1993/12/11

DOCUMENTACIÓN | CINE | 'FRESA Y CHOCOLATE', UNA PELÍCULA CONTRA LA HIPOCRESÍA CASTRISTA, GANA EL FESTIVAL DE LA HABANA

Una película contra la hipocresía castrista gana el festival de La Habana.
Gutiérrez Alea logra un gran éxito popular con 'Fresa y chocolate'.
Mauricio Vicent | El País, 1993-12-11
https://elpais.com/diario/1993/12/12/cultura/755650804_850215.html 

El director cubano Tomás Gutiérrez Alea acaba de revolucionar su país con 'Fresa y chocolate', una película conmovedora que critica la intolerancia y grita a la conciencia de los espectadores que el amor y la amistad son valores que están por encima de cualquier consigna, régimen o ideología. Presentada el 1 de diciembre en el XV Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, el jurado le concedió ayer los principales galardones, entre ellos el Gran Premio Coral, el de dirección, popularidad y actuación masculina.

Nunca antes una película cubana había tenido tanto éxito como ‘Fresa y chocolate’. Los cines se abarrotaron y las funciones fueron interrumpidas en numerosas ocasiones por las ovaciones de la gente, que, incluso el último día de exhibición, rompió. algunas vidrieras del cine Yara intentando entrar a la sala. Aunque ‘Fresa y chocolate’ será exhibida a partir de enero en el circuito comercial, muchas personas creyeron que el filme podría correr la misma suerte de ‘Alicia en el pueblo de Maravillas’, otra cinta cubana que, por sus críticas a la revolución, fue censurada hace un año y sólo se pasó tres días tras el festival de cine.El escenario de la última proyección de ‘Fresa y chocolate’ fue casualmente el cine Yara, uno de los más populares del barrio del Vedado, "situado justo enfrente de la heladería Coppelia, lugar donde se conocen los dos protagonistas de la obra, Diego y David. David (Vladímir Cruz) es un miembro de la Unión de Jóvenes Comunistas que llega del campo a estudiar a La Habana en la década de los setenta. Es un joven marcado por los esquemas y la ortodoxia de los principios, lleno de prejuicios contra los homosexuales y con un cierto interés por la literatura. Un día, sentado en Coppelia, comiéndose un helado de chocolate, conoce a Diego (Jorge Perugorría, premiado como mejor actor en el festival), un homosexual sin inhibiciones que ama el arte y le ofrece libros prohibidos de Mario Vargas Llosa.

La película narra la historia de cómo ambos logran construir una amistad verdadera, venciendo los tabúes de una sociedad que durante años marginó a los homosexuales e incluso les envió a unos campos de trabajo que se llamaron Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP).

Al principio, David es tan machista que no puede comprender cómo un hombre es capaz de pedir helado de fresa si hay de chocolate. "Fíjate si es maricón", dice David nada más comenzar la película a un compañero de estudios. Tampoco que Diego tenga contactos con "una embajada extranjera", pues eso entonces significaba casi automáticamente "hacer contrarrevolución", por lo que piensa denunciarlo.

Sin embargo, la autenticidad de Diego va dinamitando poco a poco los prejuicios del joven militante comunista, quien, llegado el momento en que se ve presionado para delatar a su amigo, se pregunta: "¿Me estaré convirtiendo en un hijo de puta?". En medio de un silencio de una espesura poco común en las salas de cine cubanas, esta escena, junto a otra en la que David se rebela contra los que insultan a Diego, fue recibida en el Yara con una fuerte ovación.

Final tierno y dramático
El final de la película es tierno y dramático. Diego se marcha de Cuba, pues, debido a sus relaciones, su forma de ser y de actuar sin concesiones, pierde el trabajo, pero antes, David, quien durante toda la cinta evitó abrazar a su amigo, se estrecha con él en un estremecedor abrazo que hizo estallar al cine en aplausos.

Tomás Gutiérrez Alea, que se hallaba en la sala junto a los principales actores y al codirector de la película, Juan Carlos Tabío, declaró que la cinta no es sólo una crítica contra los prejuicios, tabúes e incomprensiones frente a los homosexuales, sino frente a todo aquel que es diferente. Según Alea, durante los 111 minutos que dura la película, se muestra una "relación de amistad que se va desarrollando a partir de un rechazo y de una paulatina comprensión de los valores que tiene el otro".

"Si el público se identifica con este proceso, debe cuestionarse a sí mismo cuando sale del cine y tratar de comprender que en la vida hay que ser tolerante. Eso es lo importante", dijo Tomás Gutiérrez Alea, quien es autor de una de las obras más importantes del cine cubano, ‘Memorias del subdesarrollo’, realizada hace 25 años. El guionista de ‘Fresa y chocolate’, el escritor Senel Paz, quien se basó en su cuento ‘El hombre, el lobo y el hombre nuevo’ que hace dos años ganó el Premio Juan Rulfo de Radio France Internacional, aseguró que la película excede el tema del homosexualismo y aborda 1a amistad entre seres humanos".

Los protagonistas de la película, Jorge Perugorría, quien realiza una actuación magistral, y Vladímir Cruz, jamás habían hecho cine y sólo habían actuado esporádicamente en obras de teatro. "Creo que todo salió bien porque nos identificamos tanto con el mensaje de la obra que nos compenetramos desde el primer momento", dijo Cruz. Mirta Ibarra, una veterana del cine cubano, hace el papel de una prostituta que se enamora de David y acaba haciendo el amor con él.

Pese al tema polémico que aborda, a los personajes poco habituales que intervienen y a las críticas desgarradas sobre algunos aspectos de la realidad cubana, ‘Fresa y chocolate’ ha sido bien aceptada por las autoridades. Incluso las críticas aparecidas en el rotativo comunista ‘Granma’ han sido positivas.

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