2015/12/10

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | 'EL DESENCANTO' Y LOS PANERO, CASI 40 AÑOS DESPUÉS

'El desencanto' y los Panero, casi 40 años después
RTVE, 2015-12-10

https://www.rtve.es/rtve/20151210/desencanto-panero-casi-40-anos-despues/1270460.shtml

Jaime Chávarri rodó en 1976 una de sus películas más originales: ‘El desencanto’. Era un documental centrado en el inefable clan de los Panero, en el que intervenía el poeta Leopoldo María junto a su madre Felicidad Blanc y sus hermanos Juan Luis y Michi. Rodado en Astorga (León) y Madrid, no tardaría en convertirse en una obra de culto, en el símbolo de toda una época de la historia de España. Casi cuarenta años después, ninguno de los protagonistas de esa singular familia vive para recordarlo.
 
La película comienza con el levantamiento en Astorga en 1974 de una estatua a Leopoldo Panero, conspicuo poeta falangista fallecido en 1962. Empiezan inmediatamente a aparecer sus deudos: su viuda Felicidad y sus tres hijos, que reflexionan acerca de sus recuerdos y se lanzan entre sí no pocos dardos envenenados. Más allá de las apariencias, a lo largo de hora y media de metraje se desvelan las verdaderas relaciones existentes en el seno de una familia acomodada y bien instalada en el régimen franquista, pero no por ello libre del desgarro y el fracaso ("El fracaso es la más resplandeciente victoria", llega a afirmar en la cinta Leopoldo María).

La obra sufrió las tijeras de la censura, que ya daba sus últimos coletazos en nuestro país: se eliminaron las alusiones de Leopoldo María a sus encuentros homosexuales en prisión. La polémica levantada por el documental de Chávarri llevó a su retirada del Festival de San Sebastián, en cuya edición de 1976 estaba inicialmente programado. Leopoldo María se interpretaría a sí mismo en 1994, a las órdenes del realizador Ricardo Franco, en ‘Después de tantos años’: se trataba de una nueva versión de la vida familiar de los Panero.

TESIS | Gómez Méndez, Carlos Alberto | Eloy de la Iglesia: cine y cambio político

Gómez Méndez, Carlos Alberto (2015). Eloy de la Iglesia: cine y cambio político. Discursos del disenso del franquismo a la post-transición. Tesis Universidad Carlos III de Madrid, Departamento de Periodismo y Comunicación Audiovisual. Fecha defensa: 2015-12-10.
Bajo de dirección de José Manuel Palacio Arranz.

Ed. digital: Open Access | e-Archivo UC3M [Universidad Carlos III de Madrid]
https://e-archivo.uc3m.es/handle/10016/22294 

[.es] Eloy de la Iglesia es uno de los cineastas más importantes del periodo que comprende el cambio político y la consolidación democrática en España, aunque hasta la fecha sólo contamos con análisis parciales de su filmografía. Su obra se ha englobado en el denominado «cine de la ruptura», término que traslada al ámbito cinematográfico los debates políticos que presidieron la Transición a la democracia; sin embargo, el análisis de su obra debe abordar el porqué se traslada ese discurso de las ciencias políticas a nuestro ámbito de estudio. El desarrollo de esta investigación no tiene como objetivo confirmar que su cine sea «radical» o «rupturista», sino demostrar que el problema debe enfocarse en otros términos. La lógica con la que se analiza el cine del periodo viene determinada por la construcción del consenso que define la democracia en España, siendo esa lógica la que desplaza a los límites determinadas propuestas discursivas. La presente investigación demuestra que el cine de Eloy de la Iglesia enuncia discursos del disenso sobre la Transición y la consolidación democrática; estos discursos están, a su vez, prefigurados en las películas que el cineasta rueda durante los últimos años del franquismo. Partiendo del concepto de disenso propuesto por el filósofo francés Jacques Rancière, los discursos de Eloy de la Iglesia quedan definidos a partir de su vocación por explorar los límites de la libertad que se configura durante el proceso de cambio político. La incomodidad de sus propuestas surge así de su capacidad para desvelar los mecanismos generativos y las contradicciones del consenso democrático. En suma, esta tesis doctoral propone realizar una lectura de la obra de Eloy de la Iglesia con el objetivo de ofrecer una visión omnicomprensiva de la dimensión política de su cine.

2015/11/18

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | DEL BOCHORNO MARICA AL ORGULLO GAY


Del bochorno marica al orgullo gay.

Gay Barcelona, 2015-11-18 
[Corresponde a alguna publicación de 2006. Se desconoce la intención del 'bochorno marica' que aparece, únicamente, en el titular.]
https://www.gaybarcelona.net/reportajes/del-bochorno-marica-al-orgullo-gay/ 

Ir de la mano con tu novio (o novia, si eres una chica), besarlo en cualquier esquina o cafetería o alojarse juntos en cualquier hotel, pueden parecer actos que de tan cotidianos nos resulten banales. Pero hace muy poco, demasiado poco, cualquiera de ellos podía costarnos el desprecio del prójimo, cuando no la libertad. Por ello, queremos hacer un pequeño homenaje a todos aquellos que en tiempos menos permisivos, tuvieron la valentía de hacer ondear la bandera del arco iris por la calle, jugándose mucho más que el físico y a quienes, sin lugar a dudas, debemos estos mal considerados, pequeños placeres.

Aunque muchos crean que todo empezó en aquella noche del 28 de junio de 1969, con la batalla de Stonewall, donde la policía campo a sus anchas, pero los gays, por primera vez no nos quedamos cruzados de brazos; a nivel europeo, hacía ya años que existía el COC, organización gay holandesa, reconstruida tras la guerra mundial, que al parecer, ya funcionaba antes de esta.

El principio de todo
En este país, durante muchos años y aunque parezca un contrasentido, siempre se había ido hacia atrás, como los cangrejos, y mientras en otros países se gestaban movimientos y asociaciones, ya fueran legales o clandestinas, de defensa de los derechos LGTB, aquí, en 1970, se promulga la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, que nos incluía en el mismo saco de maleantes y otras gentes de mal vivir.

Pero cada acción tiene su reacción y en 1971 y desde la clandestinidad, se constituye la Agrupación Homófila para la Integración Social [AGHOIS], que rápidamente cambió su nombre por el de Movimiento Español de Liberación Homosexual (MELH) fundado entre otros por el activista Armand de Fluvià. Este grupo de pioneros editan el boletín AGHOIS, que para evitar problemas, funciona, a nivel de suscripciones y correspondencia, desde un apartado de correos en Francia y donde todos los colaboradores firman con pseudónimos (así, Armand de Fluviá sería Roger de Gaimon). Pero aún así, esto no es fácil. En diciembre de 1974, y a causa de las presiones del ministro de Asuntos Exteriores, López Rodó, al Gobierno francés, deja de publicarse el boletín. Aún así, la lucha continua a través de diferentes canales, como el grupo Dignitat, creado por el jesuita Salvador Guasch, internado en 1974 en un centro para marginados y que defiende los derechos de gays y lesbianas desde una óptica cristiana.

Tras la muerte de Franco, la esperanza
El 20 de noviembre de 1975 muere el dictador y empieza la transición. Se viven tiempos de frenética actividad asociativa y el MELH da paso a la creación del Front d’Alliberament Gai de Catalunya (FAGC), integrado, entre muchos otros, por el activista Jordi Petit. El nuevo movimiento se vuelca en las asociaciones de vecinos de Barcelona, creando Grupos de Acción Territorial que imparten charlas por todo el estado y que son el germen de creación de grupos como el Front d’Alliberament Homosexual del País Valencià (FAHPV), el de Baleares (FAGI), el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR) en Madrid, el Euskal Herriko Gay Askapen Mugimendua (EHGAM) en Bilbao, el Movimiento Homosexual Aragonés (MHA) en Zaragoza, el Frente de Liberación Homosexual Galego (FLHG) en Santiago de Compostela y muchos más, integrados en 1977 en la Coordinadora de Frentes de Liberación Homosexual del Estado Español (COFLHEE).

Así las cosas y teniendo de nuevo como escenario la ciudad de Barcelona, el 26 de junio de este mismo año, se celebra la primera manifestación del Orgullo Gay en España, convocada por el FAGC en les Rambles, donde se gritan consignas contra la Ley de Peligrosidad Social y que transcurre sin incidentes hasta llegar a la Plaza Catalunya [parece que no llegó hasta esta plaza]. Una vez allí, la policía carga violentamente contra los manifestantes y el acto acaba en batalla campal. Parecía que el estado, o por lo menos sus fuerzas fácticas, no estaban aún preparados para semejantes muestras de diferencia.

Ya somos legales

Fuera como fuere, esta primera marcha promueve otras que el al año próximo tienen lugar en Madrid, Bilbao y Sevilla, sumándose a la de Barcelona que sale a la calle por segunda vez. Ese mismo año se funda la IGA, más tarde ILGA (Internacional Lesbian and Gay Association) en Reino Unido, promovida por CHE del mismo país, COC de Holanda y FLUORI! de Italia. La entidad celebraría, en abril de 1979, su conferencia en Santa Cristina d’Aro (Girona) tras haber sido excluida la figura del homosexual de la Ley de Peligrosidad, en enero de ese mismo año. Y en julio, como para poner broche de oro a un año que además de todo lo apuntado, había visto nacer el primer Carnaval Gay de La Paloma, es legalizado el FAGC [en julio de 1980].

En octubre de 1981 aparece el derecho de autodeterminación sexual de la persona, reconocido y proclamado por el Consejo de Europa, pero que no es aprobado por el Congreso de los Diputados español hasta 1985. Ya no somos bichos raros, máxime cuando en febrero de 1983, miembros de la COFLHEE (que un año después se transformará en COGAM) [esto es totalmente falso: se formó COGAM como colectivo en Madrid y se integró en la COFLHEE como un grupo más] son recibidos en el Ministerio de Justicia de Madrid.

Vendría luego la crisis de FAGC que daría paso a la aparición de la Coordinadora Gai-Lesbiana de Catalunya, la reclamación de una Ley de Parejas, el nuevo Código Penal que castiga la discriminación por causas de orientación sexual y muchos otras pequeñas victorias hasta llegar a la nueva Ley del Matrimonio.

Ha sido un largo camino y tal vez nos merecemos un pequeño descanso; pero este ha de ser breve, ya que aún queda mucho trecho por recorrer.

El Casal Lambda, 30 años al pie del cañón
Este mismo mes de octubre, una organización tan pionera como histórica, como es el Casal Lambda de Barcelona, celebra su 30 aniversario [esto sería en 2006, se creó como Institut Lambda en 1976]. Han sido treinta años de lucha feroz para ir consigiendo, poco a poco, pequeñas grandes victorias que han colocado a la comunidad LGTB donde está hoy.

Armand de Fluvià, presidente honorífico de la entidad, que nos comentaba hace unos días: "Aunque haya aún mucho camino por recorrer, no es poco lo que hamos conseguido en los últimos treinta años. Pero no hemos de olvidar que fue gracias al esfuerzo de los primeros luchadores, sobre todo en Catalunya, donde el movimiento militante era más fuerte, que pasamos de ser enfermos mentales, los peores pecadores, perversos y pervertidos, además de peligro social y la peor escoria a ciudadanos de pleno derecho; ciudadanos de primera."

La Coordinadora LGTB, también celebra su 20 aniversario [también en 2006]
Heredera directa del primigenio FAGC, esta otra asociación de largo historial, quiere celebrar tan magno cumpleaños con un un apretado calendario de actos, conferencias y mesas redondas.

Jordi Petit, activista pionero y primer presidente de la asociación nos dice: "Hemos creado servicios como el 900 Rosa y hemos llegado más lejos de cuanto pudiésemos soñar hace diez años. Es la hora de pensar en un movimento más eficaz en su gestión, en cambiar las pancartas por fundaciones u otros recursos que puedan ser eficientes en solidaridad internacional y sobre todo en sacar a la luz problemas menos visibles, y a dar voz a esos nuevos temas."
  • Para saber más
  • El moviment gai a la clandestinitat del franquismo (1970-1975). Armand de Fluvià, Laertes
  • 25 años más. Jordi Petit, Icaria
  • Vidas del Arco Iris. Jordi Petit, Debolsillo
  • De Sodoma a Chueca. Alberto Mira, Egales
  • Redada de Violetas. Arturo Arnalte, La Esfera de los Libros
  • El látigo y la pluma. Fernando Olmeda, Oberon

2015/11/11

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | JAIME GIL DE BIEDMA, UN CATALÁN DE CASTILLA

Jaime Gil de Biedma, un catalán de Castilla.
Aparecen los diarios completos de uno de los autores fundamentales de la Generación del 50, plagados de sexo -y pederastia-, inteligencia y poesía; un documento que ya es historia de nuestra literatura.
Alberto Olmos | El Confidencial, 2015-11-11
https://blogs.elconfidencial.com/cultura/mala-fama/2015-11-11/gil-de-biedma-homosexualidad-pederastia-diarios_1091079/ 

Mientras un Salomón de ciento y pico votos anda partiendo ahora de verdad un niño por el medio, la lectura de los 'Diarios' de Jaime Gil de Biedma nos traslada a aquellos tiempos en los que un catalán amaba Castilla y se conjuraba junto a madrileños y andaluces contra la dictadura del general Franco. Nadie tan catalán como Jaime Gil de Biedma y nada tan castellano como el pueblo de Nava de la Asunción, en la provincia de Segovia.

Este pueblo, que yo he visitado muchas veces, pues a él se llega casi por orden alfabético desde el mío, Fuentepelayo, dejando atrás Navalmanzano y Navas de Oro, era el pueblo de origen de los Gil de Biedma, lugar de veraneo de la familia, elegido a la postre por Jaime para retiros y convalecencias. Allí está enterrado el poeta y, si preguntan en un bar, aún encontrarán gente que les hable mal de él. Todo un éxito.

El escándalo, básicamente sexual, comía de la mano de Jaime Gil de Biedma, que lo propició por las calles y sótanos de Barcelona, en tabucos miserables en Manila, en su aparatosa residencia segoviana y, sobre todo, en su literatura. Hay páginas de sus diarios que ponen los pelos de punta.

Los rincones oscuros
Dice Michel Houellebecq que toda homosexualidad es pederastia, afirmación que, como casi todo en Houellebecq, contiene una verdad imprecisa. Ya mi lectura inaugural de 'Retrato del artista en 1956', primera parte de estos 'Diarios', que hice hace casi dos décadas, pendía en mi memoria por sus ganchos más mugrientos y abominables. Nadie puede olvidar esos pasajes del 'Retrato' donde Jaime Gil de Biedma acude a un prostíbulo en Manila, “de niños y niñas”, y acaba en la cama con un muchacho de “unos doce o trece años”. Pere Gimferrer y Andrés Trapiello se cruzaron la cara a artículos hace unos años al compás de estas miserias. Escribió Trapiello: “Lo único que tiene que aclararnos ahora Gimferrer, a quien siempre veremos del lado de los poderosos, es si le parece bien que se prostituya a los niños solo porque son de Filipinas, o bien porque quien lo hace es nada menos que de Barcelona.”

Los aficionados a la diarística emparentarán enseguida ese gusto por los chicos de Gil de Biedma, y su consiguiente relato en páginas privadas, con relatos similares que figuran en el conocido 'Diario' de André Gide, autor de cabecera de nuestro poeta. ¿Qué hacer con esas páginas, con esa delincuencia? ¿Callarla, evitarla, enterrarla? Entre el apetito de castración de quienes sacarían a un autor de los libros de texto por haber mantenido relaciones sexuales con menores, y la connivencia amical de otros que se limitan a hacer la vista gorda, solo queda apelar a la literatura como juez imparcial de una obra concreta. Esto es: ¿hay verdad y belleza y testimonio en ese libro?

Si esto es así, y en Gil de Biedma lo es de forma apabullante, ese autor y su obra deben preservarse. La literatura no la hacen las buenas personas, la hacen las personas que no niegan su propio mal, que dejan registros lúcidos y descarnados de sus rincones oscuros, que son siempre y a la larga los rincones oscuros del género humano.

Esta segunda lectura del 'Retrato', superado el escollo del señorito que abusa de menores, arroja un saldo muy elevado de inteligencia y buena prosa, de delicadas apreciaciones sobre la vida y el tiempo, de humor y de compromiso político.

Después de 120 páginas donde Jaime Gil de Biedma consigna la orgía perpetua (mayormente con adultos) de su estancia en Manila, lugar al que viajó como empleado de la Compañía de Tabacos de Filipinas, de la que su padre era director, el autor nos planta su Informe sobre la Administración General en Filipinas, motivo de su estancia en el archipiélago. En ese informe, divertidísimo por cuanto el lector lleva varias horas viendo al trabajador de la Compañía haciendo de todo menos trabajar, se aprecia la preocupación de Jaime Gil de Biedma por la brecha salarial entre empleados y jefes, a los que además afea “lo prolongado de sus vacaciones”.

Cierra el 'Retrato' su retiro en Nava de la Asunción, otras 120 páginas que destacan por sobre todas las de estos 'Diarios', pues, enfermo de tuberculosis (y cuánto bien ha hecho la tuberculosis a la literatura), Gil de Biedma mima la expresión, trabaja sobre la nada de su reposo, y logra páginas espléndidas.

Diarios secretos
Estos 'Diarios 1956-1985' se completan con los inéditos 'Diario de moralidades', 'Diario de 1978' y 'Diario de 1985', textos secretos que Gil de Biedma dejó al cuidado de su agente, Carmen Barcells, y que solo ahora ven la luz. Son bastante planos.

El primero, el de 'Moralidades', no es apenas otra cosa que el registro de los poemas que va escribiendo para ese libro suyo, y solo llamará la atención de los 104 (yo incluido) españoles a los que les puede interesar que los inolvidables versos “Tardan las cartas y son poco/ para decir lo que uno quiere” fueran en principio “Tardan las cartas y son pobres/ para decir lo que uno quiere”. El mismo autor afirma que le cuesta “conservar mi prurito de diarista”, y que lo que está escribiendo es “somero y esquemático”.

En el 'Diario de 1978' afirma: “La verdad es que he dejado casi de ser escritor”.

Y el de 1985 lo motiva el sarcoma de Kaposi y el posterior viacrucis del autor, enfermo de sida. Son páginas clínicas, mortuorias, languidecientes. Recuerdan un poco a las páginas finales del diario de César González-Ruano, escritas también en el hospital.

Diríamos que el autor se agarra al mundo por los renglones que va escribiendo, pues para un escritor incombustible, la literatura solo puede terminar un poquito antes que la vida.

2015/11/03

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | LA VIDA EMBOSCADA DE GIL DE BIEDMA

Jaime con su madre, en Nava de la Asunción, en 1956 //

La vida emboscada de Gil de Biedma.

Se publican, por fin, los diarios completos del poeta.
Elena Hevia | El Periódico, 2015-11-03
https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20151103/diarios-gil-de-biedma-ineditos-4642811 

Corrían muchas cábalas sobre el famoso diario que Jaime Gil de Biedma (Barcelona, 1929-1990) dejó en legado a su última pareja sentimental, el actor Josep Madern, y que a la muerte de éste, cuatro años más tarde, pasó a manos de su agente, Carmen Balcells. Se rumoreaba que dada la vida alevosamente nocturna y ‘non sancta’ del poeta, esas páginas debían de estar cargadas de escándalo y detalles explícitos. Pero no. Los ‘Diarios 1956 – 1985’ (Lumen) que mañana llegan a las librerías poco tienen de ello. Lo más escabroso queda para su diario ya conocido, que antes fue ‘Diario de un artista seriamente enfermo’ -expurgado de sus aspectos más conflictivos- y que más tarde, debidamente revisado y ampliado poco antes de su muerte, apareció póstumo en 1991 como ‘Diario del artista en 1956’. En él se mostraba cómo el frenesí erótico de su por fin asumida condición homosexual -tenía 26 años- estalló portentosamente en su visita a Filipinas, islas que visitó en su condición de joven ejecutivo del negocio familiar, la Compañía de Tabacos de Filipinas. Ese diario también se incluye en el volumen debidamente anotado, dialogando con lo diarios posteriores y creando un nuevo efecto lector.

El editor y crítico literario Andreu Jaume, que se ha hecho cargo de esta edición y que además prepara una biografía del poeta, se alegra de que las expectativas más cotillas se hayan venido abajo porque ahora lo que prevalece es el verdadero valor del libro, concebido como una autobiografía intelectual, aunque su intimidad también ocupe un importante lugar en él. Importante promiscuo, ahí están sus aventuras barcelonesas con el escritor afroamericano James Baldwin, por ejemplo, o el filipino Dick Schmitt en una relación triangular con su pareja de entonces, Luis Marquesán. «Lo importante es su reflexión moral sobre estas relaciones intensas», subraya el editor.

El mismo Gil de Biedma explica así, ya cincuentón, en 1978, el porqué de su pudor otoñal: «Siempre que escucho de labios de alguien que pasó los 30 años el relato de una noche de amor tengo la impresión de que me está contando cómo va de vientre».

Sinfonía en cuatro actos
El libro capta a Jaime Gil en cuatro momentos clave de su vida. El ya conocido de 1956. El llamado ‘Diario de Moralidades’, que abarca los años 1959 a 1965 y que sigue en paralelo la composición de ese libro clave que luego se integraría en su poesía completa ‘Las personas del verbo’ -y que ahora, por cierto, se reedita-. El fechado en 1975, un intento fallido de repetir lo que hizo en 1956, y finalmente un malogrado diario de pocas páginas iniciado en 1985 cuando se inicia la enfermedad que acabaría llevándole a la tumba, el sida.

«El más importante, con diferencia, de los diarios inéditos es el de ‘Moralidades’ -estima Jaume-. En ese punto él ya ha averiguado quién es y por tanto lo que le interesa es su camino de indagación poética». Más esquemático que el de 56, en este diario, trastienda de su quehacer poético, el carácter depresivo y autodestructivo del autor va tiñendo de intimidad poco a poco el texto hasta culminar, tras la ruptura con Marquesán, en su ya legendaria quiebra psíquica que le hará abandonar la escritura poética. Las últimas páginas de ese diario son impresionantes: «Podría haberse producido en mí un proceso de desdoblamiento, que me lleva observar el proceso de gradual desmoralización a que estoy sometido y a anticipar el posible desenlace -la desintegración de mi persona-, como un espectador desinteresado. Es algo parecido a ser operado con anestesia parcial».

Ese hundimiento desembocó el que sería su último libro, ‘Poemas póstumos’ -con los definitorios 'Contra Jaime Gil de Biedma’ o ‘No volveré a ser joven’-. «No quiso o no pudo contar más -explica Jaume-. Se derrumbó esa identidad que se había construido y se quedó mudo con el peso de su personaje».

Intentona fallida
Tras el derrumbe, en 1978, y enamorado de nuevo, de Josep Madern, intentó escribir, como lo hizo en el 56, un texto, a modo de renacimiento, que le devolviera a la literatura. Pero ese diario solo le sirve para darse cuenta de que ya no es el mismo. «Su renacimiento fue un espejismo. Gracias al diario se puede constatar que sigue teniendo una sensibilidad enormemente bien organizada, que es un escritor muy bueno, inteligente y lúcido pero también que su ambición literaria está muerta». Y lo que es peor, también ahí constata que no quiere seguir viviendo. Esa constatación desemboca en el diario de 1985 el último en el que el relato de su enfermedad, y de sus últimas lecturas -Henry James- se superpone conmovedoramente a todo. Y antes de llegar ahí, una certeza: «Pero ha pasado el tiempo/ y la verdad desagradable asoma: envejecer, morir,/ es el único argumento de la obra».

2015/10/31

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | EL SECRETO DE GIL DE BIEDMA

Jaime en Oxford, en 1953 //

El secreto de Gil de Biedma.

Los textos no habían sido publicados por las alusiones personales y las referencias homosexuales. Lumen publica los diarios inéditos del poeta, 25 años después de su muerte.
Josep Massot | La Vanguardia, 2015-10-31
https://www.lavanguardia.com/cultura/20151031/54438506414/secreto-gil-biedma.html 

Han tenido que pasar 25 años desde la muerte de Jaime Gil de Biedma para que sus diarios inéditos vieran la luz. El actor Josep Madern, compañero sentimental del poeta, los depositó en la agencia Balcells, y consideró que las alusiones inmisericordes a personas aún con vida y las referencias homosexuales aconsejaban que no se hicieran públicos hasta pasado un tiempo. A principios de los años 90 su contenido aún abría heridas y Ana María Moix vio frustrado a última hora su intento de publicar el ‘Diario de 1978’ en Lumen. Ahora sí, la misma editorial publicará el 5 de noviembre ‘Diarios. 1956-1985’, con edición de Andreu Jaume.

El libro rescata el único diario publicado hasta ahora, ‘Retrato del artista en 1956’, y añade los diarios de 1959-1965, el célebre de 1978 (que es el más elaborado) y el de 1985, cuando ya estaba enfermo de sida. "Me preocupa -escribe el poeta desde París- el regreso a Barcelona, la tensión nerviosa de aguantar constantemente el tipo, de hacer frente a los rumores durante meses y meses, de esa tensión de la que me sentí aliviado cuando ingresé aquí. Mantener mi enfermedad en secreto, salvo para unos pocos íntimos, me parece cada vez más difícil". Gil de Biedma jugó hasta el fin de sus días -murió el 8 de enero de 1990, poco después que su madre y que Carlos Barral- la paradoja vital de proceder a una indagación interior sobre sí mismo (poeta, homosexual, miembro de la burguesía, alto ejecutivo de una multinacional, antifranquista) y vestir, al mismo tiempo, una máscara social en el trabajo (Tabacos de Filipinas), con su familia y con su entorno no literario.

Los diarios de los años sesenta son esenciales, en primer lugar, para revelar las claves de su obra poética. Andreu Jaume, que prepara una biografía del poeta, consigue que las notas a pie de página que acompañan el texto sean tan entretenidas y ágiles como ilustrativas y documentadas. Por ejemplo, un irónico acuse de recibo de un dolido Jorge Guillén al libro que le dedicó Gil: "Que alguien dedique a la poesía de Jaime Gil de Biedma un libro similar al que ­Jaime Gil de Biedma ha dedicado a la poesía de Jorge Guillén". O las pullas a Juan Goytisolo, los hermanos Panero o la fuga de Boa­della cuando fue detenido por el espectáculo ‘La Torna’.

Gil de Biedma, de cultura anglosajona, se sirve de los diarios para "adiestrarse en literatura" y también para encontrar una prosa de la intimidad y de las emociones que la pacata tradición española había negado y reprimido. "La sexualidad en general y la homosexualidad en particular -dice Andreu Jaume- no han tenido aquí un lenguaje que no estuviera profundamente impostado, cuando en Inglaterra y al menos desde el siglo XVIII nadie se escandaliza del contenido de los diarios íntimos".

Gil de Biedma es el burgués clásico, el ejecutivo que trabaja ocho horas diarias y el poeta promiscuo, ebrio, nocturno e izquierdoso. Todo a la vez, con todas sus contradicciones, sin distinguir el personaje que vive y el que escribe. En 1962 firma una carta contra la represión de una huelga minera en Asturias que le ocasiona una bronca familiar y casi el despido de Tabacos de Filipinas. Oscila del orden al caos y cuando cae en el exceso de alcohol y sexo, promete enmendarse y en seguida se desdice. La crisis existencial de Gil de Biedma se ve de forma más descarnada en sus cartas (‘El argumento de la obra’, Lumen). En los diarios es una queja constante desde 1956. Fue el año en que Jaime Gil tuvo una grave crisis que llevó latente como una carga de profundidad a lo largo de su vida, con intermedios de sosiego, aunque en 1966 se salvara de su etapa de crisis más grave, en casa de Gustavo Durán, en Aleneo, Grecia, el singular militar republicano y músico, amigo de Kavafis, al que vio como un segundo padre, como antes, en sus años de estudiante en Oxford, cuando se preparaba para la diplomacia (falló el examen de composición y cultura castellana), había considerado a Alberto Jiménez Fraud y a Natalia Cossío.

Gil de Biedma se ve a sí mismo, descarnado de los maquillajes del autoengaño, como si se hubiera corrido una cortina para mostrarle la verdad. "Saber que mi angustia de hoy no es otra cosa que la factura que pago por un día hermoso y feliz de fin de semana, debería servir al menos de alivio, pero no: cada vez que pago lo hago de buena fe, convencido de que al pagar me arruino para siempre", escribe. Y también: "¿Por qué huyo y de qué, lo ignoro. Quizá de alguna decisión moral: en el fondo de mi conciencia parece serpear la insinuación de que soy cobarde". Y más aún: "Parece haberse producido en mí un curioso proceso de desdoblamiento, que me lleva a observar el proceso de gradual desmoralización a que estoy sometido y a anticipar el posible desenlace -la desintegración de mi persona- como un espectador desinteresado. Es algo parecido a ser operado con anestesia parcial".

Andreu Jaume dice que Gil de Biedma inició un proceso de autodestrucción lento, progresivo e irreversible. El pavor por el paso del tiempo y la muerte es su música de fondo. ¿Cuál era su demonio interior? "La tensión constante entre la vida sensata, la realidad y la irrealidad. Jaime Gil -dice Jaume- se construye un mundo de irrealidades en lo íntimo, lo político y lo estético que, de repente, se derrumba, se da cuenta de que era absolutamente ficticio, de que no existe. A partir de ahí, tras su viaje a Filipinas y la sensatez pasiva de la que hablaba Gabriel Ferrater, se ve incapaz de construir otro mundo". Ese ser sensatos, decía Ferrater, sin tener razones para serlo.

La actividad sexual de Gil de Biedma es frenética y no le sacia ni evita su angustia. Quiere conciliar el amor duradero y el carnal efímero. En los diarios se explica la génesis de su mejor poema, ‘Pandémica y Celeste’, en el que según Jaume, intenta establecer una ética de la infidelidad y un amor sostenido en el tiempo, inspirándose en los versos de Catulo, el poeta latino que lee ávidamente en Deià, un canon que dejó de existir en Europa desde los trovadores. "Quiere demostrar que se puede estar profundamente enamorado de una persona toda la vida y serle constantemente infiel". Los trescientos amantes del poema de Catulo ("que viva y disfrute con sus amantes/ de los que abraza a trescientos a la vez/ sin amar a ninguno aunque una y otra vez a todos/ les rompa las caderas") quedan tal vez cortos según las referencias que Gil de Biedma anota en sus diarios, y el amor que consta más duradero es Luis Marquesán, antes de Josep Madern.

En 1985 el poeta contrae el sida y muere cinco años después. Madern, en 1994. Jaime Gil hacía tiempo que había dejado la poesía. Lo explica en su último apunte de 1978: "Nada más triste que saber que uno sabe escribir, pero que no necesita decir nada de particular, nada en particular, ni a los demás ni a sí mismo". No quería ser como Jorge Guillén o Vicente Aleixandre. En su final, caricaturas de sí mismos.
  • Fragmentos 
  • (Tàpies). Resulta verdaderamente irónico advertir cómo la estación final de llegada de los "no figurativos" es nada más y nada menos que el ‘trompe l'oeil’ y las artes aplicadas -lienzos que son muros manchados y agrietados, puertas viejas, huellas de zapatos, arenas de playa, todo perfectamente imitado. La verdad es que para este viaje no necesitábamos alforjas.
  • Los días en Formentor me han dejado mal sabor de boca, como casi siempre me ocurre con las reuniones de literatos. Para sobreponerme a mi timidez, bebo, y cuando bebo enseño los peores matices de mi persona. Luego, después, temo una visión de mí mismo que me inspira verdadero disgusto, y miedo, además, de que sea la verdadera.
  • La realización de ese imposible ideal de felicidad inmediata que, según Auden, duerme en el interior de todo animal humano, "getting drunk before noon and jumping naked from bed to bed" (“emborracharse antes del mediodía y saltar desnudo de cama en cama") .
  • Ayer me encontré con una nueva citación del juzgado militar y con la ingrata sorpresa de que las actuaciones contra Goytisolo, Carbonell y yo, que después de cada declaración doy siempre por suspendida, siguen adelante... Se me olvidaba apuntar las inculpaciones que se me hacen, o por lo menos la más graciosa, la de ser un activista catalanista y pertenecer a la Federación Universitarios Catalanes.
  • Lo mío es que ni siquiera tengo ambición de poder literario; el deseo de hacer una carrera no me roba ni un minuto. 
  •  Fragmentos (parte 2)
  • Juan (Goytisolo) era hace veinte años un malísimo escritor, cuyas novelas sólo hacía interesantes una cierta capacidad de fabulación y de creación de tipos disparatados que uno esperaba ver un día mejor empleada. En cambio, salir con él por la noche, recorrer bares y tugurios del distrito quinto era divertidísimo... Tenía una cualidad... que para sus compañeros de bureo nocturno resultaba impagable: bastaba que él entrara en un local para que toda la consuetudinaria fauna: camareros, putas, limpiabotas, chulos y floristas, empezaran a comportarse de una manera insólita y disparatada.
  • Felicidad (Blanch) es un personaje complicado y está muy bien: el único peligro es que anden por allá sus hijos, los tres hermanos Catafulco, que son un verdadero horror (Juan Luis, Leopoldo y Michi Panero)
  • Y por si fuera poco, están los habituales y estúpidos deberes de la necesidad erótica: te echo siempre de menos, pero mucho más después de acostarme con alguien, sobre todo, curiosamente, cuando lo he pasado bien.
  • Lo malo de las mujeres –para un ser humano civilizado, me refiero, que quiere que su pareja disfrute– es que tarden tanto en llegar al clímax. Hay momentos en que, a pesar del cansancio, uno se siente a punto para un poco de sexo; luego llega el dilusorio pensamiento de que para dejar a tu pareja satisfecha tendrás que trabajar unos quince minutos y decides que después de todo es mejor abstenerse.
  • Esto de vivir en una sociedad en que la obscenidad ritual no está aceptada resulta una desventaja demasiado grave.
  • Mi felicidad no es otra en el fondo que la de querer y que me quieran, sumada a la de encontrarnos el uno con el otro, inesperadamente rescatados de la rutina urbana, sin nada que hacer más que disfrutar del intermedio.
  • Lo que define la calidad de nuestra vida intelectual no son las ideas en que nos complacemos en formularla, sino el tipo de relaciones que mantenemos con ellas.
  • (Ya enfermo de sida) Empiezo a hacerme ilusiones de salir adelante y estos dos últimos meses me he sorprendido algunas veces pensando en el futuro. Eso está bien, pero también es peligroso; cuando el momento de ilusión pasa, el miedo lo resisto peor.

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | JAIME GIL DE BIEDMA: "MANTENER MI ENFERMEDAD EN SECRETO ME PARECE CADA VEZ MÁS DIFÍCIL"

Jaime se autorretrata en 1956, en Nava de la Asunción //

«Mantener mi enfermedad en secreto me parece cada vez más difícil»

Víctor Fernández | La Razón, 2015-10-31

https://www.larazon.es/cultura/mantener-mi-enfermedad-en-secreto-me-parece-cada-vez-mas-dificil-OJ11090907/ 

Se publican los diarios inéditos de Jaime Gil de Biedma, textos en los que el poeta habla sin tapujos de la creación de su obra literaria y del tratamiento que para tratar el sida, la enfermedad que acabó con su vida.

Procedente de Barcelona, el 21 de octubre de 1985, un enfermo del hospital Claude Bernard de París, ingresado primero bajo el nombre falso de Jaime Costos Sánchez y luego simplemente como «monsieur X», comenzó a escribir un diario. Era una manera de dejar constancia del tratamiento que iba a recibir después de que ese verano le fuera diagnosticado un sarcoma de Kaposi, primer síntoma del sida, por entonces una enfermedad poco conocida y con esacaso tratamiento médico. El paciente estaba expectante porque, «formado en la época de la penicilina como panacea universal, inevitablemente concibo el tratamiento experimental y precario que estoy siguiendo como una incógnita a despejar en pocas semanas: o me muero o sobrevivo, pero de una vez». A ello se le sumaba otro problema, el de «la tensión nerviosa de aguantar constantemente el tipo, de hacer frente a los rumores durante meses y meses, esa tensión de la que me sentí tan aliviado al ingresar aquí. Mantener mi enfermedad en secreto, salvo para unos pocos íntimos, me parece cada vez más difícil. En lo uno y en lo otro, si salgo adelante, será por el canto de un duro».

Jaime Costos Sánchez era el seudónimo de Jaime Gil de Biedma y estos fragmentos están extraídos de uno de los libros más esperados de la temporada, una obra que ha sido objeto de especulaciones y todo tipo de rumores desde que su autor murió. El próximo 5 de noviembre llegará a las librerías «Diarios 1956-1985», un volumen preparado con gran rigor por Andreu Jaume, estudioso del poeta barcelonés, y publicado por Lumen. Se recogen por primera vez, junto con el ya conocido «Retrato del artista de 1956», una serie de dietarios inéditos que nos recuperan lo mejor de la voz de un autor básico para comprender la literatura española de la segunda mitad del siglo XX. Procedentes del archivo de Gil de Biedma, guardado por la agente literaria Carmen Balcells, son otros materiales que forman esta obra: un extenso dietario que abarca entre 1959 y 1965, una de las etapas más sólidas creativamente del autor de «Las personas del verbo»; otro redactado en 1978, cuando trata de volver a escribir y, finalmente, el ya citado de 1985. Todo ello forma un ciclo autobiográfico de primer orden.

Una de las particularidades de la obra es que nos permite conocer el taller de escritura del poeta. Las páginas redactadas entre 1959 y 1965 nos ayudan a entender su manera de trabajar, el esfuerzo del poeta. Por ejemplo, el 19 de noviembre de 1963 comenzó a trabajar en el poema «Apología y petición»: «En mi proyecto de sextina, que cada vez me tienta más, aunque no sé si por razones extrapoéticas –i. e., la de hacer un tour de force que deje con un palmo de narices a los aficionados y a los críticos para quienes el tipo de poesía que yo hago constituye un síntoma evidente de incapacidad formal o de completa despreocupación».

En este sentido, también merece la pena destacar los momentos en los que habla de la elaboración de su ensayo «Cántico. El mundo y la poesía de Jorge Guillén», aunque el resultado final no fuera muy del agrado del autor de la Generación del 27.

También nos encontramos con un Gil de Biedma que habla sin tapujos de su homosexualidad, de sus relaciones con Luis Marquesán o Josep Madern. Este último, muerto también por sida en 1994, aparece reiteradamente en las páginas del diario de 1978, que se inicia con una bronca entre los dos amantes el día de fin de año en Ultramort, la finca ampurdanesa de Gil de Biedma. «Josep y yo, cada cual por su lado y los dos juntos, hemos sido envidiablemente felices. Quizá yo más que él, porque a las once de Nochevieja, cargado de whiskis y de sueño atrasado, y probablemente colapsado por un porro que no debí fumar, huí a la cama, dejándole con un palmo de narices, veinticuatro uvas y dos botellas sin abrir. Pero si sabe cabrearse bien –y es una cualidad suya que me gusta–, también sabe deponer luego las armas con gracia, en el justo momento. Ayer a mediodía, cuando sentados al sol nos bebimos la botella de champagne –sin uvas porque no las pedía ya la hora–, otra vez éramos la primera pareja reinante en la mejor de las Sodomas posibles».

El renacer de Barcelona
Tampoco falta el compromiso político y social de un poeta que nunca permaneció mudo ante la realidad de su país. Resultan especialmente conmovedores los pasajes en los que Gil de Biedma habla del renacer de Barcelona en los primeros meses tras la desaparición de Franco. La reflexión le surge mientras pasea por las calles de los viejos barrios de la capital catalana. En su dietario anota que «de todos los beneficios del cambio en nuestro país –tras la defunción del ya remoto Invicto– ninguno tan inmediatamente palpable, emocionalmente y personalmente remunerador como la recuperación de los barrios populares por sus gentes. Nada nos hace realizar de una manera tan incomparablemente directa la felicidad de la muerte de la dictadura».

Es un poeta desesperado por vivir la vida al máximo, beberse hasta la última gota de la noche en encuentros que son muchas veces una celebración de la amistad. Porque los amigos no le fallan y, por eso, en los diarios no pueden faltar nombres como los de Carlos Barral, Gabriel Ferrater, José Agustín Goytisolo o Juan Marsé.

Podemos también conocer de primera mano sus impresiones hacia todo tipo de lecturas, desde Cernuda a Nabokov: «He empezado a leer “Lolita”, un libro sobre el que me gustaría escribir. Divertido y nada casual parentesco entre Humbert Humbert y Alfred J. Prufock (...). El personaje, en realidad, deambula por buena parte de la literatura tardía en tradición simbolista. Es el equivalente de Charlot en la clase media educada y ex acomodada». Interesante son sus impresiones sobre Mario Vargas Llosa: «Los Vargas –él y ella, ligeramente mayor que su marido– son personas muy simpáticas, con esa especial fineza de los peruanos, un sí es no es dieciochesca».

2015/10/11

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | DÍA INTERNACIONAL DE LA 'SALIDA DEL ARMARIO'

Día Internacional de la "salida del armario".
Susana Domínguez | La Voz del Sur, 2015-10-11

[Enlace original cambiado, de modo que ahora no aparece como artículo de esta autora. Recogido en su momento por IGLU]

Hoy 11 de octubre, aunque pocos los saben, se celebra el Día Internacional para Salir del Armario. Y se celebra en esta fecha en honor a la segunda marcha nacional realizada en 1988 [i.e. 1987, la 'gran marcha' fue el año anterior y el Día se constituyó en 1988 precisamente en su memoria] en la ciudad de Washington, Pro-Derechos de la comunidad LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) y liderada por Jean O'Leary, una famosa activista lesbiana norteamericana, política y ex-monja del Convento de las Hermanas de la Humildad de María, junto con otros activistas, con el fin de concienciar a la sociedad en general sobre la realidad LGTB.

Salir del armario, aunque a mí particularmente no me gusta mucho la expresión, prefiero visible, es la expresión popular y conocida, que significa hacer pública voluntariamente la orientación sexual (gay, lesbiana o bisexual) o la identidad de género (transexual). Y hoy, 11 de octubre, es un día para tomar conciencia de la importancia de salir del armario, de hacernos visibles. Es un día para atreverse a revelar y visibilizar nuestra orientación sexual y/o identidad de género. Pues cuando salimos del armario y nos visibilizamos, le estamos diciendo alto y claro a la sociedad, que las personas LGTB... ¡Existimos!

Y con ello no estamos haciendo apología de nuestra sexualidad, como nos han reprochado miles de veces. Ya estoy muy harta de tener que escuchar una y otra vez que "los heterosexuales no vamos diciendo por ahí lo que somos, no tenemos día del Orgullo heterosexual, no llevamos banderas ni pancartas sobre nuestra sexualidad" y otras muchas, con perdón, estupideces. Pues claro que no lo van diciendo. Pero no lo hacen, porque no lo necesitan.

En el mundo y la sociedad en la que vivimos, existe lo que yo denomino "presunción de heterosexualidad", es decir, todos somos heterosexuales hasta que demuestres lo contrario. Por lo tanto, salir del armario no es decir lo que soy, sino precisamente lo contrario, lo que no soy. Pues yo no soy heterosexual y si no quiero que me traten como tal, no me queda otra forma que decir que soy lesbiana. Así que por favor, intenten entenderlo ya de una vez y no nos critiquen por querer ser honestos/as y vivir como somos sin escondernos.

Pero hoy también es un día para reivindicar y luchar. Un día para ayudar a todas las personas que aún viven encerradas en el armario y animarlas a ser valientes, a superar el miedo, a que den un paso al frente y que dejen atrás los armarios de una vez y para siempre. Un día para comprender que la invisibilidad es la peor de las discriminaciones, una forma de maltrato que nos impide vivir y mostrarnos tal como somos. Un día para que entiendan que la visibilidad es nuestra mejor arma contra la discriminación que sufrimos las personas LGTB. Por ello debemos ser visibles y salir del armario. Ya no caben excusas, es el momento de dar un paso al frente y de visibilizarnos, pues de no ser así, pocas cosas cambiarán para las personas LGTB, si no nos atrevemos a decir alto, claro y con orgullo... "Yo no soy heterosexual, Yo Soy LGTB".

Y si tenemos claro nuestro objetivo y verdaderamente queremos lograr la igualdad y acabar con la discriminación que sufrimos las personas LGTB, sabemos que la visibilidad es nuestra mejor arma. Pero para que sea realmente efectiva, necesitamos la visibilidad de "todas" las personas LGTB. Por lo tanto, debemos luchar para acabar con la invisibilidad en la que viven muchas de ellas. Personas invisibles y que pueden ser nuestros amigos/as, hermanos/as, compañeros/as de trabajo e incluso personas famosas, pero que el miedo, la discriminación y la LGTBfobia las lleva a renunciar a su propia identidad, a ser libres y visibles, condenándolas a vivir en el armario y la invisibilidad. Y por ello hoy, 11 de octubre, Día Internacional de la Salida del Armario, yo os animo a todas las personas LGTB a ser visibles y a... "salir del armario".

2015/10/09

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | EL NOVIO DE ROCK HUDSON, LEE GARLINGTON, EXPLICA CÓMO OCULTARON SU RELACIÓN

El novio de Rock Hudson explica cómo ocultaron su relación.
El que fuera pareja del fallecido actor durante tres años, cuenta que acudían juntos a los estrenos pero con compañía femenina.
El País, 2015-10-09
https://elpais.com/elpais/2015/10/09/estilo/1444405426_144274.html 

"Él era un amor y yo lo adoraba", ha dicho Lee Garlington sobre Rock Hudson, con quien mantuvo una relación sentimental de 1962 a 1965. En el treinta aniversario de la muerte del actor, este corredor de Bolsa jubilado recuerda cómo fue su noviazgo y cómo ocultaron su homosexualidad en la década de los sesenta, cuando todavía no estaba aceptado socialmente.

Rock Hudson se refirió a Garlington en su biografía como "mi verdadero amor" y, este año, el hombre que ocupó el corazón de uno de los galanes de Hollywood, ha relatado a los medios parte de su historia de amor. "Le esperé fuera de su caravana en los estudios de Universal Pictures, fingiendo leer Variety (aunque probablemente tenía la revista boca abajo) y cuando salió, me miró un momento y se marchó", recuerda el amante del actor.

Un año más tarde, Garlington recibió una llamada para conocer a Hudson. "Estaba muy nervioso, pero él me ofreció una cerveza y entonces sucedió", dice el antiguo corredor de bolsa, de 77 años. "Pasé con él la noche y me fui a las 6 de la mañana en mi coche con el motor apagado para que los vecinos no me escucharan. Pensábamos que estábamos siendo muy inteligentes", explica.

El examante de Hudson ha contado que acudían juntos a los estrenos de películas, pero con compañía femenina para no levantar sospechas. "Rock nunca me pidió que lo mantuviera en secreto porque yo ya sabía que tenía que ser así". Pero al cabo de un tiempo, una fan irrumpió en la casa del actor y les pilló durmiendo juntos. "Empezamos a ser más cautelosos", cuenta Garlington.

Uno de los recuerdos favoritos de Garlington fue cuando estaban preparándose para acudir a un evento y Hudson le dijo que le tenía que enseñar a afeitarse correctamente. "Me enseñó cómo coger la cuchilla y ponerla en un ángulo que cortaba mucho mejor", afirma el que fuera pareja de la estrella de Hollywood.

Ambos se separaron en 1965. "Uno de los motivos por los que rompimos nuestra relación era porque yo, de alguna manera, necesitaba una figura paternal y él no era lo suficientemente fuerte como para asumirlo", asegura Garlington. Perdieron el contacto a raíz de que el icono de la gran pantalla revelara, en 1985, que sufría sida. "Me sorprendió. El sida estaba matando a todo el mundo en aquella época. Llamé a las personas que lo estaban cuidando, pero me dijeron que estaba tan enfermo que no me iba a reconocer y que lo mejor es que guardara la imagen de cómo era él antes".

Tras su muerte, se publicó la biografía de Rock Hudson y allí descubrió su expareja que el actor había dicho sobre él que era su verdadero amor. "Dijo que su madre y yo éramos las únicas personas a las que había amado alguna vez. No sabía que significara tanto para él", dice Garlington.

2015/10/01

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | JOSÉ LUIS GARCÍA MARTÍN: "GIL DE BIEDMA NO ES EL SÍMBOLO GAY EN EL QUE LE HAN CONVERTIDO"

García Martín: «Gil de Biedma no es el símbolo gay en el que le han convertido».
La rumana Ioana Gruia se alza con el Premio Alarcos de Poesía con su obra 'Carrusel'.
A. Villacorta / I. Rey | El Comercio, 2015-10-01
https://www.elcomercio.es/culturas/libros/201510/01/garcia-martin-biedma-simbolo-20151001001754-v.html 

El espíritu de Jaime Gil de Biedma sobrevoló ayer el salón de actos de la Biblioteca de Humanidades del Campus del Milán, donde la Cátedra Emilio Alarcos Llorach organizó un encuentro literario con el que rindió homenaje al poeta con motivo del 25 aniversario de su muerte.

Porque, como aseguró Josefina Martínez, viuda de Alarcos y directora de la Cátedra, Gil de Biedma fue «la voz poética quizás más viva, directa, personal y descarnadamente autobiográfica de la llamada Generación del 50». Una voz que era, al tiempo, resumió la catedrática de Lengua Española, «la represión y la culpa, el remordimiento de clase de un señorito adinerado, de familia monárquica, metido a revolucionario», acompañada por una «falta de indulgencia consigo mismo que contrasta con una profunda voz melancólica». Con varias constantes en su poesía: «Sobre todo, el amor y la sexualidad desesperada, y la presencia aterradora del paso del tiempo».

Pero es que, además, resumió Martínez, el barcelonés era «un hombre que no se mordía la lengua» y a quien «no le temblaba el pulso si tenía que emitir un juicio inconveniente fuera quien fuese el destinatario. Como cuando dijo de Juan Ramón Jiménez: 'Nunca le embargó el pudor de disimular lo que en él había de pelendrín, de mezquino y malicioso señorito de casino de pueblo de Huelva».

Tampoco la directora de la Cátedra Alarcos titubeó a la hora de agradecer la presencia de los representantes de Somos en el Ayuntamiento de Oviedo -Ana Taboada y Fernando Villacampa- para recomendarles, acto seguido, «no acabar con todo», toda vez que «son jóvenes y acaban de llegar». Destacó también el poeta Carlos Marzal de Gil de Biedma «esa voz propia, mitad melancólica, mitad cínica, de su poesía», los versos con «un tono de bolero» del «mejor poeta erótico de su generación», que contaba con «una legión de merecidos admiradores». «La herencia que ha dejado en la poesía española ha sido inmensa», sentenció Marzal. Y eso que «deja de escribir muy pronto, lo que le rodeó de un halo de leyenda», porque, además, «muere relativamente joven y víctima de una enfermedad de la que en aquel momento (1990) se sabe poco: el Sida».

Quizá por eso el escritor José Luis García Martín se dedicó a desmontar los tópicos que rodean a quien «en el 70 era ya un mito», además de «la inteligencia absoluta, la caballerosidad, la cortesía, un caballero inglés antiguo». Eso, «hasta que llegó, para fastidiarlo todo, un señor llamado Miguel Dalmau, que escribió la biografía más horrorosa que se puede hacer de un poeta. Supongo que Gil de Biedma se levantaría en su tumba».

Porque, según el profesor y crítico, lo que hizo Dalmau fue «buscar una expareja de Gil de Biedma», algo así «como si uno se divorcia, buscan a su exmujer, que le odia, y todos los chismes que le cuenta los escribe en un libro sin contrastar nada, una cosa ofensiva que solo pasa en España». Y, para colmo, recordó, «luego se hizo una película con aspectos de la vida que él no quería que formasen parte de su vida pública: sus relaciones sentimentales». «Sería como hacer una biografía de Leopoldo Panero, que era muchas cosas, pero también se emborrachaba con cierta frecuencia y visitaba prostíbulos, y que solo se contasen sus relaciones con las señoritas», zanjó.

De ahí, resumió el colaborador de El Comercio, que «el mito que le convierte ahora en un símbolo gay, escandaloso, en cierto modo tapa lo que él quiso ser». Lejos de eso, aseveró, «Gil de Biedma es un poeta erótico, pero a su manera. Habla del amor. No habla del amor homosexual. No entra en detalles. No es Luis Antonio de Villena. No escribe para un gueto. Escribe para todo el mundo». Y, así, reclamó «que se le vuelva a leer al margen de las peripecias de su vida personal». Mientras, Luis García Montero defendió que el poeta, al que se le negó la entrada en el PCE, «sabía que en la España en la que vivía ser homosexual no iba a ser entendido».

Ya por la tarde, los protagonistas del tributo se trasladaron al Palacio del Conde de Toreno, donde se falló el Premio Alarcos de Poesía, que recayó en Ioana Gruia por su obra 'Carrusel', presentada bajo el seudónimo Anna Wulf. Gruia (Bucarest, 1978) enseña Literatura Comparada en la Universidad de Granada y ha publicado la novela 'La vendedora de tiempo'; los libros de poemas 'El sol en la fruta' y 'Otoño sin cuerpo'; el ensayo 'Eliot y la escritura del tiempo en la poesía española contemporánea' y el cuento 'Nighthawks'.

El jurado, presidido por Luis García Montero, la eligió por unanimidad y destacó «la intensidad lírica con frescura literaria y una poesía con reflexiones sobre la identidad y la infancia y con tratamiento poético de la identidad femenina» y Gruia se declaraba, poco después, «muy feliz» por alzarse con «un premio tan prestigioso» -dotado con 7.200 euros y acompañado por la publicación del libro- y al que se presentaron 150 poemarios. Durante el acto, clausurado por un recital, también tuvo lugar la presentación de la obra ganadora del Premio Emilio Alarcos 2014, titulada 'Saber de grillos', de Vicente Gallego.

2015/08/21

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | STONEWALL, LA REDADA POLICIAL QUE DESPERTÓ EL ORGULLO GAY

La redada policial que despertó el Orgullo Gay.
Las revueltas en el pub Stonewall Inn en 1969, conmemoradas anualmente, iniciaron la lucha del movimiento LGTB en Estados Unidos. En agosto, infoLibre hace un repaso de los veranos que, lejos de la placidez estival, cambiaron el curso de la historia.
Álvaro Sánchez Castrillo | InfoLibre, 2015-08-21
https://www.infolibre.es/veranolibre/redada-policial-desperto-orgullo-gay_1_1116400.html 

¿Qué pasó?
“La multitud comenzó a agarrarse de la mano, según dijeron testigos oculares. Entonces, sin previo aviso, Queen Power explotó con toda la furia de una bomba atómica gay”. Con estas palabras relató en su crónica el periodista Jerry Lisker, del diario ‘The New York Daily News’, los disturbios ocurridos en el pub Stonewall Inn, situado en el barrio neoyorquino de Greenwich Village, aquella noche del mes de junio de 1969. Entre una lluvia de ladrillos y monedas, lanzadas contra los agentes de policía, esta revuelta marcó el inicio de la lucha del movimiento LGTB en Estados Unidos. Empezaba en el país una dura batalla por la igualdad de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales.

¿Cuándo pasó?
Sobre la 1.20 horas del 28 de junio de 1969, varios policías accedieron al bar Stonewall Inn, un pub situado en el número 53 de la calle Christopher Street en el que se reunía parte de la comunidad homosexual neoyorquina. Una vez dentro encendieron las luces, pararon la música y ordenaron a los clientes a ponerse en fila para ir identificándoles. Parecía que la redada —constantes en los lugares donde se reunía la comunidad LGTB— iba a transcurrir con normalidad, que entregarían su documentación a los agentes y se irían del bar sin resistencia, como hasta entonces. Pero aquella vez no. La gente se negó a identificarse y rechazó categóricamente irse de la zona en la que se encontraba el local.

Así, en poco tiempo se fue concentrando frente al pub más de un centenar de personas, algunos de ellos viandantes que se acercaron a la puerta del bar impresionados por despliegue policial. La tensión fue aumentando por segundos. El trato a una muchacha por parte de los agentes, que la acababan de sacar del Stonewall Inn y se la llevaban detenida, desató la ira de la muchedumbre, que lanzó ladrillos y trató de volcar el furgón policial.

De pronto, la masa enfurecida empezó a quemar contenedores y a intentar entrar en el local donde continuaba la redada. Cuarenta y cinco minutos después de la entrada de la policía en el pub, la muchedumbre accedió al Stonewall Inn y rodeó entre gritos a unos agentes que se encontraban en clara minoría y algo asustados por los tintes que había adquirido la revuelta.

Finalmente, tuvo que intervenir la Tactical Police Force (TPF) –fuerzas antidisturbios– para conseguir liberar a los policías, algunos de ellos heridos. Sin embargo, los enfrentamientos en las calles aledañas se repitieron hasta bien entrada la madrugada. El enfrentamiento se saldó con más de una decena de detenidos y algunos manifestantes hospitalizados. “De pronto la policía se enfrentaba a algo que no había visto jamás. Los homosexuales no debían ser una amenaza para los agentes de la ley porque se suponía que eran débiles y sin coraje, incapaces de hacer nada”, apuntó uno de los manifestantes durante un reportaje emitido en el programa 'La noche temática'.

Los enfrentamientos continuaron hasta el miércoles 2 de julio, cuando se produjo la última y violenta concentración. El ambiente estaba caldeado debido a la publicación en The Village Voice de reportajes sobre la revuelta del sábado en el Stonewall que incluían expresiones ofensivas contra la comunidad LGTB –“locas domingueras”, por ejemplo–. Así, algo más de medio millar de personas recorrieron de nuevo Christopher Street, enfrentándose a la policía durante más de una hora.

¿Quiénes fueron los protagonistas?
Los principales protagonistas de las revueltas de Stonewall fueron transexuales negras y latinas, como Marsha P. Johnson o Sylvia Rivera, que más tarde fueron muy activas en la fundación de las primeras asociaciones LGTB. Las primeras crónicas del suceso apenas reconocían la presencia de hombres homosexuales, y estaban plagadas de burlas o juegos de palabras en torno a la transexualidad de esas primeras rebeldes.

La década de 1950 y 1960 fue realmente dura para el colectivo LGTB en Estados Unidos. Tenían que ocultar sus preferencias sexuales ante la constante posibilidad de ser humillados públicamente, acosados físicamente, detenidos o incluso despedidos de sus puestos de trabajo. La homosexualidad era considerada una enfermedad mental que necesitaba tratamiento a base de descargas eléctricas, lobotomías o castraciones. Era lo que se conocía como "terapias de reorientación sexual".

En 1952, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés) la catalogó en su Diagnostic and Statistical Manual como un “trastorno sociopático de la personalidad”. Por ello, un gran número de homosexuales acabaron internados en hospitales psiquiátricos donde eran sometidos a duros procedimientos para tratar de curar su “desviación sexual”, tal y como la calificaba la APA.

Además, la comunidad LGTB también era controlada, perseguida y estigmatizada por las propias instituciones y autoridades estadounidenses. Los homosexuales incluso fueron incluidos como “elementos subversivos” en la cruzada que el senador conservador Joseph McCarthy instigó contra el comunismo en la década de 1950. El temor a que hubiese “un movimiento clandestino homosexual” en el Departamento de Estado, en palabras del entonces subsecretario de Estado, John Puerifory, provocó el despido de 91 empleados homosexuales.

La policía, por su parte, también permanecía muy atenta a los pasos del movimiento LGTB. Así, en algunos condados, tenían incluso su propia Unidad Juvenil y de Moral, que daba charlas en los colegios y grababa cortos para “prevenir a los niños de la homosexualidad”. “Es algo grave, no os engañéis. Pueden estar en cualquier parte. Pueden ser jueces o abogados, lo sabemos bien porque hemos arrestado a muchos. Si alguno de vosotros se ha permitido relaciones con algún homosexual (...), más vale que lo dejéis enseguida porque uno de cada tres de vosotros se volverá marica”, es un ejemplo de las intervenciones que se realizaban en colegios ante la atenta mirada de alumnos que apenas llegaban a los 12 años de edad.

Antes de la explosión en el Stonewall Inn, la comunidad LGTB estadounidense ya se encontraba ligeramente organizada. En 1950 se creó Mattachine Society, una importante organización que luchó durante años por los derechos de los homosexuales en el país anglosajón. Sin embargo, algunos de sus fundadores discreparon de la violencia empleada por los manifestantes aquel histórico 28 de junio.

¿Qué fue de sus protagonistas?
El movimiento LGTB en Estados Unidos fue ganando terreno y fuerza tras los acontecimientos en Christopher Street. Se crearon nuevas asociaciones como el Frente de Liberación Gay (GLF, por sus siglas en inglés) –primera organización que incluía en su nombre el término “gay”– o Alianza de Activistas Gays (GAA) y se empezaron a imprimir periódicos alternativos.

Actualmente la homosexualidad no es considerada una enfermedad —al menos en la mayor parte de países occidentales—. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la excluyó en 1990 de su lista de trastornos mentales, casi dos décadas después de que la Asociación Americana de Psiquiatría retirase esta consideración tras una nueva investigación sobre el tema. La transexualidad, sin embargo, sigue siendo considerada como una patología para la Organización Mundial de la Salud, aunque el manual de referencia de psiquiatría (el DSM-5, editado por la APA), la sacó de la lista de enfermedades en 2012. Sí se conserva la categoría de "disforia de género", la angustia que sufre el paciente que no se identifica con el sexo que le asignaron al nacer. Es eso lo que permite, por ahora, acceder al tratamiento necesario.

Hoy en día, la comunidad LGTB goza de un amplio abanico de derechos y libertades en la mayoría de los países europeos y americanos. Sin ir más lejos, el pasado 27 de junio el Tribunal Supremo de Estados Unidos declaró constitucional el matrimonio homosexual en todo el país. Sin embargo, en gran cantidad de Estados africanos, de Oriente Medio y algunos países asiáticos, la homosexualidad está castigada con penas de prisión y, en algunos casos, de muerte —Sudán, Arabia Saudí, Irak, Irán, por poner algunos ejemplos—, según los datos de la Asociación Internacional de Gays, Lesbianas, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (ILGA, por sus siglas en inglés).

¿Por qué fue importante?
Las revueltas en Stonewall fueron el germen de las manifestaciones reivindicativas del movimiento. Un año después de lo acontecido en las calles de Nueva York, el 28 de junio de 1970, “miles de personas”, tal y como recogió The New York Times, marcharon desde Christopher Street hasta Central Park en lo que se consideró la primera marcha del Orgullo Gay de la historia. El colectivo LGTB también recorrió las calles en ciudades como Los Ángeles y Chicago.

Durante los dos años siguientes se sumaron a la fiesta Boston, Dallas, Londres, París, Berlín Oeste, Estocolmo, Miami, Filadelfia o Atlanta, entre otras. Además, en 1972 había grupos LGTB en cada ciudad importante estadounidense, según cuenta el historiador Barry Adam en su libro ‘The Rise of a Gay and Lesbian Movement’. Desde entonces, la comunidad homosexual ha continuado escribiendo su historia, peleando por unos derechos y libertades todavía en disputa. Aún queda mucho camino por recorrer. 

2015/08/18

DOCUMENTACIÓN | LITERATURA | UN PINTOE HOMOSEXUAL CENTRA LA NOVELA PÓSTUMA DE CHIRBES

Un pintor homosexual centra la novela póstuma de Chirbes.
Miguel Lorenci | La Rioja, 2015-08-18

https://www.larioja.com/culturas/201508/18/pintor-homosexual-centra-novela-20150818002136-v.html 

La muerte sorprendió a Rafael Chirbes revisando 'París-Austerlitz', la novela que Anagrama publicará a principios de 2016 y que era un querido y viejo proyecto del escritor valenciano, fallecido el pasado sábado, cinco días después de que se le diagnosticara un cáncer de pulmón. Chirbes, nacido en Tabernes de Valldigna hace 66 años, corregía en su casa valenciana de Beniarbeig esta novela que toma su título de la estación parisina. La protagoniza un pintor homosexual que, formado en los años de la Transición y con su amante hospitalizado.

Vuelve Chirbes con esta narración a un tiempo crucial en su obra, los años posteriores a la muerte de Franco en los que se plantaron lo cimientos de la España corrupta del pelotazo y la especulación. Jorge Herralde, editor de Anagrama, advierte que es «otro tipo de novela» que «nada tiene que ver» con 'Crematorio' o 'En la orilla'. Sus editores describen la que será la novela póstuma de Chirbes como «una historia de amor en la que trata la naturaleza del dolor». Subrayan que no es una historia romántica al uso, porque el dolor es en el texto una nota sustancial a la belleza.

El autor de 'Crematorio' parece alejarse de los abusos anteriores a crisis y sus terribles efectos para adentrarse en el proceloso mundo de los afectos, en el se dan de nuevo implacables relaciones de poder y cruces de intereses. Chirbes es fiel a su estilo acerado y certero, alejado de la pedantería y con frases cinceladas con precisión de orfebre.

Trabajó Chirbes un buen puñado de años en una novela más breve que otras de su no muy extensa bibligrafía pero igual de implacable. Conecta de alguna manera con 'Mimoun', su primera novela publicada en 1988 y en la que el escritor abordó las relaciones de un profesor de español -como él- en un Marruecos decrépito que acoge en la aldea de Mimouna una heterogénea colonia de expatriados españoles, alemanes e italianos, muchos homosexuales. También con 'La lucha final' en la que Chirbes entrelazó en 1991 las voces de tres personajes desengañados del felipismo: Carlos, Amelia y Ricardo, un escritor plagiario y homosexual.

2015/07/02

DOCUMENTACIÓN | MEMORIA | "LAS LESBIANAS TENÍAN MÁS VISIBILIDAD EN LOS NOVENTA"

Público / RQTR en el Orgullo de 1995 //

Cuando la bandera arcoíris conquistó por primera vez el corazón de Madrid.

En 1995, Pedro Zerolo encabezó la primera manifestación en la capital por el matrimonio homosexual y la unión de hecho entre personas del mismo sexo, a la que acudieron 3.000 personas.
Alicia Ibarra | Público, 2015-07-02
https://www.publico.es/sociedad/bandera-arcoiris-conquisto-primera-vez.html 

Corría el año 1995, llovía y hacía frío. Era el mes de noviembre y una bandera arcoíris ondeaba en la primera manifestación que se realizaba en Madrid por el matrimonio homosexual y la unión de hecho entre personas del mismo sexo. También fue la primera ocasión en la que las organizaciones LGTB dejaron de protestar en la calle Carretas de la capital para, como ellos mismos recuerdan, "conquistar el corazón simbólico de Madrid".

"Aproximadamente unas 3.000 personas recorrieron el trayecto entre la Puerta de Alcalá y la Puerta del Sol en 1995. Encabezando aquella protesta y sujetando la pancarta se encontraba Pedro Zerolo". Así habla Fernando Villaamil, profesor de Antropología de la Universidad Complutense de Madrid y por entonces ya activista de organizaciones LGTB, sobre aquel día para el diario ‘Público’. Como él, miles de jóvenes dieron el paso de salir a la calle pese "al miedo a ser descubierto por amigos o familiares".

"Esa apuesta por cambiar el recorrido y hacernos visibles fue una apuesta personal y bastante fuerte de Zerolo", cuenta el profesor. "Nos convenció de que había que conquistar el centro de la ciudad. Ha estado presente en todos los grandes pasos que hemos dado".

Los primeros políticos en reaccionar ante aquello y "en apoyarnos fueron los de Izquierda Unida, sobre todo Inés Sabanés". "Luego entró el PSOE, pero no fue inmediato y les costó", rememora Villaamil. "A los medios también les costó tomarnos en serio, hasta 1998 o 1999 no nos tenían en cuenta como ahora".

Alberto Martín Pérez, trabajador de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) y antiguo activista COGAM, recuerda cómo "la de 1995 fue la primera vez" que salió a la calle a protestar y cómo, "con apenas veinte años, estaba muerto de miedo".

Público / Acción en la Puerta del Sol, 1 de diciembre de 1995 //

Cuando las protestas sólo eran políticas

"Siempre se podía ver a Zerolo rodeado de gente: con su pareja, con los compañeros de las asociaciones... hasta con políticos", dice Alberto. "Recuerdo que en el año 2003 vino del brazo de Felipe González y Trinidad Jiménez". Según el antes activista, "Zerolo jamás se perdía actos como el del 1 de diciembre, Día Mundial de la Lucha Contra el SIDA".

"En las aceras también hay bolleras". "Igualdad de derechos ya". Así eran algunos de los lemas más coreados en los años noventa durante la protesta. "Antes las manifestaciones eran más políticas y reivindicativas, pero menos lúdicas", inciden. La gente iba con "gafas de sol y no querían ser fotografiados bajo ningún concepto". "Nadie pensó que pudiéramos llegar a ser tantos aquel día".

"La primera carroza salió al año siguiente, en 1996", señala Fernando Villaamil. Fue entonces cuando comenzó la participación de los locales de Chueca en el Orgullo y cuando "lo reivindicativo perdió protagonismo" para dar visibilidad al colectivo: "Decidimos sacrificar una cosa por la otra".

El papel de las mujeres
Sin embargo, en lo que los protagonistas de 1995 están de acuerdo es en que "Chueca siempre ha tenido un sesgo masculino y, por ello, las mujeres siempre han sido menos visibles en las carrozas". Según cuenta Villaamil, "en las manifestaciones de Carretas todo era mucho más pequeño y familiar, y las lesbianas tenían más protagonismo que ahora".

Para Alberto Martín Pérez, "las mujeres tenían más visibilidad en los noventa". "Entonces había más que ahora en las manifestaciones, quizás por la fuerza del feminismo de aquellos años". No obstante, para el profesor también ha influido la prensa: "Los fotógrafos y todos aquellos que han dado a conocer lo que pasaba han preferido sacar a la luz casos de hombres".

2015/06/30

DOCUMENTACIÓN | DERECHOS | CÓMO SE CONSIGUIÓ EL MATRIMONIO IGUALITARIO

Cómo se consiguió el matrimonio gay.
La conjunción de activistas y políticos logró la aprobación de una ley pionera. El éxito comenzó al superar la idea de que bastaba una regulación de parejas de hecho.
Emilio de Benito | El País, 2015-06-30
https://elpais.com/politica/2015/06/25/actualidad/1435243061_680818.html 

En diciembre de 2002, Pedro Zerolo dio una entrevista a El País con motivo de su reelección como presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB). Al acabar la exhaustiva conversación –dos horas de grabación; Zerolo siempre fue un chorro de ideas- llevó al periodista hasta una mesa de trabajo en su despacho de abogados del paseo de Rosales de Madrid. Sobre ella, desparramados, decenas de folios, impresiones del BOE y fotocopias de códigos marcados y subrayados. En el ‘off the record’ (las declaraciones que se hacen pactando que no se van a publicar), Zerolo, orgulloso, explicó aquellos papeles: “Son el futuro. Las más de 60 leyes que estamos revisando para cuando se apruebe el matrimonio entre personas del mismo sexo”.

No dijo “si se aprueba”. No hubo condicional. Lo expresó como una certeza. Y una novedad. El activismo LGTB vivía tiempos convulsos. No hacía tanto, recuerda Miguel Ángel Fernández, entonces miembro de grupo LGTB del PSOE y secretario del Colectivo Lambda de Valencia, y posteriormente coordinador de la secretaría de Movimientos Sociales del PSOE cuando la dirigió Zerolo, que el objetivo más realista del movimiento era conseguir una ley de parejas de hecho que reconociera derechos básicos (herencia, pensión, acceso a la sanidad) a las uniones del mismo sexo.

Era el camino que se ofrecía entonces. Cataluña había aprobado su ley de parejas en 1998, y después llegaron las de Aragón, Navarra, País Vasco, y hasta comunidades gobernadas por el PP, como la valenciana y Madrid, hicieron las suyas. Además, en 1999 Francia aprobó su contrato de unión civil (PACS), poniendo las bases de lo que todos los participantes en esta historia no dudan en calificar ahora como “un matrimonio de segunda”, pero que, a principios de este siglo, parecía un avance enorme. “En 1991 y 1992, cuando empezamos a militar, bromeábamos sobre que nuestros hijos o, más probablemente, nuestros nietos, verían la legalización del matrimonio igualitario”, dice Toni Poveda, expresidente de la FELGTB.

Los últimos años del siglo XX apuntaban a que, después de siglos discriminados, gais y lesbianas se conformarían con una ley de parejas. De hecho, como recuerda Fernández, en 1997 y 1998 hubo dos manifestaciones en Madrid –“eran en febrero y pasábamos mucho frío”- pidiendo esa ley. No fueron tan multitudinarias como las del Orgullo, que desde 1995 a 2000 habían pasado de la pequeña marcha de decenas de activistas a congregar a miles de personas (ya se hablaba de 500.000 o más), pero sí fueron significativas.

Aquella reclamación tuvo su reflejo en las Cortes. Hasta cinco propuestas se presentaron durante las legislaturas de mayoría del Partido Popular (1996-2004), y el propio partido que dirigía José María Aznar llevó la suya en 1997, que no se llegó a votar. Fue la punta del iceberg de un interés del PP por orillar un problema que crecía por momentos, y que causaba una profunda división entre sus votantes y diputados. El veterano activista Jordi Petit, de la Coordinadora Gai-Lesbiana de Catalunya y ex secretario general de la Asociación Internacional de Lesbianas y Gais (ILGA), relata cómo fue llamado dos veces a La Moncloa, sede de la presidencia del Gobierno, una durante cada una de las dos legislaturas de Aznar. “Fueron encuentros muy discretos, sin ninguna publicidad. Me llamaron para intercambiar opiniones, y ni me pagaron el tren”, recuerda. Él mismo, a través de aquellos encuentros, refleja el cambio de las aspiraciones de la población LGTB. “En el primer encuentro con los asesores de Aznar, pedimos una ley de parejas estatal que reconociera las relaciones de afectividad análogas a la del matrimonio con independencia de su orientación sexual”, recuerda Petit. Aquella fórmula, la de “relación análoga al matrimonio”, había sido acuñada por una abogada, María José Valera, que consiguió por primera vez que se indemnizara como si fuera el viudo a la pareja masculina de un hombre muerto en accidente de tráfico, cuenta Petit. “Más tarde se usó en la ley de arrendamientos urbanos de 1992”, y se mantuvo después.

Pero el propio Petit admite que cuando en la segunda legislatura (2000-2004) le volvieron a llamar, ya la coordinadora catalana había decidido que “no aceptaría leyes gueto”. “Teníamos claro que no entraríamos en una ley de segunda”. La calle ya pedía el matrimonio sin ambages, y que el PP al final no hiciera nada al respecto “fue una suerte”, reflexiona ahora Petit. “No queríamos un sucedáneo, tenía que ser matrimonio sí o sí. Algunos decían que el matrimonio no iba a salir jamás, pero luego se vio que el PACS francés fue un tapón que no reconocía la afectividad y era solo un contrato que, además, dejaba fuera aspectos como la posibilidad de adquirir la nacionalidad de la pareja o la adopción, y han tardado 15 años en regular el matrimonio igualitario”, añade.

Con ese bagaje, el congreso de la FELGTB de 2002 fue una “refundación orientada a la lucha por el matrimonio”, afirma Beatriz Gimeno, quien era presidenta de la asociación cuando se aprobó la ley. Pero hicieron falta una serie de cambios para que esa meta se viera con realismo.

El primero fue la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero en 2000 en el congreso del PSOE que le nombró secretario general. El expresidente tuvo una madrina en Trinidad Jiménez, la misma que ofreció a Zerolo ir en su lista para el Ayuntamiento de Madrid en 2003, con lo que dio el salto desde el activismo en los movimientos sociales al de la política formal. “Le presenté a Zapatero a raíz de su entrada en el Ayuntamiento. No cabe duda de que Pedro era muy simpático y tenía mucho liderazgo. Le nombré portavoz de Medio Ambiente para que se construyera un perfil más allá del activismo LGTB, pero él nunca renunció a él. Zerolo participó mucho en la campaña, y, cuando Zapatero le conoció, quedó convencido”.

Nadie duda de aquel flechazo –el propio Zapatero ha admitido que aceptó la necesidad de esa ley por Zerolo-, pero no todo fue cuestión de simpatía. Gimeno cuenta que “al poco de ganar Zapatero el congreso”, fueron convocados a Ferraz, la sede del PSOE en Madrid. “Lo difícil fue convencerle de que pasara de una ley de parejas a la de matrimonio. Cuando nos vimos con él en un sótano de Ferraz al poco de ser elegido, gracias a Leire Pajín, en aquel momento secretaria de Movimientos Sociales del partido, no lo tenía muy claro. Pero hablamos mucho y él dijo que le habíamos convencido y que lo iba a meter en el programa”. Gimeno, que es actualmente diputada autonómica en Madrid, elegida en las listas de Podemos, cree que, en parte, fue relativamente fácil ganar su apoyo “porque nadie pensaba que fuera a ganar” en las próximas elecciones. “Pero una vez metido en el programa él se lo creyó, y nunca más temí por el proceso”, afirma. Jiménez va más allá en la importancia de que Zapatero estuviera convencido: “Con otros líderes del PSOE de entonces la ley no habría salido”, asegura.

Aquel apoyo político fue reforzado con el de otros partidos de izquierda, como IU. “A ellos también tuvimos que convencerles. Su reparo era que decían que casarse era conservador. En una reunión, una diputada me preguntó muy agresiva que por qué queríamos casarnos. Tuve que contestarle que ella se había casado ya tres veces”, cuenta Gimeno.

La lucha en los despachos no les hizo perder la de la calle. En octubre de 2003 los activistas escenificaron su apuesta y acudieron a los registros civiles de Madrid y Valencia a pedir casarse. Contaban con el rechazo, afirman Poveda y Fernández, pero aquella protesta fijó el objetivo. Y, también, dejó dos fotos simbólicas de los protagonistas símbolo de ese cambio. En Madrid, Zerolo, su novio, Jesús Santos, y la pareja formada por Gimeno y Boti García llevaron como testigos a las portavoces del PSOE, Trinidad Jiménez, y de IU, Inés Sabanés. En Valencia, a Fernández y Poveda les acompañaron Carmen Montón (PSOE) y el portavoz de L'Entesa en las Cortes Valencianas, Ramón Cardona.

“Eso fue antes de que fuera diputada nacional”, comenta Montón. Ella formó parte de “una casualidad” que, cuando el PSOE ganó las elecciones de 2004, llevó a buen término la promesa del programa electoral de modificar el Código Civil “a fin de posibilitar el matrimonio entre personas del mismo sexo y el ejercicio de cuantos derechos conlleva, en igualdad de condiciones con otras formas de matrimonio, para asegurar la plena equiparación legal y social de lesbianas y gais”.

Montón –“una joven de 29 años sin conocimientos jurídicos”, como ella misma se define- se hizo cargo de la portavocía en la Comisión de Igualdad, y Zerolo de la secretaría de Movimientos Sociales en la ejecutiva del PSOE. “Yo era muy atrevida. Convencimos al portavoz del grupo, que era Alfredo Pérez-Rubalcaba, para presentar una proposición no de ley por parte del grupo parlamentario. Bono expresó dudas respecto a la adopción, pero luego nos apoyó”, cuenta. Fernández afirma que fue el propio Zerolo quien pidió a Rubalcaba y a Zapatero ese nombramiento para una diputada joven que se estrenaba esa legislatura, porque quería tener una aliada. Aun así, convencer a los diputados no fue fácil. “No hubo una guerra, pero sí tuvimos que ir uno a uno. Y no solo con los del PSOE; también queríamos que se unieran los de IU, ERC, PNV, CiU. Que fuera todo el mundo a excepción del PP, que sabíamos que se iba a negar”, añade. “Cuando fui a la Comisión de Justicia, hubo muchas preguntas sobre la adopción. Se esgrimieron estudios que eran falsos. Fue como estar ante un tribunal”, afirma.

Aquellos meses crearon “un fuerte vínculo en un pequeño grupo”, dice la diputada: Zerolo, Gimeno, Poveda, Fernández, ella misma... “Era un proyecto muy bonito del que nacieron alianzas indestructibles. Nos llamábamos todos los días, comentando lo que había pasado, preparando argumentarios, adaptándolos”, dice. “Aprendimos mucho”, afirma Poveda. “Por ejemplo, a referirnos a la jerarquía católica, y no a la Iglesia católica, porque teníamos el apoyo de muchas agrupaciones de base y queríamos marcar la diferencia. También que había que contestar con serenidad, sin agresividad”, cuenta.

En aquella lucha política y mediática, contaron con muchos otros cómplices. Fernández recuerda a Ximo Cádiz, que fue secretario de la FELGTB, “y una máquina haciendo argumentarios”. Gimeno menciona el papel de Javier Gómez, entonces tesorero de la FELGTB y militante reconocido del PP (su boda con el abogado Manuel Ródenas fue la única gay que celebró Alberto Ruiz-Gallardón como alcalde de Madrid). “Él nos contaba lo que pasaba en el partido, y así íbamos preparados”, relata. Precisamente por Gómez y los encuentros personales, Giménez se dio cuenta de que “no todo el PP estaba contra la ley. Muchos tenían hermanos, hijos, amigos, gais o lesbianas, y cuando los veías te decían: ‘Ánimo, lo vais a conseguir”. Aquella división se mantuvo hasta el día de la votación de la ley. Con las invitaciones de los parlamentarios de izquierda agotadas, hubo gais que obtuvieron invitaciones de diputados del PP para asistir a la sesión, aunque los invitadores iban a votar que no.

Poveda añade a la lista de aliados fundamentales a Pilar Blanco Morales, directora de Registros y Notariado, “que sacaba argumentos propios que ni nosotros habíamos previsto, como hizo en un debate con Benigno Blanco, del Foro de la Familia”.

El trámite fue relativamente rápido –lógico si se tiene en cuenta el trabajo previo-, y tuvo una fuerte oposición en las Cámaras y en la calle. El Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto el 1 de octubre de 2004 y el Congreso votó la ley el 30 de junio de 2005. Pero, en medio, los obispos, parte del PP y organizaciones como el Foro de la Familia convocaron una manifestación el 18 de junio como último recurso de protesta. Fue muy numerosa, pero no torció la voluntad del Gobierno. “Aquella vez vi a Zerolo triste. Costaba ver tanto odio”, recuerda Fernández. Doce días después, la ley salió adelante con 187 votos: los de PSOE, ERC, Izquierda Verde, PNV, BNG, CC, CHA y los diputados de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) Carles Campuzano y Mercè Pigem. Celia Villalobos, del PP, también votó a favor. Se abstuvieron los otros cuatro diputados de CDC, y votaron en contra el PP y los diputados de Unió Democràtica de Catalunya (147 votos en total).

Parte de los populares no se resignó, y presentaron un recurso de anticonstitucionalidad. En noviembre de 2012, el tribunal avaló la ley. 31.610 matrimonios después (datos hasta 2014, los últimos que da el INE), de los que el 39% son de mujeres, la normalidad legal de estas parejas es el fruto de toda aquella frenética actividad.

2015/06/09

DOCUMENTACIÓN | POLÍTICA | ZEROLO Y MAROTO. ARMARIOS , LUCHAS Y PRIVILEGIOS

Zerolo y Maroto. Armarios, luchas y privilegios
El político socialista se va cuando se cumple una década de la aprobación del matrimonio gay y una semana después del anuncio de la boda del político del PP Javier Maroto con su novio. La proliferación de políticos abiertamente homosexuales puede invitar a una complacencia que obvia las exclusiones que persisten para las lesbianas y para los gays no privilegiados.
June Fernández | +Pikara, El Diario, 2015-06-09
https://www.eldiario.es/pikara/zerolo-maroto-identidades-armarios_132_2630379.html 

Nos hemos despertado con la noticia de la muerte de Pedro Zerolo. No lo conocía más que a través de los medios de comunicación, pero era de los pocos políticos que me inspiraban un mínimo de confianza y simpatía, porque me transmitía vitalidad y compromiso en vez de cinismo.

Zerolo se va cuando se cumple una década de la aprobación de la ley del matrimonio igualitario. Y una semana después de que el alcalde en funciones de Vitoria Gasteiz Javier Maroto, un destacado miembro del Partido Popular, formación que se volcó contra esta ley, anunciase que se casa con su novio.

“Los políticos homosexuales, al menos muchos de ellos, hace tiempo que han salido del armario en este país”, celebraba el pasado domingo Aitor Guenaga en un análisis sobre la boda de Maroto y los pactos que se están fraguando para que no gobierne la capital vasca otros cuatro años. En el artículo cita a otros dirigentes abiertamente homosexuales, como Iñaki Oyarzábal (PP Vasco) e Iñigo Iturrate (PNV).

A menudo hemos explicado que el uso androcéntrico del lenguaje crea imaginarios igualmente androcéntricos. Que cuando las mujeres no somos nombradas, tampoco somos visualizadas. Guenaga habla de “los políticos homosexuales”. Se supone que en el castellano, el masculino incluye a ambos sexos, por lo que una podría pensar que el enunciado incluye a “las políticas homosexuales”. Lo que ocurre es que, en este y otros tantos temas, la realidad de los hombres y de las mujeres es tan dispar que cuando se utiliza el masculino universal, se está obviando la mitad de la película. No se está dando una proliferación de políticas abiertamente lesbianas que anuncian enlaces con sus novias de toda la vida. No está ocurriendo, ni en el Partido Popular ni en los de izquierda.

¿A qué se debe? La respuesta rápida y trillada es que las lesbianas vivimos una doble discriminación: por ser mujeres y por ser lesbianas. Frente al enfoque aritmético de las dobles discriminaciones, en las ciencias sociales está primado el enfoque complejo de la interseccionalidad: el grado de exclusión que implica ser gay o lesbiana vendrá determinado por un montón de factores. No es lo mismo ser lesbiana en la ciudad que en el campo; siendo una empleada doméstica inmigrante sin papeles o una empresaria hostelera de Chueca; no es lo mismo ser una lesbiana camionera (literal y figuradamente hablando) que una lesbiana top-model; no es lo mismo trabajar en un colegio religioso que en una revista feminista. Cada circunstancia implica tanto discriminaciones específicas como posibilidades diferentes para resistirlas. Y lo mismo ocurre con los gays. Decir que una lesbiana siempre estará más discriminada que un gay es tan simplista como decir que una mujer siempre va a estar más oprimida que un hombre. Sin embargo, está claro que algo tiene que ver la socialización sexista con la casi nula presencia de lesbianas declaradas en la política española.

También se suele decir que las lesbianas somos invisibles. Mientras que ser gay ha estado marcado por el estigma (ser el maricón de la clase, del pueblo...), las lesbianas han tendido a pasar inadvertidas (a ser, por ejemplo, la tía que se mete a monja o la que se queda solterona y se dedica a cuidar a familiares dependientes o vive con una amiga). El movimiento LGTB ha estado liderado, en la mayoría de los casos, por los gays, debido a que el liderazgo es un valor más presente en la socialización de los hombres que de las mujeres. Esto se refleja bien en la taquillera película Pride: el joven activista es el líder de un colectivo en el que solo hay una lesbiana (irrelevante en la trama). Había otras dos, pero se fueron: en vez de explicar sus legítimas incomodidades con el liderazgo del protagonista, quedan retratadas como locas separatistas, al estilo 'Frente Popular de Judea'.

Otra respuesta es la misoginia. Y aquí me acuerdo de Beatriz Gimeno, gran amiga de Zerolo. Gimeno escribió, también en eldiario.es, un artículo en el que explicaba por qué el rey recibía a la FELGTB mientras el PP seguía intentando legislar contra el derecho al aborto; por qué en muchos países avanza el reconocimiento institucional a la diversidad sexual mientras se legisla contra el derecho de las mujeres a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra maternidad. Gimeno afirma que “la homofilia histórica tiene un poso misógino muy grande” (evoco la testosterona que destilaba ese diálogo sobre caracoles y ostras censurado de Espartaco) y señala a esos gays privilegiados que disfrutan de la libertad conquistada por maricas, bolleras y travestis en las calles, mientras defienden que los Estados y las Iglesias sigan colonizando nuestros úteros. En el caso de Maroto, añado, gays privilegiados que utilizan su condición para dar una imagen moderna y liberal a la vez que arremeten contra los derechos de otros sujetos excluidos, por su origen, color de piel o situación administrativa (a esto se le llama pink-washing o lavado rosa).

La homofobia es el principal instrumento de marcaje de género entre hombres (“marica” sigue siendo el insulto más empleado contra niños en los patios del colegio, y de lo más habitual en grupos de amigos, en campos de fútbol...), mientras que entre mujeres “puta” va antes que “bollera”. Sin embargo, parece que hay una vía de escape: ser homosexual pero no marica.

Si no tienes pluma o la escondes, si reproduces la masculinidad hegemónica, que se relaciona con valores como el liderazgo, la ambición y el poder, pues podrás ser respetado y la gente se esforzará en olvidar lo que ocurre en tu cama. Un hombre de mi familia lo dijo una vez: “Yo no tengo nada en contra de los homosexuales, pero detesto a los maricones”. Aclaró que usaba maricón como sinónimo de hombre que no es tal, no por sus preferencias sexuales sino por cobarde o pusilánime.

La homosexualidad respetable se asocia a masculinidad al cuadrado, sin mariconadas. De ahí que los círculos de poder sean accesibles para hombres homosexuales. ¿Quién va a acusar de ser poco hombre a un juez como Grande Marlaska o a un político como Maroto? Por eso el sociólogo Oscar Guasch -quien habla de la homofobia compleja, esa por la que los hombres que se definen como heterosexuales temen ser acusados de maricas- propone la siguiente receta contra la homofobia y la misoginia: “De la misma forma que hay mujeres que se definen políticamente como putas, podríamos reivindicar ser maricas, cobardes, renunciar a la masculinidad”.

Y sí, como dice Beatriz Gimeno, estos políticos conservadores homosexuales pueden dejar de esconder a sus novios, pueden tener maridos, gracias a los maricas, las bolleras y lxs trans que han dado la batalla en las calles. Gracias también a políticos como Zerolo, que izaron la bandera arcoiris cuando eso no daba votos precisamente. Pero si pueden hacerlo es porque el poder les hace inmunes a muchas cosas, incluida la discriminación.

Zerolo luchó por una ley criticada tanto por los homófobos como por la gente que, desde la izquierda, cuestiona la institución del matrimonio, incluidos los gays y lesbianas que alertan el riesgo de “heteronormativizar” las disidencias sexuales. Recordemos la célebre cita del primer ministro británico David Cameron: “No apoyo el matrimonio gay pese a ser conservador; apoyo el matrimonio gay porque soy conservador”. Como dice nuestra compañera Andrea Momoitio, los conservadores prefieren las bodas gay a los cuartos oscuros. No me quiero extender más: lean este imprescindible artículo de Lucas Platero en el que señala a quién beneficia y a quién no tanto esta conquista social, y qué otras discriminaciones siguen estando mucho más desatendidas.

Así pues, de la misma forma que no podemos pensar que el racismo está superado porque el país más poderoso del mundo esté presidido por un político negro, debemos evitar que la presencia de varones homosexuales entre los representantes del poder político, económico, judicial y religioso de este país nos lleve a lecturas complacientes.

Doy las gracias a Pedro Zerolo y a todas las personas que han hecho posible que las nuevas generaciones crezcan sabiendo que pueden emparejarse y formar familias con personas de su mismo sexo, que sus entornos reaccionarán mejor o peor, pero que el Estado reconoce ese derecho. Pero sirva también el adiós a Zerolo para pensar cómo seguir avanzando hacia un respeto pleno a la diversidad sexual en el que la vergüenza, la culpa, el estigma, la exclusión y la agresión directa desaparezcan de la vida de todas las personas.

MIKEL/A, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS OCULTAMOS

Mikel/a enseña cacho en la 2ª Gayakanpada de EHGAM, 27-29 agosto 1993, Muxika // Este trabajo, no podría ser de otra manera, está dedicado e...