1993/06/11

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | SEVERO SARDUY, EL CUBANO QUE ESCRIBÍA CON EL CUERPO, FALLECIÓ EL PASADO MARTES EN PARÍS

Severo Sarduy, el cubano que escribía con el cuerpo, falleció el pasado martes en París.
El autor de 'Cobra' y 'Colibrí' tenía 55 años y padecía el sida.
Javier Valenzuela / Octavi Marti | El País, 1993-06-11
https://elpais.com/diario/1993/06/12/cultura/739836001_850215.html 

El de ayer fue un día gris y tormentoso en París, uno de esos días cargados de electricidad malsana en los que no hay manera de quitarse el dolor de cabeza. A primeras horas de la tarde, la noticia de la muerte de Severo Sarduy arruinó definitivamente la jornada. Según informó un comunicado de la editorial Gallimard, el poeta, ensayista y novelista cubano había fallecido el pasado martes en la capital francesa. Aunque Gallimard no aludió al motivo de su muerte, los amigos del autor de Cobra sabían que padecía el sida. Tenía 55 años de edad.

Sarduy, autor de una obra barroca en la que abundan metáforas e imágenes de gran atrevimiento, estaba instalado desde hacía muchos años en Francia, país en el que decía haber "enraizado". Francia le había dado en 1972 el premio Medicis por ‘Cobra’. "El lenguaje, la voluntad de darle sentido a las cosas a través de las palabras, es lo que nos hace humanos", decía Sarduy. "Los dos polos de la literatura", añadía, "son el deseo y la muerte". Y precisaba: "Cuando escribo, camino, salto, bailo. Un escritor moderno escribe más con su cuerpo que con su cabeza".

Nacido en 1937 en la ciudad cubana de Camagüey, Sarduy comenzó publicando poemas en periódicos locales. Tras la revolución castrista, colaboró en las páginas literarias del semanario ‘Lunes de la Revolución’, pero el castrismo no era verdaderamente su vocación y Sarduy se las ingenió para conseguir una beca para la Escuela del Louvre. Llegó a París a los 23 años.

Al tiempo que seguía estudios artísticos en el Louvre, Sarduy participó en los seminarios del lingüista Roland Barthes. Allí se convirtió al estructuralismo. El cubano se incorporó al grupo estructuralista organizado en torno a la revista ‘Tel Quel’.

En la segunda mitad de los años sesenta, Sarduy comenzó a publicar novelas en la editorial Seuil. La obra que le reveló fue ‘Cobra’, en la que mezcló la mística budista con un estilo barroco de indudable cepa sudamericana. Tras expresar su concepción de vida y la literatura en el libro de ensayos Barroco, Sarduy escribió ‘Maitreya’, en el que evolucionaba del Tibet a Miami, y ‘Colibrí’, cuyo decorado era un burdel caribeño para homosexuales. Su última novela, ‘Para que nadie sepa que tengo miedo’, es un juego de máscaras que data de 1991.

En ‘De dónde son los cantantes’, Sarduy entremezcló muchos niveles distintos de lenguaje: la tradición oral con los manierismos de lo escrito, lo culto con lo popular, los fragmentos clásicos con los entresacados de la Prensa sensacionalista, las sentencias de Juan de la Cruz con los mensajes publicitarios. Según Sarduy, en ese libro se encuentra la explicación de la verdadera naturaleza de Cuba, un país formado a partir de la síntesis de tres culturas: la china, la negra y la blanca.

Para Ana María Barrenechea, especialista en Sarduy, ‘De dónde son los cantantes’ convierte a Cuba en "metáfora del mundo, un mundo vacío a fuerza de abarrotado, en el que los dioses se han ido dejándonos dos realidades: el lenguaje y la muerte". En 1991, Gallimard encargó a Sarduy el relanzamiento de ‘La Croix du Sud’, la famosa colección especializada en literatura iberoamericana creada por Roger Caillois. Hasta el final, el escritor cubano asumió esa tarea con su maravilloso buen humor.

La palabra en libertad.
J. Ernesto Ayala-Dip | El País, 1993-06-11

https://elpais.com/diario/1993/06/12/cultura/739836011_850215.html

La muerte de Severo Sarduy deja un vacío insustituible, en su vertiente experimentalista, en la literatura latinoamericana. El verbo gozoso, autocomplaciente, brillante e irreverente de sus libros, deja obras de indudable valor para quien entienda la literatura como una aventura textual.En una de sus últimas publicaciones de ficción, ‘Cocuyo’ (1990), se veía claramente el empecinamiento transgresor de Sarduy. A casi 20 años de su obra más reconocida y traducida en todo el mundo, ‘Cobra’ (1972), el escritor cubano mantenía íntegra su concepción de la narrativa: mezcla de todos los registros posibles de la escritura, en ese amplio espectro que va de lo popular a lo culto, de lo profano a lo sagrado.

Severo Sarduy tuvo referentes literarios que le señalaron el camino a seguir, en las obras y postulados del gran Lezama Lima, y en el inclemente humor de su otro compatriota Cabrera Infante. Con esos flancos cubiertos y las recetas teóricas del grupo de élite formado por Tel Quel, Sarduy se puso manos a la obra: escribir en un canon de irónico barroquismo, pero siempre atento a desprestigiar la realidad tal como se presenta o nos las quieren presentar.

Ninguna de sus novelas -también fue un polémico ensayista- carece de trama, aunque su complicada exuberancia verbal parezca negarlo. Desde ‘Gestos’ (1967), o ‘De dónde son los cantantes’ (1967), hasta ‘Maipreya’ o ‘Colibrí’, el autor argumentó siempre, con sólidas estructuras, su investigación verbal.

Signos y claves
Su literatura está hecha de signos y claves. El lector ha de colaborar para que el discurso adquiera sus definitivos y múltiples sentidos. Sarduy pertenece a una especie literaria en lento proceso de extinción. El autor que creando su espacio literario crea simultáneamente su lector, su cómplice. Pero el escritor cubano nunca escondió sus cartas. Su retórica -jamás gratuita, como sucede con las retóricas verdaderas-, estaba al alcance de quien deseara -el deseo es una palabra y un gesto fundamentales en su obra- utilizar su discurso como fuente de placer.

Severo Sarduy, desde que se marchó de Cuba, no regresó nunca más a su país. Las razones creo innecesarias enumerarlas. Sus discrepancias no fueron sólo políticas, sino también estéticas. Un individuo con sus criterios formales no podía casar con ningún tipo de militarismo literario. Su oposición al régimen de Fidel Castro estaba implícito en su manera de entender la escritura. Con secretos, con luces fustigadoras y con un humor que ponía casi en solfa su propio estatuto de escritor. Las dictaduras, sean del color que sean, imponen -que no desean- un escritor lo más parecido a una estatua de relumbrón. La inteligencia de Sarduy no soportaba esos deshonestos requirimientos. Con él se va alguien que hizo de su país, como dijo alguien certeramente, una metáfora del mundo, no siempre el más apropiado para hacer de la palabra un lugar de libertad y lucidez.

Nunca volvió a Cuba.
Mauricio Vicent | El País, 1993-06-11

https://elpais.com/diario/1993/06/12/cultura/739836012_850215.html

En los años sesenta, Severo Sarduy se marchó de Cuba. Nunca regresó, pero, según la versión del escritor cubano Miguel Barnet, dirigente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), no lo hizo por diferencias políticas sino porque él era un admirador de la literatura y la cultura francesas. "Él puso en mis manos los primeros libros de Apollinaire y Mallarmé", dijo Barnet tras conocer la noticia de la muerte de Sarduy. Barnet aseguró que sería una ridiculez pensar que Sarduy era un "revolucionario", pero dio muestras de una "cubanía sin límites, un equilibrio e inteligencia sin fanatismos".

Severo Sarduy publicó toda su obra en París y ninguno de sus libros ha sido editado en la isla, donde su nombre ha sido tabú durante más de 20 años. "Al perder su vínculo raigal con Cuba, con su esencia, tuvo que inventarse, casi como una metáfora, una Cuba de artificio, que fue su Cuba y que la hizo también nuestra", dijo Barnet. El escritor cubano añadió que "Severo aportó a la literatura cubana una textura muy filtrada de lo criollo visto desde la distancia, la nostalgia y la posmodernidad".

"Todas sus novelas son una epifanía de La Habana, de los carnavales, de la raza mulata y china, de la charada [lotería criolla] y de los ritos populares", según Barnet.

El dirigente de la UNEAC, quien fue amigo personal de Sarduy pese a cualquier diferencia política, afirmó que en su último encuentro con el escritor, en septiembre del pasado año, éste le comunicó que en breve se publicaría un libro de poemas -todavía inédito- dedicado a los orishas (deidades afrocubanas). "Es un libro de décimas a la manera de Nicolás Guillén, con ilustraciones del propio Sarduy, quien en los últimos años de su vida se dedicó a la pintura con bastante éxito", aseguró Barnet, una de las personas a quien el escritor ha dedicado su libro póstumo.

Toda la obra de Sarduy está bañada por una profunda nostalgia de Cuba y en prácticamente todas sus novelas tocó el tema chino como nutriente de la cultura cubana. "Él tenía las tres razas, la blanca, la china y la mulata", afirmó Barnet. Los escritores cubanos que más influyeron en Severo Sarduy fueron José Lezama Lima, a quien idolatraba; Alejo Carpentier y Virgillo Piñera.

Barnet recuerda cómo un día, caminando por las calles de San Juan de Puerto Rico, Severo Sarduy comenzó a correr enloquecido al ver la luz del mediodía iluminando las casas del viejo San Juan, muy parecidas a las de La Habana. "Es la luz de Cuba", gritaba Sarduy. Según Barnet, estaba corriendo hacia La Habana.

Y ADEMÁS…
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Sobre una tumba, una rumba
Guillermo Cabrera Infante | El País, 1993-06-11

https://elpais.com/diario/1993/06/12/cultura/739836014_850215.html
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De donde son los cantantes
Juan Cruz | El País, 1993-06-12
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Severo Sarduy, 'in memoriam'.
Juan Goytisolo | El País, 1993-06-14

https://elpais.com/diario/1993/06/15/opinion/740095211_850215.html
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La sinfonía de "Los adioses"
Juan Goytisolo | El País, 1993-09-08

https://elpais.com/diario/1993/09/09/opinion/747525601_850215.html

1993/06/01

DOCUMENTACIÓN | OFENSIVAS | RUSIA DESPENALIZA LA HOMOSEXUALIDAD Y LIBERA A GAIS ENCARCELADOS

Rusia despenaliza la homosexualidad y libera a los 'gay' encarcelados.
Rodrigo Fernández | El País, 1993-06-01

https://elpais.com/diario/1993/06/02/sociedad/738972008_850215.html 

Cientos de homosexuales serán puestos en libertad próximamente en Rusia, gracias a la modificación del artículo 121 del Código Penal, que consideraba delito las relaciones sexuales entre hombres, incluso si se realizaban con el consentimiento de ambas partes. Antes, los homosexuales podían ser condenados hasta a cinco años de prisión. La noticia del cambio la dio ayer el portavoz del Ministerio de Justicia, Vladímir Zimonenko.

La segunda parte del artículo 121, que penaliza hasta con siete años de prisión las relaciones sexuales entre hombres realizadas por medio de la violencia o con menores, continúa existiendo. Las modificaciones al Código Penal fueron firmadas a fines de abril, pero no entraron en vigor hasta el 27 de mayo, cuando fueron publicadas. El año pasado, más de 400 personas fueron condenadas en virtud del artículo 121, pero sólo 25 de ellas fueron encarceladas por tener relaciones consentidas, indicó Zimonenko.

Miles de beneficiarios

El portavoz del ministerio de Justicia no pudo dar una cifra del total de personas que se beneficiarán con esta modificación a la ley. Las organizaciones de homosexuales tampoco tienen datos exactos, pero estiman que el mínimo de personas que podrán ser liberadas es de cientos y no excluyen que en realidad puedan ser miles. "Para los miles de homosexuales que han sido víctimas de abusos sicológicos y físicos ya es demasiado tarde para borrar el dolor sufrido", dice Pável Masalski, quien tuvo que pasar tres años en prisión por ser homosexual. Para Masalski, la modificación del "maldito artículo" constituye "una nueva etapa en el movimiento por los derechos de los homosexuales en Rusia". Una de la tareas primordiales de este movimiento debe ser la de tratar de acabar con el prejuicio del hombre de la calle, educado en la idea de que la homosexualidad es un delito.

El artículo 121 del Código Penal también fue utilizado como pretexto para poder encarcelar a intelectuales heterodoxos. El caso más famoso es el del director de cine Serguéi Paradzhánov, que pasó varios años en un campo de trabajos forzados.

MIKEL/A, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS OCULTAMOS

Mikel/a enseña cacho en la 2ª Gayakanpada de EHGAM, 27-29 agosto 1993, Muxika // Este trabajo, no podría ser de otra manera, está dedicado e...