García Vargas asegura que actuará "en beneficio" de los afectados por el sida.
El País, 1993-03-08
https://elpais.com/diario/1993/03/09/espana/731631614_850215.html
El País, 1993-03-08
https://elpais.com/diario/1993/03/09/espana/731631614_850215.html
El ministro de Defensa, Julián García Vargas, aseguró ayer que no ha tomado todavía una decisión respecto a la exención de la mili de los portadores de anticuerpos del sida, tal como figura en el cuadro médico del servicio militar, difundido ayer por El País. García Vargas aseguró que, en este asunto, actuará "para beneficio de los afectados" y siguiendo las recomendaciones del Plan Nacional del Sida, que dirige el departamento de Sanidad.
El ministro de Defensa, en una conversación informal con periodistas, sugirió que el nuevo cuadro médico de exenciones del servicio militar, que figura como apéndice al proyecto de reglamento de reclutamiento, no cuenta con su aprobación. "Estos proyectos sólo existen cuando el titular [del ministerio] los ve y los aprueba", dijo. García Vargas, que antes de dirigir el departamento de Defensa fue ministro de Sanidad, recordó que en su anterior etapa contribuyó a iniciar en España la lucha contra el sida y agregó: "Si algo he tenido siempre claro es que no se debe discriminar a los afectados". No obstante, evitó pronunciarse sobre la conveniencia de que los seropositivos, portadores del virus que no han desarrollado la enfermedad, hagan o no la ‘mili’: "Se decidirá en su momento. Y lo que se haga será en beneficio de los afectados. No haremos ninguna cosa distinta de lo que recomiende el Plan Nacional sobre Sida, que dirige el Ministerio de Sanidad". El ministro de Defensa dedicó la mayor parte de su encuentro con los periodistas a exponer las líneas generales de los planes de reorganización y despliegue de las Fuerzas Armadas, que fueron examinados por el Gobierno en su reunión del pasado viernes.
Plan Norte
Respecto al Plan Norte del Ejército, el de mayor trascendencia -los otros dos afectan a la Armada y la Fuerza Aérea-, destacó que los responsables del Estado Mayor de Tierra "no se han limitado a hacer un ejercicio de redimensionamiento [reducción], sino que han aprovechado para realizar una gran reforma que cambia casi toda su doctrina".
En adelante, la organización y despliegue de la fuerza no se dirigirá al control del propio territorio, sino que se basará en criterios funcionales y se orientará especialmente a la colaboración con organismos internacionales -Naciones Unidas, la OTAN o la UEO- en misiones en el exterior. La división será sustituida por la brigada como unidad básica, por su capacidad para combinarse y complementarse como otras unidades similares, tanto españolas como extranjeras, en agrupaciones más amplias, en función de la misión.
Aunque las cinco divisiones, que actualmente agrupan a 11 de las 15 brigadas con que cuenta el Ejército, serán disueltas, España conservará "una única división, porque tenemos un compromiso con la OTAN de asignar una unidad de este tipo, y ese compromiso se va a respetar", explicó.
Ése fue uno de los pocos puntos concretos del Plan Norte revelados por el ministro, quien no quiso confirmar la supresión de las capitanías generales y los gobiernos militares, argumentando que se trata de "ideas iniciales" que deben decidirse todavía. La ejecución del plan se realizará en dos periodos de ocho años (1993-1997 y 1997-2001) y aún serán necesarios ocho años más para, su asentamiento.
Admitió también que se producirá una importante reducción de unidades en el norte y los Pirineos, pues "lo que antes era frontera entre países ya no lo es" y que se está pensando en una concentración de los tercios de la Legión, "que están bastante dispersos", aunque no quiso revelar si dicho cuerpo se convertirá en brigada y se instalará en Almería su cuartel general. "La Legión seguirá en Ceuta y Melilla", fue todo lo que quiso comentar.
El "nuevo Ejército", como lo denominó el ministro, requerirá de un sistema eficaz de movilización de reservistas, para completar las unidades de defensa territorial, cuya plantilla en tiempo de paz será mínima. Para comprobar la eficacia del sistema se realizarán ejercicios periódicos de movilización, aunque los mismos no supondrán la participación de los reservistas en maniobras ni el alargamiento de la ‘mili’ más allá de los nueve meses.
El ministro de Defensa, en una conversación informal con periodistas, sugirió que el nuevo cuadro médico de exenciones del servicio militar, que figura como apéndice al proyecto de reglamento de reclutamiento, no cuenta con su aprobación. "Estos proyectos sólo existen cuando el titular [del ministerio] los ve y los aprueba", dijo. García Vargas, que antes de dirigir el departamento de Defensa fue ministro de Sanidad, recordó que en su anterior etapa contribuyó a iniciar en España la lucha contra el sida y agregó: "Si algo he tenido siempre claro es que no se debe discriminar a los afectados". No obstante, evitó pronunciarse sobre la conveniencia de que los seropositivos, portadores del virus que no han desarrollado la enfermedad, hagan o no la ‘mili’: "Se decidirá en su momento. Y lo que se haga será en beneficio de los afectados. No haremos ninguna cosa distinta de lo que recomiende el Plan Nacional sobre Sida, que dirige el Ministerio de Sanidad". El ministro de Defensa dedicó la mayor parte de su encuentro con los periodistas a exponer las líneas generales de los planes de reorganización y despliegue de las Fuerzas Armadas, que fueron examinados por el Gobierno en su reunión del pasado viernes.
Plan Norte
Respecto al Plan Norte del Ejército, el de mayor trascendencia -los otros dos afectan a la Armada y la Fuerza Aérea-, destacó que los responsables del Estado Mayor de Tierra "no se han limitado a hacer un ejercicio de redimensionamiento [reducción], sino que han aprovechado para realizar una gran reforma que cambia casi toda su doctrina".
En adelante, la organización y despliegue de la fuerza no se dirigirá al control del propio territorio, sino que se basará en criterios funcionales y se orientará especialmente a la colaboración con organismos internacionales -Naciones Unidas, la OTAN o la UEO- en misiones en el exterior. La división será sustituida por la brigada como unidad básica, por su capacidad para combinarse y complementarse como otras unidades similares, tanto españolas como extranjeras, en agrupaciones más amplias, en función de la misión.
Aunque las cinco divisiones, que actualmente agrupan a 11 de las 15 brigadas con que cuenta el Ejército, serán disueltas, España conservará "una única división, porque tenemos un compromiso con la OTAN de asignar una unidad de este tipo, y ese compromiso se va a respetar", explicó.
Ése fue uno de los pocos puntos concretos del Plan Norte revelados por el ministro, quien no quiso confirmar la supresión de las capitanías generales y los gobiernos militares, argumentando que se trata de "ideas iniciales" que deben decidirse todavía. La ejecución del plan se realizará en dos periodos de ocho años (1993-1997 y 1997-2001) y aún serán necesarios ocho años más para, su asentamiento.
Admitió también que se producirá una importante reducción de unidades en el norte y los Pirineos, pues "lo que antes era frontera entre países ya no lo es" y que se está pensando en una concentración de los tercios de la Legión, "que están bastante dispersos", aunque no quiso revelar si dicho cuerpo se convertirá en brigada y se instalará en Almería su cuartel general. "La Legión seguirá en Ceuta y Melilla", fue todo lo que quiso comentar.
El "nuevo Ejército", como lo denominó el ministro, requerirá de un sistema eficaz de movilización de reservistas, para completar las unidades de defensa territorial, cuya plantilla en tiempo de paz será mínima. Para comprobar la eficacia del sistema se realizarán ejercicios periódicos de movilización, aunque los mismos no supondrán la participación de los reservistas en maniobras ni el alargamiento de la ‘mili’ más allá de los nueve meses.
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