Los españoles continúan expresando serios reparos ante los comportamientos homosexuales.
José F. Beaumont | El País, 1988-09-22
https://elpais.com/diario/1988/09/23/sociedad/590968801_850215.html
Recientemente se hizo la siguiente pregunta a un grupo de participantes en un debate público: "¿Eres partidario de matar a los farmacéuticos y a los homosexuales?". Inmediatamente se produjo una respuesta que a su vez era una pregunta: "A los farmacéuticos, ¿por qué?". Este ejemplo es citado por el sociólogo Jesús Ibáñez como muestra de que las actitudes profundas negativas de los españoles respecto a la homosexualidad no han cambiado. Según encuestas y opiniones de especialistas, la mayor parte de los españoles continúa expresando serios reparos ante los comportamientos homosexuales. Son tolerantes en privado e intransigentes en público.
Las últimas encuestas del organismo oficial Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre 'Sexualidad y vida en pareja', que serán publicadas próximamente, señalan que la mitad de los españoles considera "'condenable" la homosexualidad, tanto entre hombres como entre mujeres, mientras que el 28% se muestra indiferente y sólo el 16% la juzga aceptable. Dada la inexistencia de datos procedentes de encuestas fiables anteriores a este estudio es dificil establecer una comparación y señalar la evolución o regresión de las actitudes ante este y otros comportamientos sexuales. Los expertos acuden, por ello, para analizar con urgencia estos datos, a sus conocimientos y experiencias y en otros casos a sus intuiciones.
José Ramón Montero, catedrático de Ciencia Política y subdirector de investigación del CIS, dice que hay que entender de forma relativa el término condenable "debido, entre otras cosas, a la importancia que todavía se le da a la familia en España". Montero cree que se ha producido un avance hacia un estado de mayor permisividad. "Esto era impensable hace 15 ó 20 años", señala. "El crecimiento económico y la falta progresiva de asidero religioso de estas actitudes son algunos de los procesos paralelos que han ayudado a la nueva mentalidad más liberalizada".
Esta evolución favorable recibe matizaciones por parte de Pilar Pérez, ginecóloga y sexóloga. "Se ha evolucionado más en las ideas, el pensamiento y el habla que en las actitudes referidas a la homosexualidad, perversiones y ciertos juegos. La gente dice que le parece muy bien la homosexualidad, pero si se entera de que un amigo suyo es homosexual se echa para atrás en sus relaciones con él. No obstante, se ha producido un gran cambio de actitudes desde los años setenta. La religión ha pesado y pesa mucho en este país, aunque muchos católicos se están liberando en materia de prácticas y actitudes sexuales". Armand de Fluvia, fundador del Front d'Alliberament Gay de Catalunya, admite que se ha dado un progreso en el cambio de actitudes, "aunque siempre hay dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás".
"Mi impresión es que ha mejorado la situación, aunque hay ribetes de involución, pero falta todavía mucho por ganar", añade; "por ejemplo, que los homosexuales dejen de ocultar su condición y que se acaben las discriminaciones de tipo legal a pesar de que han desaparecido las referencias en el Código Penal y en el Código de Justicia Militar".
"Los resultados de este estudio demuestran que estamos en una sociedad muy cerrada hacia comportamientos homosexuales", dice Empar Pineda, miembro del Colectivo de Feministas Lesbianas de Madrid y miembro también de la Comisión pro Aborto. "Si estas cifras son ciertas", añade, "exigen de los poderes públicos tomar medidas de información, para que se explique de manera más objetiva la homosexualidad". Al igual que los demás consultados, Empar Pineda no cree que la expansión del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) haya actuado, al menos en España, como un factor negativo en el desarrollo de estas actitudes, "a pesar de que los conservadores están intentando hacer su agosto al amparo del SIDA".
"La liberalización de los años sesenta ha contribuido a que ahora se tolere la homosexualidad", dice el escritor Luis Racionero, a quien le parece muy positivo que sólo sea el 50% de los españoles quienes condenen la homosexualidad, "cuando la postura tradicional seguro que se ha mantenido en un 90%". En esta misma línea se ha pronunciado el sociólogo Jesús Ibáñez, para quien "es casi seguro que rechazan la homosexualidad más del 50%, porque hay actitudes tradicionales difíciles de erradicar. El español, por ejemplo, para insultar a alguien le llama todavía puta, maricón o cabrón".
"Lo que ahora se perfila en torno a la homosexualidad es permisividad y tolerancia, pero hay que llegar a que no se plantee como problema", añade Ibáñez, "y esta mayor tolerancia en lo sexual es coherente en último término con la lógica del capitalismo actual: lo que da poder social ya no es tanto la familia sino la multinacional en la que trabajas o el partido en el que militas".
Ideas religiosas
La influencia de las ideas religiosas ha sido citada por algunos expertos como causa de la fuerte oposición a la homosexualidad. El teólogo Enrique Miret Magdalena cree que no es tan grande esta influencia, puesto que "incluso la influencia del catolicismo rígido y conservador es cada vez menor". "Desde el punto de vista del católico, no se trata tanto de condenar esta situación sino de plantearse por qué existe este porcentaje tan alto. Este problema no puede resolverse sólo con una receta moral".
Para el fiscal José Antonio Martín Pallín, presidente de la Asociación pro Derechos Humanos, es muy positivo el cambio conceptual que se ha producido entre los distintos grupos sociales. "Cada vez son menos los que consideran la homosexualidad como una lacra, una enfermedad o como un factor degenerativo, y esto coincide con una postura de mayor comprensión y menor dramatismo".
Sólo el 10% se atreve a decirlo
Algunos estudios presentan una realidad distinta a la que reflejan las encuestas de actitudes. De acuerdo con los análisis disponibles el 10% de la población es homosexual declarado. Este porcentaje sirve para España. Según baremos publicados por el biólogo y sociólogo norteamericano Alfred Kinsey en los años cuarenta, entre el 4% y el 6% de la población situada en lo que podía considerarse como cultura judeocristiana, tanto en Estados Unidos como en Europa, era exclusivamente homosexual, y un 10% lo era en los países más cálidos. El mismo estudio reflejaba que el 30% de la población había practicado la homosexualidad de forma satisfactoria con distinta frecuencia. Cuarenta años más tarde, las prácticas homosexuales parecen haberse duplicado.
Los estudios referidos a España no han sido hasta ahora demasiado sólidos. En 1975, la Universidad Autónoma de Barcelona publicó los resultados de una encuesta sobre la sexualidad que reflejaba que el 10% de los encuestados practicaba la homosexualidad. Otro estudio más reciente sobre ‘Imagen social de la homosexualidad en España’, promovido en 1985 por la Asociación Pro Derechos Humanos, recogía que la homosexualidad era un derecho fundamental de la persona para el 67% de los encuestados, pero descendía este porcentaje hasta un 33% cuando se trataba de aceptar tener un hijo homosexual.
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