Fotografía de Enrique Serrano / Mani del Orgullo Gay en Barcelona 1977 // |
Enrique Serrano: «Santa Coloma lo es todo en mi vida».
Cuando sale de su bar, un impulso le saca a hacer fotos por las calles de su ciudad natal, su 'leitmotiv'.
Manuel Arenas | El Periódico, 2018-11-11
https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/20181111/enrique-serrano-santa-coloma-lo-es-todo-en-mi-vida-7140335
Que por qué me gusta escribir sobre gente corriente, me preguntan. Qué difícil cuando soy yo quien responde. Pues porque me divierte dar noticias: la gente corriente casi siempre es noticia, otra cosa es que salga en los diarios. Porque puedo charlar con Enrique Serrano (Santa Coloma de Gramenet, 1958), un tipo de barrio tan humilde que está a punto de no conceder esta entrevista por temor a no ser lo suficientemente interesante. Y eso que -entre otros cientos de anécdotas-, en el 78, este fotógrafo aficionado fue el encargado de atender a Antonio Franco y Antonio Asensio mientras ideaban este diario en la cafetería Don Chon del Hotel Diplomatic de Barcelona: toda historia esconde caras anónimas imprescindibles para comprenderla. De eso va esta sección.
-Aquello le marcó.
-¡Yo digo de broma que soy fundador indirecto de El Periódico! (ríe). Es algo que no olvidaré nunca. Ellos llegaban a la cafetería, pedían el desayuno y montaban una mesa llena de esquemas y bocetos. Estuve poniéndoles la comida durante un mes y acabamos creando un poco de confianza.
-¿Siempre ha trabajado en bares?
-No siempre: empecé en la restauración porque no quise estudiar. He trabajado mucho en hoteles y he tenido tres bares: el último, 'Les Tulipes', lo mantengo desde el 2006. Aunque mi pasión es la fotografía.
-¿Por qué la fotografía?
-Me empezó a gustar a los 12 años, cuando me regalaron una 'Werlisa Color'. Hay algo de revancha: en el colegio pintaba muy bien, los profesores me consiguieron una beca, pero mi padre dijo que la pintura no daba dinero y me puse a currar. No he vuelto a pintar, pero pienso: la fotografía también es arte.
-¿Qué tipo de fotografía le gusta?
-La de acción. La calle es adrenalina. Es un impulso: me entero de que pasa algo y voy. Eso sí, al margen de actos señalados en Barcelona, como la primera manifestación gay, siempre en Santa Coloma, mi ciudad.
-¿Y eso por qué?
-Porque es mi pueblo: aquí he nacido, aquí vivo y aquí quiero morirme. Santa Coloma lo es todo en mi vida: familia, amigos... la llevo dentro, la siento y aportaré todos los granitos de arena que pueda.
-¿Cuál es su historial como fotógrafo aficionado?
-Estudié en una escuela de fotografía y estuve haciendo fotos de manifestaciones, eventos y mítines políticos por Santa Coloma hasta que me fui a vivir a Argelia dos años. Una segunda etapa empezó cuando entré en el bar actual: vía Facebook, contacté con fotógrafos amigos de la ciudad y fundamos ACAF (Associació Colomenca d'Aficionats la Fotografia), que ahora cumple dos años.
-Sé que una vez pasó una noche con 'Triana', su grupo preferido.
-¡Pues sí! (ríe): una vez vinieron a tocar a Santa Coloma y fui el único fotógrafo que lo cubrió porque era amigo del dueño del local. Esas fotos son inéditas; las tengo en el bar pero nunca se han publicado. Cuando acabaron de tocar, estuvimos hasta el amanecer cantando y bebiendo.
-También me han dicho que se plantea dejar la fotografía.
-Sí, lo había pensado porque entre el bar y las fotos me estaba agobiando y había dejado un poco de lado a la familia. Pero ahora me lo estoy replanteando otra vez.
-Una anécdota para acabar.
-Una vez, el gran humorista Miguel Gila me hizo una caricatura en un hotel donde nos conocimos. Cogió un folio, dibujó un fotógrafo con una lata de conservas como objetivo de la cámara y me la dedicó.
-¿Por qué se pensó tanto si dar esta entrevista?
-Me pilló de improviso. Pensé: ¿por qué yo? Si soy una persona de la calle que intenta pasar desapercibido...
-Justamente por eso.
-Aquello le marcó.
-¡Yo digo de broma que soy fundador indirecto de El Periódico! (ríe). Es algo que no olvidaré nunca. Ellos llegaban a la cafetería, pedían el desayuno y montaban una mesa llena de esquemas y bocetos. Estuve poniéndoles la comida durante un mes y acabamos creando un poco de confianza.
-¿Siempre ha trabajado en bares?
-No siempre: empecé en la restauración porque no quise estudiar. He trabajado mucho en hoteles y he tenido tres bares: el último, 'Les Tulipes', lo mantengo desde el 2006. Aunque mi pasión es la fotografía.
-¿Por qué la fotografía?
-Me empezó a gustar a los 12 años, cuando me regalaron una 'Werlisa Color'. Hay algo de revancha: en el colegio pintaba muy bien, los profesores me consiguieron una beca, pero mi padre dijo que la pintura no daba dinero y me puse a currar. No he vuelto a pintar, pero pienso: la fotografía también es arte.
-¿Qué tipo de fotografía le gusta?
-La de acción. La calle es adrenalina. Es un impulso: me entero de que pasa algo y voy. Eso sí, al margen de actos señalados en Barcelona, como la primera manifestación gay, siempre en Santa Coloma, mi ciudad.
-¿Y eso por qué?
-Porque es mi pueblo: aquí he nacido, aquí vivo y aquí quiero morirme. Santa Coloma lo es todo en mi vida: familia, amigos... la llevo dentro, la siento y aportaré todos los granitos de arena que pueda.
-¿Cuál es su historial como fotógrafo aficionado?
-Estudié en una escuela de fotografía y estuve haciendo fotos de manifestaciones, eventos y mítines políticos por Santa Coloma hasta que me fui a vivir a Argelia dos años. Una segunda etapa empezó cuando entré en el bar actual: vía Facebook, contacté con fotógrafos amigos de la ciudad y fundamos ACAF (Associació Colomenca d'Aficionats la Fotografia), que ahora cumple dos años.
-Sé que una vez pasó una noche con 'Triana', su grupo preferido.
-¡Pues sí! (ríe): una vez vinieron a tocar a Santa Coloma y fui el único fotógrafo que lo cubrió porque era amigo del dueño del local. Esas fotos son inéditas; las tengo en el bar pero nunca se han publicado. Cuando acabaron de tocar, estuvimos hasta el amanecer cantando y bebiendo.
-También me han dicho que se plantea dejar la fotografía.
-Sí, lo había pensado porque entre el bar y las fotos me estaba agobiando y había dejado un poco de lado a la familia. Pero ahora me lo estoy replanteando otra vez.
-Una anécdota para acabar.
-Una vez, el gran humorista Miguel Gila me hizo una caricatura en un hotel donde nos conocimos. Cogió un folio, dibujó un fotógrafo con una lata de conservas como objetivo de la cámara y me la dedicó.
-¿Por qué se pensó tanto si dar esta entrevista?
-Me pilló de improviso. Pensé: ¿por qué yo? Si soy una persona de la calle que intenta pasar desapercibido...
-Justamente por eso.
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