2017/07/30

DOCUMENTACIÓN | LITERATURA | SALIR DEL ARMARIO, ¿ACABAR CON TU CARRERA LITERARIA?

Salir del armario, ¿acabar con tu carrera literaria?
En 2017, aún se da el fenómeno de los autores LGTBI que escriben novelas hetero: no por pudor identitario, sino por presiones editoriales y ansias de llegar al público generalista, en el que el hetero no lee al gay.
Lorena G. Maldonado | El Español, 2017-07-30
https://www.elespanol.com/cultura/libros/20170728/234727410_0.html 

Jaime Gil de Biedma, siendo él un gay mítico, desconfiaba de la poesía homosexual -salvo la de Cernuda y Cavafis- porque decía que "el autor, y el lector con él, parecen poner más atención en el sexo de la persona amada o deseada que en el amor y el deseo". Sin embargo, es fácil imaginarle en esa escena de ‘Peeping Tom’ en la que describe al muchachito atónito al que sorprendió mirándole mientras él se revolcaba junto a otro estudiante en el pinarcillo de la Facultad de Letras. "Así me vuelve a mí desde el pasado / como un grito inconexo / la imagen de tus ojos. Expresión / de mi propio deseo".

Pero no es igual la España de Vicente Aleixandre, la de Vicente Molina Foix y la de Luisgé Martín. La primera condenaba, la segunda ‘perdonaba’ sin olvidar, la tercera aún reprocha. Cuando la identidad sexual de Aleixandre se animaba a coger vuelo poético, allá en los años treinta, vino la Guerra Civil a arramblar con las esperanzas y a mantenerle la boca cerrada y la muñeca quieta. El poeta nunca admitió su condición públicamente, al menos hasta que en 2016 salieron a la luz sus escritos homoeróticos, como las cartas de amor que le escribió a Carlos Bousoño.

Hay autores que han detentado un nuevo fenómeno -en democracia- que parece antiguo, que es edificar una obra literaria con tronco heterosexual desde la homosexualidad

Claro que hay formas de vivir el amor y formas de experimentar la literatura. Hay hombres transparentes y paralelos entre identidad y obra: ahí Antonio Gala, Luis Antonio de Villena, Álvaro Pombo -ojo a ‘Contra natura’ o ‘Relatos sobre la falta de sustancia’- o Eduardo Mendicutti -que fue el primero en incluir una relación ‘leather’ en una novela-; pero también hay autores que han detentado un nuevo fenómeno -en democracia, no como Aleixandre- que parece antiguo, que es edificar una obra literaria con tronco heterosexual desde la homosexualidad.

De Goytisolo a Huerta
Rafael Chirbes, por ejemplo, comenzó su carrera como escritor en 1988, cuando quedó finalista del Premio Herralde con su novela ‘Minoum’, de temática homosexual. Sin embargo, no volvió a ahondar en la cuestión hasta la impactante ‘París-Austerlitz’ (Anagrama), publicada póstumamente. Escribió la novela durante 20 años hasta que se atrevió a ‘dejarse ser’. "Y curiosamente lo hizo sin que el conflicto homosexual fuese el importante. Chirbes lo envolvió todo en un conflicto de clase y de edad", explica a este periódico el brillante novelista Luisgé Martín, que hace un año publicó ‘El amor del revés’ (Anagrama), un testimonio autobiográfico sobre su homosexualidad, un grito contra los disfraces.

Asimismo lo decía el pintor Gonzalo Goytisolo sobre su tío Juan, Premio Cervantes 2014, recientemente fallecido: "A mi tío Juan nunca lo verás militando en una manifestación gay, no es una persona pública en ese sentido. Lo vive como una experiencia íntima y muy personal. La homosexualidad está tratada con naturalidad, no forzada; es como un comentario sin darle importancia". Tampoco sus letras lo reflejan. En el ámbito del ‘best-seller’ nacional, autores televisivamente punteros como Sandra Barneda -que en sus libros reserva algún personaje secundario LGTB y que ha preferido no participar en este reportaje- o Màxim Huerta no llegan a encharcarse, en la misma línea que la poeta Irene X y sus primeros poemarios heterosexuales.

"Hay escritores LGTB que publican literatura heterosexual, pero no puedo darte nombres, porque estaría haciendo ‘outings’ [sacándolos del armario a la fuerza]", sonríe Martín. ¿Por qué sucede esto? "En parte, porque hay editoriales que promueven que así sea". Remite al caso de María Tena, "una escritora absolutamente heterosexual que escribió ‘El novio chino’ (Fundación José Manuel Lara), que cuenta la historia de un señor sevillano que se va a Shangay y se enamora de un jovencito chino".

"Pues resulta que una editorial, no en la que ganó el Premio Málaga, y que no es la que la ha publicado, tuvo ese manuscrito sobre la mesa, y le recomendó que reconvirtiese esa historia en una historia heterosexual, porque si no, no había forma de vender".

¿Los hetero consumen literatura LGTB?
¿Es la literatura troncalmente LGTB un producto que sólo interesa a personas LGTB? "Las cifras lo dejan claro: los libros con un aura homosexual suelen ser leídos por homosexuales", sostiene Martín. Y dentro del colectivo heterosexual, ¿están menos interesados los hombres hetero en literatura homo? "Sí, no es nada descabellado, porque sigue habiendo ese punto de machismo... incluso en aquellos hombres que no son nada machistas en su comportamiento, pero bueno, de alguna manera tienen la sensación de que esas mariconadas -dicho con cariño- no les van a aportar nada, mientras que a la mujer todo lo que tenga que ver con los aspectos sentimentales de la condición humana le parece perfectamente interesante, venga de donde venga".

La escritora Mila Martínez, autora de novelas como ‘No voy a disculparme’ o ‘La daga fenicia’ (ambas editadas por Egales, y esta última galardonada con el Premio Fundación Arena de narrativa LGTBI), es consciente de la "discriminación absoluta" que hay por parte "de todas las editoriales". "Por eso surgieron editoriales de línea homosexual, ¡por esta necesidad!, porque nadie nos quería publicar, independiente de la calidad, porque es difícil introducir en librerías generalistas esta literatura...".

El rechazo editorial
En este sentido, Luisgé Martínez recuerda que hubo un tiempo en el que la sociedad se reservaba la etiqueta "literatura LGTB" para "un subproducto, porque había autores abiertamente gays a los que no se les incluía ahí". Se refiere a "esa literatura erótica de serie B, muy mal escrita, pero que servía para alimentar a homosexuales que tampoco leían pero que querían encontrar un espejo en el que mirarse; novelas planas, livianas, estereotipadas".

Sostiene que este panorama ha mejorado notablemente, y que, de "editoriales de andar por casa" se ha pasado a editoriales de alta calidad, como Egales -"que siempre mantuvo el nivel"- o ahora a Dos Bigotes, que es "una apuesta fantástica, sin discusión, buenos textos y buenas ediciones". Con todo, sabe que aún hay "muchas editoriales que dan esquinazo". Una lanza a favor de la suya: "Anagrama, por ejemplo, sí puede ir con la cabeza bien alta, porque ha publicado muchísima literatura homosexual y de muy buena calidad".

¿Y el compromiso LGTBI?
¿Tiene o no el escritor LGTBI cierta ‘obligación moral’ de incluir personajes LGTBI en su obra? "No, desde hace años tenemos claro que las obligaciones morales valen para todo menos para la literatura", apunta Luisgé Martín. "En la literatura haz lo que creas que tienes que hacer, por otras razones o por razones estrictamente literarias o existenciales, pero nunca por razones políticas".

Explica que cuando él se ve en esa tesitura, sólo se siente "en deuda" fuera de sus libros: "Cuando escribo artículos, cuando participo en determinadas causas o conferencias, cuando hay que arrimar el hombro de alguna manera. Ahí si siento que tenemos un deber moral y yo lo ejerzo. Y en mi literatura también practico el compromiso, pero no porque tenga un compromiso, sino porque es de lo que me apetece escribir". Muchos han sido activistas del libro ‘hacia fuera’: de Eduardo Haro Ibars, por ejemplo, decía Villena que "era más gay él que su literatura".

Y lo más importante: cada vez más autores heterosexuales se lanzan a publicar contenido homoerótico, como Juan Bonilla en ‘Los príncipes nubios’ (Seix Barral), como Marta Sanz en ‘Zarco’ (Anagrama), como Javier Reverte en ‘El médico de Ifni’ (Plaza&Janés), como Lucía Etxebarria en ‘Beatriz y los cuerpos celestes’ (Destino) o como Almudena Grandes en ‘Las tres bodas de Manolita’ (Tusquets).

Se acerca -aunque lento- el momento en el que lectores e industria asuman que incluir personajes LGTBI en una novela ha dejado de ser un acto político ni una reivindicación para pasar a ser, meramente, una muestra de realidad. Se acerca -aunque lento- el día en el que el hombre, por fin, pueda decir lo que ama, como escribía Cernuda. Sin consecuencias comerciales, claro.

2017/07/23

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | LUIS HURTADO: LA PASIÓN OCULTA DE LORCA

Luis Hurtado: la pasión oculta de Lorca.
El suyo es uno de los nombres olvidados en la biografía del poeta. Una serie de documentos hasta la fecha inéditos permiten saber algo más sobre quien fue una sus últimas obsesiones.
Víctor Fernández | La Razón, 2017-07-23
https://www.larazon.es/cultura/luis-hurtado-la-pasion-oculta-de-lorca-JH15654805/ 

El suyo es uno de los nombres olvidados en la biografía del poeta. Una serie de documentos hasta la fecha inéditos permiten saber algo más sobre quien fue una sus últimas obsesiones.

El 11 de marzo de 1937 hacía algo más de medio año que las autoridades sublevadas en Granada habían asesinado a Federico García Lorca. El poeta era uno más de los muchos hombres y mujeres que el Gobierno Civil de la ciudad de la Alhambra había hecho desaparecer, era alguien a quien se había eliminado sin previo juicio por ser considerado un enemigo. La prensa republicana había tratado valientemente de aclarar si Lorca había sido asesinado, tal y como lo apuntaban los rumores, pero era poca la información que se podía obtener de los sublevados granadinos. En los medios del bando franquista no se publicaría nada sobre la muerte de Lorca hasta ese 11 de marzo de 1937.

En esa fecha, el diario fascista «Unidad», editado en San Sebastián, daba a conocer un homenaje poético a Lorca bajo el título: «A la España imperial le han asesinado su mejor poeta». Su autor era Luis Hurtado Álvarez y en su texto trataba de demostrar, muy equivocadamente, que, de no haber muerto, Lorca se hubiera acercado al falangismo. Era una manipulación de la historia tratando de describir al poeta como alguien cercano a los postulados joseantonianos, pero probablemente era la única manera que tenía el autor para escribir sobre Lorca a quien, por cierto, no citaba por su nombre en ningún momento. El texto se divulgó en algún otro medio falangista, causando tal revuelo cuando vio la luz en «Antorcha», un semanario editado en Antequera, que el director del mismo, Nemesio Sabugo Gallego, y algunos de sus colaboradores fueron detenidos por las fuerzas militares franquistas. El motivo del revuelo habla por sí mismo: los partidarios de Franco no les hacía ninguna gracia que una revista falangista dedicara sus páginas a Lorca y que se mencionara su asesinato en Granada. Cuando a Sabugo Gallego se le preguntó por el paradero de Hurtado, solamente pudo responder que pertenecía a una agencia de colaboración en Salamanca. Desde Antequera se ordenó la detención del autor del artículo, pero nunca pudo ser localizado porque en realidad donde estaba era en San Sebastián. Lo que nadie sabía en ese momento es quién era Luis Hurtado Álvarez y sus motivos para escribir ese texto.

Hace unos meses pude acceder a una carpeta con una serie de documentos que pertenecieron a Luis Hurtado Álvarez. Habían pasado de un librero de viejo a una colección particular. En el interior de la carpeta se guardaba la hoja de respeto de lo que había sido un ejemplar de la primera edición de «Bodas de sangre», aparecida en la Editorial El Árbol en 1935, bajo el cuidado de José Bergamín. En ella Lorca escribió: «A mi queridísimo amigo Luisito Hurtado perdido en esta selva de Madrid. Con un abrazo de su amigo que no le olvida Federico Madrid 1936». La firma iba acompañada de uno de esos dibujos con elementos vegetales que tanto le gustaba hacer al poeta. Indudablemente es uno de los últimos dibujos de Lorca antes de dejar Madrid para encontrar la muerte en Granada en el sangriento verano de 1936. La dedicatoria, tan afectuosa, denota que hubo una amistad entre Lorca y Hurtado que se remonta hacia 1934, algo que sabemos gracias a otro libro localizado recientemente en una colección privada por Ian Gibson, biógrafo de Lorca. Se trata de un ejemplar de la «Oda a Walt Whitman», que Lorca publicó en México en una muy limitada edición de 50 ejemplares que distribuyó entre sus más cercanos amigos. Es en este poema, como dice Gibson, donde Lorca afronta con mayor transparencia su «problema» con la homosexualidad. Por ese motivo fue muy cuidadoso escogiendo a los lectores de esa edición limitada, aquellos que lo pudieran comprender bien. «Para Luis Hurtado Álvarez, recuerdo cariñoso de Federico García Lorca Madrid 1934» reza la dedicatoria que el poeta le escribió en la primera página de ese ejemplar que hoy afortunadamente todavía se conserva.

Pero ¿quién era este joven? Nacido el 27 de enero de 1917, era hijo de Luis Hurtado Girón, un célebre actor que fue el secretario personal del Premio Nobel de Literatura Jacinto Benavente. Fue precisamente el autor de «Los intereses creados» quien presentaría al joven a Lorca. Así lo han recordado para este diario sus sobrinas, las actrices Teresa y Fernanda Hurtado: «Nuestro tío Luis y Lorca se conocieron en un bar de Madrid que se llamaba Los Italianos, donde los presentó don Jacinto». Las dos hermanas apuntan, además, que el establecimiento, situado en la carrera de San Jerónimo, era punto de encuentro de homosexuales en el Madrid de la Segunda República. «Era un tema tabú en aquella época. Nuestro padre, Diego Hurtado, defendía a don Jacinto, mientras que nuestro tío Luis a Lorca. Ellos no eran homosexuales y en aquella época había otra mentalidad, pero los defendieron, algo que casi les cuesta la vida a ambos, a nuestro padre y a nuestro tío», aseguran Teresa y Fernanda. Diego Hurtado escondió a Benavente durante la Guerra Civil «en un desván como Ana Frank», como rememoran sus hijas. Luis, por su parte, se atrevió a dedicarle un texto en el bando franquista que provocó una orden de detención contra él.

Mucho carácter
Que Lorca y Benavente se conocían es sabido, aunque no se puede hablar de una profunda amistad entre ellos. «Eran rivales y los dos tenían mucho carácter, pero después de estrenar volvían a hablar como siempre», apuntan las Hurtado. En este sentido, cuando el 28 de diciembre de 1934 tiene lugar el ensayo general de «Yerma», la última tragedia lorquiana, Benavente será una de las tres «barbas ilustres» que asista a la función junto con Ramón María del Valle-Inclán y Miguel de Unamuno. Es precisamente en esas fechas cuando Luis Hurtado Álvarez le escribe a Lorca una de las dos misivas conservadas en la fundación que lleva el nombre del autor granadino. Otra carta, de 1935, hace referencia a la publicación del «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías», una elegía que inspiraría dos años más tarde «Gráfico de los huesos sobre tierra» donde Luis quiso rendir homenaje póstumo a su amigo granadino.

Las hermanas Hurtado hablan con admiración de su tío y reconocen que es la primera vez que alguien les pregunta por aquella amistad lorquiana. «Mis tíos y nuestro padre eran muy guapos, la sensación del Madrid de ese tiempo y además vestían con modernidad. Nuestro tío Luis era muy hombre, como le gustaba a Lorca», explican. Cuando el autor de estas líneas les pide saber si hubo algo entre el autor de «Bodas de sangre» y él reconocen que «no lo podemos asegurar porque desconocemos mucho del tío Luis. Había cosas de las que no hablaba porque era muy estricto con su vida privada. Pero ¿cómo no se iba a amar a Lorca? Él le prestaba su belleza y Lorca su inteligencia».

2017/07/06

DOCUMENTACIÓN | VIH-SIDA | ACT-UP, VIH/SIDA Y LA LUCHA POR LA ATENCIÓN MÉDICA

Act-Up en el Orgullo de Nueva York, 2017-06-25 //

ACT UP, VIH / SIDA y la lucha por la atención médica.

Esteban Vider | MCNY, 2017-07-06

https://es.mcny.org/story/act-hivaids-and-fight-healthcare

El domingo 25 de junio de 2017, miembros del grupo activista contra el VIH / SIDA ACT UP (Coalición contra el SIDA para liberar el poder) marcharon en la marcha anual del Orgullo LGBT de la ciudad de Nueva York. Llevaban ataúdes negros, con los nombres de los servicios que han estado en peligro por la administración Trump y el Congreso liderado por los republicanos: la Ley Ryan White CARE (aprobada en 1990, es el mayor programa federal de VIH); PEPFAR (Plan de emergencia del presidente para el alivio del SIDA, establecido en 2003, que brinda servicios de VIH / SIDA a nivel mundial); y Obamacare, o la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, bajo amenaza de derogación y reemplazo en las próximas semanas.

ACT UP es uno de los muchos grupos de Nueva York que aparecen en SIDA en casa: arte y activismo cotidiano en el museo de la ciudad de Nueva York. El grupo celebra sus 30th aniversario este año, pero su mensaje subyacente no podría ser más relevante: la política de salud tiene consecuencias de vida o muerte.

ACT UP fue fundada en marzo de 1987 después de que el escritor y activista Larry Kramer criticara a la comunidad LGBT por su complacencia. Desde que se diagnosticaron los primeros casos de SIDA en 1981, muchas organizaciones de base en la ciudad habían creado servicios pioneros y esenciales para apoyar a las personas que viven con SIDA, pero las tasas de enfermedades y muertes relacionadas con el SIDA continuaron aumentando. En una conferencia en el Centro de Gays y Lesbianas en West Village, Kramer pidió la creación de un grupo de acción directa para protestar contra las agencias gubernamentales y las compañías farmacéuticas por su respuesta lenta e inadecuada. En la próxima década, ACT UP New York organizó innumerables manifestaciones en toda la ciudad, desde el Ayuntamiento hasta la Catedral de San Patricio, y estimuló la creación de capítulos de ACT UP en los Estados Unidos y Europa.

Uno de los mayores logros de ACT UP fue presionar a las agencias gubernamentales y a las compañías farmacéuticas para acelerar las pruebas de medicamentos, reducir los costos de los medicamentos existentes y llevar a las personas con VIH / SIDA al proceso. Para 1996, los nuevos tratamientos antirretrovirales cambiaron drásticamente el pronóstico para las personas que viven con el VIH, lo que hace posible que muchas personas vivan a largo plazo con el virus.

Pero ACT UP también tenía una visión excepcionalmente amplia de la atención médica. Como fotografías de Lee Snider, un artista destacado en ‘SIDA en casa’ revelan, las demostraciones de ACT UP integraron y establecieron conexiones entre una variedad de problemas que afectaron a las personas con VIH / SIDA: acceso al tratamiento, vivienda, cambio de agujas, seguros, inacción del gobierno, avaricia corporativa y estigma social. También desarrollaron "grupos de afinidad" más pequeños para liderar acciones específicas: como escribí sobre diciembre pasado en Pizarra. Por ejemplo, el Comité de Vivienda de ACT UP dirigió una manifestación en la Torre Trump en Halloween en 1989 para protestar contra las políticas de la ciudad que priorizaban a desarrolladores como Trump, al mismo tiempo que 10,000 personas en la ciudad que vivían con SIDA y personas sin hogar.

La acción en la marcha del Orgullo LGBT de este año también recordó muchas manifestaciones de ACT UP de las décadas de 1980 y 90: el activista Tim Bailey, por ejemplo, recibió un funeral público frente a la Casa Blanca a pedido suyo, pero sus amigos se enfrentaron con la policía cuando trató de sacar su ataúd de su camioneta, ya que grabado por James Wentzy. En otra protesta, parte de una serie de manifestaciones en toda la ciudad el 23 de enero de 1991, declarada por ACT UP como un "Día de la desesperación", los activistas llevaron ataúdes de madera por el centro de Manhattan y los entregaron a funcionarios municipales, estatales y federales para protestar por la inacción del gobierno.

Otros grupos fueron menos visibles. Karin Timour recordó en un entrevista con el Proyecto de Historia Oral ACT UP, cómo el Comité de Seguro y Acceso a la Atención Médica trabajó con la coalición de atención médica New Yorkers para la Cobertura de Salud Accesible para cambiar las leyes estatales que rigen los seguros. Ese trabajo finalmente permitió un mayor acceso al seguro de salud independientemente de las condiciones médicas preexistentes, un precursor importante de la ACA.

ACT UP demostró la urgencia de construir un sistema de salud diseñado para satisfacer las necesidades de los más vulnerables. Para las personas que viven con el VIH / SIDA en la actualidad, ese sentido de urgencia permanece, solo que hay mucha menos discusión pública. Linda Villarosa's historia de portada reciente en la ‘New York Times Magazine’ muestra que las tasas más altas de VIH en el mundo de hoy están entre hombres negros homosexuales y bisexuales en los Estados Unidos. La mayoría de los casos de VIH en general se encuentran en los estados del sur, donde hay muchos menos servicios de apoyo y programas gubernamentales para personas con VIH / SIDA que en la ciudad de Nueva York. Y solo el 40% de las personas que viven con el VIH pueden acceder a los medicamentos necesarios para controlar el virus. Las personas que viven con el VIH solo tendrán un mayor riesgo si se aprueba el plan de salud republicano, con los recortes de Medicaid que dificultan el acceso de los pobres a los medicamentos, y la reducción de las regulaciones de seguros que hacen que sea más fácil negar la cobertura a las personas con afecciones preexistentes, incluido el VIH / SIDA. La historia de ACT UP debe ser instructiva para nuestro propio momento, no porque la batalla que libraron por la atención médica se ganó sino porque nunca terminó.

Stephen Vider es becario postdoctoral de Mellon en el Museo de la Ciudad de Nueva York y curador de SIDA en casa: arte y activismo cotidiano. Anteriormente fue curador Gay Gotham: arte y cultura subterránea en Nueva York con Donald Albrecht, curador de arquitectura y diseño de MCNY. Su próximo libro, ‘Pertenencias queer: gays, lesbianas y la política del hogar después de la segunda guerra mundial’ (bajo contrato con University of Chicago Press), examina cómo los ideales estadounidenses sobre la vida doméstica moldearon las relaciones y la política LGBT desde 1945 hasta el presente.

2017/07/02

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | CUANDO EL AYUNTAMIENTO DE MÁLAGA VETÓ A CELA POR SU HOMOFOBIA

Ocurrió hace 19 años. Cuando el Ayuntamiento de Málaga vetó a Cela por sus declaraciones contra los homosexuales.
El pleno de la corporación, cuya alcaldesa era Celia Villalobos, acordó no invitar al escritor a actos culturales o protocolarios por unas polémicas declaraciones que hizo.
José Manuel Alday | Diario Sur, 2017-07-02
https://www.diariosur.es/malaga-capital/veto-ayuntamiento-malaga-20170630113004-nt.html 

Sucedió un 2 de julio de 1998, hace ahora 19 años. El pleno del Ayuntamiento de Málaga, cuya alcaldesa era entonces Celia Villalobos, acordó vetar al escritor Camilo José Cela por unas declaraciones realizadas contra los homosexuales. El pleno acordó no invitar al escritor y premio Nobel a actos culturales o protocolarios que se celebraran en la ciudad. El origen de esta situación se produjo días antes, cuando el premio Nobel de Literatura y premio Cervantes, con ocasión de la presentación de la donación de una obra de arte a la fundación que lleva su nombre, al ser preguntado por su opinión acerca de los actos que se estaban desarrollando ese año para conmemorar el centenario del nacimiento de Federico García Lorca, manifestó que si él recibiera un homenaje dentro de cien años esperaba que éste fuera «más sobrio y sin el apoyo de los colectivos gays».

Esas declaraciones fueron ampliamente contestadas por distintos colectivos, escritores y partidos políticos, e Izquierda Unida anunció su intención de presentar una moción para declarar a Cela persona «non grata» en Málaga. La moción de Izquierda Unida fue defendida por la concejala Montserrat Martín, que argumentó que las declaraciones de Cela llevaban a una «generalización discriminatoria del colectivo homosexual», y habían levantado ampollas en amplios sectores de la sociedad, «no sólo porque utilizó un lenguaje soez e impropio de un hombre de letras, sino porque pretende dañar gravemente la imagen de uno de nuestros máximos embajadores de la cultura española del siglo XX». La concejala argumentó que pretender el amparo del derecho a la libre expresión en aquel caso «no es de recibo para justificar semejante exabrupto que atenta precisamente contra ellos».

Málaga se había declarado ese año 'Ciudad de la tolerancia', y de esta forma, el ser tolerante hasta con los intolerantes fue el argumento que llevó a los grupos municipales a descartar, tras un breve debate, la segunda parte de la moción de Izquierda Unida, en la que se proponía la declaración de Camilo José Cela como persona 'non grata' en Ja ciudad.

Antonio Garrido, concejal de Cultura aquellos años, se refirió a las declaraciones de Cela tachándolas de «inadmisibles, impresentables e inaceptables», pero, al mismo tiempo, dijo que todo este tipo de propuestas lo único que hacían era «mantener a Cela en el candelero, que se siga hablando de él y siga vendiendo libros, que en el fondo es lo que pretende alentando este tipo de polémicas». Además, explicó que la aversión mostrada por Cela contra los homosexuales con esas declaraciones no era nueva ya que era casi una constante en la literatura del premio Nobel.

Tras el debate, IU aceptó modificar el punto relativo a su declaración de persona «non grata» por el veto a participar en actos promovidos por el Ayuntamiento.

Todos los grupos aprobaron por unanimidad el rechazo a las manifestaciones de Cela, mientras que PSOE, IU y grupo mixto apoyaron impedir su participación en actos culturales en la ciudad.

MIKEL/A, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS OCULTAMOS

Mikel/a enseña cacho en la 2ª Gayakanpada de EHGAM, 27-29 agosto 1993, Muxika // Este trabajo, no podría ser de otra manera, está dedicado e...