2019/05/23

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | UNIVERSO ULLÁN

Universo Ullán.
Unas jornadas en La Casa Encendida recuerdan al poeta, muerto hace una década, que dejó una obra que rompió moldes.
Juan Cruz | El País, 2019-05-23
https://elpais.com/cultura/2019/05/23/actualidad/1558611373_567650.html 

Nació en Villarino de los Aires, Salamanca, en 1944; vivió el exilio porque no quiso ir al cuartel y en Francia y aquí escribió para medirse con Góngora o con Villamediana. Lo lograra o no, hizo una poesía radical, insobornable. Fue, dijo anoche su amigo y colega Miguel Casado en La Casa Encendida, el escritor que tachó la poesía e incluso su propia poesía y edificó sobre esas huellas un universo, el Universo Ullán.

José-Miguel Ullán, poeta literalmente incomparable, murió el 23 de mayo de 2009, hace 10 años, en su casa de Madrid. Aunque se sabía que ese final del autor de ‘Funeral mal’ y de ‘Ardicia’ estaba próximo esa noche que Manuel Ferro, su marido, dio noticia de lo que había ocurrido, se heló la espina dorsal de la colección compacta de amigos que lo admiraron y también temieron el grado de su exigencia. Para la amistad y para la escritura.

Uno de esos amigos es hoy ministro de Cultura del Gobierno de España. En el homenaje que se inició anoche en La Casa Encendida y que presidió José Guirao, este contó una historia que representa al Ullán de las distintas décadas, provocador, disociador de los tópicos patrióticos, en el franquismo y después. Debía de ser 1981 y estaban en Murcia. Guirao fue a una conferencia de Ullán (al que no conocía), que ya había vuelto del exilio (al morir Franco, a hacer el cuartel en Hoye Fría, Tenerife). Era en el Paraninfo de la Universidad. Al estrado se subió el autor, tapado su rostro con una careta de carnaval. Llevaba también un magnetófono de los de entonces y un matasuegras. Avisó de que la tal conferencia estaba en el casete y que él se iba a sentar, con su careta, entre los que habían acudido a escucharle.

Años atrás, en un homenaje a León Felipe, en México, Ullán había escenificado acciones así. En Murcia hizo, recordó Guirao, “un compendio de su mundo”, ese universo Ullán que ya no se le pudo ir de su retina. Y desde entonces fue tan sustancial la amistad entre ambos que Guirao y Ullán se llamaban al amanecer de cada día, prosiguiendo así una conversación que silenció la muerte. “Pero a veces me despierto y siento que en cualquier momento José-Miguel podría volver a llamar y yo recogería la llamada y hablaría con él como si no hubiera pasado tiempo desde la última vez”.

Fue el primer día del homenaje a Ullán, que hoy, jueves, concluye. En Salamanca, su tierra, hubo otro. Se juntaron, en ambos lugares, poetas, profesores, lectores. Guirao dijo que Ullán siempre fue “con las personas que elegía”, fue exigente en las reuniones y las efusiones, pero ese número, en el que estaban, por ejemplo, Miguel Casado y Olvido García Valdés, ahora directora general del ministerio que dirige Guirao, se ha consolidado como parte de ese universo creado, en la poesía y en la vida, por el poeta de Villarino de los Aires. En ese clima se desarrolló, tras las palabras del ministro, un discurso en el que Casado reconstruyó las distintas etapas de la vida poética de José-Miguel Ullán de tal manera que, en sus propias palabras, se mezclaron los versos de su amigo con su propia manera de contarlo.

Ullán fue un poeta exigente, eso lo subrayó Casado. Insobornable, hizo una poesía tachada, construyó lo que podría decirse con palabras que están en ‘Ardicia’: “La armonía neutra de lo indeciso e indomable”. Lo extraordinario es que esa exigencia, habitada por el barroco de Góngora o de Villamediana, fue trasladada por él al periodismo (que ejerció en El País en abundancia) y a la televisión. Surcó por esos lugares de la palabra rápida con igual bisturí que el que usó para su poesía. Su exigencia poética lo hizo implacable y libre como un hombre que tacha para ser más claro.

Casado citó, para avalar la potencia de ese universo, una frase de su colega Nilo Palenzuela: “Solo la pintura ha conseguido, en el siglo XX, la libertad que alcanzó Ullán en poesía”. Casado recorrió la vida de Ullán, desde Villarino y el exilio en París, hasta el regreso a la España posfranquista. Lo hizo pasear con sus más cercanos de las distintas etapas, puso en evidencia sus vínculos con María Zambrano, Juan Goytisolo o José Ángel Valente; su relación con Florence Delay o Marguerite Duras o Roland Barthes. Joan Miró, Antonio Saura, Pablo Palazuelo, Eduardo Chillida o Eusebio Sempere fueron artistas en cuya obra se fijó para mezclarla, también, con su poesía.

Fue, dijo Casado, “nuestro poeta moderno por excelencia”. Y sigue siendo un desconocido, porque el mismo Ullán huyó de su presencia hasta el minuto final, como si José-Miguel escapara de Ullán y viceversa. Y aunque fue, como periodista, relator de las gestas de personajes de la fama de los escenarios (desde Lola Flores a Raphael o Rocío Jurado, a los que retrató en crónicas inolvidables en El País), nunca desvió el rumbo de su escritura. Jamás dejó de ser Ullán ese ser insobornable capaz de dar por magnetófono interpuesto, tapado con una careta, una conferencia seductora, incomprensible e inolvidable ante un auditorio que no se creía lo que estaba viendo. Había por dentro de sus espectáculos una apuesta feroz por el encuentro entre la armonía, lo indeciso y lo indomable.

2019/05/10

DOCUMENTACIÓN | POLÍTICA | DISCÍPULAS DE THATCHER

Discípulas de Thatcher
¿Hasta qué punto algunas de las políticas españolas imitan a la Dama de Hierro? De poco servirá un Congreso paritario si está lleno de herederas de esta forma de hacer política
M. Ángeles Cabré | El País, 2019-05-10
https://elpais.com/elpais/2019/05/08/mujeres/1557340774_060144.html 

Si nuestro país no se ha escorado hacia la derecha en las últimas elecciones como algunos predecían, es, en parte, gracias a la democratización del feminismo, es decir, al ensanchamiento de su base en todo el espectro político. Las mujeres no votan a quienes las insultan, o al menos no mayoritariamente, y por eso seguramente la menor parte de los votantes de Vox son mujeres. Además, a pesar de lo mucho que alarmaba la foto de los candidatos a la presidencia del gobierno, el anuncio del primer Congreso de los Diputados paritario es una conquista digna de ser celebrada: ¡Ya tocaba!

Las recientes movilizaciones de las mujeres en España, con dos esplendorosos 8 de marzo, han movilizado también su voto. Donald Trump provocó las Women’s March en Estados Unidos y el paso de un aluvión de activistas a la política, mientras en España una suma de factores ha despertado el interés de la sociedad por la ‘res publica’ y ha hecho que la participación haya sido esta vez de más del 75%, frente a los casi 10 puntos menos de los anteriores comicios. Entre esos factores es evidente que se cuenta el desprecio por los derechos conquistados por las mujeres que algunos partidos ejercen. “Ni un paso atrás”, se gritó el Día de la Mujer. Y así ha sido.

Pero más parlamentarias no es sinónimo de más política “en femenino” y, ahora que se cumple el 40 aniversario de la llegada al poder de Margaret Thatcher —exponente máximo del ejercicio masculino de la política bajo la apariencia de una mujer—, no está de más analizar en qué medida pervive su legado. ¿Hasta qué punto algunas de nuestras políticas la imitan? De poco servirá ese congreso paritario si está lleno de herederas suyas.

La Dama de Hierro se convirtió en 1979 en la Primera Ministra de Reino Unido, siendo la primera fémina en tomar las riendas de un estado en Europa. Desde el número 10 de Downing Street, jamás le tembló el pulso a la hora de tomar decisiones. Sus únicos modelos habían sido masculinos y, en demasiadas ocasiones, ejemplos de crueles gobernantes e implacables estadistas. En ellos se espejeó y de ellos fue digna epígona. ¿Ese modelo perdura o está ya finiquitado?

La conservadora y autoritaria Thatcher permaneció en el cargo hasta 1990. Nos preguntamos qué fue lo que sus electores y sus electoras valoraron de ella. Las privatizaciones salvajes, el combate a los sindicatos y la supresión de derechos laborales no parecerían en principio buenas escaleras para llegar al triunfo y, sin embargo, fue reelegida. La situación geopolítica era en aquellos años muy distinta a la de hoy. El mundo sufría los coletazos de la Guerra Fría y el capitalismo salvaje afianzaba posiciones. No había espacio para perfiles bajos ni gestos conciliadores. Y Thatcher cumplió con su papel de ferviente partidaria del neoliberalismo que en fechas recientes nos estalló entre las manos como una granada. ¿Ese modelo feroz es ahora válido?

La campaña electoral que aún estamos viviendo —centrada ahora en la lucha por los municipios, las autonomías y el Parlamento Europeo—, nos ha dado ejemplos de thatcherismo que han provocado reacciones beligerantes, sobre todo entre las integrantes de su propio sexo. Tanto Rocío Monasterio en la capital como Cayetana Álvarez de Toledo en Barcelona, presidenta de Vox en la Comunidad de Madrid y cabeza de lista del PP por la Ciudad Condal, han demostrado saber poco de discursos dialogantes. Permanentemente airadas, lanzándose a la mínima a la yugular de los y las contrincantes, han hecho del actual panorama político, polarizado y crispado, un lugar mucho menos habitable.

A su lado Inés Arrimadas o la misma Isabel Díaz Ayuso, las representantes de Ciudadanos y del PP, ambas poco dadas al arte del masajismo lingüístico, son meras aprendices. Monasterio y Álvarez de Toledo son de clase alta, hieráticas y altivas. Nacidas ambas en 1974, han demostrado una especial beligerancia hacia el feminismo organizado y no quieren ni oír hablar del MeToo, que les parece un ejercicio de victimismo. También cuestionan la Ley de la violencia de género y la huelga feminista del 8 de marzo les parece un disparate.

De su boca hemos oído cosas como que el feminismo infantiliza a las mujeres y las convierte en seres sin criterio, cosa que se traduce en tomar a millones de mujeres por idiotas. ¿De verdad somos susceptibles de sumisión las feministas que celebramos el 8 de marzo? ¿A quién se supone que obedecemos? ¿Al espíritu de Simone de Beauvoir, a Judith Butler, a Oprah Winfrey? Para empezar existen múltiples feminismos, con diferencias sustanciales en sus idearios, lo que ya de por sí dificulta el borreguismo. ¿O más bien será que tanta librepensadora suelta y cabreada no conviene a algunos partidos, basados en la perpetuación del patriarcado?

Cuando quedan pocos días para celebrar las elecciones municipales, basta con retrotraernos a las de 2015 para advertir que quienes votaron a Manuela Carmena y a Ada Colau no sólo se inclinaron por programas políticos de izquierdas, sino que también valoraron justamente lo contrario de lo que propugnan Monasterio y Álvarez de Toledo. Carmena y Ada Colau prometían una feminización de la política —tanto en las formas como en el fondo— y lo han hecho desde las premisas del feminismo y sin ocultar su adscripción al movimiento.

Las elecciones del 2015 fueron un punto de inflexión en la historia del país. No sólo feminizaron el gobierno de nuestras dos principales ciudades, sino que supusieron un golpe a la política patriarcal, a su tono autoritario y a sus maneras corrosivas. Se diría que ahora la irrupción de Vox y la peligrosa deriva del PP hacia postulados afines a la ultraderecha, han recuperado la obsoleta figura de la Señorita Rottenmeier. Se entiende que hayan querido disfrazar sus ideas de empoderamiento femenino, que es lo que movió en su día a Ciudadanos a escoger a Inés Arrimadas como cabeza de lista en Cataluña —un partido hasta entonces profusamente masculino—, pero diría que es una pésima estrategia para captar votos femeninos.

En plena cuarta ola del feminismo, no parece una táctica brillante ejercer el antifeminismo tan descaradamente desde las tribunas públicas. ¿Quién quiere señoritas Rottenmeier pudiendo tener a políticas conciliadoras, dialogantes y empáticas? Adoptar las maneras autoritarias que se han adscrito históricamente al género masculino, ahora que este se está reinventando y feminizando, es involución y contrasentido.

MIKEL/A, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS OCULTAMOS

Mikel/a enseña cacho en la 2ª Gayakanpada de EHGAM, 27-29 agosto 1993, Muxika // Este trabajo, no podría ser de otra manera, está dedicado e...