25 homosexuales para 25 años. Un cuarto de siglo de orgullo «gay». Armand de Fluviá, heraldista de prestigio de 71 años, es quizás el primer español que dio la cara al contar en televisión, en 1978, que era «gay». El viernes se celebra un cuarto de siglo de lucha reivindicando que se puede ser diferente pero igual.
Ana María Ortiz | Crónica, El Mundo, 2002-06-23 https://www.elmundo.es/cronica/2002/349/1024905810.html Hace 25 años, ese armario por el que hoy desfilan en dirección de salida, artistas, políticos, militares y hasta sacerdotes para entonar públicamente el «yo soy gay, ¿y qué?» era un mueble cerrado (y bien cerrado) por los candados de la represión. En algún lugar de la casa de Armand de Fluviá deben de andar las llaves que lo abrieron. Enarbola el catalán de 71 años, el primer activista gay español, un discurso sosegado y embutido en la modestia de quien no quiere un protagonismo que se le antoja perjudicial. Casi hay que dictarle sus gestas. «Pero usted fue el primer español que reconoció públicamente su homosexualidad, ¿no?».
El próximo viernes se cumplen 25 años de la primera manifestación gay en España y la fecha servirá de onomástica al colectivo homosexual para conmemorar que llevan ya un cuarto de siglo organizados como comunidad reivindicativa. El lema de la manifestación del sábado: «25 años de lucha». Armand de Fluviá y los 24 nombres que le siguen, uno por cada año, son sólo algunos de los españoles que en este tiempo se han atrevido a asomarse para mirar el armario desde el otro lado.
1- Armand de Fluviá, heraldista.
Fue el primero en salir del armario, allá por 1978, en el programa de más audiencia entonces de la TV3, Vosté pregunta. «La reacción fue fantástica, casi no me dejaban salir a la calle, todo el mundo quería felicitarme». No era para menos. Por aquel entonces, aún seguía vigente una ley que decía que Armand, por el mero hecho de mantener relaciones homosexuales, era un «peligro social».Y que alguien se reconociera como tal en voz alta...
Paradójicamente, esa Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social figura en su currículo de activista como uno de sus mayores logros. En 1970 el anteproyecto se presentó ante las cortes franquistas con la intención de condenar a los homosexuales por el simple hecho de serlo. Armand, escondido bajo el seudónimo de Roger de Gaimon (tras el que se refugió hasta su salida del armario) y Francesc F. (con el de Mir Bellgai) intentaron, desde la clandestinidad, luchar contra la barbaridad. «Era la gota que colmaba el vaso: enfermos, posibles delincuentes, tarados, viciosos y ahora peligrosos sociales».
Ayudados por la revista francesa Arcadie, hicieron llegar su protesta a los obispos procuradores en Cortes y consiguieron que el editorial de un periódico calificara la medida de «desorbitada». Fruto de esta actividad clandestina, la ley suavizó su letra: sólo atacaría a los que «probadamente realicen más de un acto de homosexualidad». «La primera victoria del incipiente movimiento gay español», reza en los anales de la causa homosexual. Y Armand, su hacedor.
Genealogista y heraldista (es consejero heráldico de Cataluña, máxima autoridad en la materia), Armand de Fluviá nació en 1931 entre los algodones de la alta burguesía catalana. Estudió Derecho y abandonó una carrera diplomática que le hubiera permitido asentarse en cualquier otro país donde ondeara con libertad la bandera arcoíris para comenzar, pasito a pasito, a acarrear derechos al lado de lo homosexual. Y eso que había visto con sus propios ojos lo fácil que eran las cosas en otros lares: «Recuerdo un viaje a Holanda en 1959. Entré en la discoteca DOK, gente del mismo sexo bailando lentos en pareja. Aquello en España era impensable. Era lo que yo estaba buscando, pero nunca quise abandonar el país. Creía que la lucha había que hacerla aquí».
Animado por la tímida conquista en la redacción de la Ley de Peligrosidad, en 1970 decide fundar, junto con Francesc F., el Movimiento Español de Liberación Homosexual (MEHL), el primer grupo gay que surgía en España. «Estábamos divididos en seis grupos, 60 o 70 personas entre los que había dos o tres mujeres. Nos reuníamos en nuestras casas, cambiando de sitio para que no nos pillaran los serenos y los vigilantes», recuerda hoy Armand. «Barcelona era el foco de este movimiento y seguimos reuniéndonos periódicamente hasta el 73 o 74. Entonces la policía se enteró y el ministro de Exteriores López Rodó tomó medidas para que no nos llegara el boletín que nos enviaba la revista francesa Arcadie. Todo el mundo se iba poco a poco revolucionando: obreros, estudiantes, sacerdotes... y supongo que pensó que sólo faltaba que también los maricones se revolucionaran. Por eso tuvimos que dejarlo».
Sería por poco tiempo. No bien enterrado Franco, en 1975, el FAGC (Front d'Alliberament Gai de Catalunya) nacía con los rescoldos del MELH y sentaba las bases para todos los programas reivindicativos de los movimientos que luego fueron surgiendo. «Del 75 al 80 fueron los cinco años mejores de mi vida», dice Armand de Fluviá, «en las Ramblas había una movida increíble, la gente salía a calle, sacudiéndose la represión. Una maravilla. En el 80 se comenzó a poner freno a esa ebullición y todavía no se ha recuperado. Es cierto que hay más jolgorio y más visibilidad, pero también más desmovilización. Me parece muy bien que la gente se divierta, pero que no olviden que todavía hay que luchar bastante y que formarse ideológicamente para enfrentarse con la ideología dominante».
El 28 de junio de 1977, hace 25 años, 5.000 personas asistían en Barcelona a la primera manifestación del orgullo gay. «Aquel año yo estaba en Nueva York», cuenta Armand, «y me manifesté con todos los grupos de allí, miles y miles de personas. Yo desfilé al lado de la agrupación de Puerto Rico y aquello me marcó bastante. Luego supe que la de Barcelona había sido duramente reprimida por la Policía con heridos y detenciones».
Durante los primeros años de democracia, más que derechos, lo que recogieron, con aureola de éxito, fue la supresión de leyes y normas que equiparaban la homosexualidad con la delincuencia. Como que en 1979, la Ley de Peligrosidad Social cambiara su nombre por el de Ley de Escándalo Público y suprimiera el supuesto de homosexualidad. Todavía se recuerda que, tras la muerte de Franco se concede un amplio indulto que libera a los presos de la dictadura, pero del que no se benefician los homosexuales y hasta 1992 [17 de mayo de 1990] la Organización Mundial de la Salud no retiró la homosexualidad de su listado de enfermedades mentales.
Hoy la consigna de la lucha viene a ser la conquista de la igualdad y de la normalidad. Y eso, aseguran los colectivos gays, se logra, entre otras, cosas con la visibilidad. Pero Armand de Fluviá se muestra rotundo con quienes tratan de empujar del armario a quien no quiere salir. «Sólo justifico el outing cuando se trata de descubrir a un homosexual que contribuya a la represión de los colectivos gays y lésbicos».
Entre las aspiraciones más inmediatas figura el matrimonio, que Armand quiso contraer, hace años, y no pudo, y la adopción, de la que sí ha gozado. «En mi caso fue posible porque el niño que adopté era mi sobrino». Lo acogió bajo su tutela en 1976, recién nacido el bebé y la democracia. «Desde muy pequeño le hablé de mi homosexualidad y ahora está casado y muy feliz».
Armand de Fluviá última un libro, 'El moviment gai en la clandestinidat del franquisme 1975-1980', en el que narrará todas sus vivencias.
2- Miquel Iceta, diputado del PSC.
Hizo pública su homosexualidad el 12 de octubre de 1999, durante la campaña de las elecciones autonómicas y ante miles de personas.«Recibí el respaldo desde Federico Trillo hasta algún sacerdote que escribió apoyándome. Y recomiendo a otros políticos homosexuales que lo hagan público. Contribuye a dar una imagen más real y a normalizarlo».
3- Eduardo Mendicutti, escritor.
«Nunca he hecho pública mi homosexualidad de manera expresa, he hablado siempre con naturalidad, sin hacerlo de manera explícita, al hilo de lo que escribía». «Queda todavía por hacer. Hasta que todo el mundo entienda que cualquier tendencia sexual es absolutamente normal. Aparentemente se acepta, pero no es verdad».
4- Eusebio Poncela, actor.
Tampoco ha tenido inconveniente en dar cuenta de su orientación sexual a través de las páginas de Zero. En su filmografía figuran títulos como La ley del deseo, Martin (Hache) o Sagitario (2001), de Vicente Molina Foix, donde da vida a un homosexual.
5- José Mantero, sacerdote.
«Doy gracias a Dios por ser gay», decía en febrero en Zero. Apartado de su diócesis y suspendido en sus funciones, ha iniciado una serie de charlas para «destapar» las mentiras de la jerarquía eclesiástica sobre la homosexualidad. «La estadística habla de un 30%, por encima del 10% de la sociedad. Aunque pienso que tiran para abajo. Estoy rodeado».
6- Juan Goytisolo, escritor.
El escritor barcelonés, que vive en Marruecos, explicó su condición homosexual en títulos como Coto de vedado (1985) y En los reinos de Taifas (1986). En otros como, Carajicomedia (2000), representa su etapa más radical, marcada por la aceptación de su homosexualidad.
7- José Sánchez Silva, teniente coronel.
En septiembre de 2000 se convertía en el primer militar que confesaba su homosexualidad. «Al nacer era, potencialmente, un vicioso repugnante, según una sentencia del Supremo. Me convertí en «vago y maleante» hasta 1970 por la Ley de este nombre. Entre los 19 y los 28 fui un «peligro social...». Dos países de la OTAN (Turquía y EEUU) prohiben aún la homosexualidad en sus ejércitos.
8- Francisco Nieva, dramaturgo.
Dramaturgo, director y escenógrafo es miembro de la Real Academia de la Lengua. Entre otros, ha recibido el Premio Nacional de Teatro (1980), Premio Príncipe de Asturias (1992) y Premio Nacional de Literatura (1992).
9- Juan González Ruiz, coronel.
Hace nueve días presentaba su libro 'En tránsito del infierno a la vida. La experiencia de un homosexual cristiano'. Ha permanecido 38 años en el Ejército, donde ha ocupado altos cargos, el último en el Alto Estado mayor. Hasta 1986, el Código de Justicia militar español catalogaba la homosexualidad de delito contra el honor. Era castigada con penas de entre seis meses y seis años y la separación del servicio.
10- Rafael Amargo, bailaor.
El bailaor granadino de flamenco, como viene siendo habitual entre quienes hacen pública su homosexualidad escogió la portada de Zero. Su carrera es seguida con interés en las páginas que el colectivo gay tienen en Internet.
11- Jorge Cadaval, humorista.
El componente de Los Morancos escogió, en julio pasado, la revista Zero «Soy gay y punto. Desde siempre lo he tenido muy claro».«Quién se dedique a la educación tiene que tener esto muy clarito.Tienen delante a adolescentes que son homosexuales y lo pasan mal».
12- Luis Antonio de Villena, escritor.
Ya dejó entrever su homosexualidad en sus libros, a finales de los 70. «25 años frente a 15 siglos es mucho tiempo. Queda por hacer todo o casi todo. Basta con hacer una comparación con la lucha que reivindica la igualdad de las mujeres. Está infinitamente más adelantada».
13- Eloy de la Iglesia, director de cine.
«Cuando realmente se hizo evidente en el entorno familiar hubo de todo: desde el típico "ya lo sabía" hasta reacciones más de rechazo, pero rechazo a la idea de que se hiciera público». «He disfrutado de una profesión donde no existe la homofobia implícita que hay en otras. Me ha causado muchos más problemas mi situación política y mi forma de pensar».
14- Ventura Pons, director de cine.
Presente en festivales de cine gay en su filmografía figuran 'Ocaña retrato intermitente' e 'Informe sobre el FAGC'. Esta último documental, recoge la lucha de los militantes de la organización FAGC (entre ellos Armand de Fluviá) por los derechos de los gays y lesbianas.
15- Nacho Duato, coreógrafo.
En 2000 recibió el Triángulo Rosa en reconocimiento por su labor a favor de los gays y lesbianas. Poco antes aparecía en Zero para reconocer una homosexualidad que nunca ocultó.
16- Jerónimo Saavedra, senador.
Ex ministro y ex presidente del Gobierno autónomo de Canarias, en diciembre de 2000, prologa y presenta el libro 'Outing en España. Los españoles salen del armario'. «En los años 50 y 60, uno buscaba la salvación en los pocos bares de ambiente de Madrid o en los viajes al Mediterráneo, donde había más tolerancia. Tenías un temor horrible porque enseguida te aplicaban la Ley de Peligrosidad Social; en Canarias te enviaban a campos de trabajo en Fuerteventura».
17- Leopoldo Alas, escritor.
Aunque nunca ocultó su orientación sexual, la hizo pública en un reportaje en 1995. Es autor de libros como 'Ojo de loca no se equivoca' donde responde a preguntas como: ¿es fácil salir del armario?, ¿hay que denunciar a los famosos que ocultan sus verdaderas tendencias sexuales?
18- Empar Pineda, dirigente feminista.
Dio un empujón al colectivo de lesbianas para que se reconociera su existencia y sigue luchando por sus derechos. El pasado 20 de abril encabezaba una besada protesta ante la Asamblea de Madrid por la retirada de un cartel publicitario lésbico.
19- Inma Serrano, cantautora.
La alicantina aparecía en un número especial de la revista Zero, en 2001, en el que se daba el nombre de 100 personalidades del mundo de las letras, la música, o la escena... que habían reconocido o reconocían su homosexualidad.
20- Álvaro Pombo, escritor.
«Queda incluir la aceptación social de la homosexualidad dentro del sistema legislativo español. Creo que en el libro de María de la Válgoma y José Antonio Marina, 'La lucha por la dignidad', se establecen los más profundos motivos jurídico-sociales y sobre todo éticos de la causa que defendemos. Por eso me parece necesario, ahora que vamos a tener una semana de celebraciones del orgullo gay, recordar que uno de los peligros que acechan a los homosexuales, en su legítima lucha por la dignidad, es empeñarse en ejercitar una autenticidad artificia».
21- Nacho Canut, músico.
«Nunca lo he negado ni ocultado ni disimulado. Cuando yo me di cuenta de que era homosexual, y me acepté como tal, dije: "Bueno, ¿y quién hay más?" No encontré a nadie. Hoy hay periodistas, actores, escritores y quizás el próximo presidente del Gobierno sea homosexual».
22- Jesús Vázquez, actor y presentador.
Superado el calvario del caso Arny, en 2000, también eligió Zero como escaparate para decir que es gay. «Hasta que no se apruebe una ley de parejas, la comunidad gay seguirá estando discriminada», decía.
23- Terenci Moix, escritor.
En el primer volumen de sus memorias, 'El peso de la paja', explica con todo lujo de detalles el despertar de su sexualidad. El escritor vivió un apasionado romance con Pier Paolo Passolini y una duradera relación sentimental con un actor catalán cuya ruptura casi le lleva al suicidio.
24- Moncho Borrajo, humorista.
En noviembre pasado aprovechaba un homenaje que le brindó la SGAE por sus 30 años en escena. «Creí que era un buen momento para hacerlo público: le dediqué el homenaje a mi pareja como lo haría cualquier estrella de Hollywood al recibir un Oscar». «Lo poco que sabíamos era que si te descubrían podían aplicarte electroshocks y cosas así: la homosexualidad era una enfermedad».
25- Arturo Tejerina, periodista.
Colaborador en Telemadrid en el programa de Terelu Campos, experto en asuntos del corazón, su nombre es uno de los muchos que han salido del armario al amparo de Zero.
Reportaje elaborado con información de Montse Fernández