2014/12/30

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | DE VILLENA SE METE EN CASA DE LOS PANERO

De Villena se mete en casa de los Panero
Publica un intenso libro sobre la familia de escritores, los «asesinos de los ruiseñores» en palabras de Neruda
Diego Medrano | El Comercio, 2014-12-30
https://www.elcomercio.es/culturas/libros/201412/30/villena-mete-casa-panero-20141230001849-v.html 

Luis Antonio de Villena (Madrid, 1951) publica intenso libro sobre la familia Panero, bajo singular título y hoguera no menos ácida y siniestra: 'Lúcidos bordes de abismo. Memoria personal de los Panero' (Fundación José Manuel Lara). La fama de bebedor, putero y maltratador del patriarca, Leopoldo Panero, poeta del franquismo a quien Neruda dedicó aquello de: «La caterva infiel de los Panero,/ los asesinos de los ruiseñores». La presencia magmática del tío, Juan Panero, también poeta, figura mucho más importante de lo que se piensa. La indolencia, y un poco fantasía intermitente de Felicidad Blanc, a su modo «niña bien», «señora bien», y «madre mártir», torturada y escasamente torturadora, de toda la plaga de hijos-monstruo y saqueadores. Por fin, el caldo gordo del libro, la descendencia enloquecida e incendiada. Las borracheras de Juan Luis Panero, a su manera, influencia decisiva en lo que serían los 'Postnovísimos' (antología, sí, del propio Villena donde se sitúa como cabeza visible de esa generación y máxima influencia, aún en la sombra) y gran amigo del autor (Premio Loewe de Poesía de por medio, donde todo el jurado sabe que es él quien se presenta y se cuenta, por extenso, deliberaciones, fallo y galardón). La noche gay madrileña vivida junto a Leopoldo María (drugstore de la calle Velázquez de por medio) y las innumerables orgías del piso familiar de la calle Ibiza; los sucesivos ingresos psiquiátricos de Leopoldo María, sí, desde Ciempozuelos a Mondragón, viajes a Tánger entre medias, el tercer o cuarto regreso de París, de donde viene ya muy tocado, mojando los cruasanes en los charcos negros de la calle y con un discurso cada vez más difícil de seguir; las también novias de Leopoldo (mujeres raras, apasionantes, Mechita y Marava) por esos años. Michi, José Moisés Panero, cada vez más decrépito, víctima de enfermedades varias, quien vende y hace menguar la biblioteca familiar, quien quiere escribir y no lo hace, cuya novia regenta un bar llamado el Universal y, a su modo, es leyenda de la llamada Movida madrileña. La sombra familiar de Luis Rosales, cada vez más enigma, cada vez más lejos de todos ellos. Villena da en la diana del abismo que bien conoció: «Se saltaron esa moral de sacristía que abunda en este país y proclamaron la destrucción absoluta. Su historia global bien podría definirse como una consumada de teoría de la destrucción. Nada debió haber y, al final, nada quedó».

El periplo no puede ser más explosivo: desde el estreno de la conocida película de Chávarri ('El desencanto') hasta la muerte o fin de Leopoldo María Panero. Lo mágico del libro es la disección de la obra poética de Juan Luis y Leopoldo María en planos diferentes, contraponiendo una a la otra, mezclando santoral y heráldica. Juan Luis, siempre dentro de la estética del señorito canalla venido a menos; Leopoldo, en la tragedia personal de drogas y locura. Muy gracioso, telúrico, cuando Villena me nombra, la correspondencia entre Panero y Medrano ('Los héroes inútiles') que tanto disgustos nos trajo y nos sirvió para reunir en Madrid a los últimos amigos de Leopoldo, más majaras que él. Cuenta Villena cómo quise yo quitar del texto algo que él no me dejó, toda esa parte donde Leopoldo dice que «Luis Antonio vive de la pensión de su tía, que es lesbiana», y menciona también cuando Leopoldo en el vídeo de Bunbury, sí, carga contra él, asegurando que «Es más cursi que las ratas». Villena, como los grandes tímidos, se crece en la dificultad y todo lo afronta sin miedo ninguno a guillotinas íntimas, ajenas o de plurales orígenes. El dandi, a la manera de Wilde, puede con todo y no hay más pose que la de la caída.

Libro imprescindible, libro literario y metaliterario, carnaval de máscaras a la manera de Lorrain («Nuestros vicios volverán máscaras nuestros rostros») y de autopsia no menos necrológica (es la máscara, siguiendo al clásico, quien no deja de mentir mientras dice o susurra toda la verdad). Anecdotario distendido, divertido, distinguido a su modo, que resulta inevitable que acabe como lo hace, en la más rotunda tristeza o sinrazón: Juan Luis con sus tres cánceres y Leopoldo ido, ya sin vuelta, en poemas cada vez más cutres por culpa de la enfermedad, películas que progresivamente son pesadillas ('Después de tantos años' de Ricardo Franco) y una poética del propio autor donde la vida suspira volver («Estar loco o no es tener o no tener amigos»). El trío entre Juan Luis, Villena y Gil-Albert, el odio que Gil de Biedma tenía a los Panero, la presencia ineluctable y parpadeante de Gimferrer (obsesión de Leopoldo hasta la médula) y la vida literaria (copetines, noches, madrugadas, publicaciones) como ornato de una miseria abisal (por debajo de todo lo bueno) y cada vez más abismal (pozo que crece, haciéndose hondo, comiéndose la mejor luz de las posibles). Derrumbe integral, entre juergas macabras, donde la muerte o el desastre llevaban siempre las mejores bazas. La entrada salvaje de Leopoldo María, en el sepelio de la madre muerta, queriendo resucitarla por medio de un beso largo en la boca. Todos valientes, todos cínicos, todos viciosos, todos sabios, todos cultos, cuando vivir era llevar careta y llorar, en secreto, su justo precio. 
 
Y TAMBIÉN...
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Los relatos de Felicidad Blanc: el primer adiós, el último y todos los demás

‘La ventana sobre el jardín’ reúne los cuentos de la gran madre de la literatura española y desvela una personalidad hiperromántica y siempre anhelante
Luis Antonio De Villena | El Mundo, 2019-01-14

2014/12/10

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | REPASO DE LAS DISCOTECAS DONOSTIARRAS QUE CERRARON Y CUANDO 'LA ZONA' ENTRÓ EN COMA

Repaso de las discotecas donostiarras que cerraron.
Nombres que van desde Ku en Igueldo hasta Young Play en Galarreta, pasando por Keops, La Perla, Zorongo 66 o el Txikitenis.
Mikel Huarte | Cadena SER, 2014-12-10
https://cadenaser.com/emisora/2014/12/10/radio_san_sebastian/1418229321_434797.html

San Sebastián vivió un tiempo pasado con discotecas fueron referencia, marcaron época y dejaron innumerables recuerdos que perviven en la memoria de muchos. La lista es extensa y Eneko Matilla, que durante 27 años trabajó de relaciones públicas en Bataplan nos ayuda a completarla: Keops, Ku, Young Play, Tiffanys, Paladín [era la anterior a Bataplan, en el mismo lugar] o La Perla son algunos de los nombres de discotecas que, ya sea por decisiones empresariales o por cambio de modas, acabaron echando el cierre.

En 'Qué fue de... aquella discoteca' conversamos también con José, jefe de cabina de la discoteca Young Play durante 25 años o con Juan Carlos, que fue durante 17 años disc jockey de Ku Donosti.

Eneko Matilla vuela solo.
Acaba de estrenar el Warhol Bar en la calle Sánchez Toca, después de 26 años como relaciones públicas en la discoteca Bataplán.
Joti Díaz | El Diario Vasco, 2006-02-12
https://www.diariovasco.com/pg060212/prensa/noticias/San_Sebastian/200602/12/DVA-SSB-184.html

Acaba de estrenar el Warhol Bar en la calle Sánchez Toca, después de 26 años como relaciones públicas de la discoteca Bataplán. Es uno de los famosos de la ciudad. No ha cumplido los 45 años pero su trayectoria laboral es muy larga, siempre vinculada a la música. Ya en su etapa escolar organizaba guateques y cuando dejó el colegio Marianistas comenzó a trabajar de disc jockey y organizar fiestas en las discotecas La Perla y Bataplán, con la familia Sabadell-Montenegro. Eran los inicios de los bailes universitarios con la ESTE y el club Juven de baloncesto. Unos años más tarde se convirtió en relaciones públicas, puesto que dejó el mes de junio del año pasado. A este joven veterano, nacido en la Parte Vieja le rondaba la idea de montar su propio negocio y por fin ha llegado la hora. Se fijó en un local de la calle Sánchez Toca, antes llamado Palumbo, y no lo dudó. El nombre de Warhol Bar lo eligió pensando en un estilo de bar de copas con estilo popero y que se pueda relacionar con la modernidad.

Eneko Matilla pretende ofrecer buena música, calidad en el servicio, buenas copas y una carta especial de cafés y coktails. Él mismo ha decorado el local con la gran ayuda de su esposa, Nora Gómara, no pasan por ella los años, con un diseño moderno y nada recargado. Manda en la barra Gendry Heredia, un joven profesional con una buena trayectoria, ya que ha sido campeón de España de coctelería y ha trabajado en locales como Dionis, Stik ó Splash.

La fiesta de inauguración estuvo muy animada y contó con la asistencia de numerosas personas vinculadas al mundo de la hostelería, la música, la moda y el estilismo. Por allí esaban Toby Aymerich preparando nuevos proyectos profesionales; Javier Elena, de la Gula del Norte, que hizo una degustación entre los invitados; Nerea Matilla y Cristina Gallego de Domecq; Javier Tizón de Osborne, Ibon Cusset y Luis Collado de Bataplán, Javier Urbistondo, concejal de Ayuntamiento y Patricia Parcero de Zubizarreta Moda. También del mundo de la hostelería, Iñigo Jiménez de La Venta de Curro, Agustín Ciriza del Sheraton, Chicho Alvarez del Kontra, Démelsa Pantigoso de Hollywood, Jon Zabaleta del bar Zabaleta, Alberto Mos de G Star, los amigos y vecinos del bar Pokhara, también del Txirula e Imanol del Nido. No faltó el presentador de ETB Klaudio Landa, ni el gran estilista Iñaki Sagarzazu, que fuera hace años campeón del mundo, acompañado de su esposa Marian Álvaro. En otro grupo Javier Solórzano, Carolina Villar, Cristina Espín, María Cabezudo, Unai Astigarraga, Javier Urizberrueta, Tito Moro y su esposa Sol de Hawai Surf y Ramón de La Fuente de la boutique Boom London.

Saludé a Ane Vadillo de Get In, muy ocupada con la dura temporada de conciertos musicales que llega. El televisivo entrenador Gorka Etxeberria sigue buscando equipo y me hacía algunos comentarios optimistas sobre el futuro deportivo de la Real Sociedad. No se pierde una Pablo Villaverde y Kote Cabezudo sigue inmerso en la fotografía del mundo de la moda y su consulta de estomatología. También estaban Roberto del restaurante Altuna, Ion Berregui de Visa Seguridad, Rosa Gómara, Rocío de la Fuente, Ainara y Begoña y Marian y Félix Desojo de Betiko Kafea.

Cuando 'La Zona' entró en coma.
¿Por qué mueren algunas calles de San Sebastián? San Bartolomé, la vía que irradiaba ruido y juventud hace más de una década, es el mejor de los ejemplos.
Gontzal Largo | El Diario Vasco, 2009-09-14
https://www.diariovasco.com/20090913/san-sebastian/cuando-zona-entro-coma-20090913.html

La calle está casi desierta. Apenas dos o tres almas. Alguien ha pintado estas tres palabras en el exterior de un antiguo bar de la calle San Bartolomé. El local se encuentra, hoy en día, cerrado, sin actividad aparente. No es el único: esta vía donostiarra es una suerte de cementerio hostelero, una necrópolis en la que los toldos y los neones no anuncian la existencia de un bar, sino la muerte de éste. Se llama , se llamó y fue uno de los epicentros de la, cada vez más, extinta juerga donostiarra. Hoy en día, apenas sobreviven cinco locales de los casi veinte que llegaron a funcionar a todo gas hace diez años. no es lo que era, pero ¿qué ocurrió? ¿Por qué, en ocasiones, se muere el tejido de una parte de la ciudad y éste no se regenera?

Los orígenes lúdicos de este rincón de San Sebastián se hunden en los últimos años de la dictadura. Lo que comenzó siendo una zona de marcha adulta evolucionó a un ambiente más juvenil en los años ochenta. Ese carácter se acentuó y confirmó en los años noventa, cuando alcanzó su cenit, el paroxismo al que le seguiría la inevitable caída. Tan dorada fue la última década del siglo XX que, incluso, se planteó tímidamente la posibilidad remota de peatonalizar San Bartolomé, a raíz de un experimento llevado a cabo en el verano de 1994, cuando el Ayuntamiento autorizó a varios bares a instalar terrazas en la rúa cerrada al tráfico.

En los noventa, los bares abiertos alcanzaron la veintena, algunos de corte tradicional como el Juanito; otros de corte gay como El Trígono, pasando por locales que cambiaban de nombre y gestores con agilidad (Yabba Dabba, Kopa's.); algunos que aparecían y desaparecían al poco tiempo (T.K.C.), nombres míticos que duraron años (El Moro, Rash, Zakro, Bogart, Twickenham...) o unos pocos que todavía mantienen el tipo y las puertas abiertas como el Kuttun, Pachá o Kentucky. De entre todos, hubo uno que destacó por muchas razones: por su tamaño, por su éxito social, por el perfil que se asociaba a su clientela habitual y porque llegó a actuar como catalizador y locomotora del ambiente festivo de la calle San Bartolomé. Se trataba de El Cine.

Éste fue iniciativa de Adolfo Pantigoso, histórico de la noche donostiarra y paladín de otro rincón mítico, también asociado al mundo del celuloide: el Hollywood de Blas de Lezo. Pantigoso adquirió el local de El Cine en 1981. Primero funcionó con el nombre de Rainbow y, luego, con el de Trocadero, a la vez que uno de sus rincones se habilitaba como hamburguesería, de nombre La Prima Puri. Finalmente, en 1988, lo rebautizaron como El Cine, nombre bajo el cual siguió funcionando hasta su cierre definitivo en 2004. ¿La razón de su ocaso? Tal y como nos explica el propio Pantigoso, contaban con licencia de bar y la escasa altura del local les impidió obtener la de pub, única categoría viable para un espacio de esas características. Durante el tiempo que estuvo funcionando, El Cine no sólo fue el más amplio -casi 200 metros cuadrados- de todas las tabernas modernas de La Zona, sino el más frecuentado, llegando a emplear hasta 14 personas para atender las barras en las noches más multitudinarias. Así, cuando éste cerró, muchos le siguieron irremediablemente.

Los mismo ocurrió con otros locales que poco tenían que ver con el copeteo y se alimentaban de la gente que iba y venía a la citada calle como la bolera SB -situada en una entreplanta- o la Bodega Blas de Lezo, -ubicada en la calle homónima y conocida popularmente entre la chavalería como [¿?] -, que los fines de semana daba un giro de 180 grados a su clientela habitual: de los jubilados que lo frecuentaban de lunes a viernes, pasaba a los adolescentes que allí acudían a tomar una ronda -o dos, o tres. o doce- de claretes con gas, convirtiéndose en un sitio popularísimo. El contraste estaba servido: allí convivían lolitas y adolescentes vanidosos con el flequillo a capas, con barricas de vino peleón, mesas de madera, un suelo carcomido y una decoración antediluviana.

Paralelamente al éxito de San Bartolomé, crecieron las presiones vecinales, lógicas si se tiene en cuenta el ruidoso embudo que se creaba las noches de los viernes y los sábados, además de las inconveniencias propias del cóctel alcohol-juventud. El desgaste llegó al límite a principios de esta década: la San Bartolomé ya estaba herida. Perdía plasma. Las costumbres generacionales habían mutado y, para colmo, una nueva zona de marcha había visto la luz: los bares situados en el Complejo de Ocio de Illumbe. Lo que nació como una propuesta lúdica para toda la familia, poco a poco fue mutando hasta convertirse en una suerte de barrio juerguista soñado por todo Ayuntamiento: estaba alejado del casco urbano y era gestionado por el sector privado, algo muy similar a los polígonos industriales de copeteo que triunfan, por ejemplo, en el extrarradio de Madrid. El consistorio se podía lavar las manos: no había vecinos, ni la problemática asociada a mezclar la juerga con el descanso.

Ello, sumado a los cambios de hábitos de la juventud -«ya no alternan, ya no saltan de bar en bar», nos dice un hostelero-, la proliferación de locales alquilados, los botellones multitudinarios y el cierre de El Cine en 2004 acabaron por puntillear definitivamente la vía, convirtiéndola en una especie de geografía muerta. Si a San Bartolomé -el santo- le arrancaron la piel en vida, San Bartolomé -la calle- sufrió un proceso similar y, como las serpientes, hizo la muda, se despojó de su epidermis, de su reputación de lugar estruendoso y juvenil para convertirse en un rincón imberbe, silencioso, casi siempre desértico, ensimismado y al margen de la rutina diaria de San Sebastián. La situación actual no llamaría en absoluto la atención -en la ciudad hay todo un abanico de callejas llamémoslas [¿?]- si no fuera por aquel pasado halagüeño que muchos recuerdan y se encuentra a la vuelta de la esquina del túnel del tiempo: ¿cuánta gente se enamoró, por vez primera, en ese lugar?

2014/12/09

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | MARINA FRANCO, LA PRIMERA 'NIÑA PROBETA' HIJA DE DOS MADRES EN ANDALUCÍA, CUENTA SU HISTORIA

La primera “niña probeta” hija de dos madres en Andalucía cuenta su historia.
Oveja Rosa, 2014-12-09

https://ovejarosa.com/la-primera-nina-probeta-hija-de-dos-madres-en-andalucia-cuenta-su-historia/ 

Se llama Marina Franco, es malagueña y tiene 26 años. Su caso sentó precedente, fue pionero en Andalucía y uno de los primeros en España. Sus madres la concibieron por inseminación artificial en los ochenta, una época en la que las personas LGBT eran muy discriminadas socialmente en comparación con la actualidad. Fue la primera «niña probeta» en la Comunidad. Entonces, la madre biológica se mostró como la primera mujer que recurría a esta técnica, pero ocultó que tenía una pareja que era una también una mujer.

Ahora Marina es adulta, y por primera vez ha contado públicamente su historia: su infancia, su adolescencia y su primer amor. Lo hizo este sábado (6 de diciembre) en el Consejo LGBT del Partido Andalucista (PA). Ahora se plantea cómo ser madre con su novia. Han pasado los años y existen nuevas formas de tener descendencia.

Esta es la historia que compartió con el auditorio en primera persona.

“Mi madre me tuvo en el año 88 por inseminación artificial. El ginecólogo le dijo a mi madre que cómo iba a privar a un hijo de tener a su padre.

Nací en una familia de dos mujeres. Mis madres por miedo al rechazo, no mostraron libremente su amor ante mí. No sentí la carencia de nada, porque crecí feliz. Más tarde mis madres se separaron, y yo fui a vivir con mi madre biológica. Supongo que la separación para un hijo se vive de perspectivas parecidas tenga la situación que tenga. x

Yo crecí como mis demás amigas, forraba las paredes de mi habitación con posters de chicos, tuve novio. Pero de repente me enamoré de una compañera de clase. El enamoramiento es imposible de controlar. Yo no me sentía como una chica lesbiana, sino como una chica enamorada. Al principio no me resultó cómodo que mi novia fuera mujer como yo. Estudiábamos en un colegio religioso. Ni mi madre, ni los padres de mi novia, suponían esta nueva realidad. Intuíamos que no iban a aceptarlo y lo ocultábamos.

Yo no sentí que actuaba tal y como había visto en casa. Mucha gente cree que si eres gay o lesbiana y tienes hijos, ellos actuarán de manera condicionada. Puede parecer que al ser lesbiana, y proceder de una familia de dos madres, justifique esta creencia. Pero no me he sentido de esta manera. El enamoramiento no se puede controlar. No es fácil mantener una relación de manera oculta. No se elige.

Alguna vez en el presente, he pensado en el futuro. Me he cuestionado sobre el momento de formar una nueva familia y tener descendencia. Tanto mi pareja como yo pensábamos en quedarnos embarazadas. El método más económico que planteamos fue mediante la relación sexual con un amigo gay que quiera ayudarnos sin mediar responsabilidades económicas. Mi pregunta es: ¿ese hijo se reconoce como hijo de la pareja? Y la respuesta es que en tal caso ese hijo sería adoptado de manera legal por la otra madre. Mi madre me tuvo como hija de madre soltera, ante los ojos de la ley, puesto que en el año 88 no estaba reconocido el derecho de poder tener descendencia a una pareja lésbica.

Actualmente he conocido en internet, el caso de una pareja lésbica que tienen hijos y reconocen que la ley los discrimina. Su método de reproducción consiste en la ovodonación, es decir, una mujer dona un óvulo y lo introducen junto con el esperma de un amigo donante, en una probeta. Se produce la gestación, e introducen ese óvulo en el vientre de la otra mujer. Así una de las mamás pone el ADN y la otra el cuerpo para el embarazo. Es una idea medio romántica. Legalmente se consideraría como ‘vientre en alquiler’, y no está reconocido ante la ley”.

En España la gestación subrogada no es legal. El PA ha anunciado que va a incluir en su programa la legalización de esta técnica de reproducción en Andalucía.
 

Y TAMBIÉN…
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Excluidas lesbianas y mujeres solas de la reproducción asistida pública.

Sanidad propone a las autonomías que el único criterio sea el de la infertilidad.
María R. Sahuquillo | El País, 2013-07-18
https://elpais.com/sociedad/2013/07/18/actualidad/1374178125_262676.html

MIKEL/A, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS OCULTAMOS

Mikel/a enseña cacho en la 2ª Gayakanpada de EHGAM, 27-29 agosto 1993, Muxika // Este trabajo, no podría ser de otra manera, está dedicado e...