Un teniente coronel se declara 'gay' y pide respeto para los homosexuales.
Sánchez Silva decide 'salir del armario' para provocar un debate en las Fuerzas Armadas.
Miguel Ángel Villena | El País, 2000-09-02
https://elpais.com/diario/2000/09/03/espana/967932010_850215.html
Sánchez Silva decide 'salir del armario' para provocar un debate en las Fuerzas Armadas.
Miguel Ángel Villena | El País, 2000-09-02
https://elpais.com/diario/2000/09/03/espana/967932010_850215.html
Sembrar una semilla y provocar un debate. A partir de estas premisas, José María Sánchez Silva, de 49 años, teniente coronel del Cuerpo Jurídico de las Fuerzas Armadas, ha dado un paso histórico al convertirse en el primer militar español de alta graduación que declara públicamente su homosexualidad. "Creo", comenta Sánchez Silva, "que mi gesto es honorable, verdadero y valiente como pide la ética militar. Aunque el Ejército se ha democratizado, si alguien no da este paso transcurrirá mucho tiempo hasta que se apliquen los derechos de los homosexuales en las Fuerzas Armadas".
Discriminación prohibida
Jurista de formación, con un amplio currículo a las espaldas que incluye varias condecoraciones militares y la secretaría de estudios de la Escuela de Estudios Jurídicos del Ejército de Madrid, Sánchez Silva ha meditado mucho el paso que acaba de dar. Durante años, este teniente coronel de aspecto frágil, de verbo fluido y meticuloso y con aire de profesor universitario, ha tenido que soportar infinidad de chistes homófobos en los cuarteles o en las salas de banderas, ha escuchado en silencio las hazañas sexuales de sus compañeros -siempre con mujeres, claro- o se ha visto obligado a callar con resignación cuando una anciana vecina le ha espetado en el ascensor aquello de "no sé donde vamos a llegar en este país con tantos maricones y maleantes que andan sueltos".
Apóstata ante notario
"La legislación actual", manifiesta Sánchez Silva, "comenzando por la Constitución, prohíbe de modo implícito o explícito la discriminación por orientación sexual en el Ejército, pero las represalias sutiles o las discriminaciones atávicas siguen pesando en las relaciones diarias. Me he decidido a declarar públicamente mi homosexualidad porque los derechos se han de ejercer y las leyes se han de adaptar a la realidad social. Así de claro". El teniente coronel despliega argumentos jurídicos sin aparentes fisuras, defiende su opción homosexual con un fondo de reivindicación social y, aunque le cueste nervios y angustias, está convencido de que alguien tenía que atreverse en las Fuerzas Armadas a dar este paso. "Yo no quiero protagonismo", aclara, "pero sé que voy a convertirme en un referente para muchos ‘gays’ que sirven en las Fuerzas Armadas españolas".
La larga conversación mantenida con este diario el pasado jueves transcurre en la redacción de ‘Zero’, una revista ‘gay’ de información y estilos de vida que ha brindado sus páginas para que muchos homosexuales ‘salgan del armario’, una expresión que significa una declaración pública de sus opciones sexuales. Ahora le ha llegado el turno a José María Sánchez Silva, que aparece en la portada del número de ‘Zero’ que saldrá la venta esta semana y que incluye una breve entrevista con el militar y un artículo jurídico del teniente coronel sobre los derechos de los homosexuales. Pero, en ediciones anteriores, artistas como Nacho Duato o escritores como Terenci Moix han revelado esta faceta de su intimidad.
Ahora bien, como subraya Ricardo Llamas, redactor jefe de ‘Zero’ y autor de libros como ‘Teoría torcida’ (Siglo XXI) u ‘Homografías’ (Espasa), "la salida del armario de José María Sánchez Silva no es en absoluto cómoda. No le va a servir ni para vender más discos, ni para promocionar una película, ni para abarrotar un local de algún barrio de Madrid que frecuenten los homosexuales".
A pesar de que siempre están en tela de juicio esos difusos límites entre lo público y lo privado, tanto Sánchez Silva como los impulsores de ‘Zero’ se hallan muy lejos de esa actitud popularizada en Estados Unidos de ‘don't ask, don't tell’ (‘no preguntes, no lo digas’), una fórmula un tanto hipócrita que evita las discriminaciones a la hora de ingresar en las Fuerzas Armadas norteamericanas. "Una opción sexual", apostilla Sánchez Silva, "debe llevar aparejada la posibilidad de explicitar pública y privadamente tu sexualidad. Por descontado, sin atentar contra la libertad ni contra la dignidad de ninguna otra persona". El teniente coronel ejemplifica con dos manifestaciones recientes las razones últimas de su decisión de ‘salir del armario’. "Mi actitud", insiste, "reclama el derecho a la visibilidad, ese mismo derecho que ejercieron hace pocas semanas miles de homosexuales en las movilizaciones de Madrid o de Roma. Como militar no puedo participar en una manifestación, pero apoyo totalmente esas luchas".
Por si resta alguna duda de la dificultad de mantener una actitud libre en el Ejército, José María Sánchez Silva escenifica cómo desvían sus pasos o apartan su mirada algunos subordinados a la hora del preceptivo saludo militar. "Lo justo", observa, "parece la discreción, pero eso nos lleva a renunciar a nuestros derechos, a sufrir en silencio, a seguir enclaustrados". Intenta llevar su coherencia, ese equilibrio de jurista demócrata y con sensibilidad social, hasta los últimos extremos, pero no se considera un provocador. Buen aficionado al cine, utiliza situaciones repetidas una y mil veces en las películas americanas de los años cuarenta y cincuenta para buscar una analogía con su ‘salida del armario’. "Durante la época dura de la discriminación racial se consideraba una provocación que un negro entrara en un bar o en un restaurante de blancos. Incluso algunos dirigentes negros tachaban de contraproducentes aquellos desafíos. Hoy sabemos que no se trataba de actos de provocación, sino de actos de defensa de la dignidad personal", afirma.
Siempre con las leyes en la mano y con la coherencia como bandera, esta declaración pública de homosexualidad tiene un antecedente importante en la vida de este militar de alta graduación. Creyente en Cristo, pero no sumiso seguidor de la doctrina católica, José María Sánchez Silva anunció hace tres años a un obispo su voluntad de apostatar de la fe. Ante las numerosas trabas que observó en la jerarquía católica, ni corto ni perezoso, se fue a una notaría y firmó un documento notarial de apostasía. "Resulta increíble que si alguien quiere darse de baja en una organización, no pueda hacerlo", dice. A pesar de su aplomo de veterano abogado que ha tenido que resolver muchos pleitos, José María Sánchez Silva está nervioso por las posibles repercusiones de su decisión. "Claro que no me van a sancionar por el hecho de declarar que soy ‘gay’. Faltaría más. Pero no se me escapa que las represalias pueden ser de muchos tipos. Puede haber un tipo de castigo sutil que apele únicamente a motivos de trabajo o a presuntos descuidos en el servicio". De momento, este teniente coronel del Cuerpo Jurídico se ha trasladado a vivir a casa de un matrimonio amigo hasta que escampe la tormenta que, sin duda, van a provocar sus declaraciones, su valiente toma de postura. "Intento ser consecuente con mi forma de vivir y de pensar. Mi declaración de apostasía es un ejemplo. La diferencia es que de la existencia de ese documento notarial no se enteró nadie y ahora media España se va a enterar de que un teniente coronel ha dicho que es homosexual".
Al final de una charla de varias horas, José María Sánchez Silva sonríe al periodista al despedirse y exclama: "No quiero ni imaginar la cara que van a poner mis vecinos de toda la vida cuando se enteren de que el serio y formal teniente coronel ha resultado ser un gay".
Discriminación prohibida
Jurista de formación, con un amplio currículo a las espaldas que incluye varias condecoraciones militares y la secretaría de estudios de la Escuela de Estudios Jurídicos del Ejército de Madrid, Sánchez Silva ha meditado mucho el paso que acaba de dar. Durante años, este teniente coronel de aspecto frágil, de verbo fluido y meticuloso y con aire de profesor universitario, ha tenido que soportar infinidad de chistes homófobos en los cuarteles o en las salas de banderas, ha escuchado en silencio las hazañas sexuales de sus compañeros -siempre con mujeres, claro- o se ha visto obligado a callar con resignación cuando una anciana vecina le ha espetado en el ascensor aquello de "no sé donde vamos a llegar en este país con tantos maricones y maleantes que andan sueltos".
Apóstata ante notario
"La legislación actual", manifiesta Sánchez Silva, "comenzando por la Constitución, prohíbe de modo implícito o explícito la discriminación por orientación sexual en el Ejército, pero las represalias sutiles o las discriminaciones atávicas siguen pesando en las relaciones diarias. Me he decidido a declarar públicamente mi homosexualidad porque los derechos se han de ejercer y las leyes se han de adaptar a la realidad social. Así de claro". El teniente coronel despliega argumentos jurídicos sin aparentes fisuras, defiende su opción homosexual con un fondo de reivindicación social y, aunque le cueste nervios y angustias, está convencido de que alguien tenía que atreverse en las Fuerzas Armadas a dar este paso. "Yo no quiero protagonismo", aclara, "pero sé que voy a convertirme en un referente para muchos ‘gays’ que sirven en las Fuerzas Armadas españolas".
La larga conversación mantenida con este diario el pasado jueves transcurre en la redacción de ‘Zero’, una revista ‘gay’ de información y estilos de vida que ha brindado sus páginas para que muchos homosexuales ‘salgan del armario’, una expresión que significa una declaración pública de sus opciones sexuales. Ahora le ha llegado el turno a José María Sánchez Silva, que aparece en la portada del número de ‘Zero’ que saldrá la venta esta semana y que incluye una breve entrevista con el militar y un artículo jurídico del teniente coronel sobre los derechos de los homosexuales. Pero, en ediciones anteriores, artistas como Nacho Duato o escritores como Terenci Moix han revelado esta faceta de su intimidad.
Ahora bien, como subraya Ricardo Llamas, redactor jefe de ‘Zero’ y autor de libros como ‘Teoría torcida’ (Siglo XXI) u ‘Homografías’ (Espasa), "la salida del armario de José María Sánchez Silva no es en absoluto cómoda. No le va a servir ni para vender más discos, ni para promocionar una película, ni para abarrotar un local de algún barrio de Madrid que frecuenten los homosexuales".
A pesar de que siempre están en tela de juicio esos difusos límites entre lo público y lo privado, tanto Sánchez Silva como los impulsores de ‘Zero’ se hallan muy lejos de esa actitud popularizada en Estados Unidos de ‘don't ask, don't tell’ (‘no preguntes, no lo digas’), una fórmula un tanto hipócrita que evita las discriminaciones a la hora de ingresar en las Fuerzas Armadas norteamericanas. "Una opción sexual", apostilla Sánchez Silva, "debe llevar aparejada la posibilidad de explicitar pública y privadamente tu sexualidad. Por descontado, sin atentar contra la libertad ni contra la dignidad de ninguna otra persona". El teniente coronel ejemplifica con dos manifestaciones recientes las razones últimas de su decisión de ‘salir del armario’. "Mi actitud", insiste, "reclama el derecho a la visibilidad, ese mismo derecho que ejercieron hace pocas semanas miles de homosexuales en las movilizaciones de Madrid o de Roma. Como militar no puedo participar en una manifestación, pero apoyo totalmente esas luchas".
Por si resta alguna duda de la dificultad de mantener una actitud libre en el Ejército, José María Sánchez Silva escenifica cómo desvían sus pasos o apartan su mirada algunos subordinados a la hora del preceptivo saludo militar. "Lo justo", observa, "parece la discreción, pero eso nos lleva a renunciar a nuestros derechos, a sufrir en silencio, a seguir enclaustrados". Intenta llevar su coherencia, ese equilibrio de jurista demócrata y con sensibilidad social, hasta los últimos extremos, pero no se considera un provocador. Buen aficionado al cine, utiliza situaciones repetidas una y mil veces en las películas americanas de los años cuarenta y cincuenta para buscar una analogía con su ‘salida del armario’. "Durante la época dura de la discriminación racial se consideraba una provocación que un negro entrara en un bar o en un restaurante de blancos. Incluso algunos dirigentes negros tachaban de contraproducentes aquellos desafíos. Hoy sabemos que no se trataba de actos de provocación, sino de actos de defensa de la dignidad personal", afirma.
Siempre con las leyes en la mano y con la coherencia como bandera, esta declaración pública de homosexualidad tiene un antecedente importante en la vida de este militar de alta graduación. Creyente en Cristo, pero no sumiso seguidor de la doctrina católica, José María Sánchez Silva anunció hace tres años a un obispo su voluntad de apostatar de la fe. Ante las numerosas trabas que observó en la jerarquía católica, ni corto ni perezoso, se fue a una notaría y firmó un documento notarial de apostasía. "Resulta increíble que si alguien quiere darse de baja en una organización, no pueda hacerlo", dice. A pesar de su aplomo de veterano abogado que ha tenido que resolver muchos pleitos, José María Sánchez Silva está nervioso por las posibles repercusiones de su decisión. "Claro que no me van a sancionar por el hecho de declarar que soy ‘gay’. Faltaría más. Pero no se me escapa que las represalias pueden ser de muchos tipos. Puede haber un tipo de castigo sutil que apele únicamente a motivos de trabajo o a presuntos descuidos en el servicio". De momento, este teniente coronel del Cuerpo Jurídico se ha trasladado a vivir a casa de un matrimonio amigo hasta que escampe la tormenta que, sin duda, van a provocar sus declaraciones, su valiente toma de postura. "Intento ser consecuente con mi forma de vivir y de pensar. Mi declaración de apostasía es un ejemplo. La diferencia es que de la existencia de ese documento notarial no se enteró nadie y ahora media España se va a enterar de que un teniente coronel ha dicho que es homosexual".
Al final de una charla de varias horas, José María Sánchez Silva sonríe al periodista al despedirse y exclama: "No quiero ni imaginar la cara que van a poner mis vecinos de toda la vida cuando se enteren de que el serio y formal teniente coronel ha resultado ser un gay".
Sánchez Silva: "Hay muchos 'gay' en las Fuerzas Armadas".
Defensa considera desafortunado utilizar la condición militar para definirse homosexual.
Miguel Ángel Villena | El País, 2000-09-02
https://elpais.com/diario/2000/09/03/espana/967932012_850215.html
"Claro que hay muchos gay en las Fuerzas Armadas y en la Guardia Civil, pero tienen terror a manifestar sus opciones. El Ejército forma parte de la sociedad y, al igual que ocurre en otros ámbitos, la homosexualidad está presente". Así se manifiesta el teniente coronel José María Sánchez Silva, que reclama que el espíritu de las leyes antidiscriminatorias se plasme también en las conductas y en la vida cotidiana de las instalaciones militares.
Un portavoz del Ministerio de Defensa comentó ayer a este diario que el debate planteado por este oficial del Cuerpo Jurídico ya se produjo en el Congreso de los Diputados en el transcurso de la pasada legislatura. "Con la Ley Orgánica de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas aprobada en 1998", afirmó el citado portavoz, "ha desaparecido cualquier tipo de discriminación. Ya en 1985 fue abolido el antiguo Código de Justicia Militar. Por ello, de momento, el Ministerio no tiene más comentarios que hacer". El portavoz de Defensa aclaró que, en principio, la actitud del teniente coronel Sánchez Silva no incurre en ningún motivo de sanción. "No obstante", agregó, "me parece desafortunado que utilice su rango militar para un pronunciamiento de estas características. Otra cosa es que lo hiciera a título personal".
Abolido en 1985, el Código de Justicia Militar, que incriminaba las actitudes homosexuales como "contrarias al honor militar", la actual legislación prohíbe cualquier discriminación en el Ejército por razón de la orientación sexual, salvo que se atente a la libertad sexual, se mantengan en instalaciones militares relaciones sexuales que atenten contra la dignidad, o que un superior se valga de su posición para atentar contra la libertad sexual de sus subordinados.
"Hay casos de ataques homofóbicos directos en las Fuerzas Armadas", señala el teniente coronel en un artículo publicado en la revista ‘Zero’, "pero lo habitual es que en el Ejército la homofobia agreda indirectamente y recubierta de una ‘exquisita legalidad’. En pleno año 2000, la actitud de todos los miembros de la sociedad debería ser acorde con las normas jurídicas que regulan nuestra convivencia. Si no existiera la homofobia que provoca ataques a la dignidad y al libre desarrollo de la personalidad, este artículo no tendría finalidad".
"He tratado de plantar una semilla con mi actitud", afirma José María Sánchez Silva. A juicio de este militar homosexual, si fructifica, será un beneficio para otros militares gay y para el conjunto de la sociedad y de las Fuerzas Armadas. Aunque diversas lecturas e influencias han estado en el origen de su paso hacia adelante, una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de septiembre del año pasado impulsó la decisión del teniente coronel. La citada resolución judicial condenaba al Reino Unido por violación de los artículos 8 y 13 de la Convención para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales al haber expulsado de sus Fuerzas Armadas a una lesbiana (Janette Smith) y a tres ‘gay’ (Graeme Grady, Duncan Lustig-Pream y John Beckett) exclusivamente por su inclinación homosexual.
Un militar ilustrado, entre la enseñanza y el Derecho.
Miguel Ángel Villena | El País, 2000-09-02
https://elpais.com/diario/2000/09/03/espana/967932011_850215.html#?rel=listaapoyo
La lucha por lo evidente
Decían los escolásticos que la idea tiende al acto o, dicho con lenguaje contemporáneo, el pensamiento precede a la acción. "De ahí la importancia de la educación o el papel de los medios de comunicación a la hora de que las leyes se adapten a la realidad social y de que cambien usos y costumbres". José María Sánchez Silva es un militar ilustrado, cuya carrera en las Fuerzas Armadas ha pasado más por las aulas de enseñanza o los despachos jurídicos que por las maniobras en el campo o la instrucción en los cuarteles. Miembro de la comisión para la prevención y control de la droga en el Ejército en 1981, secretario de la ‘Revista Española de Derecho Militar’ en 1984, jefe de estudios de la Escuela Militar de Estudios Jurídicos de la Defensa en 1992 o asesor jurídico del Cuartel General del Ejército de Tierra son algunos de los cargos ocupados por este admirador de Shakespeare, de los poetas de la generación del 27 o de Kavafis. Esta trayectoria intelectual le ha llevado sin duda al compromiso con la causa ‘gay’, a convertirse en un banderín de enganche de las ‘salidas del armario’. De cualquier modo, no le ha resultado fácil hacerse visible como homosexual y militar a un tiempo. Lejos de los tolerantes tiempos de la Grecia clásica, donde la valentía y una supuesta virilidad no se asociaban necesariamente con la heterosexualidad, las conductas castrenses de hoy suelen estigmatizar a los homosexuales.
José María Sánchez Silva muestra un cierto cansancio vital, fruto de ocultar sus preferencias sexuales durante mucho tiempo, pero también producto del agotamiento que provoca luchar por las cosas que son evidentes. "La gente no puede hacerse una idea", manifiesta, "de lo frustrante que es no poder comportarte tal como eres, salvo con un reducido grupo de compañeros que conocen mi opción sexual y con los que puedo charlar libremente. Son años y años de escuchar relatos de conquistas de mujeres y de chistes sobre maricones. Has de callar y aguantar. Si declararte homosexual todavía es complicado en muchos ámbitos civiles, en el seno de las Fuerzas Armadas estos gestos se convierten en algo mucho más arduo".El teniente coronel reconoce sin ningún empacho los enormes avances de democratización y de modernización del Ejército en los últimos tiempos, pero la visibilidad de los homosexuales aparece como la última frontera. "Se ha incorporado la mujer y las tropas españolas participan en misiones de paz. Pero los ‘gay’ seguimos en las catacumbas".
Defensa considera desafortunado utilizar la condición militar para definirse homosexual.
Miguel Ángel Villena | El País, 2000-09-02
https://elpais.com/diario/2000/09/03/espana/967932012_850215.html
"Claro que hay muchos gay en las Fuerzas Armadas y en la Guardia Civil, pero tienen terror a manifestar sus opciones. El Ejército forma parte de la sociedad y, al igual que ocurre en otros ámbitos, la homosexualidad está presente". Así se manifiesta el teniente coronel José María Sánchez Silva, que reclama que el espíritu de las leyes antidiscriminatorias se plasme también en las conductas y en la vida cotidiana de las instalaciones militares.
Un portavoz del Ministerio de Defensa comentó ayer a este diario que el debate planteado por este oficial del Cuerpo Jurídico ya se produjo en el Congreso de los Diputados en el transcurso de la pasada legislatura. "Con la Ley Orgánica de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas aprobada en 1998", afirmó el citado portavoz, "ha desaparecido cualquier tipo de discriminación. Ya en 1985 fue abolido el antiguo Código de Justicia Militar. Por ello, de momento, el Ministerio no tiene más comentarios que hacer". El portavoz de Defensa aclaró que, en principio, la actitud del teniente coronel Sánchez Silva no incurre en ningún motivo de sanción. "No obstante", agregó, "me parece desafortunado que utilice su rango militar para un pronunciamiento de estas características. Otra cosa es que lo hiciera a título personal".
Abolido en 1985, el Código de Justicia Militar, que incriminaba las actitudes homosexuales como "contrarias al honor militar", la actual legislación prohíbe cualquier discriminación en el Ejército por razón de la orientación sexual, salvo que se atente a la libertad sexual, se mantengan en instalaciones militares relaciones sexuales que atenten contra la dignidad, o que un superior se valga de su posición para atentar contra la libertad sexual de sus subordinados.
"Hay casos de ataques homofóbicos directos en las Fuerzas Armadas", señala el teniente coronel en un artículo publicado en la revista ‘Zero’, "pero lo habitual es que en el Ejército la homofobia agreda indirectamente y recubierta de una ‘exquisita legalidad’. En pleno año 2000, la actitud de todos los miembros de la sociedad debería ser acorde con las normas jurídicas que regulan nuestra convivencia. Si no existiera la homofobia que provoca ataques a la dignidad y al libre desarrollo de la personalidad, este artículo no tendría finalidad".
"He tratado de plantar una semilla con mi actitud", afirma José María Sánchez Silva. A juicio de este militar homosexual, si fructifica, será un beneficio para otros militares gay y para el conjunto de la sociedad y de las Fuerzas Armadas. Aunque diversas lecturas e influencias han estado en el origen de su paso hacia adelante, una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de septiembre del año pasado impulsó la decisión del teniente coronel. La citada resolución judicial condenaba al Reino Unido por violación de los artículos 8 y 13 de la Convención para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales al haber expulsado de sus Fuerzas Armadas a una lesbiana (Janette Smith) y a tres ‘gay’ (Graeme Grady, Duncan Lustig-Pream y John Beckett) exclusivamente por su inclinación homosexual.
Un militar ilustrado, entre la enseñanza y el Derecho.
Miguel Ángel Villena | El País, 2000-09-02
https://elpais.com/diario/2000/09/03/espana/967932011_850215.html#?rel=listaapoyo
La lucha por lo evidente
Decían los escolásticos que la idea tiende al acto o, dicho con lenguaje contemporáneo, el pensamiento precede a la acción. "De ahí la importancia de la educación o el papel de los medios de comunicación a la hora de que las leyes se adapten a la realidad social y de que cambien usos y costumbres". José María Sánchez Silva es un militar ilustrado, cuya carrera en las Fuerzas Armadas ha pasado más por las aulas de enseñanza o los despachos jurídicos que por las maniobras en el campo o la instrucción en los cuarteles. Miembro de la comisión para la prevención y control de la droga en el Ejército en 1981, secretario de la ‘Revista Española de Derecho Militar’ en 1984, jefe de estudios de la Escuela Militar de Estudios Jurídicos de la Defensa en 1992 o asesor jurídico del Cuartel General del Ejército de Tierra son algunos de los cargos ocupados por este admirador de Shakespeare, de los poetas de la generación del 27 o de Kavafis. Esta trayectoria intelectual le ha llevado sin duda al compromiso con la causa ‘gay’, a convertirse en un banderín de enganche de las ‘salidas del armario’. De cualquier modo, no le ha resultado fácil hacerse visible como homosexual y militar a un tiempo. Lejos de los tolerantes tiempos de la Grecia clásica, donde la valentía y una supuesta virilidad no se asociaban necesariamente con la heterosexualidad, las conductas castrenses de hoy suelen estigmatizar a los homosexuales.
José María Sánchez Silva muestra un cierto cansancio vital, fruto de ocultar sus preferencias sexuales durante mucho tiempo, pero también producto del agotamiento que provoca luchar por las cosas que son evidentes. "La gente no puede hacerse una idea", manifiesta, "de lo frustrante que es no poder comportarte tal como eres, salvo con un reducido grupo de compañeros que conocen mi opción sexual y con los que puedo charlar libremente. Son años y años de escuchar relatos de conquistas de mujeres y de chistes sobre maricones. Has de callar y aguantar. Si declararte homosexual todavía es complicado en muchos ámbitos civiles, en el seno de las Fuerzas Armadas estos gestos se convierten en algo mucho más arduo".El teniente coronel reconoce sin ningún empacho los enormes avances de democratización y de modernización del Ejército en los últimos tiempos, pero la visibilidad de los homosexuales aparece como la última frontera. "Se ha incorporado la mujer y las tropas españolas participan en misiones de paz. Pero los ‘gay’ seguimos en las catacumbas".
La situación en otros países.
Miguel Ángel Villena | El País, 2000-09-02
https://elpais.com/diario/2000/09/03/espana/967932013_850215.html
Sólo 23 países, la mayoría europeos, aceptan a ‘gays’ y lesbianas en sus ejércitos. Pero "salir del armario" sigue siendo difícil en un ambiente calificado como muy machista. Hay otras 14 naciones donde se les reconocen sus derechos en la vida civil, pero no se les acepta en las fuerzas armadas. En el resto del mundo, la homosexualidad está prohibida, según International Lesbian and Gay Association. Dinamarca, en el año 1979, fue el primer país en admitir formalmente a ‘gays’ y lesbianas en su Ejército. Un ejemplo que ha ido cundiendo poco a poco en la mayoría de los países europeos, aunque en el caso de Alemania, por ejemplo, no pueden acceder a puestos de oficiales o instructores, prohibición que está denunciada ante el Tribunal Constitucional de ese país. En Hungría se les "recomienda" oficialmente a ‘gays’ y lesbianas que no acudan a las Fuerzas Armadas. En el caso del Reino Unido, ‘gays’ y lesbianas se colaron por la puerta trasera gracias al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que en noviembre de 1999 falló a favor de cuatro soldados, incluida una mujer, que habían sido expulsados del Ejército por homosexualidad. El tribunal apoyó su demanda por sendas violaciones del derecho a la privacidad, libertad de expresión y protección contra la discriminación sexual. El Ejecutivo laborista aceptó la sentencia y abolió, con efectos inmediatos, el veto a la entrada de homosexuales en las Fuerzas Armadas. Sin embargo, los altos oficiales, además de la oposición conservadora, se oponen a la medida, de forma que, en la práctica, este colectivo encuentra tantos obstáculos como los soldados de comunidades minoritarias. La política militar norteamericana se refleja en la ambigüedad de la fórmula "No preguntes, no cuentes" (‘don't ask, don't tell’) que constituye ahora la política oficial del Pentágono en relación a la homosexualidad. Los militares tienen prohibido preguntar a los hombres y mujeres de uniforme sobre sus orientaciones sexuales, pero éstos y éstas tienen igualmente prohibido expresarlas.
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