El biógrafo de Francis Bacon asegura que su último amante fue un banquero español.
Lourdes Gómez | El País, 1993-09-07
https://elpais.com/diario/1993/09/08/cultura/747439202_850215.html
Lourdes Gómez | El País, 1993-09-07
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"Mi madre me hizo prometerle que nunca crecería", contó Francis Bacon (1909-1992), pintor de origen irlandés y padres ingleses. Y continuó: "Ahora entiendo lo que quería decía". Ambas frases permiten al escritor británico, Andrew Sinclair, hablar sobre el miedo que sentía Bacon hacia la muerte. "Bacon se fue atemorizado de la muerte, como siempre había estado, y sin reconciliarse con Dios", afirma Sinclair en una edición revisada y actualizada de su obra, ‘Francis Bacon: Su vida y tiempos violentos’, que sale a la venta hoy en el Reino Unido.
Pero, según cuenta el biógrafo, Bacon confesó una semana antes de su muerte que se sentía cada vez más feliz y que quería morir divirtiéndose. Quizá, su último amante, "un banquero español que permanece en el anonimato por expreso deseo del pintor", de acuerdo a las recientes revelaciones de Sinclair, contribuyó a mejorar el estado de felicidad de sus últimas horas.
La muerte sobrevino a Bacon en Madrid, la ciudad que inspiró a sus maestros favoritos: Velázquez y Goya. Sinclair relata que Bacon viajó a la capital española en la primavera de 1992 para "ser consolado por su banquero español". Y continúa: "Bacon se sintió mal e ingresó en un hospital. Sufrió un ataque de corazón y no pudo sobrevivir. Murió el 28 de abril a los 82 años y en la cumbre de su descubrimiento", cuenta su biógrafo en el nuevo capítulo que complementa su obra, editada anteriormente por Thames & Hudson.
Según Sinclair, Bacon "retuvo el control de sus facultades, sus pinturas y su herencia hasta su muerte". En cierta forma, el escritor deja entender que los deseos e ideas fundamentales de este artista que plasmó la realidad violenta de nuestra época, se han respetado incluso después de su muerte.
Pero, según cuenta el biógrafo, Bacon confesó una semana antes de su muerte que se sentía cada vez más feliz y que quería morir divirtiéndose. Quizá, su último amante, "un banquero español que permanece en el anonimato por expreso deseo del pintor", de acuerdo a las recientes revelaciones de Sinclair, contribuyó a mejorar el estado de felicidad de sus últimas horas.
La muerte sobrevino a Bacon en Madrid, la ciudad que inspiró a sus maestros favoritos: Velázquez y Goya. Sinclair relata que Bacon viajó a la capital española en la primavera de 1992 para "ser consolado por su banquero español". Y continúa: "Bacon se sintió mal e ingresó en un hospital. Sufrió un ataque de corazón y no pudo sobrevivir. Murió el 28 de abril a los 82 años y en la cumbre de su descubrimiento", cuenta su biógrafo en el nuevo capítulo que complementa su obra, editada anteriormente por Thames & Hudson.
Según Sinclair, Bacon "retuvo el control de sus facultades, sus pinturas y su herencia hasta su muerte". En cierta forma, el escritor deja entender que los deseos e ideas fundamentales de este artista que plasmó la realidad violenta de nuestra época, se han respetado incluso después de su muerte.
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