1999/05/02

DOCUMENTACIÓN | VIOLENCIA | UN INGENIERO DE 22 AÑOS, ACUSADO DE DOS ATENTADOS RACISTAS Y OTRO DE CARÁCTER HOMÓFOBO EN LONDRES

Un ingeniero de 22 años, acusado de los tres atentados de tintes racistas en Londres.
Lourdes Gómez | El País, 1999-05-02

https://elpais.com/diario/1999/05/03/internacional/925682423_850215.html 

La policía británica acusó ayer a David Copeland, de 22 años, de haber hecho estallar las tres bombas con clavos que sembraron el pánico en Londres en las últimas dos semanas. El presunto responsable de la cadena de atentados fue detenido el sábado en su domicilio. Scotland Yard encontró allí pequeños sacos de clavos y de metralla como los usados en las bombas y cree que el detenido actuó por su cuenta. "Operó solo y por motivos que le son propios", dijo la policía. Copeland, al que se acusa de haber causado la muerte de tres personas y más de un centenar de heridos, comparecerá hoy ante el juez. El primer ministro, Tony Blair, describió a los grupos neonazis como "las auténticas minorías" del Reino Unido.

En menos de 48 horas desde la explosión de la tercera bomba de clavos en el ‘pub’ Admiral Duncan, del Soho londinense, la brigada antiterrorista británica cree haber identificado al principal sospechoso de colocar este explosivo y los dos anteriores. David Copeland, ingeniero de 22 años, fue detenido en la madrugada del sábado en su domicilio de Farnborough, una pequeña y tranquila localidad de Hampshire, a pocos kilómetros de la capital. Durante el registro, los agentes localizaron material explosivo al tiempo que evacuaron a los vecinos en prevención de posibles represalias. Largas horas de intenso interrogatorio concluyeron en la tarde de ayer cuando Copeland fue acusado de asesinato y de causar explosiones con intención de poner en peligro la vida de civiles. Hoy por la mañana se espera su primera comparecencia ante un tribunal de magistrados de Londres.

Scotland Yard reconoció que ignora los motivos que desencadenaron la serie de atentados que mantienen en vilo a la población británica desde el pasado 17 de abril. Desde entonces han estallado en Londres tres bombas, que han causado tres muertes y más de un centenar de heridos.

Entre los tres fallecidos tras la explosión del viernes en el ‘pub’ Admiral Duncan, en el corazón del Soho, se encuentran una mujer embarazada, de 27 años, y el padrino de su boda. El marido, Julian Dykes, permanece todavía hospitalizado y su estado es grave. Fuentes hospitalarias señalaron ayer que aún siguen ingresadas 20 víctimas de la campaña de terror, incluidas cuatro personas en estado crítico. De acuerdo con Scotland Yard, no existe un lazo obvio que enlace al principal acusado con los grupos de extrema derecha.

La aparente ausencia de pruebas no es suficiente, sin embargo, para descartar la relación de individuos de ideología neonazi con la cadena de atentados.

La colocación de las bombas, en dos barrios con una fuerte presencia de población negra y asiática, respectivamente, y en un bar frecuentado por homosexuales, sugiere que las minorías étnicas y sociales son el objetivo de sus autores.

Expertos antirracistas insisten en que los grupos neonazis se organizan en la actualidad en células independientes sin conexión con organizaciones conocidas y, por tanto, infiltradas por los servicios secretos.

El primer ministro, Tony Blair, se sumó ayer a la repulsa general y aprovechó su presencia en una convención para denunciar la oleada de bombas. "Un ataque contra cualquier sección de la comunidad es un ataque contra todo el país. Cuando una bomba ataca a los negros y asiáticos, la buena gente del Reino Unido, de cualquier raza, clase y estilo de vida, se une en revulsión", señaló en Birminghan. Y continúo: "Las auténticas minorías, los genuinamente excluidos, no son los miembros de las diferentes razas y religiones, sino los racistas y los criminales violentos que odian esta visión del Reino Unido e intentan destruirla". El primer ministro prometió resultados en la lucha antirracista y gran determinación en la construcción de una sociedad "tolerante y multirracial". "Estamos defendiendo lo que significa ser británico. No ganarán", señaló ayer en Birminghan.

"Estos bastardos no pueden aterrorizarnos".

Lourdes Gómez | El País, 1999-05-02

https://elpais.com/diario/1999/05/03/internacional/925682425_850215.html

"Hablan con bombas porque sus palabras no tienen sentido. Éste no es su país". "No debería tratarse de raza, religión o sexualidad. Espero que un día esta ignorancia se acabe para siempre". Éstos y otros mensajes similares yacen junto a ramos de flores y candelabros en las proximidades del ‘pub’ del Soho donde el viernes estalló la bomba que mató a tres personas e hirió a más de 50. Al cordón policial se acercan blancos y negros, musulmanes e hindúes, heterosexuales y homosexuales, británicos y extranjeros en clara señal de desafío contra los responsables de la cadena de atentados contra las minorías del Reino Unido. Algunos estallan en sollozos y el ambiente es sobrecogedor, pero unas y otras comunidades se unen contra las fuerzas racistas.

"Que nos sirva de lección para no relajar la guardia contra el fanatismo y la intolerancia", afirma un joven que se identifica como negro y homosexual. A su lado, Sergio de la Torre, estudiante catalán de 27 años, medita sobre el atentado del viernes por la tarde: "Yo mismo podía haber estado en el ‘pub’. Esa bomba podía haber pillado a cualquier persona", reconoce. Sergio y sus amigos acaban de venir de Soho Square, donde ayer se convocó una vigilia en recuerdo de las víctimas.

Es un acto sombrío y al mismo tiempo alegre. Lloramos por las víctimas y celebramos nuestra determinación por no dejarnos intimidar. Estos bastardos no pueden aterrorizarnos. Nuestra comunidad lleva mucho tiempo aquí, y aquí seguiremos", afirma Simon Birkenhead, del Coro de Homosexuales de Londres, co-organizadores del evento.

Un Ku-Klux-Klan europeo.
La policía cree que grupos británicos inspirados en organizaciones racistas de EE UU son responsables de los atentados en Londres.
El País, 1999-05-02
https://elpais.com/diario/1999/05/02/portada/925596002_850215.html

Son británicos, de raza blanca, rondan los 30 años y han leido un opúsculo titulado 'Los diarios de Turner', obra de un norteamericano, William Pierce, conocido por su ardiente defensa de la supremacía blanca. Se sienten lobos solitarios que combaten de forma individual en nombre de su raza. Uno de ellos colocó una bomba en Brixton, un barrio negro de Londres, el pasado 17 de abril. Ese mismo hombre, u otro como él, hizo estallar una nueva bomba el sábado siguiente, 24 de abril, en la Brick Lane, la calle emblemática de un barrio de la comunidad asiática. El pasado viernes le tocó el turno a un pub gay del Soho londinense: esta vez hubo tres muertos y decenas de heridos. Los tres atentados fueron reivindicados por un grupo que se hace llamar Los Lobos Blancos. "Tenemos entre nosotros, por primera vez, a unos nazis que no se inspiran en Hitler, sino en los supremacistas blancos y en la nueva derecha religiosa norteamericana", explica Michael Wise, responsable de seguridad del Consejo de Diputados Judíos, un lobby británico que navega diariamente por Internet a la búsqueda de los materiales que alimentan a esta nueva generación de asesinos racistas. "Durante años he temido que esto ocurriera". Wise cree que la comunidad judía será el próximo objetivo y ha dispuesto vigilancia en todas las sinagogas y escuelas hebreas de Londres.

Lobos blancos.
Editorial | El País, 1999-05-01

https://elpais.com/diario/1999/05/02/opinion/925596007_850215.html

Tras intentarlo en dos fines de semana consecutivos, a la tercera se han cobrado sus tres primeras víctimas mortales. De los 70 heridos, seis se encuentran en estado crítico. Ocurrió el viernes en un pub gay del Soho, en pleno centro de Londres. Lo habían intentado antes en un barrio de mayoría negra y en otro de mayoría asiática. Esa selección de las víctimas es lo que da credibilidad a la reivindicación realizada en nombre de Los Lobos Blancos, grupúsculo de ideología racista cuya genealogía se conoce con más o menos detalle.Parece tratarse de una escisión de un partido fascista británico en cuya propaganda se señala como enemigos a los homosexuales, junto a determinadas minorías étnicas y partidos de izquierda. Esa combinación es propia de los grupos neonazis en general, pero la inspiración de esta última camada parece venir de Estados Unidos: de esos grupos que se intercambian a través de Internet sus ideas sobre la supremacía blanca y la degeneración de las costumbres cristianas, al tiempo que se proclaman partidarios de la violencia como vía para sacudir la indiferencia general. La combinación de integrismo religioso, ideología racista y fascinación por la violencia no es ninguna novedad, pero sí lo es la comunicación virtual, sin contacto personal, a través de la red.

El racismo no es un sentimiento, sino una idea. La de que existe una correlación entre ciertas características biológicas y la capacidad intelectual y actitud moral de los individuos. De ello derivaría una jerarquía entre los grupos poseedores de esas características. Que esa idea carezca de fundamento científico no evita que siga guiando la actuación de muchas personas presas de la obsesión identitaria, incluidas algunas que se ofenderían al ser consideradas racistas. Sin duda habrá psicópatas entre estos nuevos terroristas, pero, como en el caso de los nazis, es seguro que muchos de ellos creerán actuar al servicio de una filosofía de la historia y en nombre de unos elevados valores morales.

La comunicación a través de la red puede obedecer a una estrategia conspirativa: para dificultar su localización y control por la policía; pero también pudiera reflejar el deseo de separar la teoría de sus consecuencias prácticas, asunto que tanto obsesionó a los nazis. La bomba activada a distancia y los contactos virtuales son la derivación de una idea del documento fundacional de Los Lobos Blancos según la cual "los inmigrantes son individualmente inocentes, pero colectivamente forman un ejército de ocupación que amenaza los derechos de nuestros hijos y de las futuras generaciones de nuestra raza".

Si ésa es la teoría, no sorprenderá que la práctica se vea guiada por la convicción delirante de que es preciso sacudir las conciencias de los británicos mediante "las acciones necesarias para desencadenar una espiral de violencia que finalmente atraerá incluso a los indecisos, obligándoles a luchar". Acción-represión como vía para provocar el caos. Ésa es su única estrategia: la de quienes pusieron la bomba de Oklahoma (164 víctimas) o la de tantos otros criminales que creen tener una idea capaz de justificar el asesinato de judíos, negros, homosexuales, disidentes. O indigentes: como el que esta misma semana fue asesinado a palos en Getxo (Vizcaya).

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