Fue en su campo el artista de mayor impacto en las dos últimas décadas.
Fernando Huici | El País, 1989-03-10
https://elpais.com/diario/1989/03/11/cultura/605574003_850215.html
Tenía 42 años y era probablemente el fotógrafo de mayor impacto surgido en el panorama internacional de las dos últimas décadas. A lo largo del pasado verano, el museo Whitney de Nueva York -la ciudad en la que había nacido y en la que había desarrollado gran parte de su producción fotográfica- venía a reconocer el alcance e influencia de Robert Mapplethorpe con la celebración de una extensa retrospectiva de su obra.
Mapplethorpe se formó artísticamente en el Pratt Institute neoyorquino, y de hecho su labor no se centrará en el medio fotográfico hasta la segunda mitad de los setenta. En la etapa anterior, sus primeras producciones se mueven en un ámbito más fronterizo, en el que el uso de la fotografía como soporte básico de la imagen se inserta -junto con el ‘collage’, la manipulación del color, la idea de secuencia y la alteración de formatos y enmarcados-, dentro de una actitud marcada por herencias de corte pop y conceptual.
El lado salvaje
Desde esos primeros trabajos, se advierte la presencia de dos rasgos que han definido tanto el desarrollo ulterior del trabajo de Mapplethorpe como el tono de su leyenda. Uno es, por supuesto, el carácter extremadamente explícito de sus referencias sexuales, de esa poética ‘del lado salvaje’, poblada de alusiones a la homosexualidad y a la parafernalia sadomasoquista, que entre el morbo y el escándalo, crearía la resonancia más superficial en torno a su figura.
El segundo rasgo apunta hacia la compleja y sofisticada trama formal, impregnada de perspectivas que apuntan hacia otras esferas del arte, del pasado o de la vanguardia, y en la que radica la fascinación más sutil de la obra de Mapplethorpe, su magistral sentido de la composición, de la luz, las gradaciones y las texturas.
De la conjunción de ambos -la suntuosa y elaborada rasgos trama del lenguaje y esa exaltada exploración del deseo, aún en sus recovecos más duros-, surge, lejos de las complicidades mecánicas o de las reacciones mojigatas, la dimensión íntima, desgarrada y sutil, de los cantos luminosos de: este gran poeta del cuerpo. Sus desnudos masculinos, que se cuentan entre los más deslumbrantes de toda la historia del género, sus formas florales, cuyas armonías curvas forman otra metáfora del deseo, o su galería de retratos, con la que abre una incisiva lectura panorámica acerca de sus contemporáneos, han cimentado la fama, hoy ya imperecedera, del arte de Robert Mapplethorpe.
Sobre ese tejido, se despertó precozmente el reconocimiento de su obra, tanto en los Estados Unidos como internacionalmente. En 1977, Mapplethorpe fue seleccionado para la VI Documenta, de Kassel, certamen al que volvería, ya en pleno éxito, en 1982. Desde entonces, su obra ha estado presente en las galerías y museos más prestigiosos delpanorama mundial. El ICA y la National Portrait Gallery de Londres, el centro Pompidou de París y el Stedelijk de Amsterdam presentaron, durante los años ochenta, muestras personales del fotógrafo neoyorquino. En Madrid, en 1984, pudimos ver también una espléndida antológica parcial de su obra, presentada por la galería Fernando Vijande.
Televisión Española emitió también en 1987, en el programa ‘La estación de Perpignan’, un amplio reportaje en varios capítulos y una entrevista de Paloma Chamorro con el fotógrafo.
El núcleo fundamental de la obra fotográfica de Mapplethorpe se ha centrado, en todas sus series, en el trabajo en blanco y negro, medio en el que obtenía gamas de tonos extremadamente delicados. En principio, el empleo del color se había planteado únicamente en las etapas iniciales de su trayectoria, aunque en los últimos dos años volvió a interesarse por él.
Anversoy reverso del deseo.
Fernando Huici | El País, 1989-03-10
https://elpais.com/diario/1989/03/11/cultura/605574001_850215.html
Más allá de la anécdota sobre la bipolaridad sexual de esos autorretratos, en la imagen viril y en la travestida, la doble imagen de Mapplethorpe es como una declaración acerca de su poética, hecha de facetas que son formas especulares de una misma identidad.
Sobre esa tensión armónica de opuestos aparentes se construye todo el universo fotográfico de su autor.
Rostros célebres y otros que alcanzan su aura mítica en la belleza de estos retratos, penes descomunales cuya supuesta carga de obscenidad se disuelve en una pura fascinación escultórica y flores que adquieren una ambigua e inquietante sensualidad casi antropomórfica.
La vertiente más perversa, en apariencia, de algunos de los temas de Mapplethorpe se impregna, a su vez, de esa inversión de polos. Los desnudos masculinos, los cantos fálicos, las escenas sexuales, son en su obra algo bien distinto a la dimensión de escándalo que suelen generar.
En la mirada que los fija sobre el papel confluían en uno mismo los dos rostros de los autorretratos de su autor, reconociendo como uno solo el objetivo de aquella avidez que, para Susan Sontag, documentan las fotos de Mapplethorpe: el deseo del deseo y el deseo de la belleza, perseguidos sin máscara, hasta el final, como una misma cosa.
El momento decisivo.
El País, 1989-03-10
https://elpais.com/diario/1989/03/11/cultura/605574002_850215.html
"No busca el momento decisivo. Sus fotograrías no quieren ser reveladoras. No plantea una relación depredadora con sus sujetos. No es un ‘voyeur’. No trata de captar a nadie desprevenido. Las leyes del juego, tal como lo propone Mapplethorpe, son que el sujeto debe cooperar", dice Susan Sontag.
"Mapplethorpe lo quiere fotografiar todo; esto es, todo lo que pueda posar. Por más amplio que sea su tema, él no podría convertirse en un corresponsal de guerra o fotografiar accidentes en la calle. Lo que él busca, es lo que puede llamarse Forma, es la propiedad, la esencia o el ser de algo. No la verdad sobre algo, sino su versión más poderosa".
"Una vez le pregunté a Mapplethorpe lo que hace consigo mismo cuando posa frente a la cámara, y me respondió que trata de encontrar aquella parte de sí mismo que más confianza le inspira". Un gesto que perdura.
Y TAMBIÉN…
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Un museo de Washington suspende una exposición de fotografías de Robert Mapplethorpe.
La Corcoran Gallery reconoce haber sufrido presiones políticas para no inaugurar la muestra.
Albert Montagut | El País, 1989-06-16
https://elpais.com/diario/1989/06/17/cultura/614037607_850215.html
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Demandada una galería de Cincinnati que mostró obras de Mapplethorpe.
Agencias | El País, 1990-06-21
https://elpais.com/diario/1990/06/22/cultura/646005615_850215.html
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Procesado el galerista que expuso fotografías de Mapplethorpe
Albert Montagut | El País, 1990-09-07
https://elpais.com/diario/1990/09/08/cultura/652744808_850215.html
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