Ramírez Pérez, Víctor [Activista LGTBi+i+, licenciado en Derecho, especialista en derechos humanos] (2018) [07]. Pioneros del movimiento homosexual en Canarias durante la transición. Las otras protagonistas de la Transición. Izquierda radical y movilizaciones sociales. Brumaria. 97-112.
https://www.fundacionssegui.org/madrid/index.php/publicaciones/23-libro-del-congreso-las-otras-protagonistas-de-la-transicion
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En el mes de mayo de 1977, varios grupos homosexuales de diversas partes del país, presentaron en Madrid un comunicado de prensa en el que denunciaban el hecho de que “los homosexuales siguen sien- do reprimidos; nuestra actual sociedad española sigue privándoles de sus más elementales derechos como personas y como ciudadanos; siguen vigentes leyes injustas y vejatorias (...)” y, entre otras reivindicaciones exigían la “inmediata derogación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social y la disolución de los tribunales que las aplican”.
Este manifiesto estaba firmado por asociaciones de Madrid, País Vasco, Baleares, Valencia, Andalucía y Aragón, sin que constara la firma de ninguna organización canaria. No obstante, ese mismo año, en el número 22 de la revista ‘OZONO’ (Madrid, julio de 1977), encontramos el antecedente más antiguo que conocemos del movimiento homosexual en las islas. En dicha publicación, el denominado colectivo Homosexuales Unidos Canarios (HUCA), en un documento denominado “Plataforma Reivindicativa” se definía como una “organización independiente, natural y elemental”, que no se encuentra adscrita a ningún grupo político y cuyo objetivo principal es “la feliz realización personal de cualquier ser humano”.
En el documento reivindicaban como “urgente y necesario conseguir de todos los estamentos sociales la inmediata supresión de cualquier discriminación para la realización personal” y, entre otras cuestiones, demandaban el respeto total y absoluto por la inviolabilidad del domicilio, el derecho de intimidad, la supresión cualquier tipo de censura en espectáculos y publicaciones y la libertad de toda persona de usar y utilizar su cuerpo, con las limitaciones mínimas, siempre que no medie abuso, engaño o violencia.
También exigían acabar con el gueto homosexual, condenaban la prostitución masculina o femenina y expresaban la necesidad de impartir una educación sexual adecuada y objetiva, así como la exigencia a todos los medios de comunicación social de un tratamiento objetivo, claro y eficaz sobre cualquier tema relacionado con la homosexualidad.
Solicitaban la derogación inmediata de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, la implantación de los dieciocho años como edad mínima para la mayoría de edad y la normalización en el consentimiento de relaciones sexuales a partir de los catorce años, salvo a deficientes mentales o funcionales. Por último, manifestaban su “confianza en que todos los grupos políticos que integran el Estado incluyan en sus programas unas posiciones concretas y bien definidas acerca de la Homosexualidad”.
Este manifiesto estaba firmado por asociaciones de Madrid, País Vasco, Baleares, Valencia, Andalucía y Aragón, sin que constara la firma de ninguna organización canaria. No obstante, ese mismo año, en el número 22 de la revista ‘OZONO’ (Madrid, julio de 1977), encontramos el antecedente más antiguo que conocemos del movimiento homosexual en las islas. En dicha publicación, el denominado colectivo Homosexuales Unidos Canarios (HUCA), en un documento denominado “Plataforma Reivindicativa” se definía como una “organización independiente, natural y elemental”, que no se encuentra adscrita a ningún grupo político y cuyo objetivo principal es “la feliz realización personal de cualquier ser humano”.
En el documento reivindicaban como “urgente y necesario conseguir de todos los estamentos sociales la inmediata supresión de cualquier discriminación para la realización personal” y, entre otras cuestiones, demandaban el respeto total y absoluto por la inviolabilidad del domicilio, el derecho de intimidad, la supresión cualquier tipo de censura en espectáculos y publicaciones y la libertad de toda persona de usar y utilizar su cuerpo, con las limitaciones mínimas, siempre que no medie abuso, engaño o violencia.
También exigían acabar con el gueto homosexual, condenaban la prostitución masculina o femenina y expresaban la necesidad de impartir una educación sexual adecuada y objetiva, así como la exigencia a todos los medios de comunicación social de un tratamiento objetivo, claro y eficaz sobre cualquier tema relacionado con la homosexualidad.
Solicitaban la derogación inmediata de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, la implantación de los dieciocho años como edad mínima para la mayoría de edad y la normalización en el consentimiento de relaciones sexuales a partir de los catorce años, salvo a deficientes mentales o funcionales. Por último, manifestaban su “confianza en que todos los grupos políticos que integran el Estado incluyan en sus programas unas posiciones concretas y bien definidas acerca de la Homosexualidad”.
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