1979/12/01

DOCUMENTACIÓN | TESTIMONIOS | HA MUERTO EDUARDO BLANCO AMOR

Ha muerto Eduardo Blanco Amor.
El escritor gallego falleció en Vigo.
José Luis Platero | El País, 1979-12-01
https://elpais.com/diario/1979/12/02/cultura/312937203_850215.html

Eduardo Blanco Amor, el último representante señero de la Xeneracion Nos -movimiento cultural gallego al que pertenecieron Otero Pedrayo, Risco, Castelao y Bóveda, entre otros, y que tuvo una influencia determinante en el renacimiento cultural de Galicia-, falleció en Vigo, a primeras horas de la madrugada del pasado viernes, a consecuencia de una embolia cerebral.

Blanco Amor había nacido el 14 de septiembre de 1897, aunque quería pasar como nacido en el siglo, pues aseguraba: «Mi edad biológica no coincide con mi edad biográfica... Soy mucho más joven, incluso como estilo literario.» El mayor de tres hermanos, a los que sobrevive Marina, residente en Barcelona, emigró a los doce años a América y, después de desempeñar varios oficios, comenzó muy joven una fecunda actividad periodística en la revista ‘Celtiga’, que dirigió, para pasar a continuación al periódico de la Federación de Sociedades Gallegas y continuar luego su actividad periodística en ‘La Nación’, como enviado especial en España, del año 1929 al 1931.

Para el desaparecido fotógrafo de la misma generación José Suárez, Blanco Amor «enseñó a leer a los emigrantes en Argentina», en el sentido de que hasta que comenzó su labor en el centro gallego de Buenos Aires con Rafael Dieste y el pintor Carlos Maide no hubo una verdadera actividad cultural. También se le califica de indiano de la cultura, por el trasvase que hizo de fenómenos culturales americanos a España, si bien su centro fue siempre Orense, ciudad a la que elevó a mito literario en toda su obra narrativa. Como narrador fundamentalmente lo califica el escritor orensano José Luis López Iglesias, aun reconociendo su actividad múltiple en la poesía y en el ensayo.

De 1933 a 1935 estuvo encargado en Madrid de la redacción de la revista ‘Ciudad’, con Víctor de la Serna, donde colaboraron Alberti y Lorca, entre otros. Con Lorca le une en esta época una entrañable y profunda amistad. Como poeta, su actividad comienza tempranamente con los romances ‘galegos’, de influencia modernista, en 1928, ‘Poema en cuatro tempos’, de 1931, se considera como su obra poética más destacada en gallego. En 1941 publica en castellano ‘En soledad amena’, y entre 1956 y 1961 ‘Cancioneiro’, en gallego, y ‘Horizonte evadido’, en castellano.

Su primera obra narrativa está hecha en gallego y publicó tres capítulos de ella en la revista Nos. Se trata de la obra ‘A escadeira de Jacob’. Su obra más importante, y en la que hace profesión de su orensanismo, es ‘La catedral y el niño’, publicada en Buenos Aires en 1959, que tiene por protagonista a esta ciudad gallega. Su primera obra completa en gallego es publicada en 1959, ‘A esmorga’, y traducida al castellano, en 1972, con el título ‘La parranda’. Escribe luego una serie de cuentos que recoge en ‘Os biosbardos’, concurre al Nadal en 1963 con ‘Los miedos’, y ‘Xente ao lonxe’ es su última obra, publicada en 1972.

Al volver a España se encuentra con una ciudad que no era la que soñó en su libro. Un Orense que desconocía incluso su existencia, lo que le hace sufrir mucho. Sin embargo, fue entre los jóvenes donde encontró mejor acogida. De él mismo decía que era un anciano «con alma de neno». Recientemente, los alumnos de un instituto de Vigo habían pedido para él el título de doctor ‘honoris causa’ de la Universidad gallega, y en trámite por el Ayuntamiento orensano estaba el expediente para su designación como hijo adoptivo de Orense. También ha sido colaborador habitual de El País, durante los últimos años.

También Blanco Amor contribuyó al género ensayístico con trabajos sobre Chile, el padre Feijoo, Ortega y Gasset, y publicó antologías sobre Rosalía y Lamas Carvajal. Igualmente cultivó el teatro, y en 1953 aparece la primera edición de ‘Farsas’, que contiene tres piezas. Posteriormente hay una segunda edición en México, y, otra en España, en 1973.

El entierro de Blanco Amor tendrá lugar hoy, a las once de la mañana, desde la capilla ardiente, instalada en el Hospital Provincial, a donde fue trasladado su cadáver en la mañana de ayer desde el depósito municipal de Vigo. Los funerales se celebrarán a las doce de la mañana del lunes día 3.

Un doble exilio, de la patria y de la lengua.
Rafael Conte | El País, 1979-12-01

https://elpais.com/diario/1979/12/02/cultura/312937201_850215.html

Xeoane, Varela, Celso Emilio.., y ahora, Eduardo Blanco Amor. El año 1979 ha sido funesto para las letras gallegas. Y hasta el resurgir autonómico se ha cubierto de nubes ambiguas en el caso galaico, en este año de ‘meigas’ desencadenadas. Eduardo Blanco Amor era el viejo más joven de la literatura española y gallega, el que con más contundencia, sarcasmo y gallardía sobrellevaba los mismos años que el siglo, unos años que, al fin y al cabo, se han salido con la suya por sorpresa. Eduardo Blanco Amor sufrió el exilio por español y por intelectual, pero además lo sufrió, como gallego, por partida doble. Al exilio sociológico de la emigración -por gallego- se unió el político. Al de la geografía, el de la lengua natal: el gallego. Su emigración a Latinoamérica fue en 1919; pero en los años republicanos ya estaba en España como periodista y corresponsal. Ya había publicado sus primeros poemas en gallego, ‘Romances galegos’ (1928), a los que seguirían ‘Poema en catro tempos’ (1931) y ‘Cancioneiro’ (1956). Pero ya se sabe que la poesía admite y exige la lengua minoritaria, por natal que sea. Profesor en Chile, Uruguay y Argentina, periodista siempre, creó sus obras teatrales entre 1937 y 1953, recogidas después, en gallego, en ‘Farsas para títeres’ y ‘Teatro para a xente’. Como autor teatral superó su poesía y como narrador llegaría a las máximas cotas. Llegó tarde a la novela, y en castellano forzosamente. La primera, publicada en Chile en 1948, ‘La catedral y el niño’, pasó inadvertida, salvo excepciones. En 1961 fue tercero en el Premio Nadal, con ‘Los miedos’ (1963), su mejor novela, en mi opinión. Él prefería los relatos de ‘Os biosbardos’ (‘Las musarañas’, 1962), pero fue ‘A esmorga’ (‘La parranda’, 1959) quien lo convirtió en autor conocido. La más reciente, ‘Xente ao lonxe’ (‘Aquella gente’, 1972), ha sido también la más ambiciosa.

El mismo se traducía del castellano al gallego, y al revés. Dijo en alguna ocasión que en el gallego hacía «ejercicios de estilo». Así superó su doble exilio, con talento crítico, y sentido del riesgo, del inconformismo y la aventura.

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