2016/10/12

DOCUMENTACIÓN | VIOLENCIA | REINCIDENTE EN ODIO

Reincidente en odio.
Uno de los implicados en el asesinato de la transexual Sònia, hace 25 años, fue detenido de nuevo en agosto por una agresión racista en Barcelona.
Rebeca Carranco | El País, 2016-10-12
https://elpais.com/ccaa/2016/10/11/catalunya/1476213736_005659.html

El 6 de octubre de 1991 un grupo de neonazis entró en el parque de la Ciutadella de Barcelona y mató a patadas en la cabeza, con botas de hierro, a una transexual, Sònia. Los nazis también cogieron el palo de una escoba que se encontraron, lo partieron por la mitad y se lo clavaron varias veces en el cuerpo. 25 años después, la Guardia Urbana de Barcelona ha vuelto a detener a uno de los implicados en el caso de aquella salvaje agresión homófoba: Oscar Lozano, de 42 años, condenado por encubrir a sus amigos. Lozano fue arrestado el pasado 29 de agosto acusado de insultar, empujar y dar una patada en el abdomen a una embarazada que vestía con niqab —velo integral que solo permite ver los ojos—, y que caminaba con su marido y sus hijos por la ciudad catalana, según fuentes policiales consultadas por El País.

Era un lunes y Lozano iba junto a un amigo por el barrio del Born de la ciudad, cuando se cruzaron con una familia en la calle de Princesa. La mujer llevaba el rostro cubierto con un velo integral, motivo por el que empezaron a increparla, según describieron varios testigos a la policía. El marido les reprochó su actitud, lo que provocó una pelea entre los tres hombres, con empujones y una patada lateral en el vientre que recibió la mujer por parte presuntamente de Lozano cuando esta trató de defender a su marido, según otras fuentes policiales. La víctima fue atendida en el hospital y dada de alta, sin que presentase lesiones de gravedad.

Lozano y su compañero fueron detenidos por la Guardia Urbana acusados de un delito de odio, otro de discriminación y otro de lesiones. Ambos además tienen antecedentes por protagonizar incidentes relacionados con grupos de aficionados deportivos de extrema derecha. El Juzgado de Instrucción 22 de Barcelona les dejó en libertad con cargos.

Hace más de dos décadas, Lozano decidió no explicar a la policía el crimen salvaje que habían cometido sus amigos, y que estos le contaron al día siguiente. Le relataron que después de pasarse la tarde bebiendo cervezas en tres bares —el Barrigón, el Pop Bar y el pub SQ, todos, precisamente del barrio del Born—, optaron por ir a “limpiar” las calles de Barcelona. Ya de madrugada —algunos aseguraron durante el juicio que iban borrachos, y otros, que no— se colaron por un agujero de la verja del parque de la Ciutadella. Allí vieron a dos transexuales durmiendo y se liaron a patadas con ellas. Dori, la compañera de Sònia, logró sobrevivir. Después la emprendieron con Miguel, un indigente que estaba a las puertas del parque y le reventaron el globo ocular. El hombre, que ya había perdido la visión del otro ojo, se quedó ciego. Los Mossos d’Esquadra tardaron cuatro meses en dar con los autores materiales del crimen. Lozano tenía 17 años y fue condenado a pagar una multa de 100.000 pesetas por un delito contra la Administración de Justicia por no presentar una denuncia contando lo que sabía.

El resto de condenados por el asesinato de Sònia, el intento de asesinato de Dori y por dejar ciego a Miguel sumaron en total 148 de cárcel después de una rebaja de la pena por parte del Tribunal Supremo. Los últimos dos condenados salieron de prisión en 2011. Pero todos ellos, menos dos, han vuelto a ser detenidos, según fuentes policiales. Acumulan antecedentes por delitos como robos o casos de violencia de género, según esas mismas fuentes.

El brutal asesinato de Sònia fue el primero en todo el Estado de una persona por el mero hecho de ser transexual del que se tiene constancia. Además, supuso el prer crimen homófobo que se cometía en Cataluña y desenmascaró a los grupos neonazis que empezaban a actuar en Barcelona. Al año siguiente, otros ‘skins’ dejaron en coma varios días a un joven que llegó a la ciudad desde Zaragoza sencillamente por su aspecto.

Desde hace varios años el Ayuntamiento de Barcelona y las entidades sociales rinden homenaje a Sònia Rescalvo Zafra, que tenía 45 años cuando murió. En 2013, le cambiaron el nombre de la glorieta donde fue asesinada, la dels Músics, por la Glorieta de la transexual Sònia. El año pasado, la placa conmemorativa desapareció misteriosamente del lugar. El Consistorio la repuso sin poder averiguar qué pasó.

“Ir a tocar el tambor”
Los condenados por el asesinato de la transexual Sònia decidieron que aquella madrugada del 6 de octubre de 1991 irían a "tocar el tambor". El tambor era en ese caso la cabeza de las personas que dormían al raso en una glorieta del parque de la Ciutadella. Ninguno de ellos mostró arrepentimiento durante el juicio, donde admitieron el crimen y se enfrentaron al fiscal incluso con arrogancia. Desde la prisión de menores, Oliver Sánchez, entonces con 20 años y condenado a 35 de cárcel, en una entrevista con Jesús Quintero confesó: "Yo siempre seré un ‘skin’ porque eso se lleva en el corazón. A lo mejor más ‘light’, sin esa propaganda y todo lo que se espera, pero no se puede dejar, es como los colores de tu equipo, yo no soy un chaquetero".

2016/10/02

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | EDUARDO Y RAMÓN, MÁS ALLÁ DE UNA AMISTAD

Más allá de una amistad.
'Querido Eduardo' desvela la relación entre Suárez Picallo y Blanco Amor a través de las cartas que el primero le escribió de 1931 a 1946, toda una biografía emocional del galleguismo.
La Opinión A Coruña, 2016-10-02
https://www.laopinioncoruna.es/galicia/2016/10/02/amistad-24406480.html 

"Quiero expresarte en estas líneas cuánto te recuerdo y cómo en cada uno de mis actos estás presente, especialmente aquí, donde el culto a la amistad no pasa del diálogo trivial e inútil en el que el corazón no participa y el cerebro muy pocas veces", escribe en una carta desde Madrid el 24 de agosto de 1931 Ramón Suárez Picallo a su muy querido amigo Eduardo Blanco Amor.

"Mi vida de relación -sigue- se divide en dos partes: una de carácter político y otra de carácter cordial con unos muchachos argentinos a través de los cuales añoro nuestra tertulia maravillosa. El corazón está reservado en ambos casos. Mi corazón está irremediablemente ahí".

Habían transcurrido solo cuatro meses de la proclamación de la II República Española y el recién elegido diputado del Partido Galeguista por A Coruña daba cuenta al escritor ourensano, instalado en Buenos Aires, del clima político en las Cortes Constituyentes, las tensiones en el seno de la ORGA entre los republicanos de izquierda y los galleguistas y de las negociaciones para aprobar el Estatuto de Autonomía de Galicia.

La carta forma parte de la correspondencia que ambos mantuvieron entre 1931, año en que Suárez Picallo abandona Buenos Aires para presentarse a las elecciones, y 1946, cuando los dos amigos retoman sus encuentros concluida la II Guerra Mundial.

Las 25 misivas de Suárez Picallo, la mayoría escritas en castellano, se conservan en la Diputación de Ourense, depositadas en el archivo Blanco Amor. Se ignora el destino de las enviadas por Blanco Amor al político galleguista.

"Las cartas conforman una de las más completas biografías emocionales del galleguismo", anota Antón Lopo en el prólogo de ‘Querido Eduardo’ (Chan de Pólvora), a cuya iniciativa editorial la publicación del epistolario, que ha visto la luz recientemente y quiere ser una reivindicación de la figura del político coruñés.

Los dos amigos, que sufrieron el estigma de su homosexualidad, se conocieron en 1919 en La Armonía, refugio de escritores, artistas y políticos en Buenos Aires. En ese café, al que acudía la intelectualidad argentina y la emigración gallega y se servía caldo, era fácil hacer amistades y encontrar trabajo. Así fue cómo Suárez Picallo llegó al ‘Correo de Galicia’, el periódico gallego más importante de América, y Blanco Amor, a ‘La Nación’.

En La Armonía, el elegante y atildado Blanco-Amor vio por primera vez al proletario desgalichado Suárez Picallo y pronto trabaron una relación más allá de la amistad, que duraría hasta la muerte del político. Compartían experiencias, opiniones y confidencias sentimentales.

Y si en el aspecto físico eran opuestos, en el plano intelectual formaban un tándem formidable en el que el escritor aportaba el galleguismo aprendido de Risco en Ourense y el político coruñés, una conciencia social claramente de izquierdas aprendida en las lecturas. De ese espíritu impregnaron sus iniciativas culturales, entre ellas la revista ‘Céltiga’, y políticas.

En los muchísimos mítines que pronunció, el político coruñés se reveló como un orador incendiario que más tarde dejaría boquiabiertos a Unamuno y a Ortega y Gasset en las Cortes.

Suárez Picallo (Veloi-Sada, 1894), primogénito de una familia marinera de once hermanos, había llegado con catorce años a Buenos Aires como emigrante, sin estudios ni formación, pero dotado de sobrada inteligencia. Y allí volvió como exiliado tras caer la República quien sería el fundador del Consello de Galiza en el exilio.

Conoció la tristeza, la soledad, el olvido y el hambre. Murió en el Hospital del Centro Gallego de Buenos Aires en 1964 con la única compañía de Blanco Amor. Habían tenido sus desencuentros y durante dos años dejaron de escribirse pero superaron el trance: "Nuestra amistad, clara y luminosa, está más allá de los triunfos y de las derrotas, más allá de nuestros defectos y de nuestras virtudes, más allá del bien y del mal. Más allá de todo", le decía en una carta desde Madrid en 1931, al hilo de su experiencia como diputado.

Años después, en 1946, desde el exilio chileno, le enviaría una conmovedora declaración: "Te juro por el amor y la memoria de mis muertos que en mis tierras de Veloi, en la casa y en el cariño de los que quedan en mi humilde hogar, tienes tú, para gozarlo en pleno dominio, la mitad de todo".

"Pocas figuras entre la inmensa expatriada en todos los tiempos y países han simbolizado de modo tan enternecedor y consecuente su activa fidelidad a la tierra natal como la del gran luchador y entrañable amigo", escribió Blanco Amor a la muerte de Suárez Picallo, defensor de una Galicia independiente dentro de una Confederación Ibérica de libre adhesión.

MIKEL/A, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS OCULTAMOS

Mikel/a enseña cacho en la 2ª Gayakanpada de EHGAM, 27-29 agosto 1993, Muxika // Este trabajo, no podría ser de otra manera, está dedicado e...