1981, el año de 1ª huelga de locales gays de la historia.
Jordi Petit | Arco Iris, El Obrero, 2020-04-28
https://elobrero.es/recursos/arco-iris/47811-1981-el-anyo-de-1-huelga-de-locales-gays-de-la-historia.html
Jordi Petit | Arco Iris, El Obrero, 2020-04-28
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Para un movimiento que estalló en 1977, solamente cuatro años después las cosas comenzaron a mejorar. En 1981 ocurrieron varios avances importantes y una huelga única en la historia.
Los seis primeros meses de 1981 ya denotaban la fuga de militantes que abandonaron los efímeros frentes de liberación para llenar la pistas de las discos gays. Varios de estos grupos se fueron disolviendo, pero no fue el caso del FAGC en Catalunya.
El intento de golpe de estado de Tejero el 23 de febrero fue desarticulado. Este guardia civil justificaba aquella toma del Congreso de los Diputados, -entre otras cosas-, por el auge de “la pornografía y de los invertidos” (en declaraciones al diario ABC). El Mundial de fútbol iba a realizarse en 1982 en el Estado español, y todo apunta a que el gobierno de la UCD inició una ofensiva en 1981 para frenar a la comunidad LGTB e intimidar a los locales de encuentro, que no cesaban de multiplicarse. Quizás para dar una imagen “limpia y moral” de nuestro país, ante la previsible llegada masiva de aficionados al fútbol. Era la puesta de largo de España ante el mundo.
Durante ese primer semestre se dieron numerosas redadas policiales en los locales de ambiente gay de Barcelona. Viví personalmente una de éstas intervenciones ya en octubre de 1980 en el disco-bar “La Luna” de Av. Diagonal.
De pronto se abrieron todas las luces y cesó la música. Varios policías nos hicieron salir a todo el personal, seríamos unas 80 o 90 personas. Estábamos muy asombrados. Iban pidiendo el DNI a cada cliente, quienes no lo llevaban fueron puestos de cara a la pared con las manos apoyadas en la fachada. Los demás nos pudimos marchar. Un par de furgonetas se llevaron a los no identificados a comisaría. De inmediato en calidad de coordinador general del FAGC, avisé al turno de guardia del Colegio de Abogados, quienes de inmediato iniciaron gestiones.
Me presenté en nombre del FAGC en la comisaría más cercana, tal como deduje que estarían los detenidos. Una vez allí los vi a todos en una sala. Pedí explicaciones al comisario en jefe, quien dijo que se trataba de una actuación para detener a “posibles delincuentes”, pero que no los habían “retenido” por ser homosexuales. Le informé de que el Colegio de Abogados ya estaba avisado. Me aseguró que pronto sería solucionado y que podía irme tranquilo. Fueron saliendo de madrugada tras verificar la identidad de cada cual. Tras esa tensa conversación, -pues exigí su puesta en libertad-, el trato de los detenidos fue mucho más formal y sin desprecios, según me informaron varios de ellos al encontrarnos días después de nuevo en La Luna. Como sea que fuera, estas redadas de “búsqueda de delincuentes” se fueron repitiendo en otros pubs y discotecas.
El Parlamento de Catalunya contra las redadas
La prensa reflejó cada vez con mayor relieve estas acciones policiales. Intervino ante el gobernador civil, la presidenta de la Comisión de DDHH del Parlament de Catalunya, Mª Dolors Calvet (del PSUC). Incluso con ella visitamos algunos locales de ambiente como La Luna. La manifestación del 28 de junio de aquel año fue bastante más concurrida que en 1980; había mucho malestar por las actuaciones policiales y el lema era contra las redadas policiales. El Noticiero Universal (29/06/1981) informaba que la manifestación partió de Pl. Urquinaona hasta Portal del Angel de Barcelona y que se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas homosexuales de los campos de exterminio nazi.
El Consejo de Europa contra la discriminación por homosexualidad
El 1 de octubre de 1981 el Consejo de Europa realizó la primera declaración internacional contra la discriminación de las personas homosexuales, incluido el ámbito laboral y la prohibición de las terapias aversivas. El primer gran triunfo de ILGA [entonces IGA, hasta 1986], pues habíamos coordinado desde muchos países europeos el apoyo a esa moción. Por parte del Estado español intervino en el pleno del Consejo de Europa, el diputado del PSUC, Gregorio López Raimundo quien votó a favor, así como la representación socialista.
La actuación del gobernador civil cambió de táctica. La emprendieron con el cierre de pubs y discos gays, tras exhaustivas inspecciones de las condiciones técnicas de los locales. Eso generó de nuevo alarma y malestar. El detonante de esta segunda ofensiva partió de una denuncia del Gremio de Discotecas y Salas de Fiestas, contra los locales gay por “competencia desleal”.
El inicio de estos cierres, multas y revisiones venía ya de finales de 1980. Reproduzco parte del texto del Gobierno Civil de Barcelona -secretaría general- de 19 de diciembre de 1980, con el núm. 2038/80 dirigido al domicilio particular del sr. Gunter S. “Visto el expediente que se tramita en este Gobierno Civil en relación con la denuncia formulada por la Jefatura Superior de Policía, dando cuenta de que el Bar Keops sito en C/. Bruch 62 de Barcelona, del que Vd. es titular, tiene 3 dependencias comunicadas entre sí y separadas solamente por cortinas encontrándose el día de la inspección totalmente a oscuras, funcionando dicho Bar como Discoteca sin autorización”. Daba un plazo de 15 días para de conformidad con una ley de 17 de julio de 1958 realizase las oportunas alegaciones, etc, etc.
La huelga del ambiente del 9 de diciembre de 1981
Otra vez intervino la Comisión de DDHH del Parlament de Catalunya, que se entrevistó con el Gobernador Civil de Barcelona. Este adujo que nada tenía contra los homosexuales y que se limitaba a la revisión técnica de estos locales. Prometió estudiar caso por caso, pues el número fue creciendo hasta acumular 8 cierres. También en Madrid y otras ciudades sucedía lo mismo. Desde el FAGC nos movimos y pusimos en contacto a los gerentes del ambiente gay con la asociación ACAPIC (Asociación de Comerciantes Autónomos y Pequeños Industriales de Catalunya) para asesorarse. Quedó claro que ningún local de la ciudad, fuera del tipo que fuese, no resistiría una revisión tan exhaustiva. La motivación era pues discriminatoria.
Finalmente, y contando con el apoyo del Parlament de Catalunya y de la prensa, se convocó a los medios desde la sede de la Asociación de la prensa, para anunciar públicamente un cierre o huelga acordada de todos los locales de ambiente gay de Barcelona, la noche del 8 al 9 de diciembre de 1981. En aquel momento estaban cerrados el Sant Louis y el 5y7 de la Riera de Sant Miquel, La Luna (terminaba de cumplir seis meses de cierre) y El Ciervo de Av. Diagonal, Keops en calle Diputación, Bronx en calle San Marcos, entre otros... (El Periódico de Cataluña, jueves 8 de diciembre de 1981). En la mencionada y concurrida rueda de prensa convocada por el FAGC, se distribuyó una declaración de apoyo a los locales de ambiente gay, que redactamos el compañero Guillem Quatre y yo mismo ( El Periódico de Cataluña, jueves 10 de diciembre de 1981). La nota del FAGC, decía, entre otras cosas: “Lejos de favorecer ningún negocio, el FAGC llama a defender nuestro derecho de reunión, que también pasa por los locales que están siendo cerrados”.
Esa huelga fue un éxito tanto por el eco mediático previo como posterior y la participación de 30 locales. El Periódico de Cataluña de 10 de diciembre de 1981, en una información firmada por Julián Peiró, destacaba que las normas que se exigían es estos locales se apoyaban en “una orden ministerial de 1946 y en el reglamento de espectáculos públicos de 1935 (el que exige a las discotecas tener escupideras a cada paso). ../.. Curiosamente la calificación de pub no existía cuando esos bares fueron abiertos, adjudicándoseles la de bar especial B, que sigue figurando en el pago de impuestos y bajo la que, sólo hace una semana pagaron la nueva licencia fiscal”. Julián Peiró, seguía indicando, “los bares cerrados tienen permiso de la Jefatura Superior de Policía, para tener música y pagan trimestralmente los derechos a la Sociedad de Autores. Es por ello que se preguntan todos: ¿qué se esconde detrás de tales cierres” (Datos contrastados en el Infogai núm. 24 de diciembre'81-enero'82).
Con cierto retraso la Comisión de DDHH del Parlament de Catalunya, a 31 de diciembre de 1981, respondía oficialmente a las cartas de queja enviadas por el FAGC y daba razón de la entrevista realizada por dicha comisión con el Gobernador Civil, diciendo que éste “ha afirmado que las sanciones se deben a motivos recogidos en el Código Penal vigente”. Firmaba la nota Joan Colomines, Secretario de la Comisión de Derechos Humanos. Ciertamente el viejo Código Penal que provenía del franquismo, podía aplicarse contra éstos locales por aquello de la “moral y las buenas costumbres”. No fue hasta la reforma de 1988, en que el delito de escándalo publico fue reemplazado en su redacción, de manera que ya no se podía usar más contra la comunidad lgtb.
Finalmente, tras el apoyo unánime de los medios de comunicación y del Parlament de Catalunya, los cierres fueron levantados paulatinamente durante 1982. Ganamos una batalla más.
Los seis primeros meses de 1981 ya denotaban la fuga de militantes que abandonaron los efímeros frentes de liberación para llenar la pistas de las discos gays. Varios de estos grupos se fueron disolviendo, pero no fue el caso del FAGC en Catalunya.
El intento de golpe de estado de Tejero el 23 de febrero fue desarticulado. Este guardia civil justificaba aquella toma del Congreso de los Diputados, -entre otras cosas-, por el auge de “la pornografía y de los invertidos” (en declaraciones al diario ABC). El Mundial de fútbol iba a realizarse en 1982 en el Estado español, y todo apunta a que el gobierno de la UCD inició una ofensiva en 1981 para frenar a la comunidad LGTB e intimidar a los locales de encuentro, que no cesaban de multiplicarse. Quizás para dar una imagen “limpia y moral” de nuestro país, ante la previsible llegada masiva de aficionados al fútbol. Era la puesta de largo de España ante el mundo.
Durante ese primer semestre se dieron numerosas redadas policiales en los locales de ambiente gay de Barcelona. Viví personalmente una de éstas intervenciones ya en octubre de 1980 en el disco-bar “La Luna” de Av. Diagonal.
De pronto se abrieron todas las luces y cesó la música. Varios policías nos hicieron salir a todo el personal, seríamos unas 80 o 90 personas. Estábamos muy asombrados. Iban pidiendo el DNI a cada cliente, quienes no lo llevaban fueron puestos de cara a la pared con las manos apoyadas en la fachada. Los demás nos pudimos marchar. Un par de furgonetas se llevaron a los no identificados a comisaría. De inmediato en calidad de coordinador general del FAGC, avisé al turno de guardia del Colegio de Abogados, quienes de inmediato iniciaron gestiones.
Me presenté en nombre del FAGC en la comisaría más cercana, tal como deduje que estarían los detenidos. Una vez allí los vi a todos en una sala. Pedí explicaciones al comisario en jefe, quien dijo que se trataba de una actuación para detener a “posibles delincuentes”, pero que no los habían “retenido” por ser homosexuales. Le informé de que el Colegio de Abogados ya estaba avisado. Me aseguró que pronto sería solucionado y que podía irme tranquilo. Fueron saliendo de madrugada tras verificar la identidad de cada cual. Tras esa tensa conversación, -pues exigí su puesta en libertad-, el trato de los detenidos fue mucho más formal y sin desprecios, según me informaron varios de ellos al encontrarnos días después de nuevo en La Luna. Como sea que fuera, estas redadas de “búsqueda de delincuentes” se fueron repitiendo en otros pubs y discotecas.
El Parlamento de Catalunya contra las redadas
La prensa reflejó cada vez con mayor relieve estas acciones policiales. Intervino ante el gobernador civil, la presidenta de la Comisión de DDHH del Parlament de Catalunya, Mª Dolors Calvet (del PSUC). Incluso con ella visitamos algunos locales de ambiente como La Luna. La manifestación del 28 de junio de aquel año fue bastante más concurrida que en 1980; había mucho malestar por las actuaciones policiales y el lema era contra las redadas policiales. El Noticiero Universal (29/06/1981) informaba que la manifestación partió de Pl. Urquinaona hasta Portal del Angel de Barcelona y que se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas homosexuales de los campos de exterminio nazi.
El Consejo de Europa contra la discriminación por homosexualidad
El 1 de octubre de 1981 el Consejo de Europa realizó la primera declaración internacional contra la discriminación de las personas homosexuales, incluido el ámbito laboral y la prohibición de las terapias aversivas. El primer gran triunfo de ILGA [entonces IGA, hasta 1986], pues habíamos coordinado desde muchos países europeos el apoyo a esa moción. Por parte del Estado español intervino en el pleno del Consejo de Europa, el diputado del PSUC, Gregorio López Raimundo quien votó a favor, así como la representación socialista.
La actuación del gobernador civil cambió de táctica. La emprendieron con el cierre de pubs y discos gays, tras exhaustivas inspecciones de las condiciones técnicas de los locales. Eso generó de nuevo alarma y malestar. El detonante de esta segunda ofensiva partió de una denuncia del Gremio de Discotecas y Salas de Fiestas, contra los locales gay por “competencia desleal”.
El inicio de estos cierres, multas y revisiones venía ya de finales de 1980. Reproduzco parte del texto del Gobierno Civil de Barcelona -secretaría general- de 19 de diciembre de 1980, con el núm. 2038/80 dirigido al domicilio particular del sr. Gunter S. “Visto el expediente que se tramita en este Gobierno Civil en relación con la denuncia formulada por la Jefatura Superior de Policía, dando cuenta de que el Bar Keops sito en C/. Bruch 62 de Barcelona, del que Vd. es titular, tiene 3 dependencias comunicadas entre sí y separadas solamente por cortinas encontrándose el día de la inspección totalmente a oscuras, funcionando dicho Bar como Discoteca sin autorización”. Daba un plazo de 15 días para de conformidad con una ley de 17 de julio de 1958 realizase las oportunas alegaciones, etc, etc.
La huelga del ambiente del 9 de diciembre de 1981
Otra vez intervino la Comisión de DDHH del Parlament de Catalunya, que se entrevistó con el Gobernador Civil de Barcelona. Este adujo que nada tenía contra los homosexuales y que se limitaba a la revisión técnica de estos locales. Prometió estudiar caso por caso, pues el número fue creciendo hasta acumular 8 cierres. También en Madrid y otras ciudades sucedía lo mismo. Desde el FAGC nos movimos y pusimos en contacto a los gerentes del ambiente gay con la asociación ACAPIC (Asociación de Comerciantes Autónomos y Pequeños Industriales de Catalunya) para asesorarse. Quedó claro que ningún local de la ciudad, fuera del tipo que fuese, no resistiría una revisión tan exhaustiva. La motivación era pues discriminatoria.
Finalmente, y contando con el apoyo del Parlament de Catalunya y de la prensa, se convocó a los medios desde la sede de la Asociación de la prensa, para anunciar públicamente un cierre o huelga acordada de todos los locales de ambiente gay de Barcelona, la noche del 8 al 9 de diciembre de 1981. En aquel momento estaban cerrados el Sant Louis y el 5y7 de la Riera de Sant Miquel, La Luna (terminaba de cumplir seis meses de cierre) y El Ciervo de Av. Diagonal, Keops en calle Diputación, Bronx en calle San Marcos, entre otros... (El Periódico de Cataluña, jueves 8 de diciembre de 1981). En la mencionada y concurrida rueda de prensa convocada por el FAGC, se distribuyó una declaración de apoyo a los locales de ambiente gay, que redactamos el compañero Guillem Quatre y yo mismo ( El Periódico de Cataluña, jueves 10 de diciembre de 1981). La nota del FAGC, decía, entre otras cosas: “Lejos de favorecer ningún negocio, el FAGC llama a defender nuestro derecho de reunión, que también pasa por los locales que están siendo cerrados”.
Esa huelga fue un éxito tanto por el eco mediático previo como posterior y la participación de 30 locales. El Periódico de Cataluña de 10 de diciembre de 1981, en una información firmada por Julián Peiró, destacaba que las normas que se exigían es estos locales se apoyaban en “una orden ministerial de 1946 y en el reglamento de espectáculos públicos de 1935 (el que exige a las discotecas tener escupideras a cada paso). ../.. Curiosamente la calificación de pub no existía cuando esos bares fueron abiertos, adjudicándoseles la de bar especial B, que sigue figurando en el pago de impuestos y bajo la que, sólo hace una semana pagaron la nueva licencia fiscal”. Julián Peiró, seguía indicando, “los bares cerrados tienen permiso de la Jefatura Superior de Policía, para tener música y pagan trimestralmente los derechos a la Sociedad de Autores. Es por ello que se preguntan todos: ¿qué se esconde detrás de tales cierres” (Datos contrastados en el Infogai núm. 24 de diciembre'81-enero'82).
Con cierto retraso la Comisión de DDHH del Parlament de Catalunya, a 31 de diciembre de 1981, respondía oficialmente a las cartas de queja enviadas por el FAGC y daba razón de la entrevista realizada por dicha comisión con el Gobernador Civil, diciendo que éste “ha afirmado que las sanciones se deben a motivos recogidos en el Código Penal vigente”. Firmaba la nota Joan Colomines, Secretario de la Comisión de Derechos Humanos. Ciertamente el viejo Código Penal que provenía del franquismo, podía aplicarse contra éstos locales por aquello de la “moral y las buenas costumbres”. No fue hasta la reforma de 1988, en que el delito de escándalo publico fue reemplazado en su redacción, de manera que ya no se podía usar más contra la comunidad lgtb.
Finalmente, tras el apoyo unánime de los medios de comunicación y del Parlament de Catalunya, los cierres fueron levantados paulatinamente durante 1982. Ganamos una batalla más.
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