desfasada, pero para mí es muy especial. Además, no se vive mal. La sociedad militar me da una protección que no tengo fuera”. Mientras le llega su nuevo destino, ella sólo piensa en dos cosas: en casarse con su novia, a la que conoció hace cinco años, y en seguir empoderándose para que su lucha activista sirva para quienes vengan después. “Para mí que mi pareja sea una mujer es el menor de mis desvelos porque, para bien o para mal, me es más importante mi faceta de ‘trans’ que la de bisexual”, finaliza.

Lesbianas no, gracias

Si el colectivo ‘trans’ lo tiene complicado, la cosa tampoco es nada fácil cuando se es lesbiana. M.L.M., sargento primero de tierra de 38 años de edad y madre de un niño de 5 años, lo sabe bien. Tanto, que prefiere no revelar su nombre ni su imagen para no complicar aún más el infierno porque el que dice estar pasando. “Me están haciendo la vida imposible. Me han quitado toda la ilusión por un mundo en el que entré enamorada. Cada día que pasa me pesa más ponerme el uniforme”, explica.

Esta militar denuncia que su condición homosexual le lleva acarreando vejaciones desde 2006, humillaciones, un continuo freno a su carrera y, sobre todo, sufrimiento personal. “En las notas, me quitaban puntos. No querían que fuera de las primeras de la promoción, así que por más que estudiaba y me esforzaba, nunca pasaba del seis”, recuerda con expresión triste. Pero eso no es todo. Aún lleva peor comentarios como los de “una bollera de mierda nunca va a ser primera de promoción” o que “voy a arder en los infiernos porque me gustan los felpudos”. También relata cómo uno de sus jefes le llegó a preguntar “cuántos coños me había comido”. A lo que ella le respondió contundente —ya no se calla ni pasa una, nos reconoce— “que seguro que muchos más de los que él se había comido”; u otros compañeros que le decían que “cómo me gustaban los felpudos y les dije que en la puerta de mi casa me gustan los de colores”.

La sargento primero reconoce que las Fuerzas Armadas, sin importar el cuerpo al que se pertenezca, son una sociedad de machitos. “Te dicen que eres lesbiana porque no has probado una buena polla y cosas así. Es una mentalidad cerrada y cuadriculada. No te respetan. He visto palizas a gais, sé de homosexuales que, como son graciosos, los tienen como monos de feria”. También cuenta que hay otros que no salen del armario y que son capaces "de llevar una vida paralela, están casados y con hijos, mientras sus compañeros, como no les ven con parejas, les dicen que no se adaptan bien y que son unos raros”, añade la militar.

Además M.L.M. nos cuenta cómo dependiendo de la apariencia física de las lesbianas la vida es más o menos fácil. “Hay una diferencia entre las que ellos dicen son follables y no follables. Las que tienen aspecto más masculino no tienen tantos problemas como las que somos femeninas o atractivas. Les jode que seamos guapas y creen que si nos hicieran un favor hasta íbamos a cambiar de acera. Para ellos somos un desperdicio”, recalca.

Esta pequeña mujer, durante la hora y media larga de entrevista en una cafetería madrileña, no hace más que relatar situaciones inimaginables. Como cuando se quedó embarazada. “En el ejército son todos muy cristianos y capillitas. Cuando me embaracé por inseminación in vitro me mandaron hacer un tribunal médico porque decían que una lesbiana no podía quedarse embarazada. Así de cerrojos son”, recuerda entre la ironía y la desesperación.

Y ante tal situación se ha estado planteando denunciar. Incluso ha estado a punto de dar el paso con un abogado. Sin embargo ha dado marcha atrás y lo ha hecho por su hijo. “Denunciar no sirve de nada. Todos se tapan. Te van minando con la estrategia de que te canses tú antes que ellos. Mucha ley de protección y acoso, pero todo es mentira. Lo que hay dentro la gente no lo sabe. Aquí se trabaja con el miedo. Es una cuestión de poder. Mientras eres populacho de la tropa no hay problema, pero cuando asciendes te hacen la vida imposible. Llevo toda mi vida aquí, no he hecho otra cosa y mi hijo, que vive con sus abuelos, tiene que comer. Perdí la vocación, ahora es supervivencia económica. No sigo por otra cosa. Me avergüenza el mundo al que pertenezco. Al Ejército le falta respeto”, finaliza.

Harta de ser señalada
Quien sí se decidió a dar el paso y decir basta a una situación parecida es Patricia Campos, la primera y única piloto de reactor del Ejército a quien se le hizo la vida imposible. “El Ejército es machista por naturaleza, pero además también es homófobo. Si para ellos ya es difícil admitir que una mujer tenga los mismos derechos y capacidades que un hombre, cuando además se suma ser lesbiana, la situación es como tener entre las manos una bomba de relojería”, explica.

Por eso, ahora, desde la distancia y sin que sea una venganza que se sirve en plato frío, ha querido contar su experiencia en un libro ‘Tierra, mar y aire’ (Editorial Roca). “Lo he escrito desde el corazón y en homenaje a tantas y tantas personas que en todo el mundo han arriesgado incluso sus vidas o han visto cómo sus derechos humanos no son respetados por el hecho de ser homosexuales. Este mundo absurdo debería pensar más en las capacidades de las personas que en a quiénes amemos o con quiénes nos guste acostarnos. Falta educación, falta mucho respeto”, reclama con una mirada de ojos tan claros como la paz que transmite al hablar.

Ahora, si Patricia tuviera que volver a vivir todo, lo haría dándole la vuelta a la tortilla. Cambiando el silencio y a veces la sumisión por la fuerza y la voz en alto. “A veces siento que no fui lo suficientemente valiente. Que en esos años no me rebelé, que no luché lo suficiente. Hoy no me habría callado, no habría ocultado mi homosexualidad, habría defendido la de otras compañeras o compañeros, no me habría sentido presa de mi misma ni de la cárcel cuyos barrotes me ponía el Ejército. No habría llevado tanto peso encima”, asume la exmilitar. “La Armada vive en un mundo paralelo a la sociedad y no avanza con el mismo ritmo. Cuando las personas con las que trabajas no comparten tus mismos valores, es muy difícil mantener una convivencia, y por eso lo mejor es abandonar e irse”.

Con esa etapa cerrada, la expiloto ha aprendido a reinventarse, a encontrar en otras pasiones como el fútbol —es entrenadora de un equipo femenino en Estados Unidos y también, en cortos períodos, en Uganda con niños o mujeres con sida— su nuevo camino y aunque reconoce que echa mucho de menos volar, “porque allí, en lo más alto del cielo y con el reactor en mis manos, me siento en paz y en libertad”, ahora es por fin feliz. “Salir del armario es lo mejor que me ha podido pasar”, recalca. Tanto que dice que cada vez que da los buenos días a alguien responde con el mismo saludo y una coletilla que le encanta mostrar. “He perdido los escrúpulos y ahora cada vez que me dan los buenos días yo también los doy y de inmediato añado: ¡y tengo novia!”.

Una novia hawaina llamada Mía, que aprendió español con acento gaditano durante sus tres años en Rota y que, aunque no ha salido de su armario públicamente, la acompaña en la entrevista y la mira enamorada desde la distancia. "Si no escribo yo este libro con todo lo que he pasado en el Ejército, ¿quién iba a hacerlo? No podemos esperar más. La realidad es que si nadie hace nada, no avanzaremos. La visibilidad puede luchar contra la ignorancia, contra el miedo y contra la homofobia. Puede dar confianza y ayudar a muchas personas que no saben ponerle nombre a lo que sienten. Yo creo que hay que vivir la vida que queremos vivir y que nuestra orientación sexual o las legislaciones no condicionen nuestros sueños”, finaliza.

2016/06/28

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | EL ORGULLO DE LA TRANSICIÓN: EL MOVIMIENTO LGTBI PIONERO EN CANARIAS

El orgullo de la transición: los pioneros del movimiento LGTB en Canarias.

Víctor M. Ramírez | El Diario, 2016-06-28

https://www.eldiario.es/canariasahora/premium-en-abierto/transicion-pioneros-movimiento-lgtb-canarias_1_3926845.html 

De vagos y maleantes a peligrosos sociales. Así tipificaba la Dictadura de Franco al movimiento LGTB. Su efecto inmediato fue la activación de las reivindicaciones de los homosexuales en la década de los setenta. El movimiento fue visible en lo grupal, pero invisible a nivel individual. La principal reivindicación del movimiento fue la abolición de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social. El ideario de la organización era muy cercano a planteamientos de izquierda revolucionaria. Las relaciones de las disidencias sexuales con la izquierda no fueron totalmente pacíficas.

A la memoria de las víctimas de la masacre de Orlando, 12 de junio de 2016

De la peligrosidad al activismo social

En el año 1970, las Cortes franquistas aprobaron la Ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social(1). La ley venía a sustituir a la Ley de vagos y maleantes y tenía como objetivo, según su exposición de motivos, “defender a las sociedad contra determinadas conductas individuales, que sin ser, en general, estrictamente delictivas, entrañan un riesgo para la comunidad”. Entre los supuestos del estado peligroso previstos en el artículo segundo se encontraban “los vagos habituales, los rufianes y proxenetas, los que realicen actos de homosexualidad o los que habitualmente ejerzan la prostitución”. La ley tenía asimismo el ambicioso propósito, según su declaración de intenciones, “de servir por los medios más eficaces a la plena reintegración de los hombres y de las mujeres que, voluntariamente o no hayan podido quedar marginados de una vida ordenada y normal”. Específicamente para los homosexuales la ley establecía el internamiento en un “establecimiento de reeducación” por tiempo no inferior a cuatro meses ni superior a tres años.

Pero más allá de esos objetivos, la ley tuvo unos efectos inesperados e indudablemente indeseados para el régimen: la activación de un movimiento de reivindicación homosexual(2) inexistente hasta esa fecha en la historia de España.

La publicación del proyecto de ley, que incluía la homosexualidad, sin más matices, entre los supuestos previstos, despertó la conciencia en un grupo de activistas catalanes que, liderados por Armand de Fluvià y Francesc Francino, decidieron tomar la iniciativa. De manera clandestina y con la colaboración de la asociación de homosexuales francesa Arcadie comenzaron una campaña para evitar que la homosexualidad fuera incluida en la nueva ley. Si bien sus objetivos no fueron plenamente cumplidos – la ley se aprobó, como hemos visto, considerando peligrosos sociales a “los que realicen actos de homosexualidad” -, sus actividades marcarían el inicio del primer proceso de organización de la disidencia sexual en España, que comenzaría con la creación de la Agrupación Homosexual para la Igualdad Social (AGHOIS).

A partir de ésta organización se inició la labor del entonces denominado movimiento de liberación de gays y lesbianas que desde Cataluña se extendió por todo el país, creándose organizaciones en Valencia, Mallorca, Madrid, Málaga, Zaragoza, Santiago de Compostela, Bilbao, etc. En 1972 se constituyó el Movimiento Español de Liberación Homosexual (MELH) con el objetivo de concienciar a los homosexuales en la reivindicación de sus derechos y conseguir por parte de la sociedad su aceptación y reconocimiento.

A finales de 1975, con la finalidad de reforzar el perfil ideológico de AGHOIS, se constituyó el Front d’Alliberament Gai de Catalunya (FAGC), de notable influencia en los movimientos homosexuales de la transición en todo el Estado.

Tras la muerte de Franco, ni el Real Decreto Ley de julio de 1976(3) sobre amnistía, ni la Ley de Amnistía de 1977(4) afectaron a los presos homosexuales, al no ser considerados presos políticos. Por tanto, ni los homosexuales, ni el resto de presos internados en aplicación de la ley de peligrosidad social, fueron excarcelados y tuvieron que seguir cumpliendo condena. En este contexto, es obvio que las principales reivindicaciones de los colectivos fueran la derogación de la Ley de peligrosidad y rehabilitación social y la amnistía para los disidentes sexuales que cumplían condena.

Primeras referencias al activismo en Canarias: Homosexuales Unidos Canarios

En el mes de mayo de 1977, varios grupos homosexuales de diversas partes del país presentaron en Madrid un comunicado de prensa en el que denunciaban el hecho de que “los homosexuales siguen siendo reprimidos; nuestra actual sociedad española sigue privándoles de sus más elementales derechos como personas y como ciudadanos; siguen vigentes leyes injustas y vejatorias (…)” y, entre otras reivindicaciones exigían la “inmediata derogación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social y la disolución de los tribunales que las aplican

Este manifiesto estaba firmado por asociaciones de Madrid, País Vasco, Baleares, Valencia, Andalucía y Aragón, sin que constara la firma de ninguna organización canaria. No obstante, ese mismo año, en el número 22 de la revista Ozono (Madrid, julio de 1977), encontramos el antecedente más antiguo que hemos podido encontrar del movimiento homosexual en las Islas(5). En dicha publicación, el denominado colectivo Homosexuales Unidos Canarios (HUCA), en un documento denominado Plataforma Reivindicativa se define como una “organización independiente, natural y elemental”, que no se encuentra adscrita a ningún grupo político y cuyo objetivo principal es “la feliz realización personal de cualquier ser humano”.

En el documento reivindican como “urgente y necesario conseguir de todos los estamentos sociales la inmediata supresión de cualquier discriminación para la realización personal” y, entre otras cuestiones, demandan el respeto total y absoluto por la inviolabilidad del domicilio, el derecho de intimidad, la supresión cualquier tipo de censura en espectáculos y publicaciones y la libertad de toda persona de usar y utilizar su cuerpo, con las limitaciones mínimas, siempre que no medie abuso, engaño o violencia.

También exigían acabar con el gueto homosexual, condenaban la prostitución masculina o femenina y expresaban la necesidad de impartir una educación sexual adecuada y objetiva, así como la exigencia a todos los medios de comunicación social de un tratamiento objetivo claro y eficaz sobre cualquier tema relacionado con la homosexualidad.

Solicitaban la derogación inmediata de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, la implantación de los dieciocho años como edad mínima para la mayoría de edad y la normalización en el consentimiento de relaciones sexuales a partir de los catorce años, salvo a deficientes mentales o funcionales. Por último, manifestaban su “confianza en que todos los grupos políticos que integran el Estado incluyan en sus programas unas posiciones concretas y bien definidas acerca de la Homosexualidad”.

El artículo no daba detalles acerca de quiénes componían el colectivo, ni en qué isla o islas estaba implantado, ni posteriores acciones del mismo. Esta plataforma reivindicativa muestra un ideario muy cercano a las asociaciones de la época, en las que, como hemos visto, la derogación de la ley de peligrosidad social era un objetivo fundamental.

El ‘Diario de Avisos’, de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, 26 de agosto de 1977, hacía referencia a dicho manifiesto y publicaba la tabla de reivindicaciones en una sección denominada ‘El Frasquito de perfume’. A pesar de que en uno de los puntos se pedía a los medios de comunicación social un tratamiento “objetivo, claro y eficaz” al abordar el tema de la homosexualidad, el artículo finalizaba con algunos comentarios presuntamente jocosos en los que, aparte del juego de palabras con el nombre del colectivo, de dudoso gusto, ironizaba sobre la existencia de dicha asociación. En el texto del periódico se lee:

“’Las llamadas ”locas“ se han unido y han lanzado su declaración de principios. (…) La declaración de la HUCA – ojo, HUCA, ¿eh?, no confundir – es una auténtica perla cultivada. No sabemos si estas asociaciones también tienen que pasar por un registro, aunque creemos que no. Pero los mariquitas – bueno, los homosexuales -, se han constituido en asamblea y piden la supresión de la Ley de Peligrosidad Social que les afecta. En fin, aquí está la noticia. Y yo con estos pelos’”.

Como se puede observar, un artículo lleno de ‘fina ironía’, en el que lo que se cuestiona es la existencia de grupos activistas homosexuales y no la vigencia de una ley que prácticamente criminalizaba la homosexualidad y que, como veremos a continuación, permitía su detención y encarcelamiento.

Siguen las detenciones de homosexuales en Las Palmas


Con este título, el Diario de Las Palmas de 30 de septiembre de 1977 hacía referencia a la detención de “un buen número de homosexuales” por miembros afectos a la Brigada Criminal de Las Palmas. “La inclusión de estos últimos en el grupo de maleantes – expone el periodista -, vuelve a poner de actualidad un tema ingrato y no siempre esclarecido, el de la homosexualidad, presente aquí en Las Palmas, como en cualquier rincón del país (…)”.

A continuación, El periodista se realiza la siguiente pregunta:

¿Son los jóvenes “gay” todavía considerados como elementos indeseables y viciosos y en consecuencia se les castiga taxativamente con todo el peso de la ley, o por el contrario el problema del homosexual está ya siendo considerado como un fenómeno encuadrado en una problemática social?

El cuestionamiento del periodista es significativo, en tanto empieza a plantear la realidad homosexual como algo más que un asunto de mero orden público o de moral social. El encuadramiento dentro de la ‘problemática social’, más allá de lo cuestionable de la expresión, no deja de ser un avance en cuanto a la percepción del fenómeno de las disidencias sexuales no tanto como un elemento perturbador del orden social y moral sino como una realidad a tener en cuenta desde perspectivas más amplias. De hecho, en el artículo encontramos también una referencia al movimiento homosexual local, no sin detalles que remarcan el estereotipo:

“Pero las cosas cambian y sin llegar a extremos notorios y excesivamente públicos (…), el gay abandona la clandestinidad y ha decidido mostrar su rostro maquillado y un programa en el que (…) se advierten planteamientos sujetos a corrientes de izquierda, ácratas, ya desde el comienzo de sus reivindicaciones”.

“Consideraciones psicológicas aparte – continúa el artículo -, el movimiento ”gay“ está aquí y ahora presente se quiera o no y sus gestiones han recibido el consenso y aún el apoyo de partidos políticos en la oposición. Luchan por desterrar la imagen de ”perversión“ y en definitiva romper las barreras aislacionistas (con las) que la sociedad siempre ha levantado en su entorno”.

A pesar de todo, no puede evitar caer en el tópico homófobo de la vinculación entre homosexualidad y delincuencia y presenta una perspectiva que aúna la patologización y la clasificación moral:

“Lamentablemente, junto al hecho de la homosexualidad como fenómeno sociológico – sobre el que no es necesario pronunciarse aquí y ahora -, lo cierto es que con mucha frecuencia el homosexual vive en el mundo del hampa, al borde de la delincuencia y su ”vicio“ le lleva en muchos casos a engrosar ese mundo”.

El artículo no hace referencia específica a un colectivo determinado, pero sí a una estructura organizada, de carácter reivindicativo – programa, dice el periodista -, en el que se advierten “planteamientos de izquierda, ácrata”. Tampoco a líderes o lideresas concretos: las cosas cambian (…) sin llegar a extremos notorios y excesivamente públicos, dice el artículo -. Nos encontramos con un fenómeno que es característico de la época y que podríamos calificar como de visibilidad colectiva e invisibilidad individual.

El activismo de la transición se encuentra en una situación complicada a nivel legal y social. Si durante el franquismo el incipiente movimiento homosexual se movía en la más absoluta clandestinidad, durante la transición estos movimientos tardaron en ser reconocidos legalmente. Así, el FAGC intentó su legalización desde el año 1978, pero el Ministerio del Interior rechazó la reiteradamente la solicitud aludiendo a los artículos del código penal que regulaban el delito de escándalo público. El 15 de julio de 1980(6), tras una campaña de presión social y los correspondientes recursos, el FAGC es finalmente legalizado.

Por otra parte, la discriminación social era importante. La presión en los ámbitos familiar y laboral era difícil de superar y la visibilidad individual, el poner rostro con nombre y apellidos al movimiento, podía traer todavía consecuencias indeseadas. De ahí que el movimiento fuera visible en lo grupal, pero sus líderes invisibles a nivel individual. Fue en 1978, en un programa de la televisión pública española, cuando el pionero Armand de Fluvià y Jordi Petit(7), dirigente del FAGC e histórico líder del movimiento homosexual nacional e internacional, dieron por primera vez la cara como representantes del movimiento homosexual. Pero esa circunstancia fue excepcional, habría que esperar al año 1983 para que Petit volviera a la televisión(8), y no se produjo en Canarias ni prácticamente en el resto del país. En la investigación de hemeroteca no hemos encontrado un solo nombre de activista canario y las imágenes que aparecen en los artículos son completamente anónimas.

Pero lo cierto es que, como bien indicaba el artículo, el movimiento homosexual en Canarias comenzaba a organizarse y a visibilizarse y, al año siguiente, saltan a las páginas de la prensa local las primeras manifestaciones públicas en las Islas.

Accidentada concentración gay en Santa Cruz


Tras la muerte del dictador en el año 1975 los colectivos homosexuales, que se habían organizado en la clandestinidad ante la amenaza de las leyes represoras, iniciaron un proceso de visibilización necesario para poner de manifiesto sus exigencias de cambios legales y sociales. Así, el 26 de junio de 1977 y convocada por el FAGC – organización aún ilegal -, más de 5.000 personas se manifestaron por las ramblas de Barcelona al grito de eslóganes como “Amnistía sexual” y “No somos peligrosos”, en clara referencia a los encarcelados en aplicación de la ley de peligrosidad social.

De la convocatoria dio cuenta ‘El Eco de Canarias’ en su edición del 22 de junio de ese año al título de: “150.000 de toda España. Manifestación de homosexuales en Barcelona el domingo”. En el artículo se destaca que “se exhibirán pancartas alusivas a la discriminación social de los homosexuales y a la exigencia de que sean eliminadas todas las penas y prevenciones que les afectan de la vigente Ley de Peligrosidad Social. De momento – concluye el artículo -, la manifestación no cuenta con autorización gubernativa“. Y efectivamente, la manifestación de Barcelona tuvo un final violento, con violentas cargas policiales y detenciones de manifestantes.

La primera referencia en prensa de una acción pública del movimiento homosexual en Canarias la encontramos en el ‘Diario de Avisos’ de 27 de junio de 1978. Con el título “Accidentada concentración gay en Santa Cruz”. La concentración, desarrollada en el Parque García Sanabria, fue celebrada el 25 de junio y convocada por el denominado Partido Democrático de Homosexuales de la Región Canaria. Al acto acudieron unos doscientos homosexuales, según estimaciones del periodista, y algunos grupos políticos no especificados en el artículo que apoyaban sus reivindicaciones. Durante el acto se portó una pancarta en la que se leía “No a la Ley de Peligrosidad Social. 25 de junio, día del orgullo Gay”, lema fundamental de todas las acciones de la época.

Según el periódico, la concentración no estaba autorizada de manera oficial aunque sí de manera verbal. Durante su desarrollo, un comisario de policía les exhortó a disolverse y, ante la negativa de los concentrados, solicitó refuerzos y fue retirada la pancarta. Tras lo que el periodista califica de “lamentables incidentes”, que no describe, se inició una manifestación improvisada y pacífica por las Ramblas del General Franco hacia el centro de la ciudad. Durante el trayecto se corearon consignas del tipo “Libertad Sexual”, “No a la Ley de Peligrosidad Social” y “Suárez escucha, los gays están en lucha”. En el artículo se destaca la agresión sufrida por el presidente de la organización convocante por parte de un miembro de la Policía Armada, fuerza que se retiró tras las muestras de censura del público que contempló la agresión.

No es fortuito que la primera manifestación en Canarias se desarrollase en Tenerife, sede de la Universidad de La Laguna, entonces único centro universitario de las Islas. Al igual que en muchas otras universidades del país, aunque con menor relevancia que en otras, La Laguna había sido un espacio proclive a la actividad de los movimientos políticos clandestinos, ya desde mediados de los sesenta, por parte de estudiantes de las juventudes socialista, comunista y demócrata cristianas(9). De hecho, según el profesor Hernández Bravo de Laguna, “la Universidad de La Laguna se transformó en el principal reducto antifranquista de la isla de Tenerife”.

Por otro lado, la transición propició la emergencia de numerosas organizaciones sociales vinculadas al ámbito feminista, estudiantil, el movimiento vecinal, el ecologista y el antimilitarista. En este ambiente, prolífico desde el punto de vista político y de amplia movilización social, no era de extrañar que los estudiantes homosexuales de la universidad decidieran iniciar un proceso organizativo, emulando así a los colectivos que ya visiblemente habían puesto en marcha su activismo en el resto del estado. Sin duda, las noticias de la manifestación del año anterior en Barcelona, que tuvo repercusión en la prensa local(10), debieron ser incentivo para la convocatoria tinerfeña. Y, por otro lado, la notable presencia de estudiantes de Gran Canaria en la universidad, permitiría trasladar también a esta isla las siguientes convocatorias del incipiente movimiento homosexual canario.

La derogación de la LPS: un clamor social


La derogación de la ley de peligrosidad social no fue una reivindicación exclusiva de los movimientos homosexuales. La ley no sólo permitía reprimir las disidencias sexuales sino que su ambigua interpretación y su arbitraria aplicación era utilizada en ocasiones para la represión política. Asimismo, la ausencia de medidas rehabilitadoras, el hecho de que la mayoría de los peligrosos sociales acabaran siendo recluidos en cárceles junto con presos comunes, a pesar de que presuntamente las medidas se aplicaban a situaciones pre-delictuales, y la consecuente inseguridad jurídica y limitación de derechos que todo ello implicaba favoreció que desde diversos sectores sociales se exigiera su derogación inmediata. Todo ello en el marco de construcción de un sistema democrático que iniciaba su andadura con pasos indecisos en medio de un ambiente político y social ciertamente conflictivo.

Como muestra del contexto de beligerancia social, el 18 de julio de 1977 se produjo un motín en la cárcel de Carabanchel de Madrid. Las lamentables condiciones de los presos heredadas del régimen dictatorial influyeron en la creación de la denominada Coordinadora de Presos Españoles en Lucha (COPEL), a través de la que se reivindicaban una amnistía o indulto general, la abolición de torturas y tratamientos que violasen los derechos humanos, una alimentación decente, una sanidad efectiva y, entre otras numerosas cuestiones, la supresión de la ley de peligrosidad social.

El motín de Carabanchel se extendió a doce prisiones del país, entre ellas la de Barranco Seco, en Gran Canaria, hecho que tuvo amplia repercusión en los medios locales. ‘El Eco de Canarias’ del 21 de julio titulaba el motín con el texto ‘Motín en la cárcel de Las Palmas. Piden amnistía total, trabajo y libertad’. En el artículo se exponían las reivindicaciones que, desde las ventanas, exponían los presos, entre los que se encontraban también disidentes sexuales. Así, con el texto: “los homosexuales se quejaban de la Ley de Peligrosidad Social”, el periodista reflejaba las reivindicaciones de este colectivo, dando muestras de la presencia de presos homosexuales en el centro penitenciario en aplicación de la mencionada norma.

Pero además de los colectivos y los presos, la derogación de la norma represora era exigida por partidos políticos, sus organizaciones y por entidades ciudadanas, como la Asociación Canarias Solidaria de Tenerife (‘El Eco de Canarias’, 18/07/1977) y las Juventudes Socialistas Canarias (‘El Eco de Canarias’, 19/11/1977). También los partidos más importantes a nivel nacional, entre los que se nombra a Unión de Centro Democrático (UCD), Partido Socialista Obrero Español, Partido Comunista de España y Alianza Popular, “en mayor o menor proporción, ponen en tela de juicio la actual Ley de Peligrosidad Social”, según un artículo de ‘El Eco de Canarias’ del 20 de enero de 1978, en el que el representante de UCD expone “que ni la homosexualidad ni la prostitución deben ser objeto de reproche penal alguno”.

Desde los juristas especializados en cuestiones criminológicas también se muestra una postura favorable a la derogación de la ley, según una encuesta publicada en ‘El Eco de Canarias’ (12/08/1977). “Es una ley represiva, que juzga conductas y personalidades y no hechos concretos, lo que conlleva una tremenda inseguridad”, declara el jurista Hernández Rodero en el artículo.

E igualmente otros sectores afectados expusieron públicamente sus reivindicaciones derogatorias en la calle, como fue el caso de la manifestación de prostitutas y otros marginados que recorrió las calles de Bilbao en apoyo a la COPEL y en exigencia de que fuera abolida la citada ley (‘El Eco de Canarias’, 13/11/1977).

La presión social y la conciencia del gobierno de UCD de que al menos algunos aspectos de la ley no eran compatibles con la Constitución recientemente aprobada, permitieron que en enero de 1979 se derogaran varios de los artículos, entre ellos el referente a los actos de homosexualidad. Aun así, la homosexualidad seguiría siendo perseguida durante varios años más mediante figuras como la del escándalo público del artículo 431 de Código Penal, siempre al albur de que un juez considerara esa conducta como ofensiva “al pudor o las buenas costumbres”, según rezaba dicho artículo.

Germen del movimiento en Gran Canaria

Ya en 1976 se había intentado crear un colectivo en la isla de Gran Canaria, según declaraciones realizadas al ‘Diario de Las Palmas’ de 21 de julio de 1978 por una de las personas que protagonizaron la iniciativa. Tras una reseña a la existencia del movimiento en España, el artículo expone las declaraciones del activista sobre la iniciativa de organización. De ellas destaca algunos datos que no dejan de ser interesantes. En palabras del anónimo activista, “la gestión cayó en manos de los travestis, los que se inyectan, ya sabes”.

A pesar de la confusión de términos y el carácter transfóbico de la expresión, de sus declaraciones se deduce que fueron mujeres transexuales las promotoras fundamentales del proyecto asociativo. Sin embargo, la iniciativa no prosperó debido a que la mayoría de las promotoras obtuvieron trabajo en el mundo del espectáculo: “como justo por esa época empezó la fiebre de los espectáculos nocturnos de homosexuales, todos los integrantes de la junta gestora, que aún estaba en embrión, se contrataron y olvidaron el seguir luchando por nuestras reivindicaciones”.

Por otro lado sorprende que, según afirma el activista, en ese momento existían dos grupos en Las Palmas “uno, el que forman los Guerrilleros de la Gran Generación Gay de tendencia ultraderechista, y otro que es el FULIGEC uno de cuyos representantes mantiene un contacto directo con los movimientos de liberación de la Península”.

La referencia a un colectivo gay de tendencia ultraderechista es realmente insólita y prácticamente única en el movimiento homosexual de la época en el país. No obstante, no existen más referencias periodísticas a dicho colectivo y no parece que deba ser resaltado más que como una anécdota más bien pintoresca.

Con respecto al FULIGEC, siglas cuyo significado no se especifica en el artículo, tampoco existen referencias posteriores. No obstante, dos de sus representantes, un hombre gay y una mujer lesbiana y hermanos entre sí, realizan unas escuetas declaraciones desde el anonimato: “Sabemos lo que queremos y luchamos por rescatar a esta sociedad hipócrita los derechos que nos corresponden. Hacemos una labor de mentalización, ¿comprendes? Hay que educarse primero. Por eso vamos de sala en sala, de club en club. Hablamos, hablamos mucho. Tenemos que empezar, pero con base. Nada más”.

No parece que el FULIGEC tuviera tampoco mucho recorrido en su actividad de concienciación, pero nuevos protagonistas iban a aparecer y visibilizar al incipiente movimiento canario de la época.

Fiesta mitin en el López Socas


El 21 de junio de 1979 ‘El Eco de Canarias’ anunciaba la convocatoria de una fiesta mitin que se celebrará en el centro polideportivo López Socas, convocada por “el recién creado Colectivo Canario de Hombres y Mujeres Homosexuales”, en lo que sería el primer acto público de la organización. El evento se organiza en solidaridad “con la convocatoria de la Coordinadora de Frentes de Liberación Homosexual del Estado Español” y en él participaron conjuntos de rock, como Teclados Fritos, así como agrupaciones folklóricas. Asimismo, se expusieron libros y posters realizados por miembros de la asociación.

Las principales reivindicaciones de la convocatoria destacadas en el artículo fueron la abolición de las leyes y normas que reprimen la sexualidad; la abolición de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social y la supresión de los artículos 431 y 432 del Código Penal; la amnistía para los homosexuales y por el derecho a la legalización de los movimientos homosexuales.

Si bien a principios de ese año, como hemos visto, la ley de peligrosidad social había sido modificada para eliminar a los homosexuales de su articulado, los colectivos sociales continuaban exigiendo su derogación definitiva, dado su carácter represor de conductas pre-delictuales y la infausta memoria de su utilización como mecanismo de represión ideológica durante el franquismo. Por otro lado, a pesar de tal modificación, los artículos del código penal referentes a los abusos deshonestos y al escándalo público se siguieron utilizando para condenar las relaciones homosexuales hasta entrados los años 80. Asimismo, la reivindicación de la amnistía para los homosexuales indica claramente la existencia, aún en esa época, de disidentes sexuales encarcelados por su orientación sexual, probablemente en aplicación de los mencionados artículos del código penal.

El Colectivo Canario de Hombres y Mujeres Homosexuales, convocante de la fiesta mitin del López Socas, desarrolló una notable actividad pública a finales de los años 70 y principios de los 80, de manera coordinada, en las islas de Gran Canaria y Tenerife. En Gran Canaria se encontraban en un local de la calle Buenos Aires que, desde 1977, compartían con otros movimientos sociales, como la Coordinadora Feminista.

Documentos internos del colectivo destacan, entre otros actos relevantes organizados en Gran Canaria, la celebración del Orgullo en el López Socas en los años 1979 y 1980, la participación en la fiesta-mitin de UGT, la intervención en el Congreso Clausura del Sindicato Obrero Canario (SOC), la impartición de charlas en centros educativos (Isabel de España, Tomás Morales y Pérez Galdós), en la escuela de asistentes sociales y en la Universidad Laboral. También participaron en actos de colectivos feministas y en la manifestación del 1 de Mayo.

En la isla de Tenerife se reunían en el local de la CNT y en el Colegio Mayor de San Fernando. Según dicho documento en esta isla participaron en actos de propaganda-agitación en la Universidad de La Laguna, en la clausura del congreso del PUCC-MIRAC. Asimismo, participaron en entrevistas en los periódicos y realizaron intervenciones en programas de radio. Destacan igualmente la celebración del mitin del ‘Día del Orgullo Gay en la antigua Recova’ y la ‘Primera salida publica de travestis’ en Tenerife, en el Parque García Sanabria, aunque sin que quede claro que se refiera a la primera concentración a la que nos hemos referido previamente. La influencia del FAGC era notable en el movimiento canario. Las referencias al mismo son diversas en los documentos del colectivo, que ponen de manifiesto que mantenían relaciones con el Front D’Aliberament. Como veremos, algunos de los textos estudiados por la asociación canaria proceden de la catalana y entre los documentos que constan en su archivo se encuentran pegatinas, algunos ejemplares del boletín mensual que editaba el FAGC con el título ‘Debat gai’, una publicación de 45 páginas con el ‘manifest’ del colectivo y un folleto titulado ‘Somos gais. Cambiemos la vida’, publicado en catalán y castellano, en el que el Front expone sus objetivos y anima a la participación.

A nivel interno un texto explicativo de la organización canaria, sin datar, indica que durante los momentos iniciales del colectivo se realizaban estudios elaborados por “los miembros con mayor formación teórica, aquellos procedente de la izquierda, quienes preparaban los materiales y documentos a tal fin”. Los temas que se abordaban “estaban relacionados con la opresión de los homosexuales, con el machismo, etc. y los textos extraían de publicaciones realizadas por las organizaciones existentes en el Estado sobre todo el FAGC y de revistas como El Viejo Topo”.

El historiador Miguel Ángel Sosa, que militó en la asociación, ha explicado que “el colectivo era una especie de hueco o de parcela donde homosexuales, hombres y mujeres, nos veíamos con cierta frecuencia para normalizar la situación de muchos, que ya más o menos la teníamos clara y de algunos otros que la vivían con cierta dificultad”(11).

En este proceso de debate y reflexión interna, el colectivo se dividía en grupos de trabajo dentro de los cuales se desarrollaban las discusiones y comentarios relativos a los temas objeto de estudio. Al respecto se dispuso de un plan de estudio y formación en el que se analizaban textos como “’La tortura infligida diariamente a los homosexuales’ (FAGC), análisis utilizado para “debatir a fondo la problemática homosexual en Canarias, en especial la cadena diaria de la opresión”.

Desde la perspectiva ideológica, el colectivo se definía de ‘tendencia revolucionaria’ que, según expusieron sus integrantes a los periodistas en el artículo de junio de 1979, “es la que agrupa a los homosexuales que mantienen que no se puede aislar su liberación de la del resto de los grupos oprimidos y explotados, niños, mujeres y clase trabajadora”.

Con el probable fin de sentar sus bases ideológicas, elaboraron lo que denominaron un primer documento interno del colectivo, titulado “Por un Movimiento Homosexual en Canarias”. En este texto, igualmente sin fecha pero que probablemente haya sido realizado en 1979, se desarrolla el ideario de la organización, muy cercano a planteamientos de izquierda revolucionaria, como era habitual en las asociaciones de la época del resto del Estado(12), que buscaron sus espacios en terrenos de la izquierda o la extrema izquierda. La lucha del colectivo se vincula “con la que se libra contra las estructuras de una sociedad burguesa – y su discurso sexual reaccionario fundamentado en el machismo y el heterosexismo – y capitalista, del que se critica la explotación capitalista de la sexualidad (…) y la miseria sexual que origina-”.

Planteamientos de izquierda revolucionaria

En el manifiesto se analiza la realidad de la específica “opresión de los homosexuales canarios” y sus diferencias en relación con la represión vivida en otras nacionalidades del Estado Español. Asimismo, se aborda la vivencia de la homosexualidad y el nivel de conciencia según el origen social de la persona, distinguiendo entre aquellos homosexuales cuyo origen está en el lumpen-proletariado, la burguesía media o pequeña burguesía y la cúspide de la jerarquía de las clases o clases explotadoras.

Algunos de los contenidos de este documento, como su carácter claramente crítico con el sistema capitalista, su visión del turismo y los locales específicos para homosexuales y los distintos ámbitos sociales de represión, se reflejan en la entrevista publicada en el Diario de Las Palmas el 12 de abril de 1980 con el título “El poder gay se organiza en Las Palmas”. En este artículo, previo a una charla que el colectivo impartiría en el Partido Comunista de Canarias, la agrupación de Las Palmas del colectivo explica al periodista que “la explotación de la figura del homosexual por parte de esta sociedad capitalista es continua, no tienes más que ver las revistas y clubs, que proliferan sobre todo en zonas turísticas. No significa esto la liberación del homosexual, más bien se pone como un señuelo de cara al turista”.

Asimismo denunciaban las situaciones de represión en diferentes ámbitos como el familiar y el laboral y destacaban el papel del homosexual como en la sociedad como la de un revolucionario: “al tomar conciencia de sus reivindicaciones, se enfrenta a esa explotación, a esa moral hipócrita y burguesa y se convierte en un elemento que puede echar por tierra los cimientos de esas estructuras. Esa es una de las causas por las que el homosexual es perseguido con saña en países donde la democracia pura y auténtica no ha aparecido aún.”

Como hemos mencionado, la ideología radical de izquierdas del colectivo era característica de los movimientos de la época al igual que la doble militancia, que también se dio en el colectivo canario. Miguel Ángel Sosa ha declarado que muchos de sus militantes venían de la pertenencia a partidos de izquierda, en incluso mantenían el algunos casos doble militancia. Pero esta afinidad ideológica no excluía ciertas fricciones.

Los conflictos con las izquierdas


Si ciertamente, tal y como afirma Berdoza Camacho (2012), la búsqueda del espacio propio de los homosexuales en el posfranquismo, tras la dura persecución durante la dictadura, “no podía encontrarse en el terreno de la derecha, sino en el plano diametralmente opuesto: el de la izquierda y la extrema izquierda”, no es menos cierto que las relaciones de las disidencias sexuales con esta izquierda no fueron totalmente pacíficas.

Ejemplo de esta situación, en ocasiones realmente tensa, lo encontramos en un artículo publicado por Juan Goytisolo en la revista Triunfo de septiembre de 1979(13). En este texto, titulado “Demos la vuelta de una vez, como un calcetín, a su miserable discurso”, el escritor exponía con ironía no exenta de cierto tono airado, la imaginaria situación en la que los heterosexuales, “marginados y arrinconados por espacio de siglos (…) reclaman hoy, al abrigo de las normas de tolerancia (...) el derecho a vivir su específica forma de sexualidad a la luz del día”. En el artículo denunciaba las hipócritas actitudes en diferentes momentos históricos y culturales hacia la homosexualidad, pero utilizando circunstancias similares aplicables a la heterosexualidad, sin dejar atrás la situación en los países socialistas.

En este sentido el autor ironiza con el hecho de que “frente a quienes creen ver en ella – la heterosexualidad -, un simple producto de explotación precapitalista o burguesas y, en cuanto tal, condenado a desaparecer en las futuras sociedades igualitarias, la experiencia acredita que (...) sigue manifestándose y dando que hacer en el ámbito de los países bajo un régimen de dictadura del proletariado.” Asimismo expresa que “los países socialistas han intentado erradicarla sin éxito mediante el envío de los interesados a granjas colectivas, campos de reeducación y asilos psiquiátricos”.

El artículo se complementa con un faldón en el que, ya sin ironía, algunos destacados dirigentes de izquierda responden a dos cuestiones que se les plantea: ¿qué opinión te merece la homosexualidad? y ¿estás de acuerdo con la creación de frentes que luchan en defensa de los derechos de los homosexuales? Las respuestas no dejan lugar a dudas sobre las contradicciones de unos políticos que empezaban a moverse sobre terrenos que poco habían explorado. Como muestra la de dos destacados dirigentes, Manuel Guedan de la Organización Revolucionaria de Trabajadores y el muy conocido Enrique Tierno Galván, entonces líder del Partido Socialista Popular.

El primero respondía de la siguiente manera a las cuestiones planteadas:

“Es una alteración de la sexualidad. No es una forma normal de entender las relaciones sexuales, no es un modo natural y puede verse en un tipo de deformación educativa, psicológica o física (…). No creo que haya que reprimir la homosexualidad de una forma policiaca o física. Hay que buscar la fórmula de solucionar estos problemas que son una enfermedad con origen en causas distintas y que pueden requerir tratamientos de diversos tipos.”

Por su parte, Tierno Galván contestaba con las siguientes palabras:

“Es un problema respecto del cual hay que tener mucha comprensión. Se trata de personas que han desviado los instintos bien por razón biológica, por razón social o, en muchos casos, porque no han tenido un tratamiento psiquiátrico a tiempo. (...) La homosexualidad debe ser corregida porque realmente no responde a los principios de una sociedad estable tal y como se entiende. Por lo menos, desde el punto de vista socialista revolucionario se comprende que la pareja hombre-mujer es la determinada para lleva a cabo el protagonismo histórico y que este tipo de emparejamiento nace de razones que están construidas sobre los instintos más que sobre la racionalidad.”

Estas visiones manifestaban una visión patologizante y asocial de las disidencias sexuales, no muy distantes de las de la propia dictadura franquista. No es de extrañar, por tanto, que los propios colectivos homosexuales fueran críticos con la homófoba intolerancia que destilaban en ocasiones los partidos con los que se identificaban. Así, en el documento “Por un movimiento homosexual canario”, el Colectivo Canario de Hombres y Mujeres Homosexuales, al analizar la realidad de la opresión de los homosexuales canarios durante la dictadura, incluía como elemento fundamental “la nula respuesta de los partidos políticos y de las organizaciones obreras y populares a la opresión específica de los/las homosexuales tanto a nivel de sus programas ideológicos y políticos como a nivel de su práctica interna y externa”. Asimismo, pone en evidencia el hecho de que “la falocracia y el puritanismo de todos los partidos políticos y de la mayoría de las organizaciones obreras y populares relega al olvido la opresión homosexual y la lucha contra el poder que la burguesía hegemónicamente ejerce sobre los cuerpos y el placer”.

No obstante, no deja de ser cierto el apoyo que las actividades organizadas por el colectivo tenía entre los partidos de izquierda, que se muestra no sólo con la charla en la sede del Partido Comunista de Canarias a la que antes nos referimos, sino en el amplio apoyo en convocatorias como el mitin del López Socas de junio de 1979 o la jornada en el Palais Royal de Tenerife de 1980, que fueron apoyadas por organizaciones como CNT, SOC, UGT, Unidad Socialista, Unión Juventudes Maoistas, ORT, STEP, CC.OO., PCE, PCC, PSOE-PSC, PUCC-MIRAC y LCR, entre otras.

El declive de los 80

Tras el auge activista de la década anterior, los años ochenta fueron testigos del declive del movimiento gay-lésbico en todo el Estado. Muchos de los colectivos creados en la vorágine activista de la transición desaparecieron. La consecución del principal objetivo de esos primeros años, como fue la eliminación de la referencia a los homosexuales de la ley de peligrosidad social, junto a la necesidad de disfrutar una libertad desconocida por muchas generaciones de personas LGTB, facilitaron la desmovilización y el decaimiento del activismo.

En Canarias, el año 1980 significó un punto álgido pero también prácticamente final del movimiento de la transición. El mes de junio de ese año, el movimiento canario organizó dos actos públicos en celebración del día del orgullo gay. El de Gran Canaria fue convocado por el Colectivo de Homosexuales Canarios y el Colectivo Canario de Liberación de la Mujer Lesbiana, según noticia de El Eco de Canarias del 24 de junio, y se celebró el 27 de junio, en el polideportivo López Socas, según el diario La Provincia del 28 de ese mes.

En Tenerife el acto tuvo lugar en el Palais Royal, convocado por el Colectivo Canario de Hombres y Mujeres Homosexuales. Según el Diario de Avisos del 25 de junio, que anunciaba la convocatoria, la fiesta-mitin tenía “como principal objetivo la legalización de los movimientos homosexuales en España, así como la desaparición de todas las leyes represivas en materia sexual”.

El mismo diario, en su edición del 29 de junio, publicó que al acto tinerfeño acudieron unas 300 personas y la convocatoria fue apoyada por varios partidos de izquierda y organizaciones sindicales. Entre los partidos, el PUCC-MIRAC, realizó un comunicado, que destaca el citado artículo, en el que “manifiesta su apoyo decidido y consciente al joven movimiento homosexual canario. Sólo con la lucha decidida y revolucionaria de las mujeres y hombres de nuestro pueblo irán minando las bases sobre las que se asienta la secular opresión de las y los homosexuales, en el camino de una sociedad sin clases donde se dé el marco que posibilite la total liberación sexual de los individuos (...).”

Tras estas convocatorias, el colectivo canario prácticamente desaparece de los medios de comunicación. Tampoco hay referencias posteriores a ese año en la documentación de la organización y, según Miguel Ángel Sosa, el colectivo fue desapareciendo sin causas aparentes. Siguiendo la misma senda del activismo del resto del Estado, el movimiento perdió fuerzas tras la consecución de los primeros objetivos legales y cierta paz social entre el poder político y la comunidad, que vivía sus primeros años de libertad en los locales de ambiente que proliferaron en la época. Habría que esperar al año 1994 para que con la aparición del Colectivo Gamá de Gran Canaria y, en los años siguientes, Algarabía de Tenerife y Altihay de Fuerteventura, el movimiento LGTB canario se reactivara e iniciara una nueva, más larga y fructífera etapa.

CONCLUSIONES

Si bien el movimiento de liberación homosexual en el Estado español surge a principios de los años setenta, en la clandestinidad de un régimen dictatorial profundamente homófobo, hasta la fecha no hay constancia de que en Canarias existiera activismo alguno. Sin embargo, tras la muerte del dictador, no pasó mucho tiempo hasta que las primeras organizaciones comenzaran a estructurarse. Y si en 1977 se convocó en Barcelona la primera manifestación en todo el Estado, ya al año siguiente el colectivo canario se visibiliza por primera vez en la concentración del Parque García Sanabria, en Santa Cruz de Tenerife.

Si algo caracteriza al activismo de la época es la cantidad de organizaciones que se crearon y también a su enorme volatilidad. De la investigación hemerográfica y bibliográfica hemos encontrado las siguientes organizaciones: Homosexuales Unidos Canarios [HUCA] (1977), Partido Democrático de Homosexuales de la Región Canaria (1978, Tenerife), Guerrilleros de la Gran Generación Gay (1978, Gran Canaria), FULIGEC (1978, Gran Canaria), Colectivo Canario de Hombres y Mujeres Homosexuales [CCHMH] (1979, Gran Canaria. 1980, Tenerife) y Colectivo de Homosexuales Canario [también aparece en algún cartel como Colectivo Canario de Homosexuales - CCH] y Colectivo Canario de Liberación de la Mujer Lesbiana [CCLML] (1980, Gran Canaria)(14).

De estas organizaciones sólo el Colectivo Canario de Hombres y Mujeres Homosexuales, que según las fuentes en ocasiones aparece escindido en el de homosexuales y de liberación de la mujer lesbiana, tuvo una trayectoria relevante y una actividad pública notoria.

El movimiento se caracteriza, además, por la ausencia de líderes visibles, de tal manera que se da la circunstancia de encontrarnos ante un grupo visible y organizado, sin que existan individuos que, con su rostro e identidad, pongan cara al movimiento. Este hecho es también característico del movimiento a nivel estatal.

La influencia del Front d’Aliberament Gay de Catalunya es notoria, al ser éste un colectivo pionero referente de los existentes en esas fechas. Entre la documentación del Colectivo Canario de Homosexuales consta abundante documentación del Front y referencias a los contactos entre ambos colectivos.

Desde la perspectiva ideológica, el Colectivo Canario de Hombres y Mujeres Homosexuales se inscribe claramente en un posicionamiento feminista y de izquierda radical, crítico con el sistema burgués imperante y con las instituciones tradicionales que configuran la estructura social: patriarcado, matrimonio, familia tradicional, represión sexual, sistema educativo, diferencias de clases, relaciones económicas de explotación… Asimismo se oponen a algunas de las manifestaciones de la comunidad homosexual, como los lugares de ambiente homosexual, a los que considera “guetos homosexuales comercializados”, o a la forma en la que el turismo gay incapacita a los homosexuales canarios elaborar “por sí mismos (...) la alternativa ideológica y organizativa para su total liberación”.

El movimiento LGTB canario de la transición siguió, por tanto, una senda paralela al resto de los colectivos españoles en los momentos de auge, en sus reivindicaciones y acciones y, por último, en el declive hasta su desaparición en los primeros años de la década de los ochenta.

  • NOTAS:
  1. Ley 16/1970, de 4 de agosto, sobre peligrosidad y rehabilitación social.
  2. Si bien actualmente hablamos de movimiento o activismo lgtb (lesbianas, gays, personas trans y bisexuales), utilizaremos una terminología más acorde con el momento histórico del que hablamos para evitar anacronismos, con las precisiones necesarias en cada momento.
  3. Real Decreto-ley 10/1976, de 30 de julio, sobre amnistía. BOE núm. 186, de 4 de agosto de 1976.
  4. Ley 46/1977, de 15 de octubre, de Amnistía. BOE núm. 248 de 17 de octubre de 1977.
  5. Citado en Soriano Gil, Manuel Ángel (2005).
  6. Como comparación hay que tener en cuenta que el Partido Comunista Español fue legalizado en la Semana Santa del año 1977.
  7. Jordi Petit es el pseudónimo de Jordi Lozano González (Barcelona, 1954).
  8. Testimonio de Jordi Petit al autor.
  9. Hernández Bravo de Laguna, Juan (1992).
  10. La noticia de la primera manifestación homosexual de Barcelona del año 1977 apareció en diversos medios: Diario de Las Palmas(27/06/1977), La Provincia (28/06/1977) y El Eco de Canarias (02/07/1977). También hubo referencias a la manifestación de Nueva York de ese año en el El Eco de Canarias (29/06/1977) y, el año anterior, el mismo diario hizo referencia a la manifestación de Londres (08/08/1976).
  11. Declaraciones realizadas en el documental Miradas de Orgullo, Ramírez, Víctor M. (2001).
  12. Berzosa Camacho, (2012).
  13. Triunfo. Año XXXII, n. 754 (9 jul. 1977), p. 40-41.
  14. Las fechas hacen referencia al año en que aparecieron las referencias de las organizaciones en prensa. 
  • Agradecimientos:
  • A Francisco Ojeda, por la aportación de materiales del Colectivo Canario de Hombres y Mujeres Homosexuales.
  • A Jordi Petit, por su testimonio.
  • A Chary Armas, por sus aportaciones y sugerencias.
  • A Adrián Manzanares, por su colaboración en la búsqueda hemerográfica.
  • BIBLIOGRAFÍA:
  • Berzosa Camacho, Alberto (2012), La sexualidad como arma política. Cine homosexual subversivo en España en los años setenta y ochenta. Universidad Autónoma de Madrid.
  • Bethencourt, Enrique (2016), Daguerrotipo de la izquierda de la izquierda: una mirada canaria al final del franquismo y la transición. Publicado en canariasahora.com (12/03/2016). Disponible en: http://www.eldiario.es/canariasahora/premium_en_abierto/PUCC-MIRAC-UNI-mirada-canaria-franquismo-transicion_0_493801056.html
  • Hernández Bravo de Laguna, Juan (1992), Franquismo y transición política, Centro de la Cultura Popular Canaria – Historia Popular de Canarias, Santa Cruz de Tenerife.
  • Herrero Brasas, Juan A. (2001), La sociedad gay. Una invisible minoría, Ed. Foca, Madrid.
  • Mira, Alberto (1999), Para entendernos. Diccionario de cultura homosexual, gay y lésbica, Ediciones de la Tempestad, Barcelona.
  • Monferrer Tomás, Jordi M. (2003), La construcción de la protesta en el movimiento gay español: la Ley de Peligrosidad Social (1970) como factor precipitante de la acción colectiva, Reis, Revista española de investigaciones sociológicas (102). Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=99717911007
  • Petit, Jordi (2003), 25 años más. Una perspectiva sobre el pasado, el presente y el futuro del movimiento de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, Ed. Icaria, Barcelona.
  • Petit, Jordi (2004), Vidas del arco iris, Random House Mondadori, Barcelona.
  • Petit, Jordi y Pineda, Empar (2004), El movimiento de liberación de gays y lesbianas durante la transición (1975-1981). Publicado en Ugarte Pérez, Javier (ed.) (2004),
  • Soriano Gil, Manuel Ángel (2005), La marginación social en la España de la transición, Egales editorial, Madrid.
  • Ugarte Pérez, Javier (ed.) (2004), Una discriminación Universal. La homosexualidad durante el franquismo y la transición, Ed. Espasa, Madrid.
  • Ugarte Pérez, Javier (2011), Las circunstancias obligaban. Homoerotismo, identidad y resistencia, Ed. Egales, Barcelona-Madrid.
  • Fuente hemerográfica:
  • Jable, archivo de prensa digital de Canarias de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
  • Fuente audiovisual:
  • Ramírez Pérez, Víctor M. y de la Guardia, Guillermo (2001), ‘Miradas de orgullo’, documental, producido por Gamá, Colectivo LGTB de Canarias.
  • Otras fuentes:
  • Archivo de Gamá, colectivo lgtb de Canarias: material de archivo del Colectivo Canario de Hombres y Mujeres Homosexuales.
  • Archivo histórico provincial de Las Palmas Joaquín Blanco: imágenes del acto en el López Socas procedentes del archivo de ‘El Eco de Canarias’ (1936-1984).

MIKEL/A, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS OCULTAMOS

Mikel/a enseña cacho en la 2ª Gayakanpada de EHGAM, 27-29 agosto 1993, Muxika // Este trabajo, no podría ser de otra manera, está dedicado e...