Hace 25 años que Andrew Cunanan asesinó a Gianni Versace: ¿Por qué lo hizo?
Tras la muerte de Gianni Versace se llegó a señalar a la mafia calabresa, pero luego se descartó. Antes de matar al diseñador, Andrew Cunnanan había matado a otros tres hombres.
Rafael Muñoz | RTVE, 2022-07-14
https://www.rtve.es/television/20220714/muerte-gianni-versace-asesino-andrew-cunnanan-testamento/2388298.shtml
Tras la muerte de Gianni Versace se llegó a señalar a la mafia calabresa, pero luego se descartó. Antes de matar al diseñador, Andrew Cunnanan había matado a otros tres hombres.
Rafael Muñoz | RTVE, 2022-07-14
https://www.rtve.es/television/20220714/muerte-gianni-versace-asesino-andrew-cunnanan-testamento/2388298.shtml
Tenía por costumbre madrugar, salir a comprar la prensa y desayunar rodeado de periódicos y revistas. Ese día no iba a ser una excepción, pero Gianni Versace no pudo completar su ritual matutino. Por muy poco. Compró la prensa y al llegar casa metió la llave en la cerradura, pero no puedo entrar. Dos tiros certeros acabaron con su vida. El diseñador murió el 15 de julio de 1997 a las 8:40 horas a las puertas de Casa Casuarina: la sangre tiñó de rojo las escaleras de la mansión y luego el negro tiñó de luto el mundo de la moda. ¿Quién era el asesino? ¿Qué relación había entre ellos? Los primeros que vieron el cuerpo sin vida de Gianni Versace fueron su novio, Antonio D'Amico, y un empleado de la casa, el cocinero Charles Podesta. Luego llegó la policía y empezó con la investigación. Merisha Colakovic, la única persona que lo vio todo, dijo a los agentes que había sido un hombre que llevaba camiseta, pantalón corto, zapatillas, gorra y mochila al hombro. Así iba vestido Andrew Cunnanan, que tras matar a Gianani Versace se fue caminando por Ocean Drive. ¿Por qué lo hizo? Los agentes le localizaron en una casa flotante y él, acorralado y sin salida, tardó cuatro horas en tomar una decisión: pegarse un tiro en la cabeza con la misma pistola que había matado antes.
Andrew Cunnanan mató antes a tres hombres
El FBI habló con todo el entorno de Cunnanan y descubrieron que no era su primer asesinato, pues meses atrás había matado a tres hombres: en Minesotta asesinó a Jeffrey Trail, un ex oficial de la marina norteamericana, machacando su cabeza a martillazos; en Chicago mató a Lee Miglin, un empresario de 72 años que estaba locamente enamorado de él; y luego asesinó a un policía para robarle una furgoneta e ir a Miami. También se descubrió que Andrew conoció a Gianni Versace en una discoteca gay y que se obsesionó con él, aunque otra versión dice que en realidad estaba obsesionado con un amante del diseñador. La teoría de que se trataba un ajuste de cuentas de la mafia calabresa hizo correr ríos de tinta, pero nunca llegó a probarse.
Andrew Cunanan había nacido en National City, San Diego. Era el pequeño de cuatro hermanos, su madre, italiana, era ama de casa y su padre, filipino, era un corredor de bolsa que casi termina en la cárcel por malversación de fondos, aunque huyó a Filipinas y Andrew no lo volvió a ver. Su vida quedó a cargo de su madre, que no aceptó que su hijo pequeño fuera homosexual y lo echó de casa. El joven se fue a San Francisco y se ganó la vida como prostituto, seduciendo a hombres mayores con dinero y con miedo a que se conocieran sus gustos sexuales.
El testamento de Gianni Versace
La muerte del diseñador, una estrella de la moda, conmocionó al mundo y su funeral impactó de manera extraordinaria. Todos estaban rotos por el dolor, tanto su familia y su pareja como los amigos, entre los que estaban Diana de Gales, Elton John, Sting, Caroline Bessette Kennedy, Valentino, Giorgio Armani, Gianfranco Ferré y Karl Lagerfeld. Junto a ellos las estrellas de la pasarela: Naomi Campbell, Valeria Mazza, Eva Herzigova y Carla Bruni, todas vestidas de negro. Ellas, las diosas del olimpo que creó el diseñador, se hicieron humanas.
Un año antes de morir asesinado, Gianni Versace miró a la muerte cara a cara, cuando le diagnosticaron un cáncer de oído. Por eso hizo testamento. Él tenía el 50% de la sociedad, Santo Versace tenía el 30% y Donatella Versace poseía el 20%, y el diseñador nombró a su sobrina Allegra heredera del 50 por ciento de todos sus bienes y dejó a su sobrino Daniel su colección de arte, con obras de Dalí y Picasso. En el documento no citó a sus hermanos Santo y Donatella.
Gianni era un niño cuando ya hacía dibujos un tanto eróticos en el colegio, imágenes de mujeres poderosas y endiosadas que, años más tarde, vestiría en las pasarelas y revistas de todo el planeta. Empezó ayudando a su madre en las labores de costura y no tardó en hacerle ropa a Donatella. En los años 70 trabajó en firmas como Genny y Callaghan y en 1978 inició su carrera en solitario y abrió su primera tienda en Via de la Spiga, en Milán. Allí nació la Medusa, fuerte y seductora, tanto como para conquistar la moda, el cine y la música. “Quiero crear vestidos que toda mujer desearía tener: sexis y llamativos”, decía. En 1989 lanzó su primera colección de alta costura y luego llegó Versus, una línea joven y más económica que capitaneaba Donatella. Gianni Versace era barroco, excéntrico y maximalista. Su lema era 'más es más' y disfrutaba inventando vestidos sexis que tapaban poco y destapaban mucho. La leyenda cuenta que le dijo a Giorgio Armani "Vedi, tu vesti le donne eleganti e un po' suorine, io le zoccole” / "Mira, tu vistes a las mujeres elegantes y un poco monjas, yo visto a las prostitutas".
La Medusa de Versace, en apuros
Tras la muerte, Donatella tomó las riendas de la casa, y durante años batalló por mantenerla a flote y, a la vez, peleaba por salvar a su hija de la anorexia. La ausencia de Gianni hizo mucho daño a la firma, que atravesó momentos muy difíciles: se cerraron tiendas, se vendieron algunas mansiones, se dejó de hacer alta costura... Pero a pesar de todo Donatella Versace aguantó y se negó a vender la firma a un gran grupo fuerte. En 2011 la medusa volvió a brillar, y todo gracias a la colaboración que hizo con H&M. El éxito de ventas hizo renacer la casa, las cosas cambiaron y, entre otras cosas, se volvió al calendario de la alta costura de París.
En estos años Versace es sinónimo de éxito, es una de las firmas más potentes y Donatella sabe capear los temporales echando mano de su agenda: ya sea llamando a Jennifer López, reuniendo a las diosas de su hermano en la pasarela -logró que Cindy Crawford, Naomi Campbell, Claudia Schiffer, Carla Bruni y Helena Christensen desfilaran en el 20 aniversario de la muerte de su hermano- o haciendo colaboraciones de lujo con la competencia, como Fendace (Fendi+Versace). Gianni murió hace 25 años y su recuerdo sigue muy vivo. Los restos del diseñador reposan en el cementerio de Moltrasio, casi bañados por las aguas del lago Como.
Andrew Cunnanan mató antes a tres hombres
El FBI habló con todo el entorno de Cunnanan y descubrieron que no era su primer asesinato, pues meses atrás había matado a tres hombres: en Minesotta asesinó a Jeffrey Trail, un ex oficial de la marina norteamericana, machacando su cabeza a martillazos; en Chicago mató a Lee Miglin, un empresario de 72 años que estaba locamente enamorado de él; y luego asesinó a un policía para robarle una furgoneta e ir a Miami. También se descubrió que Andrew conoció a Gianni Versace en una discoteca gay y que se obsesionó con él, aunque otra versión dice que en realidad estaba obsesionado con un amante del diseñador. La teoría de que se trataba un ajuste de cuentas de la mafia calabresa hizo correr ríos de tinta, pero nunca llegó a probarse.
Andrew Cunanan había nacido en National City, San Diego. Era el pequeño de cuatro hermanos, su madre, italiana, era ama de casa y su padre, filipino, era un corredor de bolsa que casi termina en la cárcel por malversación de fondos, aunque huyó a Filipinas y Andrew no lo volvió a ver. Su vida quedó a cargo de su madre, que no aceptó que su hijo pequeño fuera homosexual y lo echó de casa. El joven se fue a San Francisco y se ganó la vida como prostituto, seduciendo a hombres mayores con dinero y con miedo a que se conocieran sus gustos sexuales.
El testamento de Gianni Versace
La muerte del diseñador, una estrella de la moda, conmocionó al mundo y su funeral impactó de manera extraordinaria. Todos estaban rotos por el dolor, tanto su familia y su pareja como los amigos, entre los que estaban Diana de Gales, Elton John, Sting, Caroline Bessette Kennedy, Valentino, Giorgio Armani, Gianfranco Ferré y Karl Lagerfeld. Junto a ellos las estrellas de la pasarela: Naomi Campbell, Valeria Mazza, Eva Herzigova y Carla Bruni, todas vestidas de negro. Ellas, las diosas del olimpo que creó el diseñador, se hicieron humanas.
Un año antes de morir asesinado, Gianni Versace miró a la muerte cara a cara, cuando le diagnosticaron un cáncer de oído. Por eso hizo testamento. Él tenía el 50% de la sociedad, Santo Versace tenía el 30% y Donatella Versace poseía el 20%, y el diseñador nombró a su sobrina Allegra heredera del 50 por ciento de todos sus bienes y dejó a su sobrino Daniel su colección de arte, con obras de Dalí y Picasso. En el documento no citó a sus hermanos Santo y Donatella.
Gianni era un niño cuando ya hacía dibujos un tanto eróticos en el colegio, imágenes de mujeres poderosas y endiosadas que, años más tarde, vestiría en las pasarelas y revistas de todo el planeta. Empezó ayudando a su madre en las labores de costura y no tardó en hacerle ropa a Donatella. En los años 70 trabajó en firmas como Genny y Callaghan y en 1978 inició su carrera en solitario y abrió su primera tienda en Via de la Spiga, en Milán. Allí nació la Medusa, fuerte y seductora, tanto como para conquistar la moda, el cine y la música. “Quiero crear vestidos que toda mujer desearía tener: sexis y llamativos”, decía. En 1989 lanzó su primera colección de alta costura y luego llegó Versus, una línea joven y más económica que capitaneaba Donatella. Gianni Versace era barroco, excéntrico y maximalista. Su lema era 'más es más' y disfrutaba inventando vestidos sexis que tapaban poco y destapaban mucho. La leyenda cuenta que le dijo a Giorgio Armani "Vedi, tu vesti le donne eleganti e un po' suorine, io le zoccole” / "Mira, tu vistes a las mujeres elegantes y un poco monjas, yo visto a las prostitutas".
La Medusa de Versace, en apuros
Tras la muerte, Donatella tomó las riendas de la casa, y durante años batalló por mantenerla a flote y, a la vez, peleaba por salvar a su hija de la anorexia. La ausencia de Gianni hizo mucho daño a la firma, que atravesó momentos muy difíciles: se cerraron tiendas, se vendieron algunas mansiones, se dejó de hacer alta costura... Pero a pesar de todo Donatella Versace aguantó y se negó a vender la firma a un gran grupo fuerte. En 2011 la medusa volvió a brillar, y todo gracias a la colaboración que hizo con H&M. El éxito de ventas hizo renacer la casa, las cosas cambiaron y, entre otras cosas, se volvió al calendario de la alta costura de París.
En estos años Versace es sinónimo de éxito, es una de las firmas más potentes y Donatella sabe capear los temporales echando mano de su agenda: ya sea llamando a Jennifer López, reuniendo a las diosas de su hermano en la pasarela -logró que Cindy Crawford, Naomi Campbell, Claudia Schiffer, Carla Bruni y Helena Christensen desfilaran en el 20 aniversario de la muerte de su hermano- o haciendo colaboraciones de lujo con la competencia, como Fendace (Fendi+Versace). Gianni murió hace 25 años y su recuerdo sigue muy vivo. Los restos del diseñador reposan en el cementerio de Moltrasio, casi bañados por las aguas del lago Como.
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